Matías Caciabue y Paula Giménez
On Abr 26, 2024
El exfutbolista David Beckam junto a Jorge Mas Canosa, propietarios del Inter Mimi, donde juega Lionel Messi
Por su profunda penetración, Miami se convirtió en la “capital latinoamericana” de los Estados Unidos. En el censo de 2020, más de la mitad (54%) de los habitantes del condado de Miami-Dade nacieron en el extranjero, 93% de los cuales son de origen “hispano”, destacándose las comunidades migrantes de origen cubano, con más de 800 mil personas, y colombiano, con más de 125 mil personas. Esos números, sobre una población que no supera los 2,7 millones de personas. También son importantes las comunidades de haitianos, nicaragüenses y puertorriqueños.
La historia de la ciudad está atravesada por el florecimiento de negocios ilegales, articulados al crimen organizado de Latinoamérica. Miami fue durante años, por ejemplo, el epicentro del narcotráfico en el país del norte. Desde esa ciudad operó Griselda Blanco, la gran socia de Pablo Escobar en territorio estadounidense, hoy popularizada por una serie de Netflix. Al día de hoy, la Ciudad sigue siendo una plaza preferencial para el lavado de activos del Narcotráfico.
En paralelo, y quizás no por casualidad, la Ciudad es también una plataforma para la política de la ultraderecha regional, hoy en ascenso.
En ese marco, sin lugar a dudas, en Miami sobresale la compleja trama de poder estadounidense con origen en los inmigrantes y exiliados cubanos. El anticastrismo de los sucesivos gobiernos de Washington alimentó el surgimiento de una compacta fuerza político-económica en Miami que confrontó, desde la década del sesenta en adelante, tanto con métodos legales como ilegales, a la Revolución Cubana.
En su libro Miami, dinero sucio, el periodista cubano Hedelberto López Blanch, indica que “la influencia de los cubanoamericanos se hizo más patente e imprescindible cuando, tras asimilar las enseñanzas de los grupos de poder estadounidenses, comenzaron a inmiscuirse en la política, obtuvieron puestos en el condado de Miami y extendieron sus brazos hacia el Capitolio de la Unión”.
Así, organizaciones mafiosas y criminales, con profesa vocación anticastrista, “otorgaban oportunidades y prebendas a los primeros exiliados para que incursionaran y aprendieran los pormenores del lobby en Washington, fundaran grandes empresas comerciales y de servicios, y algunos devinieran millonarios que aportaban bondadosas sumas de dinero a las campañas de los candidatos a comisionados, representantes, senadores y hasta presidentes”.
Por su profunda penetración, Miami se convirtió en la “capital latinoamericana” de los Estados Unidos. En el censo de 2020, más de la mitad (54%) de los habitantes del condado de Miami-Dade nacieron en el extranjero, 93% de los cuales son de origen “hispano”, destacándose las comunidades migrantes de origen cubano, con más de 800 mil personas, y colombiano, con más de 125 mil personas. Esos números, sobre una población que no supera los 2,7 millones de personas. También son importantes las comunidades de haitianos, nicaragüenses y puertorriqueños.
La historia de la ciudad está atravesada por el florecimiento de negocios ilegales, articulados al crimen organizado de Latinoamérica. Miami fue durante años, por ejemplo, el epicentro del narcotráfico en el país del norte. Desde esa ciudad operó Griselda Blanco, la gran socia de Pablo Escobar en territorio estadounidense, hoy popularizada por una serie de Netflix. Al día de hoy, la Ciudad sigue siendo una plaza preferencial para el lavado de activos del Narcotráfico.
En paralelo, y quizás no por casualidad, la Ciudad es también una plataforma para la política de la ultraderecha regional, hoy en ascenso.
