Abr 1, 2022
Eduardo Camin
Sin hablar de la democratización de las patentes de la vacunas, que hubiera significado darle la oportunidad a que todos tuvieran accesos a la misma y no que sirvieran para generar ganancias en las farmacéuticas trasnacionales.
Algo también podemos decir del FMI, presionando a estados y gobiernos para que paguen la deuda a expensas del hambre de sus pueblos, generando derivas peligrosas y tendencias al desequilibrio que promueven los caminos a los estallidos sociales.
Crear el futuro es trazar el cauce que permita a los dirigentes políticos liberarse del yugo de las multinacionales, para promover los objetivos necesarios en beneficio de los miles de millones de individuos que son vilipendiados cada día
*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Eduardo Camin
El Foro Mundial para una recuperación centrada en las personas, organizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y realizado en Ginebra a fines de febrero, concluyó con compromisos renovados para impulsar una recuperación que priorice a las personas y aborde las peligrosas desigualdades agravadas por la crisis de la Covid-19.
Se trató de un torrente de palabras vertidas en el puente roto de la acción, conjugando conceptos entre la realidad y las promesas reiteradas e incumplidas. El Foro, de tres días de duración, reunió a Jefes de Estado y de Gobierno, directores de organizaciones internacionales y de bancos multilaterales de desarrollo, y líderes de empleadores y trabajadores de todo el mundo para proponer acciones concretas que permitan reconstruir mejor y reforzar el nivel y la coherencia de la respuesta de la comunidad internacional a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.
Se comprometieron con los objetivos de una recuperación centrada en las personas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD), el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
También el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), el Comisario Europeo para el Empleo y los Derechos Sociales, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), UNICEF, el Banco Africano de Desarrollo (BAD), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Enviado Especial de las Naciones Unidas para el Clima y las Finanzas.
En la clausura del Foro, el Director General de la OIT (hasta octubre), Guy Ryder, destacó «las vulnerabilidades extremas y, de hecho, las desigualdades que existen en el mundo del trabajo», que, según dijo, fueron puestas de manifiesto por la pandemia, «a veces de forma muy brutal, muy cruel».
«Tenemos que tomarnos en serio reforzar la resiliencia en nuestras economías, en el mundo. Y eso, creo, requiere que adoptemos estos enfoques integrados para la elaboración de políticas. Realmente no tiene mucho sentido que cada parte del sistema internacional se ocupe de su propio mandato particular de forma aislada de todos los demás, y esta es, por supuesto, la lógica de la coherencia de las medidas», dijo.
En las sesiones temáticas del Foro se abordaron las cuestiones más apremiantes a las que se enfrenta el mundo del trabajo: el crecimiento inclusivo y el empleo decente, la protección social universal, la protección de los trabajadores y el mantenimiento de las empresas, y la transición justa hacia la neutralidad del carbono. Se cerró con un debate sobre cómo alcanzar una recuperación inclusiva, sostenible y resiliente tras la crisis de la Covid- 19.
Muchos delegados se refirieron a las desigualdades agravadas por la pandemia, descritas por el Secretario General de la ONU António Guterre, en su discurso de apertura, como una «gran divergencia» entre los países y dentro de ellos que amenaza la recuperación económica y del empleo.
«Los países ricos están invirtiendo un porcentaje mucho mayor de su PIB en la recuperación. Mientras que muchos países de bajos ingresos están atrapados por la espiral de la deuda y carecen de recursos -víctimas de un sistema financiero mundial que antepone los beneficios a las personas-, los países en desarrollo se enfrentan a un déficit de empleo masivo y duradero», dijo Guterres.
Uno de los mensajes más fuertes de los oradores fue la necesidad de actuar y de que la comunidad internacional trabaje de forma solidaria para reconstruir mejor. Muchos delegados se refirieron al camino trazado en el “Llamamiento mundial a la acción de la OIT”, la «agenda común» del Secretario General de la ONU, y el “Acelerador mundial OIT/ONU para el empleo y la protección social”, que pide inversiones para crear al menos 400 millones de puestos de trabajo y ampliar la protección social a cuatro mil millones de mujeres, hombres y niños que actualmente no tienen cobertura.
