20 jun 2018

LA OTAN LOS DESPLAZA, EUROPA LOS RECHAZA

HUNGRÍA PROHIBIRÁ POR CONSTITUCIÓN SU INGRESO

Por inmigración, Europa busca crear centros de recepción en África con ayuda de la ONU
 19 de Junio de 2018



Ángela Merkel y Emmanuel Macron.



La Comisión Europea dio a conocer este martes un plan para hallar una solución momentánea a los inmigrantes rescatados en el mar a lo largo de la ruta del Mediterráneo central. La propuesta consisten en el arribo de estos a "plataformas regionales" especiales, centros administrados por la ONU en colaboración con la Unión Europea en territorio africano. Ocurre en un fuerte cruce entre distintos países y que Hungría busca modificar su Constitución para prohibir el ingreso de inmigrantes económicos.

Así lo propone un plan elaborado de manera conjunta por la Comisión Europea, la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Según la propuesta, esos centros podrían estar ubicados en las costas del norte de África, tal vez en Túnez, donde se realizará una prueba piloto para dividir a los inmigrantes económicos de aquellos que efectivamente necesitan protección.

El plan, elaborado para aliviar la presión sobre Italia, podría ser el punto de inflexión que devuelva la paz a la mesa de los líderes de la Unión Europea y allane el camino hacia la reforma de Dublin y la reapertura de las fronteras internas en la zona de Schengen.

El proyecto, que ya está incluido en el primer borrador de las conclusiones de la cumbre europea que tendrá lugar los días 28 y 29 de junio, podría ser conducido justamente por la locomotora franco-alemana, que hoy en Meseberg hizo su puesta a punto para correr a la misma velocidad.

El objetivo fue alcanzado. Al menos, eso parece a juzgar por la sonrisa de la canciller alemana Angela Merkel, que al término del encuentro con el presidente francés Emmanuel Macron, anunció la voluntad común de "aceptar las evaluaciones de Italia", uno de los países más expuestos a la crisis migratoria.

Aunque el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, volvió a anunciar para dentro de "dos o tres días" la propuesta italiana sobre la cual Roma se enfrentará con sus socios europeos.

En Alemania, junto a la canciller alemana y el jefe del Eliseo, estaba también el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, para compartir con ellos el proyecto.

Los intercambios fueron positivos, dejaron trascender fuentes europeas.

Y los movimientos parecen ir en la dirección deseada por el presidente del Consejo italiano, Giuseppe Conte, quien el miércoles se reunirá en el Palazzo Chigi (sede del gobierno) con el titular del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien recorre las capitales del Viejo Continente para hallar un acuerdo sobre la cuestión antes de la reunión de fin de mes.

Una delegación de Bruselas ilustró el lunes sobre el proyecto a estrechos colaboradores de Salvini. "Concebimos la migración como un desafío común y nuestro objetivo sigue siendo una respuesta europea. Queremos evitar que Europa se divida. Apoyamos las propuestas de la Comisión y el fortalecimiento de Frontex (Agencia Europea para la Gestión de las Fronteras, Ndr)", advirtió Merkel.

La canciller, blanco de críticas del presidente estadounidense Donald Trump, también se juega una partida interna con su ministro del Interior, el "halcón" Horst Seehofer.

Quien dio pleno apoyo a su socia europea fue Macron. "Actuaremos de manera coordinada en nombre de la cooperación. No podemos responder de modo eficiente sin coordinación", explicó.

En tanto, el enviado especial de ACNUR para la ruta del Mediterráneo Central, Vincent Cocetel, ofreció hoy detalles sobre los centros de desembarco en el norte de África.

Explicó que, en la práctica, con las "plataformas regionales para los desembarcos" los países anfitriones deberían autorizar la utilización de su territorio sin estar necesariamente involucrados en las misiones posteriores al desembarco.

Los inmigrantes que no tengan necesidad de protección internacional serían ayudados a regresar a sus países de origen, mientras los otros serían llevados a centros ubicados más al sur, para ingresar en los canales de reinserción hacia Europa, como sucede con el proyecto piloto que la UE puso en marcha en Níger.

Bruselas se encargó de aclarar que el proyecto de las "plataformas" no tiene nada que ver con aquel austriaco-danés de colocar un centro en Albania adonde enviar a los inmigrantes ya arribados a la UE.

Cocetel subrayó que son dos conceptos distintos. A la iniciativa austriaca-danesa se refería el comisionadoeuropeo para las migraciones, Dimitris Avramopoulos, cuando pareció contenerse al hablar de "una propuesta aún poco concreta".

Budapest incluirá en su nueva Carta Magna la prohibición de recibir a inmigrantes que buscan mejoras económicas, una medida con la que el primer ministro nacional populista húngaro, Viktor Orban, busca blindar la negativa a las cuotas obligatorias de la UE.

El texto de la modificación de la Ley fundamental de 2011 aprobada hoy en comisión será votado mañana por el Parlamento y declara que "está prohibido colocar extranjeros en el territorio del país, sin la autorización del Parlamento".

Con la mayoría de dos tercios obtenida en las últimas elecciones, Orban está ahora consolidando su poder. A pesar de que los juristas constitucionales advirtieron que el derecho internacional prevalece sobre la ley nacional, incluso si está insertada en la Constitución.

Semanas atrás, los países del llamado Grupo Visegrad (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) habían abandonado antes de la creación la reforma del reglamento de Dublin en contra de la redistribución de los refugiados.

Sin considerar que en enero Orban había hecho introducir una ley desde el Parlamento que criminaliza a quienes ayudan a inmigrantes ilegales. Castigo para los transgresores: un año de cárcel.

No hace mucho, la propaganda del gobierno repite como un mantra que con el mecanismo de cuotas obligatorias, la UE está tratando de hacer llegar inmigrantes en masa, poniendo así en peligro la identidad y la cultura cristiana de los húngaros.