Por Javier Lewkowicz14 de diciembre de 2017
“Evitar un derrumbamiento del sistema es también importante”, intentó consolarse Susana Malcorra tras reconocer el fracaso de la reunión. Imagen: AFP
El perfil proteccionista de Estados Unidos, la desconfianza de otros países y la pérdida de influencia del organismo dejó mal parado al gobierno argentino, jugado al libre comercio. Además, cargó con el escándalo de las deportaciones.
La cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de Buenos Aires dejó al descubierto la debilidad de esa entidad como instancia de coordinación global a raíz de la oposición de los Estados Unidos al sistema de negociación multilateral y la desconfianza de otros países que mantienen políticas de protección para evitar el descontrol de sus economías. En este contexto de desazón dado por las nuevas circunstancias políticas globales, el gobierno argentino se lleva una derrota propia con el fracaso inmediato de la negociación para el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Además, el Ejecutivo nacional fue protagonista del escándalo global de la revocación de acreditaciones para especialistas de organizaciones no gubernamentales participantes de la cumbre.
Ayer cerró la cumbre de la OMC organizada en Buenos Aires. “Hemos progresado en algunos ámbitos pero en la mayoría de ellos no fue posible, los miembros no se pudieron poner de acuerdo. Sabíamos que el progreso aquí exigiría un salto en las posturas de los miembros y eso no lo vimos. No hemos podido obtener resultados, no siempre es posible hacerlo”, admitió Roberto Azevedo, director de la OMC, en la sesión de clausura. “Evitar un derrumbamiento del sistema es también importante”, dijo la ex canciller y presidenta de la cumbre de Buenos Aires, Susana Malcorra.
El sistema multilateral de comercio cuyo eje es la OMC tambalea desde 2008, cuando estalló la crisis de las hipotecas subprime que hundió a la economía mundial en una debacle que motivó la multiplicación de las medidas de protección comercial en contra del espíritu liberal de la OMC. La nueva postura proteccionista y en contra del sistema de negociación multilateral de los Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump terminó de lesionar al organismo. De hecho, Robert Lighthizer, representante de Trump en la reunión de la OMC, se fue del país el martes por la noche, antes del último día de negociaciones. Como en la OMC las resoluciones de adoptan por consenso, el paisaje en el cierre de la cumbre era malo de antemano.
Cuatro temas se destacaban como los más relevantes de la agenda de trabajo. En comercio electrónico, la intención de la mayoría de los países desarrollados, de la mano de Estados Unidos y con el lobby de las grandes empresas del sector, era introducir este tema en las negociaciones multilaterales. La idea es establecer una regulación laxa a nivel global que restringa la posibilidad de los Estados nacionales a aplicar políticas más estrictas de control en el sector. La declaración de comercio electrónico fue votada por apenas 46 de los 164 países, con la oposición de los africanos y de Japón. Otro tema relevante era la regulación doméstica, que suponía que las normas de la OMC se apliquen no sólo a las políticas nacionales sino también a nivel provincial y municipal. En este punto tampoco hubo avance.
“Estados Unidos bloqueó todas las negociaciones sistemáticamente, a punto tal que su embajador se fue antes del cierre de la cumbre. Estados Unidos quiere destruir el sistema de negociación multilateral, quiere que la OMC fracase porque quiere acuerdos bilaterales”, indicó a PáginaI12 Sofia Scasserra, investigadora del Instituto del Mundo del Trabajo Julio Godio, Untref.
También India, con una postura más vinculada al desarrollo económico, se opuso en un buen número de negociaciones. “Además, el gobierno argentino quedó muy mal en la visión de muchos países a raíz de la revocación de acreditaciones. Esto no funciona así en el mundo, hasta los noruegos dicen que las ONG son importantes”, agregó Scasserra.
Otros temas en donde no hubo acuerdo fue la eliminación de subsidios a la pesca ni en la facilitación de inversiones. “Había muy pocas expectativas en esta cumbre porque está todo trabado. El mundo está convulsionado y encima después de Trump, la agenda del libre comercio está muy dañada. En particular, todas las apuestas de la agenda de política comercial le salen mal al Gobierno. Estados Unidos no promociona el ingreso de Argentina a la OCDE y le cierra el mercado de biocombustibles en la cara a Macri, se cayó al menos en el corto plazo el acuerdo con la Unión Europea y fue un fracaso la cumbre de la OMC. El Gobierno también accedió al pedido de China para que la reconozca como economía de mercado en las investigaciones de dumping. Pero no hay inversiones. Macri le da un poco a todo el mundo pero el mundo no le devuelve nada”, analizó Carlos Bianco, docente de la Universidad de Quilmes y asesor de la CTA de los trabajadores.
“La OMC no se ofrece como un foro para debatir las cuestiones globales. Hacia adentro del organismo hay tres jugadores grandes: Estados Unidos (que a partir de esta ministerial quiere tener reglas propias), la agenda neoliberal de la propia OMC muy alineada a la UE y el tercer jugador es China, que empieza a hacer su propio juego”, dijo Javier Echaide, doctor en Derecho, investigador de la UBA y miembro de la Attac.
Otros temas en donde no hubo acuerdo fue la eliminación de subsidios a la pesca ni en la facilitación de inversiones. “Había muy pocas expectativas en esta cumbre porque está todo trabado. El mundo está convulsionado y encima después de Trump, la agenda del libre comercio está muy dañada. En particular, todas las apuestas de la agenda de política comercial le salen mal al Gobierno. Estados Unidos no promociona el ingreso de Argentina a la OCDE y le cierra el mercado de biocombustibles en la cara a Macri, se cayó al menos en el corto plazo el acuerdo con la Unión Europea y fue un fracaso la cumbre de la OMC. El Gobierno también accedió al pedido de China para que la reconozca como economía de mercado en las investigaciones de dumping. Pero no hay inversiones. Macri le da un poco a todo el mundo pero el mundo no le devuelve nada”, analizó Carlos Bianco, docente de la Universidad de Quilmes y asesor de la CTA de los trabajadores.
“La OMC no se ofrece como un foro para debatir las cuestiones globales. Hacia adentro del organismo hay tres jugadores grandes: Estados Unidos (que a partir de esta ministerial quiere tener reglas propias), la agenda neoliberal de la propia OMC muy alineada a la UE y el tercer jugador es China, que empieza a hacer su propio juego”, dijo Javier Echaide, doctor en Derecho, investigador de la UBA y miembro de la Attac.