La Casa Blanca presenta informe de estrategia de contraterrorismo
WASHINGTON (Uypress) –
05.10.2018
Foto AP
El consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca John Bolton presentó un informe de 25 páginas en rueda de prensa, que trata sobre la estrategia nacional de contraterrorismo del presidente Trump. El mismo esboza las prioridades de la Administración en ese ámbito.
El Gobierno de Donald Trump advierte de que la amenaza terrorista es “más compleja que nunca” y que el principal enemigo de Estados Unidos son los “grupos terroristas islamistas radicales”, como el Estado Islámico (ISIS), pese a sus pérdidas territoriales en Irak y Siria.
05.10.2018
Foto AP
El consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca John Bolton presentó un informe de 25 páginas en rueda de prensa, que trata sobre la estrategia nacional de contraterrorismo del presidente Trump. El mismo esboza las prioridades de la Administración en ese ámbito.
El Gobierno de Donald Trump advierte de que la amenaza terrorista es “más compleja que nunca” y que el principal enemigo de Estados Unidos son los “grupos terroristas islamistas radicales”, como el Estado Islámico (ISIS), pese a sus pérdidas territoriales en Irak y Siria.
Llama a Irán el “banquero central de terrorismo internacional desde 1979”, en referencia al año de la Revolución Islámica que derrocó al sha apoyado por Washington y acabó derivando en la ruptura de relaciones entre Irán y EEUU.Washington avisa de que Teherán, al que considera el mayor patrocinador de terrorismo del mundo, puede llegar a orquestar atentados en Estados Unidos, publica el País de Madrid.
“Con operativos desplegados alrededor del mundo la IRGC-QF [el acrónimo en inglés de las Guardias Revolucionarias iraníes] tiene la capacidad de apuntar a intereses de Estados Unidos y posiblemente la patria”, señala en referencia a EEUU.
La Administración de Trump asegura que la primera potencia mundial sigue sufriendo “amenazas” del país árabe a través de su “red global de operativos y su apoyo continuo a una variedad de grupos terroristas”.
Washington considera a las Guardias Revolucionarias la principal rama iraní de respaldo a organizaciones, que considera terroristas, como Hezbolá en Líbano, Hamás en Gaza y milicias chiíes en Bahréin, Irak, Siria y Yemen.“Irán se mantiene como el patrocinador de terrorismo más prominente del mundo, apoyando a grupos de milicianos y terroristas en Oriente Próximo, y cultivando una red de operativos que suponen una amenaza en Estados Unidos y globalmente”, sostiene el documento.
Emblema de la mano dura contra Teherán, Bolton subrayó que el objetivo de la Casa Blanca es que, al reimponer las sanciones a Irán por la ruptura del acuerdo nuclear, las exportaciones de petróleo y gas iraní “caigan a cero”.Bolton y el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunciaron la derogación de un pacto de amistad de 1955 con Irán, que Teherán usó como pretexto para llevar a la Corte Penal Internacional la retirada de EEUU del acuerdo nuclear de 2015.
Y el martes el Gobierno francés acusó a los servicios de inteligencia iraníes de estar detrás de un atentado frustrado contra una reunión de opositores iraníes el pasado junio a las afueras de París.
El documento está impregnado por la doctrina de América Primero de Trump. Trump hizo de la islamofobia uno de los pilares de su campaña electoral en 2016 al prometer vetar la entrada a EEUU de todos los musulmanes extranjeros.
Como presidente, esa propuesta ha acabado derivando en una restricción a visitantes de seis países de mayoría musulmana, incluido Irán. El dogma aislacionista de Trump y la demonización migratoria se observa en el énfasis de la estrategia en la “protección de la patria construyendo fronteras fuertes” y en priorizar la lucha contra el terrorismo en EEUU.
Los esfuerzos bélicos en el extranjero se limitarán, esgrime el documento, a “aquellos que apuntalen directamente nuestra seguridad nacional”. Trump no ha escondido su desdén por el papel de Washington como policía del mundo y la cantidad ingente de dinero invertida en Oriente Próximo desde los atentados del 11-S en 2001.
Pese a sus instintos de repliegue, el republicano ha aceptado, por ahora, mantener la presencia militar estadounidense en Siria y Afganistán.Pero el documento también pone límites a la cruzada de Trump contra el multilateralismo. “Esta estrategia reconoce, sin embargo, que América primero no significa América sola”, señala. “Vamos a ampliar nuestro abanico de socios para combatir el terrorismo islamista radical, el terrorismo patrocinado por Irán y otras formas de extremismo violento”, agrega.
Como ya propugnaba Obama, el equipo de Trump enfatiza que el objetivo es que sean gobiernos extranjeros los que “tomen el liderazgo” en la lucha contra el terrorismo para que EEUU tenga un papel en la sombra en vez de combatir activamente sobre el terreno, como hizo al inicio de las intervenciones militares en Irak y Afganistán la pasada década.