Publicado: 28 jul 2016
Umit BektasReuters
La situación política en Turquía es muy inestable tras el fallido golpe militar del pasado 15 de julio. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha consolidado su poder en el país y en la escena internacional como un líder "capaz de correr riesgos y de dar pasos atípicos", opina el periodista Eduard Birov en el periódico ruso 'Vzglyad' dedicado las últimas acontecimientos en Turquía.Días antes de la intentona fallida, el líder turco dio un paso firme hacia la reconciliación con Rusia, por lo que su eventual destitución habría supuesto un inconveniente para Moscú.
El periodista no descarta que "militares turcos incitados por Washington" pudieran haber llevado a cabo la intentona golpista, dado que -opina- "para EE.UU. tal giro de Turquía hacia Rusia no sería beneficioso".
Ivan SekretarevReuters
Según el columnista, parece lógico pensar que Erdogan conocía de antemano los planes de conspiradores y, junto a su círculo íntimo de partidarios, pudiera prepararse para suprimir el levantamiento. Tras el golpe fallido, Erdogan empezó a purgar los altos cargos del Ejército turco y funcionarios de los organismos estatales. Sin embargo, Birov piensa que "estas represiones masivas solo agudizan la situación" e incrementan la tensión en la sociedad turca.
Un desenlace semejante explicaría el hecho de que el golpe militar no fuera una sorpresa. "Resulta que Erdogan triunfó y pasó de víctima a ganador", subraya el experto, recordando que "los grupos organizados lograron levantar rápidamente a los activistas (el así llamado 'pueblo turco' en los medios) y desarmar a los grupos de los insurgentes".
Murad SezerReuters
En lo que se refiere al Ejército turco, el autor del artículo sugiere que "quizás los generales pudieran desempeñar un papel de agentes dobles, tanto rebeldes como seguidores de Erdogan, pero eso es una historia muy confusa", siendo poco probable -admite- que alguna vez nos enteramos la verdad. También puede que algunos generales pudieran actuar en función de cómo se desarrollara la situación: si Erdogan era asesinado, encabezarían la rebelión y, si no, se quedarían al lado del poder legítimo.
Paralelamente, empieza a haber muchas señales de que Erdogan habría perdido la confianza a EE.UU. y de que estaría abierto a intensificar el diálogo político con Rusia. "El exige de manera muy dura la extradición de Gulen [opositor al que Erdogan acusa de estar al frente de la intentona golpista], corta la corriente de la base aerea Indzhirlik que atiende a los aviones de EE.UU. e insinúa que Washington participó en la intentona del golpe militar", explica el autor.
Jason Reed Reuters
Mientras tanto, esta semana se supo que el mandatario se encontrará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, a principios de agosto en San Petersburgo.
Según el periodista "es posible que Erdogan cambie su política exterior y sea más independiente, pero Washington sigue manteniendo instrumentos de influencia sobre Ankara" e intentará volver a cooperar con Turquía utilizando todos los métodos posibles.
¿Tendrá Turquía suficiente voluntad política para dar un giro radical a su política exterior? En opinión del autor, ello resulta dudoso. Asimismo, recuerda que "Bashar al Assad, el presidente sirio, ya advirtió que Erdogan había usado esta situación del golpe de Estado para llevar a cabo una islamización del país en favor de los extremistas"