Por Cecilia Camarano
05 Febrero 2019
Pixabay.
A pocas horas de que comience la Conferencia Internacional de Subsidios Infantiles, en Ginebra, la OIT y Unicef elaboraron un informe conjunto en el que advierten sobre las estadísticas en materia de infancia y pobreza en el mundo.
Pese a los avances conseguidos a nivel local, en Argentina la reforma previsional aprobada a fines de 2017 en el Congreso afectó no solo a jubilados, sino además a niños, niñas y adolescentes que reciben asignaciones familiares o universales.
La norma aprobada en el contexto de una sesión larga y tensa, que debió levantarse al primer intento en un marco de un Congreso blindado por las fuerzas de seguridad, y decenas de heridos y detenidos, modificó la fórmula que actualiza las prestaciones previsionales y prestaciones monetarias de la seguridad social, entre ellas las Asignaciones Familiares contributivas (AAFF) y la Asignación Universal por Hijo, dos de los tres canales por los que el Estado transfiere recursos a las familias con menores de edad.
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A pocas horas de que comience la Conferencia Internacional de Subsidios Infantiles, en Ginebra, la OIT y Unicef elaboraron un informe conjunto en el que advierten sobre las estadísticas en materia de infancia y pobreza en el mundo.
Un nuevo reporte elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y UNICEF alertó sobre las estadísticas de infancia y pobreza en el mundo, como también la necesidad de implementar programas sociales de cobertura para los niños, niñas, y adolescentes.
A pocas horas de que comience la Conferencia Internacional de Subsidios Infantiles, organizada por UNICEF, la OIT y el ODI, en Ginebra, los organismos internacionales dieron a conocer las cifras de su último informe conjunto, al que accedió ámbito.com. Según el trabajo, uno de cada cinco niños vive en la pobreza extrema (es decir, con menos de u$s 1,90 por día) y aproximadamente la mitad de los niños y niñas de todo el mundo viven en pobreza “moderada” (debajo de los u$s 3,10 diarios).
El informe hace un llamamiento a una rápida expansión de los beneficios para los más pequeños, con el objetivo de alcanzar una protección social universal para los niños y niñas, así como para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) de las Naciones Unidas.
En este marco, da cuenta de que a escala global solo el 35% de los niños están en promedio cubiertos por programas protección social, que alcanza el 87% en Europa y Asia Central, un 66% en las Américas, un 28% en Asia y un 16% en África.
“La evidencia demuestra con claridad que las transferencias de dinero tienen un rol vital para romper el círculo vicioso de pobreza y vulnerabilidad”, señalan los organismos involucrados al tiempo que identifican a este tipo de políticas públicas como “clave” para mejorar el acceso a la nutrición, la salud y la educación, además de para reducir el trabajo, la pobreza y la vulnerabilidad infantil.
Alexandra Yuster, directora asociada de UNICEF y jefa de Políticas Sociales, exigió a los países “poner a los niños primero y cubrir a cada uno de ellos con protección social para terminar con la pobreza de una vez por todas”. “La pobreza golpea a los niños con más dureza, ya que sus consecuencias pueden durar toda una vida. Una mala nutrición y la pérdida de años de educación son resultados trágicos tanto para el individuo como para su comunidad y para toda la sociedad”, expresó.
“Con la protección social adecuada, la pobreza infantil podría reducirse rápidamente”, dijo a su vez Isabel Ortiz, directora de Protección Social de la OIT, durante la presentación del informe. “Mejorar la vida de todos los niños es una cuestión de prioridades y voluntad política: hasta los países más pobres tienen un margen fiscal para extender los pisos de la protección social”, agregó.
Argentina
A la hora de hablar de programas sociales destinados a la infancia, tanto Unicef como la OIT acordaron que la protección social universal para niños no es un privilegio de los países ricos. En este marco, los organismos internacionales destacaron la Asignación Universal por Hijo (AUH), que en octubre cumple diez años, como política de Estado de cobertura para menores de edad.
Además de Argentina, algunos de los ejemplos destacados de economías en desarrollo con coberturas universales (o casi universales) son Brasil, Chile, Mongolia y Sudáfrica.