En ese marco, sin lugar a dudas, en Miami sobresale la compleja trama de poder estadounidense con origen en los inmigrantes y exiliados cubanos. El anticastrismo de los sucesivos gobiernos de Washington alimentó el surgimiento de una compacta fuerza político-económica en Miami que confrontó, desde la década del sesenta en adelante, tanto con métodos legales como ilegales, a la Revolución Cubana.
En su libro Miami, dinero sucio, el periodista cubano Hedelberto López Blanch, indica que “la influencia de los cubanoamericanos se hizo más patente e imprescindible cuando, tras asimilar las enseñanzas de los grupos de poder estadounidenses, comenzaron a inmiscuirse en la política, obtuvieron puestos en el condado de Miami y extendieron sus brazos hacia el Capitolio de la Unión”.
Así, organizaciones mafiosas y criminales, con profesa vocación anticastrista, “otorgaban oportunidades y prebendas a los primeros exiliados para que incursionaran y aprendieran los pormenores del lobby en Washington, fundaran grandes empresas comerciales y de servicios, y algunos devinieran millonarios que aportaban bondadosas sumas de dinero a las campañas de los candidatos a comisionados, representantes, senadores y hasta presidentes”.
Por su profunda penetración, Miami se convirtió en la “capital latinoamericana” de los Estados Unidos. En el censo de 2020, más de la mitad (54%) de los habitantes del condado de Miami-Dade nacieron en el extranjero, 93% de los cuales son de origen “hispano”, destacándose las comunidades migrantes de origen cubano, con más de 800 mil personas, y colombiano, con más de 125 mil personas. Esos números, sobre una población que no supera los 2,7 millones de personas. También son importantes las comunidades de haitianos, nicaragüenses y puertorriqueños.La mansión de Pablo Escobar en Miami Beach
La historia de la ciudad está atravesada por el florecimiento de negocios ilegales, articulados al crimen organizado de Latinoamérica. Miami fue durante años, por ejemplo, el epicentro del narcotráfico en el país del norte. Desde esa ciudad operó Griselda Blanco, la gran socia de Pablo Escobar en territorio estadounidense, hoy popularizada por una serie de Netflix. Al día de hoy, la Ciudad sigue siendo una plaza preferencial para el lavado de activos del Narcotráfico.
En paralelo, y quizás no por casualidad, la Ciudad es también una plataforma para la política de la ultraderecha regional, hoy en ascenso.
En ese marco, sin lugar a dudas, en Miami sobresale la compleja trama de poder estadounidense con origen en los inmigrantes y exiliados cubanos. El anticastrismo de los sucesivos gobiernos de Washington alimentó el surgimiento de una compacta fuerza político-económica en Miami que confrontó, desde la década del sesenta en adelante, tanto con métodos legales como ilegales, a la Revolución Cubana.
En su libro Miami, dinero sucio, el periodista cubano Hedelberto López Blanch, indica que “la influencia de los cubanoamericanos se hizo más patente e imprescindible cuando, tras asimilar las enseñanzas de los grupos de poder estadounidenses, comenzaron a inmiscuirse en la política, obtuvieron puestos en el condado de Miami y extendieron sus brazos hacia el Capitolio de la Unión”.
Así, organizaciones mafiosas y criminales, con profesa vocación anticastrista, “otorgaban oportunidades y prebendas a los primeros exiliados para que incursionaran y aprendieran los pormenores del lobby en Washington, fundaran grandes empresas comerciales y de servicios, y algunos devinieran millonarios que aportaban bondadosas sumas de dinero a las campañas de los candidatos a comisionados, representantes, senadores y hasta presidentes”.
La historia de la ciudad está atravesada por el florecimiento de negocios ilegales, articulados al crimen organizado de Latinoamérica. Miami fue durante años, por ejemplo, el epicentro del narcotráfico en el país del norte. Desde esa ciudad operó Griselda Blanco, la gran socia de Pablo Escobar en territorio estadounidense, hoy popularizada por una serie de Netflix. Al día de hoy, la Ciudad sigue siendo una plaza preferencial para el lavado de activos del Narcotráfico.
