Putin abogó por "un camino pacífico" que lleve a nuevas elecciones presidenciales
Por Elena Llorente
05 de julio de 2019
Putin y el Papa hablaron Venezuela, Libia y Ucrania durante su encuentro en el Vaticano. Imagen: EFE
La situación en Venezuela fue uno de los temas tratados en los encuentros que el presidente ruso Vladimir Putin tuvo ayer en Roma tanto con el papa Francisco como con el presidente de Italia, Sergio Mattarella. Putin cumplió una visita oficial de poco más de 10 horas, durante las que también se encontró con el primer ministro Giuseppe Conte y los dos viceprimeros ministros, el derechista Mateo Salvini de la Liga y Luigi di Maio del Movimiento Cinco Estrellas.
El Vaticano, en un comunicado oficial, se limitó a decir que el papa Francisco y el presidente ruso hablaron “de la cuestión ecológica y de algunos temas de actualidad internacional, con especial referencia a Siria, Ucrania y Venezuela”. La información vaticana no ofreció más detalles sobre los contenidos del encuentro privado con Francisco.
Fuentes oficiales de la presidencia de la República de Italia, por su parte, precisaron que el presidente Mattarella y el presidente Putin “coincidieron en la necesidad de elaborar un recorrido pacífico que permita que el pueblo venezolano elija el propio gobierno en nuevas elecciones presidenciales”. Hay que reconocer que esta última frase sonó curiosa para algunos, sabiendo que el presidente Putin tiene buenas relaciones con el presidente venezolano Nicolás Maduro, más que con su opositor y autoproclamado presidente Juan Guaidó, a quien Europa en general reconoce como autoridad.
Roma recibió al presidente ruso con extraordinarias medidas de seguridad, autos de policía y carabineros repartidos por toda la ciudad y las zonas en torno al Vaticano, camiones del ejército, calles directamente cerradas al tráfico normal, helicópteros de control que sobrevolaban el cielo de la capital italiana. Su programa, que comenzó con más de una hora de atraso- también en su audiencia con Francisco de 2015 sucedió algo parecido- empezó con el papa Francisco en el Vaticano donde Putin llegó directamente desde el aeropuerto romano de Fiumicino. En el patio de San Damaso, al que llegaron más de 20 autos que acompañaban al presidente ruso, fue recibido por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein, quien lo condujo, primero a la Sala del Tronetto, donde el papa le dio la mano calurosamente. Luego pasaron a la Biblioteca donde se llevó a cabo el encuentro oficial.
El de ayer fue el tercer encuentro entre Francisco y el presidente Putin. El primero fue en 2013, pocos meses después de haber sido elegido papa, y el segundo en 2015. Pero Putin, en el año 2000 y 2003 fue recibido también por Juan Pablo II y en 2007 por BenedictoVI. El coloqio con el papa Francisco duró unos 55 minutos ante la presencia de intérpretes.
Luego de la charla, los mandatarios intercambiaron regalos. La película “Sin” (pecado) sobre el pintor Miguel Angel que filmó el director ruso Andreij Konchalovskij y que pronto estará en los cines, y un ícono de los santos Pedro y Pablo, fueron los regalos de Putin. El Pontífice le regaló un medallón que conmemora los cien años del final de la Primera Guerra Mundial y un grabado de 1739 que representa la Plaza de San Pedro. “Para que no se olvide de Roma”, le dijo. Pero también le regaló varios documentos, entre ellos el mensaje de la Ultima Jornada Mundial de la Paz que firmó especialmente para él.
Putin pasó luego a saludar al virtual primer ministro, el secretario de estado vaticano Pietro Parolin, quien por lo demás fue hace algunos años nuncio (embajador) en Venezuela. Si bien sobre ese encuentro no hubo información oficial, no se descarta que Venezuela haya salido de nuevo a relucir. Con el Vaticano la delegación rusa firmó además un acuerdo de cooperación entre el hospital pediátrico “Bambino Gesu”, el único hospital de niños de Roma que es del Vaticano, y los hospitales pediátricos de Rusia.
El presidente ruso luego almorzó con el presidente de Italia Mattarella en el Palacio presidencial del Quirinal. “Entre Rusia e Italia las relaciones son óptimas”, aunque hubo un periodo muy frío en las relaciones entre la Federación Rusa y de Occidente debido a las distintas evaluaciones de lo que sucedía en Ucrania, dijeron fuentes de la presidencia de la república. Con el presidente Mattarella también se habló de Libia, un punto complejo para Italia, no sólo por el actualísimo tema de los migrantes que llegan generalmente partiendo de puertos libios, sino también por la guerra entre los dos gobiernos existentes en el país africano: el de Fayez al Serraj reconocido por la ONU y el del general Khalifa Haftar. Ambos presidentes expresaron su preocupación "por la guerra civil en Libia y por la posibilidad de retorno del terrorismo islámico”. Pero también se evidenciaron la importancia de la estabilidad de Libia tanto para Italia como para Europa. Rusia en cambio subrayó la existencia de distintas posiciones de parte de los países vecinos respecto a una posible solución política en Libia.
Al encuentro con Mattarella siguió una reunión con el primer ministro Giuseppe Conte, en el que hablaron sobre todo de Libia, Siria y Ucrania y de las sanciones contra Moscu lanzadas por la Unión Europea en el momento de la crisis por Ucrania. A ese encuentro le siguió una rueda de prensa conjunta en la que se vieron algunas diferencias importantes. “Hemos acordado en que es importante que continúe el rol de las Naciones Unidas y se consiga un rápido cese del fuego en Libia”, dijo Conte. Y Putin recordó: “Fue la OTAN (organización del Atlántico Norte de la que Participa Europa y Estados Unidos) la que destruyó al estado libio. Apoyamos las relaciones tanto con Serraj como con Haftar”; dijo Putin, aunque algunos estudiosos del tema lo consideraban más cercano al general Haftar, acusado de más de 40 muertes esta semana por el bombardeo de un centro penitenciario cerca de Tripoli.
Sobre las relaciones bilaterales Conte apuntó que “en un momento delicado de la economía global, es de recíproco interés mantener buenas relaciones”, Y explicó que Italia está trabajando para que sea posible superar las sanciones, que no hacen bien a Rusia, ni a la UE ni a Italia. Una posición que el presidente ruso dijo apreciar y estar por eso agradecido a Italia. En una entrevista concedida al diario de Milán, Il Corriere della Sera, el presidente Putin había dicho claramente que cuando se habla de abolición de las sanciones, “el primer paso lo debe dar quien promovió esas sanciones, es decir la Unión Europea. Entonces Rusia podrá cancelar las medidas que adoptó como respuesta”.
Luego Putin y Conte se reunieron para cenar en el Palacio Madama de Roma y a la cena también asistieron los dos viceprimeros ministros Salvini y Di Maio. Salvini, que no fue mencionado en la rueda de prensa, sí lo fue en la entrevista con Il Corriere della Sera. “La Liga italiana y nuestro partido Rusia Unida, colaboran en el ámbito de un acuerdo de cooperación. La Liga y su líder Salvini, son activos sostenedores de retomar la plena cooperación entre Italia y Rusia. En esto coincidimos. Salvini tiene una actitud afectuosa respecto a nuestro país”, dijo Putin.
Y sobre el ex primer ministro Silvio Berlusconi - y actual senador europeo - con quien en principio se encontraría por la noche en el aeropuerto de Fiumicino, antes de partir a Moscú, dijo que mantienen “relaciones amistosas desde hace muchos años. Silvio es un político de estatura mundial, un verdadero líder que propugna los intereses de su país en ámbito internacional”.