¿Qué hay detrás de la participación de Chile en el ejercicio naval RIMPAC? –
Por Camilo Villa J.
19 junio, 2018
El ejercicio militar marítimo más grande del mundo es liderado por Estados Unidos y, en su edición 2018, será coordinado por Chile. Más allá del reconocimiento a la Armada nacional, hay factores políticos que hacen de este ejercicio un medidor de la geopolítica mundial.
Fue en 1971 cuando se realizó el primer RIMPAC, el ejercicio de guerra marítima más grande del mundo. Por aquel entonces, Estados Unidos se hizo acompañar de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y el Reino Unido.
El objetivo era contener la expansión de la extinta Unión Soviética en el Océano Pacífico. Hoy, el “fantasma del comunismo” no asusta como entonces, pero el RIMPAC se sigue ejecutando, mucho más grande y con más naciones que antaño.
Si bien el bloque socialista ya no existe, el RIMPAC es justificado con “funciones de seguridad”. En ese sentido, y según consignó BBC, el programa de entrenamiento “incluye operaciones anfibias, artillería, lanzamiento de misiles, ejercicios antisubmarinos y de defensa antiaérea. También operaciones contra la piratería, de remoción de minas, eliminación de artefactos explosivos y operaciones de buceo y rescate”.
Son 27 los países que participarán este año. La edición 2018 se ejecutará desde el 27 de junio en las cercanías de Hawái, y contará con 47 buques de guerra, cinco submarinos, más de 200 aviones. En total, se contabilizarán más de 25 mil soldados.
Los países latinoamericanos que participarán en este ejercicio de guerra marítima son Perú, Colombia, México, Chile y Brasil. Esta última nación lo hará por primera vez en su historia.
Un hito importante para nuestro país es que se transformará en la primera nación latinoamericana que asumirá la tarea de conducir las fuerzas marítimas coordinadas.
Para el analista internacional, Guillermo Holzmann, el hecho de que Chile asuma la coordinación del ejercicio es un reconocimiento a la profesionalidad de la Armada nacional.
“Que Chile aparezca como coordinador en términos de mando y control, es decir, conduciendo y coordinando directamente en el puesto de mando a todas las naves, que son un número bastante grande, es un reconocimiento al profesionalismo que tiene Chile en términos navales, que se ha ido afirmando en este tipo de ejercicios y en otros”.
Más allá del reconocimiento que pueda representar el participar y coordinar el RIMPAC, hay voces críticas que ven en este tipo de ejercicios, y sobre todo por los países que participan, una estrategia geopolítica de gobiernos afines ideológicamente para enfrentar a quienes hoy son considerados una amenaza.
Según Holzmann, las afinidades ideológicas en los tiempos actuales están en segundo plano. Para él prevalece, en estos casos, los intereses que puedan tener cada uno de los países involucrados.
Al respecto, señaló que Estados Unidos está presionando fuertemente en virtud del proceso de negociación por la propiedad intelectual frente a China, y en términos estratégicos, frente a Rusia.
“En esa perspectiva, lo que hace Estados Unidos y los principales países de Europa, es poder ir generando un frente común con aquellos países que ha mantenido histórica y tradicionalmente relaciones políticas y comerciales, para poder hacer frente justamente a lo que puede implicar una posición confrontacional con aquellos países como China o Rusia en áreas de influencia estratégica o geoeconómica como es el caso del Océano Pacífico”, señaló Guillermo Holzmann.
Las funciones preventivas con las que se justifica el RIMPAC después de la caída de la Unión Soviética son discutidas por algunos analistas. Uno de ellos, es el periodista y analista Pablo Jofré, quien cuestionó el verdadero objetivo de este ejercicio militar marítimo.
“Cuando uno habla de tareas preventivas hay que considerar, ¿prevenir contra quién? ¿quién es el enemigo? ¿el rival es China? ¿el rival es Rusia? Por tanto, cuando hablan de ejercicio preventivo es contra algo, contra el tráfico de drogas, contra la piratería, contra un enemigo que podría ser Corea del Norte, China o Rusia. Estos son ejercicios destinados a tener en operaciones las distintas fuerzas navales de los países participantes, y tienen efectivamente un sesgo ideológico: son países que responden a una lógica económica y política muy similar”.
Los países latinoamericanos que participarán del RIMPAC tienen algo en común: con excepción de Brasil que se integró este año, Perú, Colombia, México y Chile integran la Alianza del Pacífico.
Esta instancia regional nació el 2011 para “profundizar la integración entre estas economías y definir acciones conjuntas para la vinculación comercial con los países asiáticos de la cuenca del Pacífico, sobre la base de los acuerdos comerciales bilaterales existentes entre los Estados parte”.
Por eso, no deja de llamar la atención que, justamente, los cuatro países que conforman esta alianza económica participen en un ejercicio militar.
Claro, para Jofré, este pacto de gobiernos conservadores lleva implícito el componente político que les hace situarse al lado de Estados Unidos, por tanto, va más allá de una mera alianza económica.
“La Alianza del Pacífico ha demostrado que, desde el punto de vista económico, lleva implícito fuertemente un elemento político, y es tan claro, que los países que lo conforman son los países que son contrarios al ALBA, o eran contrarios a la unión regional de América Latina. Perú, Colombia, México y Chile han sido las puntas de lanza de Estados Unidos para oponerse a cualquier integración regional que fuese dirigida por países considerados progresistas, como Venezuela o Argentina y Brasil en su tiempo, entonces es un arma política”.
En el ejercicio naval se espera que Estados Unidos pruebe un misil noruego con capacidad antibunquer, esto, y según expertos, para demostrar su capacidad.
