Por Benjamín Fernández Bogado
Hoy hace 150 años en Cerro Corá murió un Paraguay muy difícil de repetir.
Se fue con López y su “muero con mi patria”, y hoy su sombra se proyecta aún sobre nosotros, tanto que mis contemporáneos son incapaces de identificar quiénes fueron nuestros bisabuelos. Son seis generaciones de paraguayos que murieron en las orillas del Aquidabán donde retumba el silencio de una patria mutilada. Fue la última estación de la diagonal de sangre de un país entero que enterró su orgullo, su extraordinario desarrollo inicial y nos marcó a fuego hasta hoy. Todo nos recuerda ese holocausto no asumido. Esa catástrofe que se llevó casi el 90% de nuestra población y que mutiló la patria.
1 marzo, 2020
Hoy hace 150 años en Cerro Corá murió un Paraguay muy difícil de repetir.
Se fue con López y su “muero con mi patria”, y hoy su sombra se proyecta aún sobre nosotros, tanto que mis contemporáneos son incapaces de identificar quiénes fueron nuestros bisabuelos. Son seis generaciones de paraguayos que murieron en las orillas del Aquidabán donde retumba el silencio de una patria mutilada. Fue la última estación de la diagonal de sangre de un país entero que enterró su orgullo, su extraordinario desarrollo inicial y nos marcó a fuego hasta hoy. Todo nos recuerda ese holocausto no asumido. Esa catástrofe que se llevó casi el 90% de nuestra población y que mutiló la patria.