Por Lautaro Rivara
En 01/03/2023
Pocas semanas antes de la COP26, el primer ministro de Tuvalu, una pequeñísima isla de la Polinesia, realizó una performance que supo atraer por un instante la atención mundial sobre un territorio que pocos, muy pocos, podrían señalar en el planisferio. Literalmente bajo el agua, sumergido hasta la cintura, frente a un set de cámaras y luces de fantasía, Kausea Natano realizó una conferencia de prensa “flotante” para escenificar el futuro probable de su país y el de otros territorios costeros bajos, amenazados por la subida de las aguas producto del calentamiento global.
En 01/03/2023
Pocas semanas antes de la COP26, el primer ministro de Tuvalu, una pequeñísima isla de la Polinesia, realizó una performance que supo atraer por un instante la atención mundial sobre un territorio que pocos, muy pocos, podrían señalar en el planisferio. Literalmente bajo el agua, sumergido hasta la cintura, frente a un set de cámaras y luces de fantasía, Kausea Natano realizó una conferencia de prensa “flotante” para escenificar el futuro probable de su país y el de otros territorios costeros bajos, amenazados por la subida de las aguas producto del calentamiento global.