Sin embargo, tanto Unicef como la OIT señalaron que en muchos otros países los programas de protección social para niños y niñas sufren una cobertura limitada, niveles inadecuados de beneficios e instituciones débiles y fragmentadas. “Algunos gobiernos que actualmente transitan procesos de consolidación fiscal están incluso recortando subsidios, en lugar de expandir los beneficios como las naciones acordaron hacerlo en los ODS”, apuntó el informe.
A pocas horas de que comience la Conferencia Internacional de Subsidios Infantiles, organizada por UNICEF, la OIT y el ODI, en Ginebra, los organismos internacionales dieron a conocer las cifras de su último informe conjunto, al que accedió ámbito.com. Según el trabajo, uno de cada cinco niños vive en la pobreza extrema (es decir, con menos de u$s 1,90 por día) y aproximadamente la mitad de los niños y niñas de todo el mundo viven en pobreza “moderada” (debajo de los u$s 3,10 diarios).
El informe hace un llamamiento a una rápida expansión de los beneficios para los más pequeños, con el objetivo de alcanzar una protección social universal para los niños y niñas, así como para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) de las Naciones Unidas.
En este marco, da cuenta de que a escala global solo el 35% de los niños están en promedio cubiertos por programas protección social, que alcanza el 87% en Europa y Asia Central, un 66% en las Américas, un 28% en Asia y un 16% en África.
“La evidencia demuestra con claridad que las transferencias de dinero tienen un rol vital para romper el círculo vicioso de pobreza y vulnerabilidad”, señalan los organismos involucrados al tiempo que identifican a este tipo de políticas públicas como “clave” para mejorar el acceso a la nutrición, la salud y la educación, además de para reducir el trabajo, la pobreza y la vulnerabilidad infantil.
Alexandra Yuster, directora asociada de UNICEF y jefa de Políticas Sociales, exigió a los países “poner a los niños primero y cubrir a cada uno de ellos con protección social para terminar con la pobreza de una vez por todas”. “La pobreza golpea a los niños con más dureza, ya que sus consecuencias pueden durar toda una vida. Una mala nutrición y la pérdida de años de educación son resultados trágicos tanto para el individuo como para su comunidad y para toda la sociedad”, expresó.
“Con la protección social adecuada, la pobreza infantil podría reducirse rápidamente”, dijo a su vez Isabel Ortiz, directora de Protección Social de la OIT, durante la presentación del informe. “Mejorar la vida de todos los niños es una cuestión de prioridades y voluntad política: hasta los países más pobres tienen un margen fiscal para extender los pisos de la protección social”, agregó.
Argentina
A la hora de hablar de programas sociales destinados a la infancia, tanto Unicef como la OIT acordaron que la protección social universal para niños no es un privilegio de los países ricos. En este marco, los organismos internacionales destacaron la Asignación Universal por Hijo (AUH), que en octubre cumple diez años, como política de Estado de cobertura para menores de edad.
Además de Argentina, algunos de los ejemplos destacados de economías en desarrollo con coberturas universales (o casi universales) son Brasil, Chile, Mongolia y Sudáfrica.
Sin embargo, tanto Unicef como la OIT señalaron que en muchos otros países los programas de protección social para niños y niñas sufren una cobertura limitada, niveles inadecuados de beneficios e instituciones débiles y fragmentadas. “Algunos gobiernos que actualmente transitan procesos de consolidación fiscal están incluso recortando subsidios, en lugar de expandir los beneficios como las naciones acordaron hacerlo en los ODS”, apuntó el informe.
Pese a los avances conseguidos a nivel local, en Argentina la reforma previsional aprobada a fines de 2017 en el Congreso afectó no solo a jubilados, sino además a niños, niñas y adolescentes que reciben asignaciones familiares o universales.
La norma aprobada en el contexto de una sesión larga y tensa, que debió levantarse al primer intento en un marco de un Congreso blindado por las fuerzas de seguridad, y decenas de heridos y detenidos, modificó la fórmula que actualiza las prestaciones previsionales y prestaciones monetarias de la seguridad social, entre ellas las Asignaciones Familiares contributivas (AAFF) y la Asignación Universal por Hijo, dos de los tres canales por los que el Estado transfiere recursos a las familias con menores de edad.