30 noviembre, 2017
Honduras expectante ante espera de desenlace electoral
Al mediodía de este jueves la incertidumbre se mantiene en el país, cuando los dos contendores con posibilidades de ocupar la presidencia reflejan una diferencia mínima en la votación, mientras en las calles se observa resguardo policial y militar ante protestas de los aliancistas.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), continúa con el escrutinio de las actas y después de contabilizar el 92.23 % de las mesas electorales, informa en su plataforma de datos que el candidato del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández se mantiene en el primer lugar con el 42.88 % y Salvador Nasralla en el segundo con el 41.46 %, reflejando una escasa diferencia del 1.42 %.
Esos porcentajes representan que Juan Orlando Hernández suma un total de 1 millón 302 mil 697 votos, mientras Salvador Nasralla tiene 1 millón 259 mil 710 votos, siendo una diferencia de 42 mil 987 votos.
La tarde del miércoles tanto el candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, como el candidato del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández se comprometieron ante la OEA a respetar los resultados del TSE.
El jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones de Honduras, el expresidente de Bolivia Jorge Quiroga, afirmó que los presidenciables Juan Orlando Hernández y Salvador Nasralla se comprometieron mediante la firma de un documento a respetar los resultados que emanen del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El acuerdo duro muy poco, en horas de la noche el coordinador de la Alianza de Oposición, Manuel Zelaya, desconoció el acuerdo entre ambos candidatos y la OEA. Minutos después el candidato presidencial, Salvador Nasralla en una conferencia de prensa dijo que retiraba su firma del acuerdo.
Nasralla, afirmó que ya no confía en el escrutinio del Tribunal Supremo Electoral y anunció retirara su firma del documento de compromiso para reconocer los resultados que hizo ante la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Pero al margen de los acuerdos y desacuerdos políticos, la tensión es visible en las calles, lugares públicos y centros de trabajo de Tegucigalpa, capital del país. La misma situación se replica en otros centros urbanos como San Pedro Sula, Yoro y parte de la Costa Atlántica, donde las protestas de los adeptos a Nasralla y los resguardos policiales y militares de parte del gobierno ponen un acento que hace remembrar la crisis política que estremeció este país centroamericano en 2009 y que dejó fuera del poder al entonces presidente Manuel Zelaya Rosales.
En ese marco el Ejecutivo hondureño determinó ampliar un decreto para mantener desarmada a la población. Esa prohibición inició una semana antes de las elecciones y al filo de caducar ha sido reactivada hasta el viernes 8 de diciembre.
En espacios políticos y mediáticos los líderes nacionalistas y aliancistas siguen manteniendo sus discursos triunfalistas, mientras animan a sus seguidores a darse por ganadores.
La Embajada de los EEUU, a través de la jefa de la misión en Tegucigalpa ha vuelto a apuntar este jueves la posición de Washington sobre lo que ocurre en la política hondureña al señalar que el Tribunal Supremo Electoral debe finalizar el conteo de votos de manera transparente y sin injerencias.
De su lado, las misiones observadoras, especialmente la de OEA, la de ONU, UE y la estadounidense siguen observando el proceso y una gran parte de ellos se han instalado en la misma sede donde se registra el cómputo de las actas electorales.
Se prevé que este día el conteo electoral culmine y de esa forma las autoridades den a conocer quien ganó el proceso eleccionario de Honduras, pero también se estima que ese anuncie no sea suficiente para calmar las aguas políticas hondureñas.
Proceso