En paralelo, y quizás no por casualidad, la Ciudad es también una plataforma para la política de la ultraderecha regional, hoy en ascenso.
En ese marco, sin lugar a dudas, en Miami sobresale la compleja trama de poder estadounidense con origen en los inmigrantes y exiliados cubanos. El anticastrismo de los sucesivos gobiernos de Washington alimentó el surgimiento de una compacta fuerza político-económica en Miami que confrontó, desde la década del sesenta en adelante, tanto con métodos legales como ilegales, a la Revolución Cubana.
En su libro Miami, dinero sucio, el periodista cubano Hedelberto López Blanch, indica que “la influencia de los cubanoamericanos se hizo más patente e imprescindible cuando, tras asimilar las enseñanzas de los grupos de poder estadounidenses, comenzaron a inmiscuirse en la política, obtuvieron puestos en el condado de Miami y extendieron sus brazos hacia el Capitolio de la Unión”.
Así, organizaciones mafiosas y criminales, con profesa vocación anticastrista, “otorgaban oportunidades y prebendas a los primeros exiliados para que incursionaran y aprendieran los pormenores del lobby en Washington, fundaran grandes empresas comerciales y de servicios, y algunos devinieran millonarios que aportaban bondadosas sumas de dinero a las campañas de los candidatos a comisionados, representantes, senadores y hasta presidentes”.
El exfutbolista David Beckam junto a Jorge Mas Canosa, propietario del InterAllí, el principal lobby anticastrista es la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), creada por Jorge Mas Canosa, el padre del socio de David Beckham en el Inter Miami FC, el equipo de futbol donde juega Lionel Messi.
En el pasado, la FNCA ha sido acusada de planificar y financiar ataques terroristas dentro de Cuba, y de haber facilitado y financiado la fuga de la cárcel en Venezuela del ya fallecido Luis Posada Carriles, un ex agente de la CIA al que el gobierno de Cuba le adjudicó la responsabilidad del atentado a un vuelo de Cubana de Aviación en el que murieron 73 pasajeros, todos civiles, en el año 1976.
En el entramado económico y político de Miami también resuenan los nombres de la familia Díaz-Balart. Rafael Díaz-Balart, hermano de la primera esposa de Fidel Castro, fue un connotado político y empresario del régimen de Fulgencio Batista –peleado a muerte con su cuñado revolucionario-, el dictador derrocado por el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
En el pasado, la FNCA ha sido acusada de planificar y financiar ataques terroristas dentro de Cuba, y de haber facilitado y financiado la fuga de la cárcel en Venezuela del ya fallecido Luis Posada Carriles, un ex agente de la CIA al que el gobierno de Cuba le adjudicó la responsabilidad del atentado a un vuelo de Cubana de Aviación en el que murieron 73 pasajeros, todos civiles, en el año 1976.
En el entramado económico y político de Miami también resuenan los nombres de la familia Díaz-Balart. Rafael Díaz-Balart, hermano de la primera esposa de Fidel Castro, fue un connotado político y empresario del régimen de Fulgencio Batista –peleado a muerte con su cuñado revolucionario-, el dictador derrocado por el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
Ya en su exilio voluntario en Miami, dos hijos de Rafael se dedicaron en su vida adulta a la política, dentro del Partido Republicano. Lincoln fue congresista entre 1993 y 2011, mientras que Mario lo es en la actualidad desde el año 2003. Otro de sus hijos, José Diáz-Balart, es un conocido periodista estadunidense, con una actuación destacada en Telemundo, la segunda señal televisiva en idioma español de los EEUU.
La Florida International University (FIU)
La Florida International University (FIU) es una universidad estatal con asiento en el condado de Miami-Dade. Siendo una de las instituciones de educación superior con mayor matricula de los Estados Unidos, la FIU tiene una vinculación histórica con el entramado político-económico de los emigrados y exiliados cubanos.
