Por Carlos Noriega
29 de junio de 2021
Imagen: AFP
Asesores de la candidata derrotada anunciaron un viaje a Washington para reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos.
Sin presentar pruebas del presunto fraude que denuncia y cuando la máxima autoridad electoral ha comenzado a rechazar sus pretensiones de anular votos que no la favorecieron, la derechista Keiko Fujimori, derrotada en las elecciones presidenciales por el maestro rural Pedro Castillo, busca ahora una intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para intentar revertir su derrota. Este lunes, la hija del encarcelado exdictador Alberto Fujimori dejó en Palacio de Gobierno una carta dirigida al presidente Francisco Sagasti solicitándole convoque a la OEA para que haga una auditoría al proceso electoral. Hasta el momento no había respuesta del gobierno peruano. El fujimorismo y sus aliados, cada vez más golpistas, han dicho que no reconocerán la victoria de Castillo ni la legitimidad del próximo gobierno si no se acepta su demanda de una auditoría de la OEA.
Se espera que la proclamación oficial de Castillo como presidente electo pueda darse la próxima semana, o hacia el final de esta semana si se acelera el paso, cuando las autoridades electorales terminen de ver los pedidos de nulidad de votos presentados por el fujimorismo. Pero todo se dilataría más tiempo si se abre lo de la auditoría de la OEA, lo que, sin embargo, diversos expertos en el tema consideran que difícilmente pueda prosperar.
Viaje a EE.UU.
La derecha peruana espera que la OEA repita en el Perú el cuestionado papel que tuvo en Bolivia y avale una salida golpista que revierta el resultado electoral o anule las elecciones. Asesores de Keiko han anunciado un viaje a Washington para reunirse con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y pedirle su intervención en las elecciones peruanas. Que la OEA acceda a realizar una auditoría a las elecciones peruanas implicaría que estaría desconociendo los informes de su propia misión de observadores que ha avalado la limpieza y legitimidad de estas elecciones. Eso sería un escándalo. Todas las otras misiones de observadores también han emitido informes certificando la validez de las elecciones. La Unión Europea, el gobierno de Estados Unidos, gobiernos de la región, como el de Argentina, entre otros, se han pronunciado a favor de la legitimidad de las elecciones que le han dado la victoria al profesor Castillo.
En su carta al presidente Sagasti, Keiko habla de “gran cantidad de irregularidades” en el proceso electoral, pero no presenta pruebas que sustenten sus afirmaciones. El fujimorismo pretende anular más de 200 mil votos en zonas rurales donde Castillo ganó ampliamente, y con eso voltear el resultado electoral que le da la victoria a Castillo por poco más de 44 mil votos. Alegan, con cuestionados peritajes de parte, que hay firmas en las actas de los miembros de mesa que no coinciden con las del documento de identidad, con lo que denuncian una supuesta suplantación y piden se anulen los votos de esas mesas de sufragio. No aportan ninguna evidencia de una alteración de la votación. No han podido presentar un solo caso de una persona que respalde la denuncia que la firma del acta no es suya y testifique que efectivamente fue suplantado en su labor como fiscal electoral. Por el contrario, más de treinta de esos miembros de mesa que supuestamente fueron suplantados y se les falsificó la firma y cuyos nombres se han divulgado públicamente han declarado que no hubo falsificación ni suplantación y que las firmas son suyas.
Voceros de la derecha han admitido que no tienen evidencias de un fraude, pero insisten en decir que hubo irregularidades. “No tenemos pruebas del fraude”, ha reconocido el exministro Dante Córdova, uno de los principales voceros de la derecha que denuncia fraude y pide la intervención de la OEA.
La Justicia electoral rechaza las demandas por nulidad
Mientras el fujimorismo busca a la OEA y petardea la legitimidad de los organismos electorales nacionales, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) retomó este lunes, luego de cuatro días de paralización por la renuncia de uno de sus cuatro miembros, las audiencias para analizar las demandas del fujimorismo para anular votos de Castillo. El jurado electoral volvió a rechazar por falta de sustento todas las demandas de nulidad de votos que examinó.
Sin argumentos en sus pretensiones de anular votos del ganador de las elecciones, el fujimorismo y sus aliados de la derecha no solo apuestan a una ayuda de la OEA, sino que juegan sus cartas internas promoviendo un golpe que desconozca el resultado electoral. Han cuestionado la legitimidad del tribunal electoral por fallar en su contra y han dicho que si este organismo proclama a Castillo como presidente, como todo indica ocurrirá en los próximos días, no aceptarán esa decisión y desconocerán la legitimidad del nuevo gobierno. Militares en retiro, encabezados por el exdictador Francisco Morales Bermúdez (1975-1980), condenado por un tribunal italiano por su participación en el Plan Cóndor, han pedido públicamente a las Fuerzas Armadas que desconozcan la victoria de Castillo, postura golpista aplaudida por el fujimorismo. En ese mismo sentido golpista también se han pronunciado congresistas electos y políticos aliados de Keiko. Derrotados, en la derecha se han sacado la careta y sus cartas golpistas han quedado expuestas.
