5 mar 2016

Refugiados de guerra de Siria, Irak y Afganistán

 LIMITA LA CIRCULACION POR LA CRISIS MIGRATORIA

Europa se amuralla

Bruselas calcula que el costo de personal para realizar los controles fronterizos internos llegaría a 1,7 millón de euros, y hasta 4500 millones por el tiempo perdido.

La Comisión Europea (CE) presentó ayer un cronograma para restablecer para fin de año la zona de libre circulación fronteriza por países del continente, que está al borde del colapso por la actual crisis de refugiados, y advirtió que no hacerlo costará a la economía de Europa unos 18.000 millones de euros por año.

La CE, el ejecutivo de la Unión Europea (UE), no propuso nada en concreto, pero llamó a los miembros del bloque a cumplir con las reglas de asilo y con otras medidas ya acordadas o sugeridas para poner fin a una política de admisión que el año pasado derivó en un aluvión de más de un millón de migrantes. La zona de “Schengen es nuestra unidad”, dijo el comisario de Inmigración de la UE, Dimitris Avramopoulos, en referencia a la zona libre de pasaporte que comparten 26 países de Europa, considerada uno de los pilares y mayores logros de décadas del proceso de integración europea.
“No podemos tener libertad de movimiento interna si no podemos manejar de manera efectiva nuestras fronteras externas”, agregó.
La iniciativa de la CE llega antes de una crucial cumbre UE-Turquía el lunes próximo para discutir cómo parar el flujo de migrantes, en su mayoría refugiados de guerra de Siria, Irak y Afganistán, que desde territorio turco cruzan el mar hacia Grecia para después seguir su marcha hacia países más prósperos del norte de Europa.
Más de 135.000 migrantes arribaron a Europa por mar en lo que va del año, el grueso de ellos desde Grecia y una minoría desde Libia, luego de que 1,1 millón de personas lo hicieran el año pasado. La mayoría busca asentarse en Alemania y Suecia. El aluvión humano, la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, llevó a que siete países de la zona Schengen, incluida Alemania, hayan introducido controles fronterizos de emergencia, y la CE dijo ayer que espera que éstos sean levantados para diciembre. “Nuestro objetivo es acabar con todos los controles internos temporales lo más rápido posible, a más tardar en diciembre”, señaló el vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans.
La apertura de las fronteras es uno de los motores del desarrollo económico europeo, al facilitar los viajes, el turismo, el comercio y las cadenas de abastecimiento a lo largo y ancho de la UE. El Ejecutivo comunitario calculó que, en total, reintroducir los controles fronterizos internos en Schengen generaría costos directos inmediatos de entre 5000 y 18.000 millones de euros al año.
En el plan presentado ayer, la CE reconoce que Grecia soporta una “presión inmensa” en su frontera exterior, que es también la de los demás miembros de Schengen, y se muestra dispuesta a ayudar al país de forma inmediata.
A cambio Atenas debe comprometerse a identificar y registrar al 100 por ciento de las personas que lleguen a su territorio y presentar un plan de acción que recoja las recomendaciones de Bruselas para mejorar las deficiencias detectadas en sus fronteras.
Bruselas calcula que el costo de personal para realizar los controles fronterizos internos llegaría a 1,7 millón de euros, mientras que en concepto de tiempo perdido se situaría entre los 2500 y los 4500 millones de euros. Preocupa además de que 13 millones de reservas turísticas podrían perderse, con un costo total de 1200 millones de euros, y otros 1100 millones de euros en costos administrativos sufragados por los gobiernos debido a la necesidad de aumentar el personal de control de las fronteras.