Desde el año 2007, el edificio de la Facultad de Derecho de la FIU se llama Rafael Díaz-Balart. Tal designación fue “un reconocimiento a las gestiones parlamentarias, como una forma de homenajear la labor de Mario Díaz-Balart, que fue decisiva en la creación de esa facultad cuando era senador estatal” (Cuba Encuentro, 28/03/2007) trabajó para la dictadura de Fulgencio Batista. Después de 1959 marchó a los Estados Unidos,
En el año 2009, fue elegido como decano de dicha unidad académica el por entonces Fiscal Federal para el Distrito Sur de Florida (Miami), Alexander Acosta. Luego, Acosta dejó su cargo académico en abril de 2017 para desempeñarse como Secretario (Ministro) de Trabajo de Donald Trump.
En noviembre de 2018, mientras circulaban rumores de que el Secretario Acosta estaba siendo considerado como un posible sucesor del Fiscal General de los EEUU, el diario Miami Herald publicó una investigación que detallaba el papel del por entonces Fiscal Acosta en el caso Epstein por pederastía y explotación sexual agravada.
Allí se supo que, en el año 2008, antes de asumir como decano de la FIU, Acosta aprobó un acuerdo federal de no procesamiento con Jeffrey Epstein. Ese acuerdo secreto, llevado a cabo sin consultar a las víctimas, fue posteriormente declarado ilegal por un juez federal por violar la Ley de Derechos de las Víctimas de Delitos.
En julio de 2019, Epstein fue arrestado por el FBI y la Policía de Nueva York por cargos de tráfico sexual derivados de actividades que presuntamente ocurrieron entre 2002 y 2005. Allí, y en medio de críticas por su mal manejo del caso Epstein, Acosta renunció a su cargo de Secretario de Trabajo, luego de una protesta pública que también salpicó las aulas universitarias de la FIU.
Adam Smith Center for Economic Freedom de la FIU
Las vinculaciones de la Universidad Internacional de Florida con el trumpismo y la ultraderecha no se agotan en el ex Decano Alexander Acosta. Una serie de economistas libertarios, probablemente bajo el patrocinio de donaciones privadas, crearon en el seno de la FIU el Adam Smith Center for Economic Freedom, un lobby anticubano disfrazado de think tank de ideas liberales.
Este Centro de la FIU realiza permanentemente actividades con entidades estrechamente vinculadas a la ultraderecha regional. Tal es el caso del InterAmerican Institute for Democracy – IID y la Sociedad Interamericana de Prensa – SIP.
El primero de esos espacios es una de las plataformas políticas que legitiman el accionar faccioso de Luis Almagro al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA). De hecho, se podría decir que la IID ha reclutado a Almagro como uno de sus principales alfiles políticos. La SIP, una entidad mucho más conocida, es la mayor articulación de empresarios de la comunicación de la región, y siempre actuó como un mascaron de la representación corporativa en pos de la “libertad periodística”.
Este Centro de la FIU realiza permanentemente actividades con entidades estrechamente vinculadas a la ultraderecha regional. Tal es el caso del InterAmerican Institute for Democracy – IID y la Sociedad Interamericana de Prensa – SIP.
El primero de esos espacios es una de las plataformas políticas que legitiman el accionar faccioso de Luis Almagro al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA). De hecho, se podría decir que la IID ha reclutado a Almagro como uno de sus principales alfiles políticos. La SIP, una entidad mucho más conocida, es la mayor articulación de empresarios de la comunicación de la región, y siempre actuó como un mascaron de la representación corporativa en pos de la “libertad periodística”.
Por supuesto, su defensa de la “libertad de (em)prensa” es siempre contra de los gobiernos progresistas y/o populares de América Latina. En el caso argentino, un asiduo participante de la IID y la SIP es Daniel Haddad, el dueño de Infobae, el portal más leído en español.
