La salida de Rajoy y los errores de cálculo de Macri en el tablero internacional.Era uno de sus mayores aliados 1 de Junio de 2018
La caída del presidente español Mariano Rajoy representa un sinsabor para Mauricio Macri, ya que había convertido al líder conservador en uno de sus principales aliados en el continente europeo.
El último contacto que mantuvieron los mandatarios fue la conversación telefónica del 12 de mayo pasado, en la que Rajoy le expresó el apoyo de su país a la Argentina en la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Solo un mes antes, el líder del Partido Popular visitó Buenos Aires junto a 70 empresarios que participaron de un seminario donde se expusieron oportunidades de negocios.
Pero la salida anticipada del poder de Rajoy se suma a una lista de traspiés en los cálculos de Macri sobre distintos temas de coyuntura de política internacional, que finalmente no sucedieron como esperaba.
•Desmentida por Malvinas
En septiembre de 2016, Macri informó que la primera ministro británica Theresa May le había comentado informalmente, durante los breves minutos que se cruzaron en el marco de la Asamblea general de la ONU, que estaba dispuesta a discutir la soberanía de las islas Malvinas.
Horas después llegó la desmentida del gobierno inglés, que negó rotundamente que May hubiese dialogado con Macri sobre ese tema.
•"Crear redes y no levantar paredes"
Ese mismo mes, el líder del PRO opinó sobre la inminente elección presidencial en EEUU que mostraba una lucha pareja entre Donald Trump y Hillary Clinton. Consultado por su preferencia, aseguró que prefería "crear redes y no levantar paredes", en un guiño hacia la candidata demócrata ya que el republicano insistía con construir un muro en la frontera con México.
Y agregó: "He trabajado más con Hillary en los últimos años y sería la continuidad de Obama, con quien nos llevamos muy bien".
En diciembre, el republicano obtuvo sorprendentes victorias en estados clave y llegó a la Casa Blanca.
•Lluvia de inversiones
Una de las frases que quedaron grabadas del primer semestre de la gestión macrista fue la reiterada sentencia, luego del veto presidencial a una ley antidespidos, que la decisión generaría una "lluvia de inversiones" que originaría "empleo de calidad".
Los referentes económicos de PRO consideraban que el "cambio de aire" que se produciría luego de su llegada al poder iba a ser suficiente para traccionar la confianza y motivar el ingreso de importantes inversiones extranjeras.
Esas palabras volvieron a la memoria en marzo de este año, cuando en la apertura del 136 período de sesiones ordinarias del Congreso, el Presidente afirmó: "Vamos a cumplir las metas, vamos a dejar de endeudarnos y se van a multiplicar las inversiones".
Pero, lejos de los deseos oficiales, la tan concretada lluvia aún no se concretó.
•Emergentes
El posible ascenso de nuestro país a la categoría de "mercado emergente" es uno de los principales objetivos del Gobierno desde hace meses, y se descontaba que la calificadora Morgan Stanleydecidiría el pase a ese nivel.
Pero la corrida cambiaria que tuvo lugar durante las últimas semanas propagó un manto de dudas. El 20 de junio terminará de saberse si finalmente Argentina obtiene este "upgrade", una de las condiciones exigidas por varios inversores institucionales a la hora de apostar o no en un país.
•Ingreso a la OCDE
Desde el comienzo de su gestión, el Ejecutivo busca ser incluido como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como parte de una estrategia de inserción internacional (junto a la presidencia del G20).
Pero el Consejo de Ministros de la entidad postergó ahora la decisión para el inicio de los trámites de ingreso, que tardan tres o cuatro años, aunque desde el oficialismo estiman con optimismo que podría concretarse en la segunda mitad del año.
Los 35 países que integran en la actualidad la OCDE representan el 75% de la Inversión Extranjera Directa a nivel global y concentran el 60% del comercio y del PBI mundial.
•Acuerdo Mercosur - UE
Macri viajó en enero de este año a París con la esperanza de obtener el visto bueno del presidente francés Emmanuel Macron y destrabar el tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. Pero debió regresar sin esa ansiada respuesta afirmativa.
Es más, Macron expuso sus reservas en defensa del sector agrícola-ganadero galo y transmitió sus preocupaciones en lo relativo a la carne bovina. Hasta el día de hoy, la firma del acuerdo permanece bloqueada y su concreción es una incógnita.