26 feb 2016

El petróleo cae, pero las armas fluyen en Medio Oriente

IPS
La caída del precio del petróleo amenaza con repercutir directamente en la ayuda al desarrollo, las remesas de los trabajadores migrantes y la asistencia humanitaria a los refugiados, entre otras áreas, pero es poco probable que le haga mella al ingreso de armas en Medio Oriente.

NACIONES UNIDAS (IPS/Thalif Deen) -


Los conflictos armados y la insurgencia en Iraq, Libia, Siria y Yemen no muestran señales de distensión.

“La intervención militar en Yemen por una coalición de estados árabes, que comenzó en 2015, fue facilitada por los altos niveles de importación de armas” de varios países de la región, según un informe publicado el lunes 22 por el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri, en inglés).

La coalición liderada por Arabia Saudita y que combate a la insurgencia hutí en Yemen está integrada por Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Kuwait, Marruecos, Qatar y Sudán.

En 2011-2015, las importaciones de armas de Arabia Saudita por sí sola crecieron 275 por ciento en comparación con el período 2006-2010.

Aunque varios Estados que abastecen de armas al reino saudí expresaron inquietudes sobre los ataques aéreos en Yemen, se prevé que Arabia Saudita seguirá recibiendo armas de esos países, específicamente de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, en los próximos cinco años, según el Sipri.

El informe asegura que entre las armas pedidas hay 150 aviones de combate y miles de misiles aire-tierra y antitanque de Estados Unidos, 14 aviones de combate de Gran Bretaña y un número indeterminado pero grande de vehículos blindados de Canadá con torretas de Bélgica.

Estados Unidos, que también proporciona inteligencia militar a los saudíes sobre la situación en Yemen, se ha quejado por el creciente número de víctimas civiles atribuido tanto a Arabia Saudita como a las fuerzas rebeldes.

Dado que el precio del petróleo sigue cayendo, “resulta difícil ver cómo Arabia Saudita mantendrá el ritmo (de compra de armas), aunque eso dependerá de cuántos beneficios a largo plazo obtenga con el bajo precio del petróleo, que aleja del mercado a otros proveedores… con costos de producción mucho más altos”, razonó Pieter Wezeman, investigador del Sipri.

Actualmente se están entregando varios contratos de armas a Arabia Saudita, EAU, Kuwait y Qatar, y varias entregas se concretarán en breve, agregó.

“Se prevé que los volúmenes de las importaciones de armas de esos países seguirán siendo altos durante los próximos cinco años aproximadamente”, aseguró Wezeman.

El petróleo cayó a su nivel más bajo en casi 13 años, ya que el precio del barril descendió a menos de 30 dólares en los últimos días, en comparación con los 110 alcanzados en 2014.

La recesión en el mercado del petróleo también generó importantes despidos en distintas empresas del sector en Estados Unidos, entre ellas productoras de esquisto, que se declararon en quiebra o que luchan por sobrevivir.

Los ingresos obtenidos con el hidrocarburo cubren entre 25 y 75 por ciento de los presupuestos nacionales de los países productores de petróleo de Medio Oriente.

El informe del Sipri agrega que Estados Unidos fue el principal exportador de armas en 2011-2015, con 33 por ciento del total.

Las exportaciones de armas de Estados Unidos crecieron 27 por ciento en comparación con el período 2006-2010, y el país exportó armas a 96 Estados en 2011-2015, un número mucho mayor de destinos que los demás proveedores.

Los mayores receptores fueron Arabia Saudita, con 9,7 por ciento de las exportaciones de armas de Estados Unidos, y EAU, con 9,1 por ciento.

A nivel regional, Medio Oriente fue el mayor receptor de armas estadounidenses, con 41 por ciento del total exportado.

Asia y Oceanía recibieron 40 por ciento y Europa 9,9 por ciento. Los aviones equivalen a 59 por ciento de las exportaciones de armas de Estados Unidos. A finales de 2015, Washington tenía numerosos contratos de exportación de armas pendientes, entre ellos la entrega de 611 aviones de combate F-35 a nueve países.

Wezeman informó a IPS que la mayoría de los países de la coalición liderada por Arabia Saudita emplean principalmente armas estadounidenses o europeas. China y Rusia no han obtenido aún grandes contratos en Arabia Saudita, EAU, Marruecos o Qatar, indicó.

“En su mayor parte fueron equipos suministrados por Estados Unidos los que usaron los líderes de la coalición, seguidos de equipos de Gran Bretaña y Francia”, añadió.

En particular, Rusia, y en menor grado China, tuvieron mayor suerte con Egipto, que históricamente ha buscado diversificar sus proveedores de armas sabiendo que Estados Unidos tiene la tendencia de imponer restricciones o embargos temporales según las circunstancias políticas.

Además, el precio también es un factor importante, recordó Wezeman.

El informe del Sipri añadió que EAU mantiene altos niveles de importación de armas desde 2001, con un crecimiento de 35 por ciento entre 2006-2010 y 2011-2015.

La importación de armas de Qatar se incrementó 279 por ciento entre 2006-2010 y 2011-2015.

Entre las entregas pendientes a ese país se incluyen 24 helicópteros de combate, nueve sistemas de defensa aérea y tres aviones de alerta temprana de Estados Unidos, 24 aviones de combate de Francia y 52 tanques de Alemania.

Las importaciones de armas de Egipto crecieron 37 por ciento entre 2006-2010 y 2011-2015, y tuvieron un incremento importante en 2015, cuando Estados Unidos levantó una suspensión parcial de exportaciones al país y le entregó 12 aviones de combate. Francia también envió una fragata, pocos meses después de que se firmara el acuerdo.

En 2014 y 2015 Egipto firmó varios contratos de venta de armas con Alemania, Francia y Rusia.

El informe del Sipri añade que seis de los 10 mayores importadores de armas en el quinquenio 2011-2015 se encuentran en Asia y Oceanía, liderados por India (con 14 por ciento de las importaciones mundiales de armas), China (4,7 por ciento), Australia (3.6 por ciento), Pakistán (3,3 por ciento), Vietnam (2,9 por ciento) y Corea del Sur (2,6 por ciento).

Traducido por Álvaro Queiruga