SOSPECHAS
Se hundieron hasta 20% las acciones de Renault y Fiat en París y Milán
Las acciones de las automotrices Renault y Fiat se desplomaron este jueves en las Bolsas de París y Milán, respectivamente, ante las sospechas de datos falseados.
En el primer caso, los papeles de la automotriz francesa se derrumbaron hasta un 20% (finalmente cerraron con una baja del 10,3%) en la Bolsa de París, después de que se supo que la justicia de ese país registró varias sedes del grupo ante la sospecha de que se falseen motores para que no se detecten emisiones contaminantes.
En tanto, en Italia, las acciones del grupo automovilístico Fiat Chrysler Automobiles (FCA) vivieron una jornada de fuertes pérdidas en la Bolsa de Milán (llegaron a caer cerca del 10%), que obligaron a suspender su cotización en varias ocasiones, ante la duda de que las ventas estén falsamente infladas.
La caída de los títulos de Renault se produjo después de que el sindicato CGT informara de que agentes de la Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude investigan los departamentos de "homologación y puesta a punto de los controles del motor".
Según ese sindicato, las pesquisas podrían estar relacionadas con "las consecuencias del caso de los motores falseados de Volkswagen", informan los medios.
Los registros en Renault, informaron medios locales, tuvieron lugar en el centro de ingeniería de Lardy, el de tecnología de Guyancourt, la planta de Plessis-Robinson y su sede de Boulogne-Billancourt, todos en los alrededores de París.
Los agentes se incautaron de las computadoras de varios responsables, según el sindicato. Un poco más tarde Renault confirmó los registros pero aseguró que no se detectó ningún programa informático para trucar sus motores, como en el caso de Volkswagen.
La compañía afirmó que las pruebas sobre vehículos en circulación en Francia que está realizando una comisión técnica independiente "no pone de manifiesto la presencia de un software malicioso equipado en los vehículos" de la marca.
"El gobierno francés formó una comisión técnica independiente" afirmó Renault mediante un comunicado como respuesta a la revelación pública de la Agencia Americana de Protección del Medio Ambiente (EPA) sobre la existencia de un software del tipo "Defeat Device" existente en un constructor automovilístico de primer rango.
Esta comisión, llamada Comisión Royal, tiene como misión "verificar que los constructores franceses no hayan equipado sus vehículos con algún tipo de software equivalente" y para lo cual el Grupo Independiente de Homologación y Certificación de productos está probando actualmente 100 vehículos en circulación, de los cuales 25 son Renault.
En paralelo, la Dirección General de la Competencia, del Consumo y del Control de Fraudes (DGCCRF) decidió proceder a una investigación complementaria in situ, que tiene por objetivo validar de forma definitiva los primeros elementos de análisis realizados por la Comisión técnica independiente, para lo cual se presentó en la Sede Social, en el Centro Técnico Renault de Lardy y en el Tecnocentro de Guyancourt.
El pasado septiembre se descubrió que el grupo alemán Volkswagen manipuló los programas informáticos de sus cientos de miles de sus automóviles diesel y gasoil lo que ha desencadenado una serie de procesos legales contra la compañía en distintos países en los que comercializa sus productos.
Tras ese escándalo, Renault anunció un plan de inversión de 50 millones de euros para reducir la diferencia entre las emisiones contaminantes de sus vehículos y su homologación en condiciones reales.
En el caso de Fiat Chrysler, según los analistas, el desplome se debe supuestamente a la denuncia de dos concesionarias de coches en Chicago (Estados Unidos) sobre las presiones recibidas para inflar las ventas mensuales.
Al mediodía de Italia el título de FCA volvía a ser admitido a cotizar en el mercado milanés tras tres suspensiones durante la jornada y registró una baja de 9,8%. Finalmente, cerró la rueda con una caída del 7,9%.
En el primer caso, los papeles de la automotriz francesa se derrumbaron hasta un 20% (finalmente cerraron con una baja del 10,3%) en la Bolsa de París, después de que se supo que la justicia de ese país registró varias sedes del grupo ante la sospecha de que se falseen motores para que no se detecten emisiones contaminantes.
En tanto, en Italia, las acciones del grupo automovilístico Fiat Chrysler Automobiles (FCA) vivieron una jornada de fuertes pérdidas en la Bolsa de Milán (llegaron a caer cerca del 10%), que obligaron a suspender su cotización en varias ocasiones, ante la duda de que las ventas estén falsamente infladas.
La caída de los títulos de Renault se produjo después de que el sindicato CGT informara de que agentes de la Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude investigan los departamentos de "homologación y puesta a punto de los controles del motor".
Según ese sindicato, las pesquisas podrían estar relacionadas con "las consecuencias del caso de los motores falseados de Volkswagen", informan los medios.
Los registros en Renault, informaron medios locales, tuvieron lugar en el centro de ingeniería de Lardy, el de tecnología de Guyancourt, la planta de Plessis-Robinson y su sede de Boulogne-Billancourt, todos en los alrededores de París.
Los agentes se incautaron de las computadoras de varios responsables, según el sindicato. Un poco más tarde Renault confirmó los registros pero aseguró que no se detectó ningún programa informático para trucar sus motores, como en el caso de Volkswagen.
La compañía afirmó que las pruebas sobre vehículos en circulación en Francia que está realizando una comisión técnica independiente "no pone de manifiesto la presencia de un software malicioso equipado en los vehículos" de la marca.
"El gobierno francés formó una comisión técnica independiente" afirmó Renault mediante un comunicado como respuesta a la revelación pública de la Agencia Americana de Protección del Medio Ambiente (EPA) sobre la existencia de un software del tipo "Defeat Device" existente en un constructor automovilístico de primer rango.
Esta comisión, llamada Comisión Royal, tiene como misión "verificar que los constructores franceses no hayan equipado sus vehículos con algún tipo de software equivalente" y para lo cual el Grupo Independiente de Homologación y Certificación de productos está probando actualmente 100 vehículos en circulación, de los cuales 25 son Renault.
En paralelo, la Dirección General de la Competencia, del Consumo y del Control de Fraudes (DGCCRF) decidió proceder a una investigación complementaria in situ, que tiene por objetivo validar de forma definitiva los primeros elementos de análisis realizados por la Comisión técnica independiente, para lo cual se presentó en la Sede Social, en el Centro Técnico Renault de Lardy y en el Tecnocentro de Guyancourt.
El pasado septiembre se descubrió que el grupo alemán Volkswagen manipuló los programas informáticos de sus cientos de miles de sus automóviles diesel y gasoil lo que ha desencadenado una serie de procesos legales contra la compañía en distintos países en los que comercializa sus productos.
Tras ese escándalo, Renault anunció un plan de inversión de 50 millones de euros para reducir la diferencia entre las emisiones contaminantes de sus vehículos y su homologación en condiciones reales.
En el caso de Fiat Chrysler, según los analistas, el desplome se debe supuestamente a la denuncia de dos concesionarias de coches en Chicago (Estados Unidos) sobre las presiones recibidas para inflar las ventas mensuales.
Al mediodía de Italia el título de FCA volvía a ser admitido a cotizar en el mercado milanés tras tres suspensiones durante la jornada y registró una baja de 9,8%. Finalmente, cerró la rueda con una caída del 7,9%.