Los resultados
Entre los resultados más destacados de la coherencia política multilateral del Foro Mundial se encuentran los siguientes:
Una nueva asociación entre la OIT y el PNUD para desarrollar una hoja de ruta común para el Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social, y para poner en marcha la Iniciativa Mundial conjunta sobre el Fomento de los Caminos hacia la Formalidad.
Una profundización de la cooperación entre la OMS y la OIT para reforzar los vínculos entre las instituciones del sector de la salud y del mundo del trabajo, a fin de proteger mejor a los trabajadores de los riesgos para la salud mental y las lesiones y enfermedades profesionales, y preparar los lugares de trabajo para las crisis sanitarias.
Un nuevo acuerdo marco que se desarrollará con el BERD para reforzar la cooperación en proyectos y la asistencia técnica en ámbitos como la igualdad de género, la transición justa y la acción climática para el empleo.
Un nuevo Memorando de Entendimiento que se firmará con el BIsD para apoyar una recuperación centrada en el ser humano, que prevé la cooperación en ámbitos como la capacitación económica de los jóvenes, la igualdad de género, el trabajo decente en situaciones de crisis y el fomento de la cooperación triangular Sur-Sur.
Un compromiso renovado por parte del FMI de proteger y priorizar el gasto social para luchar contra una «peligrosa divergencia» en la recuperación entre países.
Un refuerzo de la colaboración entre el BAD y la OIT para mejorar la capacidad de los sistemas de protección social y la armonización de datos, en apoyo de las actividades de financiación del cambio climático y de retirada de centrales eléctricas de carbón del Banco.
Una profundización de la cooperación entre la OCDE y la OIT sobre la transición justa y el crecimiento de la productividad.
Un refuerzo de la colaboración con el Banco Africano de Desarrollo en las áreas de desarrollo de competencias y empleo juvenil.
Una ampliación de la colaboración entre la OIT y la CMNUCC para apoyar a los países en su planificación de la transición justa.
Una profundización del compromiso de UNICEF, para asociarse con la OIT y la familia de la ONU en general, con el fin de garantizar el progreso en la consecución de la protección social universal.
Un fuerte compromiso del Banco Mundial con la Alianza Mundial para la Protección Social Universal para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (USP2030), presidida conjuntamente con la OIT.
Fuertes expresiones de apoyo al Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para una Transición Justa por parte de una amplia gama de países e instituciones.
Otros socios multilaterales también se refirieron a los elementos de una recuperación centrada en las personas. El Enviado Especial de la ONU para el Clima y las Finanzas hizo hincapié en la necesidad de una transición centrada en el ser humano para hacer frente a la crisis climática. El Comisario Europeo para el Empleo y los Derechos Sociales llamó la atención sobre la aplicación de una nueva comunicación de la UE sobre el trabajo decente -guiada por los cuatro pilares del trabajo decente de la OIT- para una transición justa global y una recuperación sostenible.
La FAO se comprometió a movilizar financiación adicional para construir sistemas sólidos de protección social a través de asociaciones eficientes, eficaces y coherentes y de la solidaridad mundial. La OMC habló de la necesidad vital de que el comercio aumente los niveles de vida, cree empleos decentes y beneficie a las personas.
La globalización, un marco de promesas sin mañana
En épocas de aglomeraciones, los jefes más poderosos del mundo siguen destacándose por sus discursos y promesas sin mañana, sometidos a un gobierno mundial entre las manos de una minoría de patrones de multinacionales sin escrúpulos, envueltos en ignominiosos y fraudulentos escándalos. No tenemos más que observar la realidad que nos rodea.
Se trató de un torrente de palabras vertidas en el puente roto de la acción, conjugando conceptos entre la realidad y las promesas reiteradas e incumplidas. El Foro, de tres días de duración, reunió a Jefes de Estado y de Gobierno, directores de organizaciones internacionales y de bancos multilaterales de desarrollo, y líderes de empleadores y trabajadores de todo el mundo para proponer acciones concretas que permitan reconstruir mejor y reforzar el nivel y la coherencia de la respuesta de la comunidad internacional a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.
Se comprometieron con los objetivos de una recuperación centrada en las personas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD), el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
También el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), el Comisario Europeo para el Empleo y los Derechos Sociales, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), UNICEF, el Banco Africano de Desarrollo (BAD), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Enviado Especial de las Naciones Unidas para el Clima y las Finanzas.
