LA SI ACUSO A STIUSO ANTE LA JUSTICIA POR VIOLAR SUS DEBERES
El titular de la SI, Oscar Parrilli, denunció penalmente a Antonio Stiuso por no haber realizado los entrecruzamientos de llamadas que se le habían encomendado en la causa AMIA. El ex agente había sido citado anteayer, pero no se presentó.
Por Raúl Kollmann
El ex hombre fuerte de la SIDE Antonio Horacio Stiuso fue denunciado ayer por la Secretaría de Inteligencia (SI) por violación de los deberes de funcionario público, a raíz de las evidencias de que no se hicieron investigaciones del caso AMIA que debieron efectuarse a lo largo de la última década. El punto de partida es un entrecruzamiento de llamadas de la época del atentado. Durante diez años, el fiscal Alberto Nisman le pedía ese trabajo a Stiuso, éste le contestaba que se estaba terminando y de esa manera armaron una especie de minué, en el que uno tapaba al otro y el entrecruzamiento no se hizo. Además, la SI denunció que todas las direcciones que Stiuso dio como sus domicilios resultaron falsas.
“El ex agente está jugando a las escondidas, con una actitud infantil. Se lo está citando para dar información requerida por la UFI-AMIA, no por su causa de enriquecimiento ilícito. Es una falta de respeto a las víctimas”, señaló Oscar Parrilli, titular de la SI.
Stiuso acumula varias denuncias desde que fue desplazado en diciembre, incluyendo enriquecimiento ilícito y contrabando. La SI detectó ingresos por Aduana de elementos sofisticados –sobre todo para odontología y oftalmología, pero también dispositivos como PlayStation– que se hacían entrar como material de inteligencia y que, según la denuncia de febrero, se derivaban a empresas sin pagar los derechos de aduana correspondientes. Pero desde el punto de vista de su trabajo, la presentación de ayer de Parrilli y del subsecretario de Inteligencia, Juan Martín Mena, es la más grave. Todo se originó en un escrito presentado por la Unidad AMIA, que ahora integran tres fiscales, Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Saladini, con la coordinación de Juan Murray. Ese es el equipo que reemplaza a Nisman. La Unidad AMIA preguntó por el entrecruzamiento de llamadas internacionales entre 1991 y 1996, una prueba que puede ser importante porque podría incluir comunicaciones relacionadas con el ataque a la mutual judía ocurrido en 1994. Ese trabajo motivó quince intercambios de escritos entre Nisman y Stiuso, el primero de ellos en 2006 y el último en enero pasado. Prácticamente, una década. Lo asombroso es que ya en 2007 Stiuso decía que el entrecruzamiento estaba casi terminado y, aun así, en enero pasado Nisman le seguía pidiendo que lo presentara.
Tras el escrito de la Unidad AMIA, preguntando por el entrecruzamiento, en la SI buscaron quién hizo el trabajo y dónde estaba. Según informaron, no se encontró nada de nada. En ninguna dependencia de Inteligencia constaba que se lo hubiera realizado. Eso hizo sospechar que, en verdad, el entrecruzamiento nunca se hizo. Sobre esa base, la central de Inteligencia citó a Stiuso para el lunes pasado con el objetivo de que diera explicaciones. Pero el ex agente no se presentó.
De acuerdo con el relato de Parrilli y Mena, la citación le fue notificada en cuatro domicilios, que son las direcciones oficiales que dio en Recursos Humanos de la SI. En dos no sabían quién era Stiuso, otra propiedad estaba cerrada e inhabitada y en el estudio de su abogado argumentaron que no era un domicilio habilitado por el ex jefe de Operaciones para que se lo notificara. El letrado, Santiago Blanco Bermúdez, argumentó que Stiuso no está en el país. La reglamentación de la SI, que tiene fuerza de ley, indica que cualquier agente de Inteligencia debe notificar los cambios de domicilio.
Con la evidencia de que Stiuso decidió no comparecer y que tuvo una actitud evasiva, propia de un prófugo, según describió Parrilli, la SI se presentó a la Justicia y denunció al ex agente por violación de los deberes de funcionario público, ocultamiento de información, incomparecencia y por informar domicilio falso. El sorteo llevó a que les tocara instruir la causa al juez Rodolfo Canicoba Corral y al fiscal Juan Pedro Zoni.
La denuncia posiblemente permita echarle una mirada a lo que es verdad y lo que es mentira en la investigación sobre el atentado a la AMIA. Una parte de los familiares –en especial, los de Memoria Activa– siempre sostuvieron que se trabajó poco y que buena parte del expediente surgió de informes de Inteligencia, no de evidencias con peso judicial. Y, además, insistieron en que hubo escaso control sobre el trabajo, tanto de Nisman como de Stiuso.
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