Por Emir Sader
26 AGO, 2016
Cualquiera que sea el desenlace inmediato de la más profunda y prolongada crisis que el país ha vivido, Brasil no saldrá igual, nunca más será el mismo que fue. Será mejor o peor, pero nunca más el mismo. La crisis devastó la credibilidad de todo el sistema político, liquidó la legitimidad del Congreso, propagó la falta de confianza en el Poder Judicial e hizo que el pueblo aprendiera que no basta votar y ganar cuatro elecciones para que el mandato presidencial sea respetado.
Cualquiera que sea el desenlace inmediato de la más profunda y prolongada crisis que el país ha vivido, Brasil no saldrá igual, nunca más será el mismo que fue. Será mejor o peor, pero nunca más el mismo. La crisis devastó la credibilidad de todo el sistema político, liquidó la legitimidad del Congreso, propagó la falta de confianza en el Poder Judicial e hizo que el pueblo aprendiera que no basta votar y ganar cuatro elecciones para que el mandato presidencial sea respetado.