18 jun 2016

90% de los niños refugiados llegan solos a las costas italianas

EXPLOTACIÓN Y ABUSOS
Más de 7.000 menores arribaron a Italia sin supervisión de adultos en los primeros cinco meses de 2016, y están expuestos a los traficantes, explotación y abusos, según destaca UNICEF.

ROMA (Uypress) —
14.06.2016




Miles de menores que, huyendo de la violencia o el hambre en sus países de origen, llegan a Italia solos, sin ningún adulto a su cargo. Son nueve de cada diez; vulnerables a caer en redes de traficantes, a ser explotados laboral o sexualmente y perder su infancia, algunos incluso su vida, por el camino. Es la alerta que lanza este martes la Agencia de la ONU para la Infancia en su informe Un peligro en cada etapa del camino.
Vale detenerse en el relato de Abubacarr, un joven de Gambia que luego de ocho meses de periplo llegó a Italia. Había atravesado Gambia, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger y Libia. "Viajé sin pasaporte, solo llevaba mi cartilla de vacunación. Crucé muchas fronteras, pero nunca me pidieron mi identificación, solo dinero", continúa. Y todavía no ha llegado a la parte peligrosa de su periplo: Libia. Allí temió por su vida. "Mataban a la gente y sufrí mucho en los cuatro meses que pasé allí". Pero no se podía marchar hasta reunir los 350 euros que cuesta coger un bote rumbo a Europa.

Los niños no acompañados dependen generalmente de los traficantes de seres humanos y están sometidos a un "sistema de pago sobre la marcha -deben pagar en diferentes fases del camino si quieren seguir adelante-, lo que les expone a la explotación", advierte Unicef.

Efectivamente, Abubacarr trabajó como albañil y lavando platos, hasta que pudo pagar a los traficantes para realizar su primer intento de cruzar el Mediterráneo. Pero fue capturado y acabó en prisión. "Escapé, cogí un segundo bote y fuimos rescatados por militares noruegos. Nos dieron agua, comida y ropa. Me dijeron: 'Estás en Europa, todo irá bien". El joven gambiano que, según sus palabras, dejaba atrás la guerra y llegaba a una tierra de paz, se sintió "feliz". Su madre, que pensaba que había muerto después de tantos meses sin saber de él, también.

"Es una situación silenciosa y desesperada: son invisibles y por tanto están abandonados. Sin embargo, hay decenas de miles de niños que corren peligro todos los días, y cientos de miles más están dispuestos a arriesgarlo todo", asegura en el documento Marie Pierre Poirier, coordinadora especial de Unicef para la crisis de los refugiados y migrantes en Europa. "Necesitamos proteger urgentemente a estos niños de todos los tipos de abuso y explotación que sufren de manos de quienes se aprovechan de sus sueños", continúa.

"Todos estos pequeños necesitan protección y que se cumplan sus derechos. Todos los países, los de origen, los que atraviesen y sus destinos tienen el deber de protegerlos", señala el organismo de la ONU.

De los 7.567 menores que cruzaron el mar y llegaron a Italia entre el uno de enero y el 31 de mayo de 2016, el 92% estaban solos. Una cifra muy por encima de la que se registró en el conjunto de Europa en 2015, cuando 95.970 niños no acompañados solicitaron asilo, lo que representa casi el 24% del total de pequeños que desembarcaron en el continente el año pasado: 405.955.

El hambre, matrimonios forzados, la guerra... los niños no solo huyen de una casa, un país, una tierra, sino del miedo, la violencia y la falta de oportunidades.En todo el mundo, casi uno de cada 10 niños residen en países y zonas afectadas por conflictos armados, y más de 400 millones viven en situación de pobreza extrema. "A menos que se aborden estas causas, seguirán emigrando en busca de una vida mejor", advierte Unicef.