Por Atilio A. Boron
Días pasados, Pablo Vidal, uno de los diputados del partido Revolución Democrática que integra el Frente Amplio de Chile, manifestó en una entrevista ante La Tercera que el presidente Nicolás Maduro era un dictador. Lo que podría haber sido el desafortunado exabrupto de un novel legislador tardó unas pocas horas en revelarse como el síntoma de una grave enfermedad que, de no combatirse de inmediato, clausuraría por largos años la posibilidad de ofrecer una alternativa pos-neoliberal al desprestigiado sistema de partidos políticos imperante en Chile, vástago de la funesta dictadura de Augusto Pinochet.