10 mar 2016

"El pacto de la vergüenza": Unión Europa - Turquía

Los 28 miembros de la Unión Europea han llegado a un acuerdo con el Gobierno turco con la intención de frenar el flujo migratorio hacia el continente.

BRUSELAS (Uypress) — 
08.03.2016



Como "el pacto de la vergüenza" calificó el columnista de El País de Madrid Rubén Amón el reciente acuerdo por el cual la Unión Europea "reniega de sí misma y externaliza el problema de la inmigración, poniendo en bandeja a Erdogan la adhesión de Turquía a la UE".


En su desesperación por frenar el flujo migratorio, Europa ha pactado con Turquía un cambio radical en la gestión de la denominada crisis de refugiados.

El grupo de los Veintiocho ha acordado devolver a Ankara a todo extranjero que llegue "ilegalmente" a las costas griegas, incluyendo a los sirios, ofreciendo como contrapartida el compromiso de la UE a traer desde Turquía a un número de refugiados equivalente al de expulsiones.

El trato, que cerraron en la noche de este lunes en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno, incluye otras tres condiciones para Europa: aumentar los 3.000 millones de euros destinados a Turquía para atender a los refugiados, eximir a sus ciudadanos de la necesidad de visado para viajar a la UE a partir de junio y avanzar en el proceso de adhesión al club comunitario de los gobernados por Erdogan.

La UE ha dado finalmente luz verde a una propuesta que hasta ahora nadie se había atrevido a defender en público por su crudeza. Se apoya "en la lógica de que los sirios pueden solicitar asilo en Turquía. Y eso es un punto de inflexión", subrayó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la conferencia de prensa conjunta ofrecida entre él, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, al término de la cumbre. "Hemos conseguido un gran logro", añadió Tusk.

El consenso con Davutoglu, que deberá desarrollarse en los próximos días, se ha plasmado en un breve documento que insta a aplicar el mecanismo a todos los migrantes que lleguen a Turquía a partir de ahora y certifica el principio de que "por cada sirio que Turquía readmita, otro sirio será reasentado desde Turquía hacia la UE".

La canciller alemana Angela Merkel dijo que se ha dado "un gran paso" y añadió: "Lo que hemos hecho es volver al principio: que el asilo se pide en el punto de llegada y que el refugiado no elige dónde ir". Obvió, eso sí, que fue precisamente ella quien alentó el desplazamiento masivo de refugiados hacia su territorio al prometer que se acogería a todos los sirios.

Fuentes comunitarias precisan que en esa acogida en origen deberán participar todos los Estados miembros, probablemente con una cuota de distribución similar a la que se usó para el reparto de los refugiados arribados a Grecia e Italia. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya dejó asentada su disconformidad con el reparto obligatorio.

Sin embargo, son muchas las reticencias que se han generado. Chipre, país europeo que mantiene un contencioso con Ankara debido a la ocupación turca del norte de la isla, no está dispuesto a abrir nuevos capítulos del proceso de adhesión de Turquía a la UE, como esta reclama como parte de la negociación. También Francia y otros países miembros recelan de las prisas y la falta de preparación con que se ha abordado esta propuesta tan controvertida.



ONU: "la expulsión colectiva" está prohibida

Naciones Unidas ha expresado esta mañana su preocupación por el acuerdo alcanzado entre Europa y Turquía. "La expulsión colectiva de extranjeros está prohibida bajo la Convención Europea de Derechos Humanos", ha recalcado el responsable europeo de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), Vicente Cochelet.

"Un acuerdo que sea equivalente a un retorno en bloque de todos los individuos de un país a un tercer país no es acorde a la legislación europea, ni acorde a la legislación internacional", ha subrayado Cochelet en una conferencia de prensa en Ginebra.

Desde el inicio de este año han llegado a Europa 140.000 personas por el Mediterráneo, que proceden mayoritariamente de Siria (46%), Afganistán (25%) e Irak (16%). El año pasado arribaron más de un millón de personas, procedentes sobre todo de países sumidos en conflictos.

El representante de ACNUR ha expresado sus dudas por los planes de reasentamiento de refugiados desde Turquía (es decir, traerlos desde allí a través de un proceso legal que evite el riesgo de cruzar el mar en patera) esbozados por la Unión Europea. De los 22.000 refugiados que la UE se propuso reasentar hace unos meses solo unos 4.000 han sido trasladados a la UE. "Lo que no ha ocurrido desde Grecia, ¿va a ocurrir ahora desde Turquía? Ya veremos, tenemos nuestra dudas", ha declarado a una emisora suiza Cochelet.

Human Rights Watch también ha criticado lo que considera "expulsiones masivas aceleradas". La ONG sostiene que Turquía de ninguna manera puede ser considerado un país seguro al que devolver a migrantes de manera generalizada. "Mientras los líderes de la UE y Turquía se reunían en Bruselas para acordar maneras de parar la migración 'irregular' a Grecia, la frontera de Turquía [con Siria] seguía cerrada para decenas de miles de solicitantes de asilo sirios que huyen de la ofensiva en Alepo, exponiéndolos a graves riesgos", señaló Bill Frelick, responsable de asuntos de refugiados en HRW.

"No pudiendo ni queriendo resolver la crisis migratoria, la UE ha decidido subarrendarla. La ha externalizado. Ha contratado la gendarmería turca, no tanto a cambio de 6.000 millones de euros -el doble de la cifra original-, sino al precio incalculable que supone renegar de los principios fundacionales comunitarios", señala Rubén Amón, en una nota titulada "El pacto de la vergüenza" que aparece en el diario El País de Madrid.

"Del Atlántico al Mediterráneo, de Occidente a Oriente, el acuerdo con Turquía es una vergüenza. Demuestra que la UE ha cedido a todos los chantajes. Ankara representa uno de ellos, pero el inventario también comprende la presión de los gobiernos xenófobos -muchos de ellos, localizados en el Este-, la psicosis de la opinión pública, la debilidad política de Angela Merkel, el riesgo electoral, el cinismo de Francia en la capitulación de los derechos del hombre y la doctrina pionera de la política española", agrega la nota.



dfp