Por Pedro Brieger.
12 diciembre, 2017
El 26 de noviembre se realizaron elecciones presidenciales y parlamentarias en Honduras. En la madrugada del lunes 27, el Tribunal Supremo Electoral anunció que –contado el 57 por ciento de los votos- el candidato opositor Salvador Nasralla llevaba 5 puntos de ventaja sobre el actual presidente Juan Orlando Hernández, quien busca la reelección. Días después, y luego de algunos cortes en el sistema de transmisión de datos, Hernández apareció con una ventaja de más de un punto sobre Nasralla. A más de dos semanas de los comicios, y en medio de continuas protestas y denuncias de fraude, todavía no hay un resultado claro. En declaraciones a NODAL, Augusto Aguilar, expresidente del Tribunal Supremo Electoral de Honduras y miembro del Consejo de Expertos Electorales de América Latina (CEELA), asegura que el candidato opositor Salvador Nasralla tiene razón en su denuncia.
-¿Por qué todavía no hay un resultado claro y un ganador?
– Me parece que hubo una intención por parte del organismo electoral que desfiguró y descalificó por completo el proceso al interrumpir el conteo, el escrutinio general, estando avanzado Luego apareció con resultados diferentes a los que se habían anunciado, algo que para mí es insólito. Nunca en mi experiencia de más de 90 procesos electorales en los que he estado presente se ha dado que una tendencia con un escrutinio tan avanzado pueda cambiar en horas el resultado.
-¿Por qué Salvador Nasralla se declaró presidente electo siendo que también Juan Orlando Hernández se declaró vencedor?
– Tenía razón Nasralla, por supuesto, porque era el mismo Tribunal que dio el resultado primero con el 52 por ciento de las actas contadas, y después con el 71 por ciento, y ya con una ventaja para Nasralla de cerca del 5 por ciento de los votos. Eso es casi irreversible. Es muy difícil que pueda revertirse una tendencia a esas alturas de un conteo en materia electoral.
-¿Cómo se sale de esta crisis política donde no hay presidente en Honduras?
– La solución tendría que pasar por declarar nulas las elecciones realizadas el 26 de noviembre. Luego, mediante un gran acuerdo nacional donde participen los partidos políticos, los sectores organizados como la empresa privada, los trabajadores, la iglesia, y avalado por las Fuerzas Armadas, y con la supervisión de los organismos internacionales acreditados, llevar a cabo una nueva elección. Me parece que sería la mejor solución, que es política aunque tal vez no esté contemplado en la legislación hondureña porque no hay balotaje ni segunda vuelta como en casi todos los países de América Latina