3 ene 2018

NEOLIBERALISMO A PLENO

ARGENTINA: DE RICOS PARA EVASORES
Las subas del transporte, combustibles, luz, gas, peajes, celulares, prepagas y alimentos dejan en offside al BCRA.Con tantos aumentos, la nueva meta ya es vieja
Por Javier Lewkowicz
03 de enero de 2018


Las principales empresas de alimentos preparan nuevas listas de precios por los incrementos de combustibles y el tipo de cambio. Imagen: Sandra Cartasso
El objetivo de una inflación de 15 por ciento este año quedó desactualizado cuando recién van dos días de enero, según el consenso de economistas de distintas tendencias. Hoy se anuncia la suba de colectivos y trenes.
El verano se proyecta caliente en materia de precios, con subas en colectivos y subtes, peajes, naftas, luz y gas, celulares y prepagas. Además está el probable impacto de la suba del dólar sobre los precios. De entrada, las consultoras advierten que la proyección oficial del 15 por ciento de inflación para 2018 es de casi imposible cumplimiento. En este marco, los gremios apuntan a una recomposición salarial en paritarias que también supera a la pauta del BCRA. Las únicas herramientas de control de precios por parte del Gobierno son las elevadas tasas de interés, que atentan contra la producción, y el retraso cambiario. El Ministerio de Transporte anuncia hoy la suba en el transporte público.

Según el Indec, el capítulo transporte es el de mayor peso en el índice de precios minoristas, del 0,29 punto porcentual para GBA, por encima de alimentos y bebidas (0,24 punto). Luego de una suba del 100 por ciento a comienzos de 2016, el Gobierno mantuvo estable el precio del transporte, con lo cual debió aumentar las partidas de subsidios en este capítulo. 

El plan oficial de achicar el gasto y la reciente presión del FMI en el mismo sentido alientan las subas tarifarias. 

Los aumentos en el transporte comenzarán a sentirse en los bolsillos desde febrero. El pasaje mínimo de colectivo subiría de 6 a 8 pesos en una primera etapa y el más usado, de 6,50 a 9, en tanto a fin de año llegaría a 13 pesos. El tren pasaría de 4 a 6 ahora y luego llegaría a 8, y el subte iría de 7,50 a 9,50 pesos, aunque esta última tarifa la determina el gobierno porteño. El ministro Dietrich informará además cómo será el nuevo sistema de pasajes multimodal, con un 25 por ciento de descuento en el segundo viaje dentro de un plazo de dos horas.

Otro aumento de amplia repercusión inflacionaria es la nafta, que sigue la marcha del dólar y la cotización internacional del crudo bajo el nuevo esquema de desregulación que impuso el Gobierno. Raúl Castellano, titular de la Cámara de Expendedores de Combustible (CEC), adelantó ayer que el alza será de entre el 6 y el 7 por ciento, aunque las petroleras dejaron trascender que sería del 5 por ciento.

El servicio de peajes porteños aumentó esta semana entre 36 y 83 por ciento para las autopistas 25 de Mayo, Perito Moreno e Illia a partir de la autorización judicial a un incremento que originalmente fue aplicado a comienzos de 2017. A partir de este mes las empresas de telefonía celular aplican una suba del 12 por ciento en los abonos y desde el 1º de febrero suben las cuotas de las prepagas un 4 por ciento. En febrero se aplica también el segundo tramo de aumento de las tarifas de electricidad (el primero fue en diciembre) en un 24 por ciento y un 15 por ciento subiría la factura de gas a instancias del Ministerio de Energía.

“Los fabricantes empezaron a tantear para mandar nuevas listas de precios en las próximas dos semanas por la suba de las naftas y la expectativa de paritarias más altas”, relató un supermercadista a este diario. Habría subas de las empresas Quilmes, Coca-Cola, Unilever, Mondelez y Arcor.

“Enero es un mes estacionalmente alto por turismo y esparcimiento. Está el tema de las naftas y además se produjeron subas de transporte en varias ciudades del Interior, lo que posiblemente tenga algún impacto en el IPC-Nacional. No es un escenario consistente con la nueva meta del 15 por ciento anual”, explicó a este diario Martín Vauthier, de la consultora Eco Go.

Dante Sica, director de Abeceb, consideró que “el primer trimestre será caliente en tema precios”. “Las subas de servicios estaban relativamente contempladas en las estimaciones previas. Hoy, la expectativa inflacionaria para todo el año está cerca del 18 por ciento”. Sica detalló que “en el caso de la luz y el gas el impacto en la inflación general este año debería ser algo menor que en 2017 porque tiene impacto en residenciales y no en comercios e industrias, que pagan mayormente el costo de generación”.

“Es difícil que cumplan con la meta planteada para 2018. A corto plazo, es esperable una aceleración de la inflación a partir del nuevo nivel de tipo de cambio, el aumento en rubros como transporte y otros servicios que afectan la estructura de costos. El cambio en la meta se explica porque el Gobierno iba hacia un tercer año consecutivo de no cumplir con la meta inflacionaria. El primer año fue 41 por ciento versus un 25 por ciento estipulado y en 2017 hubo una brecha de 7 u 8 puntos. Me pareció lógico mover la meta pero peligroso hacerlo en este momento, con el dólar escalando y con un Banco Central no interventor”, indicó Mariano De Miguel, director del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la UMET.

“Son meses cargados de aumentos. La primera estimación de inflación para enero es de 1,7 por ciento, pero todavía falta mucho. 2018 va a ser parecido a 2017 en materia de inflación, aunque con un nivel más bajo”, dijo Gabriel Zelpo, de Elypsis. “Esperamos un primer trimestre en torno al 2 por ciento mensual de inflación. Las perspectivas de cumplimiento de la meta del 15 por ciento son muy bajas a menos que haya una brutal recesión, cosa que no es probable. En primer lugar, hay un factor inercial y una inflación de costos de las empresas que es innegable. También hay inflación importada por la suba de los precios que compramos del exterior”, explicó Sergio Chouzas, de la Universidad de Avellaneda.

