17 abr 2016

UNAS 150 MIL PERSONAS PROTESTARON CONTRA LOS RECORTES SOCIALES EN TRAFALGAR SQUARE

ADEMAS DE LOS PANAMA PAPERS

Masivo pedido de renuncia para Cameron

La Marcha por la salud, vivienda, empleo y educación fue organizada por la People’s Assembly, una asamblea popular que se formó en febrero de 2013, durante el primer gobierno de austeridad del actual primer ministro.
Argentinos en el Trafalgar Square londinense piden la doble renuncia de Cameron y Macri.
 Por Marcelo Justo

Desde Londres
Austeridad y Panama Papers se están convirtiendo en una combinación explosiva para el primer ministro David Cameron. Unas 150 mil personas confluyeron ayer en la Trafalgar Square de Londres para protestar contra los recortes sociales y exigir la renuncia de Cameron por su participación en el offshore de su padre. Entre los manifestantes un grupo de residentes argentinos pedía en una pancarta la renuncia del primer ministro y del presidente Mauricio Macri.

Cameron intentó bromear sobre los Panama Papers hace una semana diciendo que no había tenido “a great week” y reconociendo que debería haber lidiado con el tema de otra manera. La broma tenía esa suerte de subestimación jocosa de uno mismo que los británicos llaman self-deprecation y procuraba poner fin al tema, confinándolo al área de los errores y aprendizajes a futuro. Pero con la situación socioeconómica actual el horno no está para bollos, sean británicos o no, y las manifestaciones no cejan: la de ayer en el centro de Londres es la más nutrida desde que estalló el escándalo hace dos semanas.
La March for Health, Homes, Jobs and Education (Marcha por la salud, vivienda, empleo y educación) fue organizada por la People’s Assembly, una asamblea popular que se formó en febrero de 2013, durante el primer gobierno de austeridad de Cameron, y que cuenta con el apoyo de sindicatos, diputados laboristas, agrupaciones de izquierda, y numerosas personalidades como el cineasta Ken Loach, el escritor Owen Jones y, el mismísimo líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que en el momento de la fundación de la Asamblea era un oscuro y aguerrido parlamentario sin ninguna posibilidad de ser el futuro primer ministro del país.
Corbyn no asistió ayer a la marcha porque se encontraba en un acto de campaña en Liverpool para las elecciones municipales y europarlamentarias del 5 de mayo, pero envió su apoyo escrito y, en su nombre, la diputada Diane Abott, hoy “ministra en la sombra” de desarrollo internacional, indicó que la Austeridad era un “peligro para el Servicio Nacional de Salud y nuestros servicios públicos, tenemos que unirnos todos para defenderlos”
Entre los presentes se encontraba John Mc Donnell, “ministro de economía en la sombra” (el principal partido de oposición británico replica tradicionalmente los cargos gubernamentales con un responsable por cada área) quien exigió la renuncia del mandatario. “Creo que Cameron tiene que irse, pero tendría que llevarse a su partido con él porque es el gobierno mismo el que está en bancarrota, tanto en el plano ideológico como en el de la economía que en vez de crecer está retrocediendo”, dijo.
La People’s Assembly convocó la manifestación en torno a cuatro ejes. En Salud exigen el fin de los recortes presupuestarios y de la subrepticia privatización del servicio, en Vivienda el control de los alquileres y la protección de la vivienda social, en Empleo, un salario básico universal y la eliminación de las nuevas regulaciones sindicales, y en Educación el fin de los aranceles universitarios y la “comercialización de la educación”.
El sábado 7 fue la primera manifestación suscitada por los Panama Papers que se hizo bajo el hashtag ResignDavidCameron. En comparación con lo de ayer fue apenas un improvisado precursor que convocó a unas dos mil personas azoradas por el espectáculo que había ofrecido el primer ministro quien durante cuatro días se la había pasado evadiendo preguntas sobre su participación en la offshore de su padre, el difunto Ian Cameron. Cuando finalmente reconoció que había obtenido un beneficio de unas 30 mil libras vendiendo su participación antes de asumir como primer ministro en 2010, no había manera de reparar el agujero en su reputación pública: en los titulares, en los pubs y en las pancartas de la manifestación era “dodgy Cameron” (Cameron el sospechoso/tramposo).
Esta nueva manifestación ayer muestra que temas diversos –la economía, la inversión pública, la evasión fiscal y los Panama Papers– están formando un hilo narrativo. El gobierno intentó toda la semana rehacer su reputación de transparencia. El primer ministro y su ministro de finanzas George Osborne publicaron sus declaraciones fiscales y aseguraron que nadie ha luchado tanto como los conservadores contra la evasión fiscal.
El jueves Osborne se reunió con los ministros de finanzas de Alemania, Francia, España e Italia para anunciar que entre ellos regiría el intercambio automático de información sobre las cuentas en el extranjero de sus ciudadanos. El viernes, desde la reunión del FMI en Washington, el ministro de finanzas hizo un llamamiento para crear una lista negra de paraísos fiscales en todo el mundo. Pero según Tax Justice Network, una ONG líder en la lucha contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales, se trata más de “un intento de desviar la atención que de una determinación por solucionar el problema”.
Nunca hay que olvidar que poco después del estallido financiero de 2008, los países desarrollados, con el Reino Unido a la cabeza, declararon que la “era de los paraísos fiscales está terminada”. El tiempo ha demostrado que fue “mucho ruido y pocas nueces”, estrategia fácil de llevar adelante dada la extrema complejidad técnica del tema.
En ese sentido, los Panama Papers han tenido éxito en mostrar al “rey desnudo”. Cameron, Mauricio Macri y otros mandatarios han quedado retratados con la expresión de sorpresa de quien es pescado in fraganti. Uno de los residentes argentinos presentes en la manifestación, el sindicalista de aerotransporte Gabriel “Mocho” Rodríguez, pancarta en mano, subrayó las vidas paralelas de Cameron y Macri. “Los dos vienen de cunas de ricos, con educación de ricos y gobiernan para los ricos”, dijo a Página/12.