Por Lucas Aguilera
En 15/04/2022
Hemos sido construidos históricamente para repeler, horrorizados y horrorizadas, el fenómeno de la guerra burguesa desde la óptica de su moral universal. Lo curioso es que la guerra precede a la paz y nos obligan por la fuerza -aunque parezca contradictorio-, a reconocer el fetiche de la paz como único mediador posible. Nos repiten constantemente que la razón debe primar sobre la fuerza, el consenso sobre el conflicto, como única salida posible para el entendimiento general, obviando que esa moral universal, ese espíritu del mundo, fue forjado por una sociedad específica a base de victorias militares.
En 15/04/2022
Hemos sido construidos históricamente para repeler, horrorizados y horrorizadas, el fenómeno de la guerra burguesa desde la óptica de su moral universal. Lo curioso es que la guerra precede a la paz y nos obligan por la fuerza -aunque parezca contradictorio-, a reconocer el fetiche de la paz como único mediador posible. Nos repiten constantemente que la razón debe primar sobre la fuerza, el consenso sobre el conflicto, como única salida posible para el entendimiento general, obviando que esa moral universal, ese espíritu del mundo, fue forjado por una sociedad específica a base de victorias militares.