Mauricio Macri en el Adam Smith Center for Economic Freedom de la Universidad Internacional de Florida
La permanente superposición de agendas que el Adam Smith Center for Economic Freedom tiene con entidades como el InterAmerican Institute for Democracy – IID, la Sociedad Interamericana de Prensa – SIP, hacen sospechar que dicho centro de estudios y difusión de la FIU es la institucionalización académica de los intereses políticos del poder político y económico oculto de Miami, radicalmente opositora al gobierno de la Revolución Cubana y, por extensión, a todo proceso progresista y/o popular que emerja en América Latina.
No por casualidad el Adam Smith Center disfraza su reclutamiento de líderes juveniles con la realización anual de “grupos de estudio con nuestros becarios senios de liderazgo”, donde han participado como docentes personajes, donde destacan los expresidentes Mauricio Macri (Argentina), Eduardo Frei (Chile), Álvaro Uribe e Iván Duque (Colombia), Jamil Mahuad, Lenin Moreno y Guillermo Lasso (Ecuador), y personajes como Juan Guaidó (Venezuela), Ava Rossana Guevara (Vicepresidenta de Honduras), y Kiron Skinner (mano derecha de Mike Pompeo mientras este fue Secretario de Estado), entre otros.
Una de las articulaciones fundamentales del Adam Smith Center es el que sostiene con el International Republican Institute – IRI, la bajada del Partido Republicano que opera como una de las entidades fomentadas públicamente por la National Endowment for Democracy – NED, la Fundación Nacional para la Democracia, un espacio de financiamiento institucional estadounidense, asociado a los intereses y objetivos de la CIA.
La permanente superposición de agendas que el Adam Smith Center for Economic Freedom tiene con entidades como el InterAmerican Institute for Democracy – IID, la Sociedad Interamericana de Prensa – SIP, hacen sospechar que dicho centro de estudios y difusión de la FIU es la institucionalización académica de los intereses políticos del poder político y económico oculto de Miami, radicalmente opositora al gobierno de la Revolución Cubana y, por extensión, a todo proceso progresista y/o popular que emerja en América Latina.
No por casualidad el Adam Smith Center disfraza su reclutamiento de líderes juveniles con la realización anual de “grupos de estudio con nuestros becarios senios de liderazgo”, donde han participado como docentes personajes, donde destacan los expresidentes Mauricio Macri (Argentina), Eduardo Frei (Chile), Álvaro Uribe e Iván Duque (Colombia), Jamil Mahuad, Lenin Moreno y Guillermo Lasso (Ecuador), y personajes como Juan Guaidó (Venezuela), Ava Rossana Guevara (Vicepresidenta de Honduras), y Kiron Skinner (mano derecha de Mike Pompeo mientras este fue Secretario de Estado), entre otros.
Una de las articulaciones fundamentales del Adam Smith Center es el que sostiene con el International Republican Institute – IRI, la bajada del Partido Republicano que opera como una de las entidades fomentadas públicamente por la National Endowment for Democracy – NED, la Fundación Nacional para la Democracia, un espacio de financiamiento institucional estadounidense, asociado a los intereses y objetivos de la CIA.
Las vinculaciones públicas del Adam Smith Center de la FIU con el IRI republicano estaría dando señales del financiamiento público que asiste a la actuación regional de este ámbito académico articulado al poder oculto con raíces en inmigrantes y exiliados cubanos. Es que el propio representante Mario Díaz-Balart, disertante en más de una oportunidad en el Adam Smith Center y la FIU, es un gran promotor de que el dinero de los contribuyentes estadounidenses sea destinado a múltiples acciones contra el Gobierno de Cuba y, también, contra toda iniciativa política progresista y/o popular en América Latina.
Mario Díaz-Balart, en tanto miembro del Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes y presidente del Subcomité del Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados, el pasado 22 de marzo emitió una declaración [1] donde confirmaba la inclusión de seis proyectos de asignaciones específicas de su interés para este año fiscal 2024.
