El dilema de las noticias falsas en elecciones llega a Brasil
Mar 5, 2018
Mar 5, 2018
Brasil se dispone a luchar contra los esfuerzos organizados para desorientar intencionalmente a los electores ante una creciente preocupación de que los brasileños estarán expuestos a un torrente de noticias falsas de cara a una elección presidencial clave.
Los funcionarios que encabezan la iniciativa argumentan que el derecho a la libertad de expresión no puede enaltecerse en esta materia si el precio que conlleva es un resultado electoral ilegítimo, en comicios que podrían alterar de manera drástica el rumbo de Brasil, la cuarta democracia más grande del mundo- “Es necesario considerar cuál de estos dos principios debe sacrificarse en nombre de una elección que sea neutral y no esté contaminada de noticias engañosas”, dijo Luiz Fux, un juez del Supremo Tribunal Federal que hace poco asumió la presidencia del Tribunal Superior Electoral. “A veces la preocupación excesiva respecto de la libertad de expresión termina violando un principio más importante: el democrático”.
Bajo la dirección del juez Fux, la Policía Federal de Brasil estableció hace poco un grupo operativo de policías y personal de inteligencia que está desarrollando estrategias para prevenir la producción de noticias falsas y para limitar su alcance una vez que el contenido engañoso comience a divulgarse en internet. “No pretendemos infringir la libertad de expresión de nadie ni su derecho a expresar una opinión”, dijo Eugênio Ricas, el director de la división de crimen organizado de la Policía Federal y quien encabeza el grupo operativo anti noticias falsas. “La gran pregunta es cuándo una opinión personal se convierte en una calumnia acerca de un candidato publicada con la intención específica de dañarlo e interferir en una elección”.
Los funcionarios públicos también han consultado y negociado con empresas estadounidenses de tecnología, entre ellas Google, Twitter, Facebook y WhatsApp con la esperanza de convertirlas en aliadas en la lucha contra las noticias falsas en vez de blancos de multas y acciones por parte de las autoridades. Si su iniciativa tiene éxito, los funcionarios brasileños dicen que la elección de octubre, que tendrá lugar en una sociedad profundamente polarizada, podría servir de modelo para abordar un problema que ha socavado la fe en la democracia en todo el mundo.
Sin embargo, los funcionarios reconocen que se enfrentan a desconcertantes dilemas legales, tecnológicos y éticos. Al respecto, hay una ley clave de 2014 que otorga a los usuarios brasileños de internet fuertes protecciones de privacidad y libertad de expresión. Aunque a los funcionarios les preocupa particularmente una estrategia de noticias falsas utilizada por las campañas rivales en el país y no un gobierno extranjero, advierten que ese tipo de tácticas suelen ser planeadas y realizadas desde fuera, lo que dificulta combatirlas.
Los funcionarios judiciales y policiales han hecho un llamado al congreso a aprobar una ley que establece reglas y sanciones claras para las noticias falsas. Un proyecto de ley presentado el año pasado en el senado castigaría la propagación intencional de información falsa acerca de temas que afectan la salud pública, la seguridad, la economía y el proceso electoral con hasta dos años de prisión.
Sin embargo, es poco probable que los legisladores aprueben una legislación controvertida antes de la elección, según políticos y analistas. Eso significa que los funcionarios deban aplicar leyes y regulaciones que consideran anacrónicas para un problema del siglo XXI.
Estas incluyen códigos penales electorales y de difamación aprobados antes de que existiera el internet, así como una ley de seguridad pública de la era de la dictadura que prohibió la divulgación de rumores con potencial de generar pánico o agitación. “Esas leyes no son adecuadas para aplicar las tácticas de hoy”, dijo Ricas. “La evolución del internet y la comunicación dificulta que podamos depender de leyes provenientes de las décadas de 1980, 1960 y 1940”, agregó.
La situación legal ha hecho que la consolidación de relaciones constructivas con las empresas tecnológicas sea un pilar del plan.
Empresas de redes sociales como Facebook rechazaron en un principio las acusaciones de que habían sido un vehículo para campañas sofisticadas de desinformación en Estados Unidos en 2016. No obstante, conforme las evidencias se han acumulado, los gigantes de la tecnología han buscado presentarse como participantes proactivos en la lucha contra las noticias falsas. Tienen un poderoso incentivo para cooperar, pues el tribunal electoral dirigido por el juez Fux está en el proceso de finalizar lineamientos sobre la publicidad en línea. En momentos en que las campañas en Brasil recurren cada vez más a redes sociales que a medios tradicionales para dirigirse a los votantes, eso podía significar una lluvia de ingresos para las empresas de redes.
Pero, con ello, podría involucrarlas en disputas en caso de que surjan noticias falsas. En respuesta, estas compañías se han movilizado y dicen que están haciendo lo que pueden para combatir el problema.
“Las elecciones en Brasil son una prioridad para nosotros y hemos estado tomando una serie de medidas para asegurarnos de que nuestra plataforma le dé voz a la gente, aliente la participación cívica y ayude a reforzar la democracia”, señaló un encargado de prensa de Facebook mediante un comunicado enviado por correo electrónico. “Hemos hecho varias mejoras de producto para reducir el alcance del contenido de baja calidad, eliminar los incentivos económicos detrás de la mayoría de las noticias falsas y darle prioridad al contenido de fuentes confiables e informativas”.
