El secretario de Estado adjunto de EE.UU., Anthony Blinken, anunció que su país destinará a Colombia más de 600 millones de dólares para "fortalecer" el país. No obstante, los analistas cuestionan los objetivos reales de esta "ayuda pacífica".
28 abr 2015
Según fuentes oficiales, Washington ya ha entregado más de 21 millones de dólares para el arreglo del conflicto en Colombia y, en el marco del diálogo de alto nivel entre las dos naciones en Bogotá, Blinken aseguró que su país está comprometido con la búsqueda de la paz.
El alto funcionario añadió que a través de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) destinará 5 millones de dólares adicionales para el supuesto desminado humanitario en el país latinoamericano. No obstante, este organismo ya quedó expuesto en varias ocasiones por haber financiado a fuerzas opositoras en países como Rusia, Venezuela, Perú, Bolivia o Ecuador.
Los documentos secretos demuestran que el objetivo de esa asistencia fue poner fin a unos Gobiernos cuya política contradice a la de la Casa Blanca. A ese respecto, el analista político Carlos Santa María opina que EE.UU. utiliza su ayuda financiera a otros países para alcanzar sus propios objetivos.
"Fundamentalmente EE.UU. nunca presta dinero ni da ayudas si no son condicionadas... Por tanto en este caso lo que está haciendo EE.UU. es un muy buen negocio: entrega dinero para fines pacíficos y a la vez el presidente de EE.UU. adquiere una imagen de pacifista", señala el experto.
Según Santa María, esta política ayuda al Gobierno norteamericano a lograr dos cosas: por un lado mostrarse a nivel mundial como un "buen samaritano" y por otro mejorar la imagen del país y de su mandatario. Sin embargo, de acuerdo con el analista, la presencia de USAID en esas operaciones presenta dificultades,puesto que la institución ha sido habitualmente vinculada a procesos políticos bastante peligrosos para América Latina.