Diario U de Chile
El ejercicio militar marítimo más grande del mundo es liderado por Estados Unidos y, en su edición 2018, será coordinado por Chile. Más allá del reconocimiento a la Armada nacional, hay factores políticos que hacen de este ejercicio un medidor de la geopolítica mundial.
Fue en 1971 cuando se realizó el primer RIMPAC, el ejercicio de guerra marítima más grande del mundo. Por aquel entonces, Estados Unidos se hizo acompañar de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y el Reino Unido.
El objetivo era contener la expansión de la extinta Unión Soviética en el Océano Pacífico. Hoy, el “fantasma del comunismo” no asusta como entonces, pero el RIMPAC se sigue ejecutando, mucho más grande y con más naciones que antaño.
Si bien el bloque socialista ya no existe, el RIMPAC es justificado con “funciones de seguridad”. En ese sentido, y según consignó BBC, el programa de entrenamiento “incluye operaciones anfibias, artillería, lanzamiento de misiles, ejercicios antisubmarinos y de defensa antiaérea. También operaciones contra la piratería, de remoción de minas, eliminación de artefactos explosivos y operaciones de buceo y rescate”.
Son 27 los países que participarán este año. La edición 2018 se ejecutará desde el 27 de junio en las cercanías de Hawái, y contará con 47 buques de guerra, cinco submarinos, más de 200 aviones. En total, se contabilizarán más de 25 mil soldados.
Los países latinoamericanos que participarán en este ejercicio de guerra marítima son Perú, Colombia, México, Chile y Brasil. Esta última nación lo hará por primera vez en su historia.
Un hito importante para nuestro país es que se transformará en la primera nación latinoamericana que asumirá la tarea de conducir las fuerzas marítimas coordinadas.
Para el analista internacional, Guillermo Holzmann, el hecho de que Chile asuma la coordinación del ejercicio es un reconocimiento a la profesionalidad de la Armada nacional.
“Que Chile aparezca como coordinador en términos de mando y control, es decir, conduciendo y coordinando directamente en el puesto de mando a todas las naves, que son un número bastante grande, es un reconocimiento al profesionalismo que tiene Chile en términos navales, que se ha ido afirmando en este tipo de ejercicios y en otros”.
Más allá del reconocimiento que pueda representar el participar y coordinar el RIMPAC, hay voces críticas que ven en este tipo de ejercicios, y sobre todo por los países que participan, una estrategia geopolítica de gobiernos afines ideológicamente para enfrentar a quienes hoy son considerados una amenaza.
Según Holzmann, las afinidades ideológicas en los tiempos actuales están en segundo plano. Para él prevalece, en estos casos, los intereses que puedan tener cada uno de los países involucrados.
Al respecto, señaló que Estados Unidos está presionando fuertemente en virtud del proceso de negociación por la propiedad intelectual frente a China, y en términos estratégicos, frente a Rusia.
“En esa perspectiva, lo que hace Estados Unidos y los principales países de Europa, es poder ir generando un frente común con aquellos países que ha mantenido histórica y tradicionalmente relaciones políticas y comerciales, para poder hacer frente justamente a lo que puede implicar una posición confrontacional con aquellos países como China o Rusia en áreas de influencia estratégica o geoeconómica como es el caso del Océano Pacífico”, señaló Guillermo Holzmann.
Las funciones preventivas con las que se justifica el RIMPAC después de la caída de la Unión Soviética son discutidas por algunos analistas. Uno de ellos, es el periodista y analista Pablo Jofré, quien cuestionó el verdadero objetivo de este ejercicio militar marítimo.
“Cuando uno habla de tareas preventivas hay que considerar, ¿prevenir contra quién? ¿quién es el enemigo? ¿el rival es China? ¿el rival es Rusia? Por tanto, cuando hablan de ejercicio preventivo es contra algo, contra el tráfico de drogas, contra la piratería, contra un enemigo que podría ser Corea del Norte, China o Rusia. Estos son ejercicios destinados a tener en operaciones las distintas fuerzas navales de los países participantes, y tienen efectivamente un sesgo ideológico: son países que responden a una lógica económica y política muy similar”.
Los países latinoamericanos que participarán del RIMPAC tienen algo en común: con excepción de Brasil que se integró este año, Perú, Colombia, México y Chile integran la Alianza del Pacífico.
Esta instancia regional nació el 2011 para “profundizar la integración entre estas economías y definir acciones conjuntas para la vinculación comercial con los países asiáticos de la cuenca del Pacífico, sobre la base de los acuerdos comerciales bilaterales existentes entre los Estados parte”.
Por eso, no deja de llamar la atención que, justamente, los cuatro países que conforman esta alianza económica participen en un ejercicio militar.
Claro, para Jofré, este pacto de gobiernos conservadores lleva implícito el componente político que les hace situarse al lado de Estados Unidos, por tanto, va más allá de una mera alianza económica.
“La Alianza del Pacífico ha demostrado que, desde el punto de vista económico, lleva implícito fuertemente un elemento político, y es tan claro, que los países que lo conforman son los países que son contrarios al ALBA, o eran contrarios a la unión regional de América Latina. Perú, Colombia, México y Chile han sido las puntas de lanza de Estados Unidos para oponerse a cualquier integración regional que fuese dirigida por países considerados progresistas, como Venezuela o Argentina y Brasil en su tiempo, entonces es un arma política”.
En el ejercicio naval se espera que Estados Unidos pruebe un misil noruego con capacidad antibunquer, esto, y según expertos, para demostrar su capacidad.
Diario U de Chile