En la clausura del Foro, el Director General de la OIT (hasta octubre), Guy Ryder, destacó «las vulnerabilidades extremas y, de hecho, las desigualdades que existen en el mundo del trabajo», que, según dijo, fueron puestas de manifiesto por la pandemia, «a veces de forma muy brutal, muy cruel».
«Tenemos que tomarnos en serio reforzar la resiliencia en nuestras economías, en el mundo. Y eso, creo, requiere que adoptemos estos enfoques integrados para la elaboración de políticas. Realmente no tiene mucho sentido que cada parte del sistema internacional se ocupe de su propio mandato particular de forma aislada de todos los demás, y esta es, por supuesto, la lógica de la coherencia de las medidas», dijo.
En las sesiones temáticas del Foro se abordaron las cuestiones más apremiantes a las que se enfrenta el mundo del trabajo: el crecimiento inclusivo y el empleo decente, la protección social universal, la protección de los trabajadores y el mantenimiento de las empresas, y la transición justa hacia la neutralidad del carbono. Se cerró con un debate sobre cómo alcanzar una recuperación inclusiva, sostenible y resiliente tras la crisis de la Covid- 19.
Muchos delegados se refirieron a las desigualdades agravadas por la pandemia, descritas por el Secretario General de la ONU António Guterre, en su discurso de apertura, como una «gran divergencia» entre los países y dentro de ellos que amenaza la recuperación económica y del empleo.
«Los países ricos están invirtiendo un porcentaje mucho mayor de su PIB en la recuperación. Mientras que muchos países de bajos ingresos están atrapados por la espiral de la deuda y carecen de recursos -víctimas de un sistema financiero mundial que antepone los beneficios a las personas-, los países en desarrollo se enfrentan a un déficit de empleo masivo y duradero», dijo Guterres.
Uno de los mensajes más fuertes de los oradores fue la necesidad de actuar y de que la comunidad internacional trabaje de forma solidaria para reconstruir mejor. Muchos delegados se refirieron al camino trazado en el “Llamamiento mundial a la acción de la OIT”, la «agenda común» del Secretario General de la ONU, y el “Acelerador mundial OIT/ONU para el empleo y la protección social”, que pide inversiones para crear al menos 400 millones de puestos de trabajo y ampliar la protección social a cuatro mil millones de mujeres, hombres y niños que actualmente no tienen cobertura.
Los resultados
Entre los resultados más destacados de la coherencia política multilateral del Foro Mundial se encuentran los siguientes:
Una nueva asociación entre la OIT y el PNUD para desarrollar una hoja de ruta común para el Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social, y para poner en marcha la Iniciativa Mundial conjunta sobre el Fomento de los Caminos hacia la Formalidad.
Una profundización de la cooperación entre la OMS y la OIT para reforzar los vínculos entre las instituciones del sector de la salud y del mundo del trabajo, a fin de proteger mejor a los trabajadores de los riesgos para la salud mental y las lesiones y enfermedades profesionales, y preparar los lugares de trabajo para las crisis sanitarias.
Un nuevo acuerdo marco que se desarrollará con el BERD para reforzar la cooperación en proyectos y la asistencia técnica en ámbitos como la igualdad de género, la transición justa y la acción climática para el empleo.
Un nuevo Memorando de Entendimiento que se firmará con el BIsD para apoyar una recuperación centrada en el ser humano, que prevé la cooperación en ámbitos como la capacitación económica de los jóvenes, la igualdad de género, el trabajo decente en situaciones de crisis y el fomento de la cooperación triangular Sur-Sur.
Un compromiso renovado por parte del FMI de proteger y priorizar el gasto social para luchar contra una «peligrosa divergencia» en la recuperación entre países.
Un refuerzo de la colaboración entre el BAD y la OIT para mejorar la capacidad de los sistemas de protección social y la armonización de datos, en apoyo de las actividades de financiación del cambio climático y de retirada de centrales eléctricas de carbón del Banco.
Una profundización de la cooperación entre la OCDE y la OIT sobre la transición justa y el crecimiento de la productividad.
Un refuerzo de la colaboración con el Banco Africano de Desarrollo en las áreas de desarrollo de competencias y empleo juvenil.
Una ampliación de la colaboración entre la OIT y la CMNUCC para apoyar a los países en su planificación de la transición justa.
Una profundización del compromiso de UNICEF, para asociarse con la OIT y la familia de la ONU en general, con el fin de garantizar el progreso en la consecución de la protección social universal.