Asesores de la candidata derrotada anunciaron un viaje a Washington para reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos.
Sin presentar pruebas del presunto fraude que denuncia y cuando la máxima autoridad electoral ha comenzado a rechazar sus pretensiones de anular votos que no la favorecieron, la derechista Keiko Fujimori, derrotada en las elecciones presidenciales por el maestro rural Pedro Castillo, busca ahora una intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para intentar revertir su derrota. Este lunes, la hija del encarcelado exdictador Alberto Fujimori dejó en Palacio de Gobierno una carta dirigida al presidente Francisco Sagasti solicitándole convoque a la OEA para que haga una auditoría al proceso electoral. Hasta el momento no había respuesta del gobierno peruano. El fujimorismo y sus aliados, cada vez más golpistas, han dicho que no reconocerán la victoria de Castillo ni la legitimidad del próximo gobierno si no se acepta su demanda de una auditoría de la OEA.
Se espera que la proclamación oficial de Castillo como presidente electo pueda darse la próxima semana, o hacia el final de esta semana si se acelera el paso, cuando las autoridades electorales terminen de ver los pedidos de nulidad de votos presentados por el fujimorismo. Pero todo se dilataría más tiempo si se abre lo de la auditoría de la OEA, lo que, sin embargo, diversos expertos en el tema consideran que difícilmente pueda prosperar.
Viaje a EE.UU.
La derecha peruana espera que la OEA repita en el Perú el cuestionado papel que tuvo en Bolivia y avale una salida golpista que revierta el resultado electoral o anule las elecciones. Asesores de Keiko han anunciado un viaje a Washington para reunirse con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y pedirle su intervención en las elecciones peruanas. Que la OEA acceda a realizar una auditoría a las elecciones peruanas implicaría que estaría desconociendo los informes de su propia misión de observadores que ha avalado la limpieza y legitimidad de estas elecciones. Eso sería un escándalo. Todas las otras misiones de observadores también han emitido informes certificando la validez de las elecciones. La Unión Europea, el gobierno de Estados Unidos, gobiernos de la región, como el de Argentina, entre otros, se han pronunciado a favor de la legitimidad de las elecciones que le han dado la victoria al profesor Castillo.
En su carta al presidente Sagasti, Keiko habla de “gran cantidad de irregularidades” en el proceso electoral, pero no presenta pruebas que sustenten sus afirmaciones. El fujimorismo pretende anular más de 200 mil votos en zonas rurales donde Castillo ganó ampliamente, y con eso voltear el resultado electoral que le da la victoria a Castillo por poco más de 44 mil votos. Alegan, con cuestionados peritajes de parte, que hay firmas en las actas de los miembros de mesa que no coinciden con las del documento de identidad, con lo que denuncian una supuesta suplantación y piden se anulen los votos de esas mesas de sufragio. No aportan ninguna evidencia de una alteración de la votación. No han podido presentar un solo caso de una persona que respalde la denuncia que la firma del acta no es suya y testifique que efectivamente fue suplantado en su labor como fiscal electoral. Por el contrario, más de treinta de esos miembros de mesa que supuestamente fueron suplantados y se les falsificó la firma y cuyos nombres se han divulgado públicamente han declarado que no hubo falsificación ni suplantación y que las firmas son suyas.
Voceros de la derecha han admitido que no tienen evidencias de un fraude, pero insisten en decir que hubo irregularidades. “No tenemos pruebas del fraude”, ha reconocido el exministro Dante Córdova, uno de los principales voceros de la derecha que denuncia fraude y pide la intervención de la OEA.
La Justicia electoral rechaza las demandas por nulidad
Mientras el fujimorismo busca a la OEA y petardea la legitimidad de los organismos electorales nacionales, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) retomó este lunes, luego de cuatro días de paralización por la renuncia de uno de sus cuatro miembros, las audiencias para analizar las demandas del fujimorismo para anular votos de Castillo. El jurado electoral volvió a rechazar por falta de sustento todas las demandas de nulidad de votos que examinó.
Sin argumentos en sus pretensiones de anular votos del ganador de las elecciones, el fujimorismo y sus aliados de la derecha no solo apuestan a una ayuda de la OEA, sino que juegan sus cartas internas promoviendo un golpe que desconozca el resultado electoral. Han cuestionado la legitimidad del tribunal electoral por fallar en su contra y han dicho que si este organismo proclama a Castillo como presidente, como todo indica ocurrirá en los próximos días, no aceptarán esa decisión y desconocerán la legitimidad del nuevo gobierno. Militares en retiro, encabezados por el exdictador Francisco Morales Bermúdez (1975-1980), condenado por un tribunal italiano por su participación en el Plan Cóndor, han pedido públicamente a las Fuerzas Armadas que desconozcan la victoria de Castillo, postura golpista aplaudida por el fujimorismo. En ese mismo sentido golpista también se han pronunciado congresistas electos y políticos aliados de Keiko. Derrotados, en la derecha se han sacado la careta y sus cartas golpistas han quedado expuestas.