A los ricos, menos impuestos

La AFIP confirmó la baja de Bienes Personales en 2018.La recaudación impositiva de 2017 creció 24 por ciento. La mayor incidencia fue del IVA, en tanto que cayeron los ingresos por derechos de exportación por la disminución de retenciones, que se profundizará a lo largo de este año.



Alberto Abad, titular de la AFIP, admitió que la devolución del IVA a jubilados no fue lo esperado.


En 2017 la recaudación tributaria superó los 2,5 billones de pesos, lo que marcó un alza interanual del 24,2 por ciento. Las autoridades de la AFIP enfatizaron ayer que esa cifra contempla los ingresos generados por el blanqueo de capitales a lo largo de los últimos dos años, que “distorsionan” la comparación. El año pasado la autoridad tributaria recibió 41 mil millones de pesos por el sinceramiento fiscal. Sin contemplar esos recursos extraordinarios, ni los ingresados en 2016, las cuentas fiscales marcaron un incremento interanual del 29,2 por ciento frente al año anterior. Un desempeño similar se observa en la información mensual. En diciembre los recursos tributarios registraron una contracción del 14,6 por ciento contra el mismo período del año anterior, que en la lectura neta de los fondos provenientes del blanqueo resulta en una variación del 27,0 por ciento.

La mejora acumulada durante todo el año pasado refleja la heterogénea reactivación económica que alcanzó para empujar un 31,2 por ciento la recaudación por IVA para representar 1 de cada 3 pesos ingresados a las arcas del fisco en 2017. El titular de la AFIP, Alberto Abad, explicó que el impulso a los ingresos generados por el principal impuesto al consumo provino de los sectores de la construcción, las comunicaciones y los servicios. “Para nosotros es un número realmente significativo e importante. Empezó a reflejar durante este último semestre, sobre todo a través del IVA, el aumento en la actividad económica y el consumo”, consideró el funcionario. A pesar del deterioro en la estructura laboral registrado a lo largo de 2017, los recursos por aportes personales crecieron 31,2 por ciento y los provenientes de las contribuciones patronales aumentaron 30,8 por ciento. En diciembre esos impuestos vinculados a la seguridad social subieron 29,4 y 28,2 por ciento, respectivamente. “La presión tributaria baja des-pa-ci-to”, comentó el funcionario al referirse al impacto que tendría la reforma impositiva.

Los recursos por derechos de exportación alcanzaron los 66.121 millones de pesos en el año y marcaron una caída del 7,5 por ciento. 

El magro desempeño responde a una combinación entre la reducción de las alícuotas del gravamen de 2016 que será retomada este año y la caída en las cantidades exportadas. “La caída en los derechos de exportación se explica en gran parte por la retención de producción. Este año el stock de soja es 4 millones más elevado que el año pasado. Veremos cómo se comportan con el movimiento en el tipo de cambio”, expresó Abad al referirse al tradicional mecanismo de presión devaluatoria del sector agroexportador. Sin una reacción significativa en las exportaciones –precios o cantidades– o un nuevo salto cambiario, la rebaja de 0,5 punto porcentual mensual en los derechos de exportación (6 puntos en diciembre) la recaudación por retenciones seguirá mermando.

Entre los impuestos vinculados al comercio exterior, la recaudación correspondiente al IVA Aduanero trepó 33,2 por ciento en el año y 30,1 por ciento en diciembre. Las cifras expresan el sostenido proceso de apertura comercial que habilitó un acelerado ingreso de bienes de consumo del exterior. En tanto, la recaudación correspondiente a los derechos de importación escaló 25,3 por ciento en el año y 15,8 por ciento en diciembre.

En tanto, la recaudación por Bienes Personales registró un salto del 50,3 por ciento en diciembre frente al mismo período del año anterior y acumuló una suba interanual de 13,4 por ciento. 

Las mejoras nominales en los ingresos generados por el gravamen evidencian el incremento en la base imponible por el blanqueo que para bienes en el exterior escaló de 19.000 a 113.000 millones de dólares. 

El Gobierno proyecta para este año una disminución de los ingresos por el tributo a los Bienes Personales del 30 por ciento respecto del nivel estimado para 2017. La AFIP obtuvo 22.165 millones de pesos en 2017, mientras que los pagos de los sectores de mayor patrimonio en el país descenderán a 13.802 millones en 2018. Son 8363 millones de pesos menos. 

La caída de la recaudación de ese gravamen es el resultado de la decisión del Gobierno de reducir progresivamente la alícuota de tributación, que este año llegará apenas a 0,25 punto.

Durante la presentación de los datos en la sede del organismo, el funcionario reconoció que la devolución del 15 por ciento del IVA para los consumos con tarjeta de débito para jubilados que cobran la mínima y los titulares de AUH no muestra los resultados anunciados. “Funciona tranquilo”, expresó Abad al referirse al efecto de la medida implementada en junio de 2016. La baja efectividad se explica por el reducido nivel de utilización de la tarjeta de débito en el consumo de estos segmentos de la población. “Los resultados tardan 2 a 3 años porque esos contribuyentes no hacen sus compras con la tarjeta de débito, hay que tener paciencia”, consideró Abad. Desde la AFIP enfatizaron que desde el 31 de diciembre pasado los monotributistas de las categorías F a la K, alrededor de 408 mil contribuyentes, están obligados a aceptar tarjetas de débito.