El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, aseguró hoy que el Fondo Monetario Internacional (FMI) carece de autoridad moral para hacer recomendaciones sobre los procesos de integración en la región. El FMI no tiene autoridad moral para venir a darnos ningún tipo de recomendaciones después que estuvimos durante muchísimos años sometidos a sus condicionamientos, trancando cualquier posibilidad de progreso. Es como Drácula manejando un banco de sangre, señaló Samper durante una rueda de prensa en esta capital.
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En declaraciones recientes en Santiago de Chile, la directora de ese organismo financiero internacional, Christine Lagarde dijo que los mecanismos de integración como la Unasur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Mercado Común del Sur (Mercosur), y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), debían rejuvenecerse, y los comparó además con un gran plato de espaguetis.
La señora Lagarde debería más bien preocuparse por lo que está sucediendo en Europa, recomendó Samper, quien, a su vez, comparó la actual crisis económica que padece el viejo continente con una lasaña, en la que dos países, dijo, se comen el queso y la carne y a los otros le dejan la pasta.
El expresidente colombiano (1994-1998) recordó que todos los problemas que han tenido los países de la Unasur en particular, y de América Latina en general, para reducir la pobreza y crecer económicamente han sido provocados por las “exigencias venenosas” del FMI, el cual, aseveró, ha trancado cualquier posibilidad de progreso en la región.
Es como Matusalén dando lecciones de juventud, expresó el secretario general del bloque regional integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, en alusión a las recomendaciones de Lagarde.
En la rueda de prensa de este lunes, Samper también se refirió a los acuerdos alcanzados en la cumbre presidencial de la Unasur celebrada el jueves y viernes pasado en Guayaquil y Quito, respectivamente, y que estuvo marcada por la inauguración de la nueva sede del organismo en la Ciudad Mitad del Mundo, en las afueras de esta capital.
Según el Secretario General, además del consenso para crear mecanismos de convergencia con otros procesos integracionistas regionales, y la posibilidad de adoptar un pasaporte suramericano, los jefes de Estado o gobierno aprobaron siete proyectos de infraestructura que pretenden conectar por vía terrestre, ferroviaria y fluvial a los países miembros.