ENTREVISTA A FLORISVALDO FIER, ALTO REPRESENTANTE DEL MERCOSUR
Convoca al bloque regional a aplicar su cláusula democrática para prevenir un golpe blando contra Dilma en Brasil.
“Los miembros del Mercosur deben garantizar la continuidad del orden democrático en Brasil.”
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
Para el alto representante del Mercosur Florisvaldo Fier ya es hora de convocar al bloque como forma de frenar el avance golpista contra la presidenta Dilma Rousseff, un proceso comparable al que derrocó a Fernando Lugo hace cuatro años en Paraguay. “La actual coyuntura brasileña debería ser analizada por los miembros del Mercosur a la luz de las cláusulas democráticas previstas en los protocolos Ushuaia I y Ushuaia II para garantizar la continuidad del orden democrático en el país.”
Dichas cláusulas fueron aplicadas al gobierno Federico Franco, el vicepresidente que saltó a jefe de Estado luego de derrocar a Lugo. En Brasil se repiten los papeles de la saga paraguaya: aquí el rol de vicepresidente conspirador lo ejerce Michel Temer. En esta entrevista con Página/12 Fier sitúa la crisis brasileña dentro del cuadro de “regresión” política que domina la región una década después del ascenso que significó impedir la implementación del ALCA (tratado de libre comercio continental) en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata. El ex diputado petista Fier es diplomático en sus respuestas, salvo cuando refiere a la “segura injerencia de Estados Unidos en la desestabilización contra Dilma”.–¿Qué grupos de interés de EE.UU. forman parte de la desestabilización?
–Uno es del de las petroleras, ellos no aceptaron nunca que Petrobras sea el eje de la explotación de los pozos inmensos en la zona de “pre-sal” (aguas ultraprofundas). No tengo dudas de que esos intereses están jugando fuerte para sacar a Dilma del gobierno, coincido con el análisis del profesor Luiz Alberto Moniz Bandeira sobre la injerencia norteamericana en el plan desestabilizador, donde hay petroleras y el poder de Wall Street. No me pida pruebas porque no las tengo, pero hay muchos intereses norteamericanos afectados por los gobiernos de Lula y de Dilma.
–¿Washington presiona para enterrar la actual política externa?
–La actual y la que aplicaron los gobiernos del PT desde 2003. Por eso los grupos conservadores que están impulsando el quiebre institucional ya avisaron que retornarán al proyecto de apertura indiscriminada neoliberal, a buscar acuerdos como el Alca, aunque ya no sea posible recrear totalmente el Alca que fue derrotado por los presidente Lula, Kirchner, Chávez y otros aliados. Si llega la derecha va a terminar con la política solidaria hacia Cuba, con la que nunca simpatizó Estados Unidos. Como dijo el ex presidente (uruguayo) José Mujica los norteamericanos no van a perdonar nunca a los gobiernos del PT su política hacia Cuba, que se haya construido con apoyo brasileño el puerto de Mariel. Washington busca un cambio de rumbo geopolítico y la derecha será obediente si llega al poder.
–¿Vislumbra cambios geopolíticos si se impone la derecha golpista?
–Una cosa va de la mano con la otra, nuevo sistema de gobierno, nueva diplomacia y nueva configuración geopolítica. Recuerde que en 2007 cuando se anunció que teníamos reservas enormes en nuestro mar territorial los norteamericanos reactivaron la IV Flota. En 2013, cuando la presidenta suspende una visita de Estado a Estados Unidos fue en repudio a que la agencia NSA (Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU.) había robado documentos de Petrobras. Para Estados Unidos, o para grupos muy poderosos estadounidenses es conveniente que toda esta crisis política siga creciendo. Para ellos también es favorable este escándalo del “Petrolao”, porque así se debilita más a Petrobras. A ellos no les importa que se sancione a los corruptos, quieren manchar la imagen de Petrobras, perjudicando su valor de mercado, obligándola a achicar su plan de inversiones. No tenemos nada contra el combate a la corrupción. También se está atacando a empresas constructoras que son muy fuertes dentro y fuera del país, porque hay intereses en que desembarquen compañías de afuera.
–¿El golpe es irreversible?
–No lo veo inevitable, los movimientos populares, el PT, muchos grupos están movilizándose porque no van a aceptar que se altere la normalidad institucional, que se quite del gobierno a una presidenta legítima.
–¿Qué significa la presencia de Lula en el gobierno?
–Una gran conquista. Cuando hablamos de Lula estamos hablando de un líder popular extraordinario que se comunica mejor que nadie con las bases y con los dirigentes de todos los partidos. Con Lula renace la esperanza de que podamos construir nuevos consensos para superar la crisis política. Con su regreso al gobierno, tendremos a un gabinete jerarquizado con alguien que tiene una indudable proyección internacional, lo que nos ayudará a trabajar mejor en nuestra región, para convocar a las fuerzas democráticas. Porque si al final de este proceso venciera el golpe, esto perjudicará a toda América Latina, Brasil tiene un tamaño y una importancia económica que contagiará a los países hermanos. Corremos el riesgo de que Brasil termine siendo gobernado por salvador de la patria, algún oportunista visto como un héroe por esa parte de la sociedad que odia la política, y tiene sed de venganza contra los gobiernos de izquierda, populares, democráticos del PT.
–¿Se fijó fecha para una reunión del Mercosur?
–Eso está siendo conversado, espero que se siga avanzando, no puedo afirmar nada por ahora, sólo que estamos en el tema.