Un fuerte compromiso del Banco Mundial con la Alianza Mundial para la Protección Social Universal para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (USP2030), presidida conjuntamente con la OIT.
Fuertes expresiones de apoyo al Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para una Transición Justa por parte de una amplia gama de países e instituciones.
Otros socios multilaterales también se refirieron a los elementos de una recuperación centrada en las personas. El Enviado Especial de la ONU para el Clima y las Finanzas hizo hincapié en la necesidad de una transición centrada en el ser humano para hacer frente a la crisis climática. El Comisario Europeo para el Empleo y los Derechos Sociales llamó la atención sobre la aplicación de una nueva comunicación de la UE sobre el trabajo decente -guiada por los cuatro pilares del trabajo decente de la OIT- para una transición justa global y una recuperación sostenible.
La FAO se comprometió a movilizar financiación adicional para construir sistemas sólidos de protección social a través de asociaciones eficientes, eficaces y coherentes y de la solidaridad mundial. La OMC habló de la necesidad vital de que el comercio aumente los niveles de vida, cree empleos decentes y beneficie a las personas.
La globalización, un marco de promesas sin mañana
En épocas de aglomeraciones, los jefes más poderosos del mundo siguen destacándose por sus discursos y promesas sin mañana, sometidos a un gobierno mundial entre las manos de una minoría de patrones de multinacionales sin escrúpulos, envueltos en ignominiosos y fraudulentos escándalos. No tenemos más que observar la realidad que nos rodea.
Este morbo político-financiero de nuestro tiempo corre el peligro de las complicadas consecuencias individuales y catastróficas perspectivas sociales, una pavorosa amenaza la de limitar a minorías reducidísimas el confort y el bienestar, marginalizando y condenando a la indigencia a millones de seres humanos. Alejarse de la realidad social es postergar el futuro de pueblos enteros, al refugiarse en una dialéctica de teorías y promesas reiteradas en estas cumbres, y nunca eficazmente realizadas.
Una corriente de palabras vertidas en el puente roto de la acción conjugando conceptos entre la realidad y las promesas reiteradas e incumplidas. Hemos estado viendo cómo lss diferentes reuniones virtuales discurren a contrasentido de lo que se promete.
Por ejemplo en el marco de los Acuerdos Generales sobre el Comercio de Servicios (AGCS) ,estados miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) consideran y promueven en cada ciclo de negociaciones la privatización del agua, la educación, y la salud , que va en detrimento de lo que se plantea en el Foro.
Privatizar el agua un bien común de la humanidad al cual debemos proteger, promover, compartir y al cual más de mil millones de personas no tienen acceso. Lo mismo se puede agregar sobre la educación y la salud, derechos universales inscriptos en todas las Constituciones y reconocidos como un derecho accesible a todos y no únicamente a una elite de la sociedad.
Una corriente de palabras vertidas en el puente roto de la acción conjugando conceptos entre la realidad y las promesas reiteradas e incumplidas. Hemos estado viendo cómo lss diferentes reuniones virtuales discurren a contrasentido de lo que se promete.
Por ejemplo en el marco de los Acuerdos Generales sobre el Comercio de Servicios (AGCS) ,estados miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) consideran y promueven en cada ciclo de negociaciones la privatización del agua, la educación, y la salud , que va en detrimento de lo que se plantea en el Foro.
Privatizar el agua un bien común de la humanidad al cual debemos proteger, promover, compartir y al cual más de mil millones de personas no tienen acceso. Lo mismo se puede agregar sobre la educación y la salud, derechos universales inscriptos en todas las Constituciones y reconocidos como un derecho accesible a todos y no únicamente a una elite de la sociedad.
Sin hablar de la democratización de las patentes de la vacunas, que hubiera significado darle la oportunidad a que todos tuvieran accesos a la misma y no que sirvieran para generar ganancias en las farmacéuticas trasnacionales.
Algo también podemos decir del FMI, presionando a estados y gobiernos para que paguen la deuda a expensas del hambre de sus pueblos, generando derivas peligrosas y tendencias al desequilibrio que promueven los caminos a los estallidos sociales.
Crear el futuro es trazar el cauce que permita a los dirigentes políticos liberarse del yugo de las multinacionales, para promover los objetivos necesarios en beneficio de los miles de millones de individuos que son vilipendiados cada día
*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)