Luis Gonzalo Segura
14 ene 2022
Si les dijera que hay un lugar del mundo en el que son encerradas desde hace veinte años personas sin juicio previo, en ocasiones sin ni tan siquiera acusación formal contra ellos, y posteriormente sometidas a horribles tormentos, entre los que se incluyen los horripilantes ahogamientos simulados, para finalmente preguntarles dónde se sitúa semejante antro de violación de los derechos humanos, es muy probable que comenzaran a enumerar ese listado de países malísimos que los medios occidentales se han encargado de introducir en sus cerebros. Sin embargo, se trata de Guantánamo, la base naval norteamericana en la que la legitimación del terror ha alcanzado la apoteosis entre la indolencia ciudadana, la cooperación política y la tibieza mediática.