Los funcionarios que encabezan la iniciativa argumentan que el derecho a la libertad de expresión no puede enaltecerse en esta materia si el precio que conlleva es un resultado electoral ilegítimo, en comicios que podrían alterar de manera drástica el rumbo de Brasil, la cuarta democracia más grande del mundo- “Es necesario considerar cuál de estos dos principios debe sacrificarse en nombre de una elección que sea neutral y no esté contaminada de noticias engañosas”, dijo Luiz Fux, un juez del Supremo Tribunal Federal que hace poco asumió la presidencia del Tribunal Superior Electoral. “A veces la preocupación excesiva respecto de la libertad de expresión termina violando un principio más importante: el democrático”.
Bajo la dirección del juez Fux, la Policía Federal de Brasil estableció hace poco un grupo operativo de policías y personal de inteligencia que está desarrollando estrategias para prevenir la producción de noticias falsas y para limitar su alcance una vez que el contenido engañoso comience a divulgarse en internet. “No pretendemos infringir la libertad de expresión de nadie ni su derecho a expresar una opinión”, dijo Eugênio Ricas, el director de la división de crimen organizado de la Policía Federal y quien encabeza el grupo operativo anti noticias falsas. “La gran pregunta es cuándo una opinión personal se convierte en una calumnia acerca de un candidato publicada con la intención específica de dañarlo e interferir en una elección”.
Los funcionarios públicos también han consultado y negociado con empresas estadounidenses de tecnología, entre ellas Google, Twitter, Facebook y WhatsApp con la esperanza de convertirlas en aliadas en la lucha contra las noticias falsas en vez de blancos de multas y acciones por parte de las autoridades. Si su iniciativa tiene éxito, los funcionarios brasileños dicen que la elección de octubre, que tendrá lugar en una sociedad profundamente polarizada, podría servir de modelo para abordar un problema que ha socavado la fe en la democracia en todo el mundo.
Sin embargo, los funcionarios reconocen que se enfrentan a desconcertantes dilemas legales, tecnológicos y éticos. Al respecto, hay una ley clave de 2014 que otorga a los usuarios brasileños de internet fuertes protecciones de privacidad y libertad de expresión. Aunque a los funcionarios les preocupa particularmente una estrategia de noticias falsas utilizada por las campañas rivales en el país y no un gobierno extranjero, advierten que ese tipo de tácticas suelen ser planeadas y realizadas desde fuera, lo que dificulta combatirlas.
Los funcionarios judiciales y policiales han hecho un llamado al congreso a aprobar una ley que establece reglas y sanciones claras para las noticias falsas. Un proyecto de ley presentado el año pasado en el senado castigaría la propagación intencional de información falsa acerca de temas que afectan la salud pública, la seguridad, la economía y el proceso electoral con hasta dos años de prisión.
Sin embargo, es poco probable que los legisladores aprueben una legislación controvertida antes de la elección, según políticos y analistas. Eso significa que los funcionarios deban aplicar leyes y regulaciones que consideran anacrónicas para un problema del siglo XXI.
Estas incluyen códigos penales electorales y de difamación aprobados antes de que existiera el internet, así como una ley de seguridad pública de la era de la dictadura que prohibió la divulgación de rumores con potencial de generar pánico o agitación. “Esas leyes no son adecuadas para aplicar las tácticas de hoy”, dijo Ricas. “La evolución del internet y la comunicación dificulta que podamos depender de leyes provenientes de las décadas de 1980, 1960 y 1940”, agregó.
La situación legal ha hecho que la consolidación de relaciones constructivas con las empresas tecnológicas sea un pilar del plan.
Empresas de redes sociales como Facebook rechazaron en un principio las acusaciones de que habían sido un vehículo para campañas sofisticadas de desinformación en Estados Unidos en 2016. No obstante, conforme las evidencias se han acumulado, los gigantes de la tecnología han buscado presentarse como participantes proactivos en la lucha contra las noticias falsas. Tienen un poderoso incentivo para cooperar, pues el tribunal electoral dirigido por el juez Fux está en el proceso de finalizar lineamientos sobre la publicidad en línea. En momentos en que las campañas en Brasil recurren cada vez más a redes sociales que a medios tradicionales para dirigirse a los votantes, eso podía significar una lluvia de ingresos para las empresas de redes.
Pero, con ello, podría involucrarlas en disputas en caso de que surjan noticias falsas. En respuesta, estas compañías se han movilizado y dicen que están haciendo lo que pueden para combatir el problema.
“Las elecciones en Brasil son una prioridad para nosotros y hemos estado tomando una serie de medidas para asegurarnos de que nuestra plataforma le dé voz a la gente, aliente la participación cívica y ayude a reforzar la democracia”, señaló un encargado de prensa de Facebook mediante un comunicado enviado por correo electrónico. “Hemos hecho varias mejoras de producto para reducir el alcance del contenido de baja calidad, eliminar los incentivos económicos detrás de la mayoría de las noticias falsas y darle prioridad al contenido de fuentes confiables e informativas”.