Tras sesenta años y 8 millones de víctimas en la confrontación guerrilla-Estado, el gobierno y las Farc anunciaron el silencio de los fusiles. Hoy darán a conocer los detalles del acuerdo desde La Habana, epicentro de la negociación.
Por Katalina Vásquez Guzmán
Página/12 En Colombia
Desde Medellín
El último día de la guerra. Así titularon los colombianos el anuncio realizado desde La Habana, Cuba, sobre el acuerdo más esperado del Proceso de Paz con las Farc-Ep: el armisticio. Finalmente, después de tres años de negociaciones las partes acordaron el silencio de los fusiles que, según el presidente Juan Manuel Santos, comenzaría el pasado 23 de marzo y que no logró cumplirse. En ceremonia con el mismo Santos, el comandante de esa guerrilla alias Timochenko, y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, al mediodía de hoy se darán a conocer los detalles del acuerdo que tienen festejando a las víctimas y la sociedad civil. La oposición liderada por la derecha, entre tanto, no se pronunció oficialmente hasta conocer hoy la minucia del anuncio. Líderes sociales, comunidad internacional, y campesinos que habitan las históricas zonas de conflicto aporreadas por décadas por la confrontación guerrilla-Estado levantaron gritos de alegría por el esperado anuncio.
“Después de tanta guerra, después de todo lo que ha surgido por la violencia, era justo un cese al fuego, ¡era necesario!”, le dijo a Página/12 la señora Consuelo Arbeláez, quien perdió a su esposo Gabriel Jaime Santamaría en el exterminio a la Unión Patriótica, partido de los ex guerrilleros que negociaron la dejación de armas en los años noventa. “Hay una máquina, durante 60 años ha producido 8 millones de víctimas. A esa máquina hoy se le acaba el combustible”, fue la opinión de la congresista Angela María Robleda, una de las millones de usuarios de redes sociales que ayer usaron la etiqueta #ElUltimoDíaDeLaGuerra para alzar la voz en la web. En las calles, hoy se realizarán diversas manifestaciones de apoyo al Cese Bilateral como la convocada por la Ruta Pacífica de las Mujeres en capitales como Medellín y Bogotá, así como múltiples concentraciones de indígenas, mujeres, representantes de ongs, estudiantes y ciudadanía en general que se reunirá con flores, música y pantallas gigantes a seguir en vivo las palabras de ambas delegaciones desde La Habana, que dividen en dos la historia de Colombia.
Desde hoy pues se termina la guerra entre la fuerza pública colombiana y la guerrilla más vieja y poderosa del país que suma ya 52 años de existencia y, según expertos, unos 8 mil hombres y mujeres en filas. La sangrienta confrontación ha dejado como saldo un país con el mayor número de desplazados en el mundo, un deshonroso segundo lugar mundial en víctimas de minas antipersonal y artefactos explosivos, y 35 mil desaparecidos. El conlficto ha producido, con todos sus actores, 8 millones de víctimas contabilizadas hasta ahora y que siguen en aumento pues los grupos ilegales y legales continúan en disputa. Desde hoy, el más importante y grande de los alzados en armas ilegales detendrá el fuego definitivamente y el Estado, de igual forma contra su más viejo contrincante militar: unas Farc que a pesar de 8 años del gobierno de Álvaro Uribe y su política de seguridad democrática no pudieron ser derrotadas por la vía armada.
“Hemos llegado con éxito al Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo; la Dejación de las armas; las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz”, se dijo ayer vía comunicado escrito desde La Habana leído por los jefes de prensa de gobierno y Farc.
La opción de salir de esta guerra por medio del diálogo comenzó en Oslo, en noviembre de 2012, cuando se instaló la Mesa de Conversaciones que, según dijo Santos esta semana, trabajará hasta el 20 de julio próximo. En esa fecha se aspira a tener completamente listos los seis acuerdos: ya están negociados tierras, drogas ilícitas, participación política y víctimas. Hacen falta por cerrar Fin del Conflicto e Implementación y Verificación que están a unos pocos pasos de concretarse.
“El papel de las víctimas y la sociedad civil en adelante es muy importante, es seguir uniéndonos”, opinó Consuelo Arbélaez a este diario. Para ella, además, es preciso que el Estado continúe decidido y comprometido a reparar las víctimas, tarea que avanza pero sin lograr la satisfacción del universo completo de las mismas y con reparos a la implementación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras que algunas organizaciones exigen reformar. “Ojalá que el país no solo se dedique a hablar de país, y que las víctimas no nos quedemos esperando nuestra reparación”, asegura Consuelo, quien por años tuvo que esconderse y huir con sus hijas huérfanas para proteger su vida y hoy apoya abiertamente el Proceso de Paz con la convicción de que no desea que otros sufran lo que ella tuvo que pasar.
El armisticio que comienza hoy es un gran paso para que dejen de producirse víctimas como ella que, en medio de décadas de balas, han resultado afectadas sin participar directamente en los ejércitos. La población civil, las mujeres, y los hombres jóvenes han sido los principales afectados durante más de medio siglo de guerra que, con el acallamiento de las armas de las Farc, serán cada vez menos. Para Consuelo, lo que viene es quizá todavía más difícil que la negociación misma, pero no le cabe duda de que es lo que Colombia necesita. “El panorama no es fácil, el posconflicto va a ser muy difícil, pues hay muchos grupos ilegales que siguen trabajando”, dice la señora, mientras otros agregan en las redes sociales que el principal reto, además de la seguridad personal, es que los colombianos que se oponen a este Proceso de Paz abran la mente y concedan a las nuevas generaciones la posibilidad de conocer una Colombia en paz.
En la ceremonia de hoy en Cuba, entre tanto, se detallará cómo será el cese al fuego bilateral, y participarán, además de las delegaciones y personalidades de Colombia, el presidente de República Dominicana, en calidad de presidente de la Celac; el presidente de El Salvador, y los enviados especiales para el proceso de paz de los Estados Unidos y de la Unión Europea.