Mario Díaz-Balart, en tanto miembro del Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes y presidente del Subcomité del Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados, el pasado 22 de marzo emitió una declaración [1] donde confirmaba la inclusión de seis proyectos de asignaciones específicas de su interés para este año fiscal 2024.
Entre sus iniciativas, confirmó la inclusión de U$S 25 millones para las señales de Radio y TV Martí –con sede en Miami-, y de otros U$S 25 millones para “el financiamiento para promover la democracia”, consolidando un aumento del 25% a lo conseguido para el pasado 2023.
Impedir la ayuda de médicos cubanos a varios países durante la pandemia
De igual manera, Díaz-Balart confirmó que, como parte de su iniciativa, se aprobó una “instrucción clara sobre denegación de visas a gobiernos y organismos internacionales involucrados en el tráfico de médicos cubanos”, la forma en que se asocia con el “terrorismo” a las misiones médicas cubanas, de un innegable reconocimiento internacional tras la Pandemia Mundial del Covid-19.
“Como presidente del subcomité que proporciona fondos para la seguridad nacional y la política exterior, estoy orgulloso de que esta legislación garantice que el dinero de los contribuyentes dé prioridad a las agencias y programas que protegen nuestra seguridad nacional, defienden nuestros valores, apoyan a nuestros aliados y socios y promueven la democracia y la libertad. en el extranjero”, señaló el cubanoamericano que es Representante en el Congreso de los Estados Unidos por el estado de Florida desde el año 2003.
La iniciativa de Díaz-Balart no se agota en utilizar los dineros públicos estadounidenses en contra de Cuba. El congresista confirmó que el Subcomité del Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados aprobó que se destinen U$S 15 millones para “promover la democracia y la libertad religiosa” en Nicaragua, y no menos de U$S 50 millones en “apoyo a la democracia, los derechos humanos y la sociedad civil” en Venezuela.
De igual manera, Díaz-Balart confirmó que, como parte de su iniciativa, se aprobó una “instrucción clara sobre denegación de visas a gobiernos y organismos internacionales involucrados en el tráfico de médicos cubanos”, la forma en que se asocia con el “terrorismo” a las misiones médicas cubanas, de un innegable reconocimiento internacional tras la Pandemia Mundial del Covid-19.
“Como presidente del subcomité que proporciona fondos para la seguridad nacional y la política exterior, estoy orgulloso de que esta legislación garantice que el dinero de los contribuyentes dé prioridad a las agencias y programas que protegen nuestra seguridad nacional, defienden nuestros valores, apoyan a nuestros aliados y socios y promueven la democracia y la libertad. en el extranjero”, señaló el cubanoamericano que es Representante en el Congreso de los Estados Unidos por el estado de Florida desde el año 2003.
La iniciativa de Díaz-Balart no se agota en utilizar los dineros públicos estadounidenses en contra de Cuba. El congresista confirmó que el Subcomité del Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados aprobó que se destinen U$S 15 millones para “promover la democracia y la libertad religiosa” en Nicaragua, y no menos de U$S 50 millones en “apoyo a la democracia, los derechos humanos y la sociedad civil” en Venezuela.
Donald Trump respalda al congresista Mario Díaz-Balart
Para terminar de incendiar todas las alarmas, Mario Diaz-Balart confirmó que sus gestiones al frente del Subcomité de asignaciones para el extranjero incluyen gestiones para brindar “un apoyo inquebrantable a Israel mediante la financiación total del Memorando de Entendimiento (MOU) entre Estados Unidos e Israel por valor de 3.300 millones de dólares”, prohibiendo nuevos fondos para la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA), e “Imponer nuevas condiciones a cualquier asistencia a Gaza, incluidos mecanismos de coordinación con Israel, prevención del desvío hacia Hamás u otras entidades terroristas y requisitos de supervisión por parte de terceros”.
