La Conmebol se comprometió a pagarle casi 40 millones de dólares. Todavía retiene derechos de las próximas dos ediciones de la Copa América. La denuncia acaba de conocerse en Paraguay.
Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, los empresarios argentinos involucrados en el FIFAgate.
Por Gustavo Veiga
La empresa que les pagó sobornos a varios dirigentes de fútbol involucrados en el escándalo de la FIFA todavía retiene los derechos de las próximas dos ediciones de la Copa América y además cobrará casi 40 millones de dólares de la Conmebol en una extraña operación. Lo que “más bien parece una suerte de blanqueo de las coimas otorgadas” –según reveló el periodista paraguayo Marcos Velázquez, en el diario ABC Color– es un hecho que en nuestro país tuvo nula repercusión. Sorprende porque la sociedad Datisa fue creada el 21 de mayo de 2013 por Torneos y Competencias, Full Play y Traffic, las dos primeras integradas por empresarios argentinos. Se trata de la misma que cuatro días después de constituirse en Uruguay, firmó el lucrativo contrato de 317,5 millones de dólares que permitió el enriquecimiento ilícito de varios directivos y empresarios que hoy están detenidos o bajo arresto domiciliario en Estados Unidos. También hay otro grupo que espera por su extradición en sus naciones de origen.
La información divulgada por ABC Color en una serie de artículos, se basa en un contrato confidencial escrito en inglés al que tuvo acceso ese medio. Velázquez escribió: “Se calcula que el monto a percibir por Datisa, además de los U$S 26,2 millones ya fijados en el acuerdo, orilla los U$S 12 millones adicionales, es decir, que las empresas imputadas por la justicia norteamericana recibirían unos U$S 40 millones”.
El periodista compara aquella suma con lo que cobraron los equipos durante la última Copa América Centenario. Señaló que es “el doble de todo lo que repartieron la Concacaf y Conmebol a las 16 selecciones participantes, que fue de solo U$S 22 millones”. El dinero parece que no volverá al fútbol y si a los bolsillos de quienes se beneficiaron con los derechos televisivos mediante el pago de retornos. Un ejemplo es Alejandro Burzaco, el ex CEO de la productora TyC, quien se encuentra bajo el régimen de prisión domiciliaria en EE.UU. después de confesar que pagó coimas a dirigentes de la Conmebol. El empresario conservaría el 20 por ciento de las acciones que tenía en Torneos. Otro tanto ocurre con Hugo y Mariano Jinkis de Full Play, quienes estuvieron prófugos, después bajo arresto domiciliario y luego consiguieron su libertad porque el juez Claudio Bonadio les concedió ese beneficio mientras se define su extradición o no a Estados Unidos.
La Conmebol mintió
El 21 de octubre de 2015, medios de diferentes países difundieron un comunicado donde la organización que todavía presidía el paraguayo Juan Angel Napout decía: “La Conmebol y Datisa han acordado rescindir todos los derechos comerciales en posesión de Datisa para la venta de derechos de patrocinio y retransmisión asociados a la Copa América Centenario. La Conmebol asumirá los referidos derechos comerciales mientras que conjuntamente con la Concacaf y en conjunto con el operador local del torneo van a identificar nuevos socios para comercializar y vender los derechos comerciales del torneo utilizando un proceso nuevo y transparente”.
La revelación del acuerdo confidencial dejó en evidencia que la ruptura había sido ficticia. Nunca se concretó. “La Conmebol simuló una rescisión del contrato con Datisa, haciendo creer a todo el mundo que se rompían los lazos comerciales con la empresa acusada de corrupción en el caso FIFAgate. Sin embargo, lejos de rescindirle el contrato, lo que hizo Napout fue garantizarle a Datisa el cobro de unos U$S 40 millones por la Copa Centenario”, publicó ABC Color.
El convenio por el cual la Conmebol debe liquidarle la suma millonaria a Datisa antes de los noventa días de finalizada la Copa Centenario disputada en Estados Unidos (tiene plazo hasta el 26 de septiembre) lo firmaron Ignacio Galarza y David Massey de TyC, Carlos F. Ortiz de Full Play y Nicholas Arons de la brasileña Traffic.
Página/12 consultó al periodista Velázquez sobre el dinero que acordó pagar la Conmebol según el contrato: “son 26,5 millones por lo que Datisa ya había vendido hasta la firma del supuesto acuerdo del 21 de octubre de 2015, otra parte es por lo que se vendió pero no se había cobrado todavía y finalmente un 4 por ciento por lo que se vendió a posteriori de que se firmara el acuerdo por la Copa Centenario”. La documentación que respalda esta voluntad de pago fue reproducida en el diario paraguayo.
También se refirió al hecho José Luis Chilavert, el ex arquero de la selección guaraní, quien se desempeña en la actualidad como comentarista: “Así como la Conmebol le va a pagar 40 millones de dólares a Full Play, quiere decir que les van a pagar a los presos. Y no por sus cuentas bancarias, porque la justicia de EE.UU. las tiene intervenidas, sino por correos: DHL y Fedex. Se creen tan inteligentes. Esa es la información que tengo”. El ex número uno dejó de lado las sutilezas: “Los mismos bandidos, los mismo corruptos, lamentablemente siguen manejando el fútbol de Sudamérica”.
Una fuente de la Confederación Sudamericana consultada por este periodista atribuyó la filtración del contrato a una presunta operación de Francisco Paco Casal, el influyente empresario uruguayo con intereses en el fútbol de distintos países, ahora distanciado de la Conmebol. Velázquez negó cualquier contacto con él.
En uno de sus artículos se reproducen cláusulas del acuerdo confidencial, como la que dice: “Dentro de los treinta (30) días siguientes a la culminación de la Copa Centenario, un estudio contable reconocido a nivel nacional en los Estados Unidos de América que sea seleccionado por mutuo acuerdo de las partes antes del inicio de la Copa Centenario (el Estudio Contable para cálculo de Pago), calculará el pago global Datisa (tal como se define en el Anexo B del presente documento y proporcionará el detalle del mismo para cada una de las partes”.
Aunque el presidente actual Alejandro Domínguez dijo en junio pasado que “bajo mi dirección la nueva Conmebol ha rechazado y rechaza enérgicamente las malas actuaciones de aquellos individuos que le han hecho daño al fútbol”, es difícil de creer que hayan sido erradicadas las prácticas indecentes del pasado. Dirigentes encumbrados que condujeron la Confederación en las últimas décadas como Nicolás Leoz, Eugenio Figueredo, el ya mencionado Napout y los argentinos José Luis Meiszner y Eduardo Deluca están detenidos o bajo arresto domiciliario, han sido extraditados o esperan evitar que los envíen a Estados Unidos para ser juzgados. No la tienen nada fácil.
Al contrario, Datisa o las empresas que la integran recibirán a más tardar en septiembre una suma millonaria como menciona el acuerdo que firmó la Conmebol. Además la compañía que nació en Uruguay hace poco más de tres años, conserva los derechos televisivos de las próximas ediciones de la Copa América que se jugarán en 2019 y 2023. Para ABC Color “con esto los Hawilla, Burzaco y Jinkis seguirán aumentando sus patrimonios, aun tras las rejas”.
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