Para terminar de incendiar todas las alarmas, Mario Diaz-Balart confirmó que sus gestiones al frente del Subcomité de asignaciones para el extranjero incluyen gestiones para brindar “un apoyo inquebrantable a Israel mediante la financiación total del Memorando de Entendimiento (MOU) entre Estados Unidos e Israel por valor de 3.300 millones de dólares”, prohibiendo nuevos fondos para la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA), e “Imponer nuevas condiciones a cualquier asistencia a Gaza, incluidos mecanismos de coordinación con Israel, prevención del desvío hacia Hamás u otras entidades terroristas y requisitos de supervisión por parte de terceros”.
Freedom Matters, o el abrazo a Javier Milei
Recientemente, el Adam Smith Center for Economic Freedom de la FIU se asoció a la Fundación Libertyplus+ para realizar una serie de Conferencias bajo el título “Freedom Matters”, impostando la consigna antirracista y popular global de “Black Lives Matters”.
La coordinación de las Conferencias “Freedom Matters” está a cargo del comunicador mexicano Gabriel Bauducco, por el Adam Smith Center de la FIU, y el periodista cubanoamericano Frank Zimmerman, por Libertyplus+, un espacio que se asume como el capítulo internacional –en realidad, estadounidense- de la Fundación Federalismo y Libertad, surgida en la provincia argentina de Tucumán, bajo dirección de José Guillermo Godoy.
Esas conferencias, de un tenor agresivamente anticubano, se presenta como un espacio para consolidar una matriz de opinión libertaria en contra de toda política que no sea abiertamente neoliberal, y están dirigidas a “periodistas, economistas, actores del sistema político, profesionales independientes, influencers, empresarios”.
Las mismas se llevarán a cabo entre el 25 y el 26 de abril en Buenos Aires, con una agenda repartida entre la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y el auditorio de la Universidad del CEMA, la institución de educación superior privada fundada en 1978, en plena dictadura militar, por los discípulos argentinos de Milton Friedman y la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago.
Los Chicago Boy´s, hoy son actores centrales política de Javier Milei. La UCEMA es una institución que cobijó y promovió a Diana Mondino, la ministra de relaciones exteriores del actual gobierno. En ese marco, resulta una obviedad afirmar que las Conferencias “Freedom Matters” cuentan con el apoyo político del gobierno libertario. La presencia, entre los disertantes, de Juan “Tata” Yofre, habla de la cercanía del evento con el dispositivo gubernamental. Yofre, quien fue el titular de la SIDE (Secretaría de Inteligencia) durante los oscuros años menemistas, hoy es uno de los principales asesores políticos de Javier Milei.
Marco Rubio, el nombre de una política agresiva contra América Latina
En febrero de este año, Javier Milei, su ministro de economía, Luis Caputo, y su canciller, Diana Mondino, recibieron en una serie de reuniones al Senador Republicano por el estado de Florida, Marco Rubio.
Hijo de inmigrantes cubanos, Rubio es hoy, y por lejos, uno de los principales actores de la política estadounidense que promueve, impulsa y articula a la ultraderecha regional. Según lo informado por el diario Perfil, el actual senador republicano “es uno de los candidatos más firmes para secundar a Donald Trump” como su candidato a vicepresidente.
Conocido en Argentina por intentar impulsar la detención de Cristina Fernández por “corrupción”, la historia familiar de Marco Rubio está salpicada por el narcotráfico. Durante su adolescencia, Rubio vivió “temporalmente con su familia en la casa que pertenecía a su cuñado, Orlando Cicilia, cabecilla de una banda de narcotraficantes que llegó a manejar hasta 75 millones de dólares. Cicilia fue detenido en 1987 en un operativo federal encubierto, denominado Operación Cobra, y condenado a 35 años de cárcel. El hombre salió de prisión a principios del año 2000” (Univisión, 27/10/2016).
Siendo líder de la mayoría de la Cámara de Representantes de la Florida, Marco Rubio utilizó su cargo oficial para tramitar una licencia de agente de bienes raíces a Orlando Cicilia. “En julio del 2002, Rubio le envió una carta con su membrete oficial a la División de Bienes Raíces de la Florida, donde recomendaba a Cicilia `para obtener sin reservación una licencia como agente´. La carta, que obtuvo el Washington Post gracias a la Ley de Archivos Públicos de la Florida, da una leve idea de Rubio cuando usó su creciente poder político para ayudar a su cuñado a rehacer su vida y brinda una nueva percepción sobre cómo el joven político ha entrelazado su vida personal con la política” (El Nuevo Herald, 1/01/2016).
Conocido en Argentina por intentar impulsar la detención de Cristina Fernández por “corrupción”, la historia familiar de Marco Rubio está salpicada por el narcotráfico. Durante su adolescencia, Rubio vivió “temporalmente con su familia en la casa que pertenecía a su cuñado, Orlando Cicilia, cabecilla de una banda de narcotraficantes que llegó a manejar hasta 75 millones de dólares. Cicilia fue detenido en 1987 en un operativo federal encubierto, denominado Operación Cobra, y condenado a 35 años de cárcel. El hombre salió de prisión a principios del año 2000” (Univisión, 27/10/2016).
Siendo líder de la mayoría de la Cámara de Representantes de la Florida, Marco Rubio utilizó su cargo oficial para tramitar una licencia de agente de bienes raíces a Orlando Cicilia. “En julio del 2002, Rubio le envió una carta con su membrete oficial a la División de Bienes Raíces de la Florida, donde recomendaba a Cicilia `para obtener sin reservación una licencia como agente´. La carta, que obtuvo el Washington Post gracias a la Ley de Archivos Públicos de la Florida, da una leve idea de Rubio cuando usó su creciente poder político para ayudar a su cuñado a rehacer su vida y brinda una nueva percepción sobre cómo el joven político ha entrelazado su vida personal con la política” (El Nuevo Herald, 1/01/2016).
Por otro lado, Marco Rubio es uno de los principales representantes de la poderosísima Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), un conocido lobby estadounidense promotor de la libre portación de armas en ese país. Según Hedelberto López Blanch, el actual senador habría recibido U$S 3,3 millones de dicha asociación para financiar sus campañas electorales. Otros tres congresistas cubanoamericanos han sido beneficiarios de las donaciones de la NRA: Carlos Curbelo, Ileana Ros-Lehtinen y, por supuesto, Mario Díaz-Balart.
Palabras finales
Desde un tiempo a esta parte, Javier Milei se convirtió en un objetivo a rodear por parte de la política neoconservadora de Miami. La ciudad capital del Estado de Florida amalgama una densa trama de intereses económicos y políticos que permanentemente proyectan sus intereses sobre toda América Latina.
La realización de las Conferencias “Freedom Matters” no deben pasar inadvertidas. Detrás de una presunta vocación académica, ese tipo de iniciativas sirven para articular la poderosísima red política y económica de la ultraderecha regional. Con su trama oscura de intereses, la ciudad de Miami es un epicentro de poder que merece la atención de los analistas políticos de Argentina y la región. La Ciudad del sur de Florida es un nodo que debe incluirse en todo análisis de la trama de la política Latinoamericana, y de los vínculos de nuestra región con los Estados Unidos.
Nota
[1] https://mariodiazbalart.house.gov/media-center/press-releases/chairman-diaz-balarts-statement-passage-fy24-appropriations-legislation
* Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y docente universitario (UNAHUR). Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Ambos son Investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Nota
[1] https://mariodiazbalart.house.gov/media-center/press-releases/chairman-diaz-balarts-statement-passage-fy24-appropriations-legislation
* Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y docente universitario (UNAHUR). Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Ambos son Investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)