6 jul 2019

LA "JUSTICIA" DE LA DERECHA

Brasil: nuevas filtraciones exponen aún más al exjuez Sergio Moro en el caso Lava Jato
5 julio, 2019



Las nuevas filtraciones que salpican al exjuez del Lava Jato en Brasil, Sergio Moro

La publicación de nuevas conversaciones del exjuez brasileño Sergio Moro, que de ser auténticas cuestionarían su imparcialidad en la operación anticorrupción Lava Jato, aumentaron este viernes la presión sobre el ahora ministro de Justicia y Seguridad Pública del presidente Jair Bolsonaro.

Las filtraciones fueron divulgadas por la revista Veja, una de los más conocidas de Brasil, en cooperación con el portal The Intercept Brasil, que el mes pasado empezó a publicar los mensajes entre los fiscales de Lava Jato y Moro, obtenidos según informó de una fuente anónima.

“Lo que se desprende [de los documentos examinados], aparte de una intimidad excesiva ente la magistratura y la acusación, es una evidente asociación en la defensa de una causa”, dice la publicación de Veja, que recuerda haber sido una ardiente defensora de Lava Jato, operación que envió a decenas de políticos y empresarios a la cárcel, entre ellos el expresidente de izquierda Luiz inácio Lula da Silva.

Moro cuestionó en un comunicado la autenticidad de los mensajes y alegó que los fallos emitidos en ciertos casos no concuerdan con los pedidos de la Fiscalía, lo cual demostraría que no hubo colusión alguna de poderes.

En uno de los casos citados, el 2 de febrero de 2016, Moro le avisa al jefe de los fiscales, Deltan Dallagnol, que abrirá un plazo de tres días para que se pronuncie sobre un pedido de la constructora Odebrecht para evitar que los investigadores brasileños reciban datos solicitados a Suiza.

Al día siguiente, le pregunta cuándo la Fiscalía emitirá su pronunciamiento sobre el asunto y Dallagnol le responde: “Lo estoy redactando, pero quiero que esté bien hecho, en previsión de los recursos que seguirán. Imagino que mañana, al final de la tarde”.

La primera entrega de las revelaciones de The Intercept Brasil mostraba presuntas consultas para perjudicar la candidatura de Lula, y luego de su delfín Fernando Haddad, en las elecciones de octubre de 2018, en las que resultó victorioso Bolsonaro.

Lula purga desde abril de 2018 una pena de 8 años y 10 meses de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero. Su condena en primera instancia, ratificada por dos tribunales superiores, fue pronunciada por Moro.

Veja indica que analizó “649. 551 mensajes”, asegura que “las comunicaciones examinadas por el equipo [de reporteros] son verdaderas” y que llegó a la conclusión de que “Moro cometió, sí, irregularidades”.

“Se comportó como jefe del Ministerio Público Federal, una posición incompatible con la neutralidad exigida de un magistrado”, indica la revista.

Después de la publicación, #Morosuacasacaiu (#Morotucasacayó) se convirtió en la primera tendencia de Twitter en Brasil. De inmediato, los seguidores del actual ministro respondieron elevando el hashtag #Morosomostodos.

El Espectador
Corrupción en Brasil: nuevas filtraciones comprometen aún más al ex juez Sergio Moro

El ex juez y ahora ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, quedó más comprometido con la difusión, este viernes, de nuevos diálogos que refuerzan las denuncias de que intentó orientar de forma ilegal las acciones de la mega operación anticorrupción Lava Jato.

La revista Veja publicó una extensa nota de portada en la que afirma que analizó 649.551 mensajes intercambiados por Moro y los fiscales a lo largo de los años, especialmente entre 2015 y 2017. Y que todas las comunicaciones examinadas serían verdaderas “palabra por palabra”. Esas conversaciones mostrarían que el juez, quien condenó al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y se convirtió en el abanderado de la lucha contra la corrupción, se dejó llevar por motivaciones políticas en sus sentencias.

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8:00 - 5 jul. 2019
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Moro respondió, en una nota enviada a la revista, que “no reconoce la autenticidad de supuestos mensajes obtenidos por medio criminales, que pueden haber sido adulterados, total o parcialmente”.

En medio de la polémica, el propio presidente Jair Bolsonaro salió a respaldar a uno de sus ministros estrella. Afirmó que este domingo irá al estadio Maracaná, en Rio de Janeiro, a ver el partido de Brasil contra Perú por la final de la Copa América de fútbol. Y agregó: “Si la seguridad lo permite, iré con Sergio Moro junto al césped. El pueblo dirá si estamos en lo cierto o nos equivocamos”.

El sitio The Intercept Brasil difundió a comienzos de junio algunos diálogos que mantuvo Moro con el equipo de investigadores y fiscales en un sistema de comunicación privada (Telegram), que indicarían que el juez actuaba “como un coordinador informal de la acusación” en una causa que declaró a Lula culpable de recibir un lujoso departamento como soborno de una empresa constructora.

Ahora, Veja -una de las revistas más influyentes y cercanas a los sectores conservadores de Brasil- afirma que hasta ahora sólo se había divulgado una pequeña parte de todas las conversaciones a las que accedió The Intercept. Las revelaciones erosionaron fuertemente la imagen de corrección absoluta de la que gozaba el actual ministro. Y hasta podrían llevar a la anulación de algunas sentencias, según señalan los medios brasileños.

“Moro sí cometió irregularidades”, afirma Veja. En los mensajes, el actual ministro pedía a los fiscales que incluyeran pruebas en los procesos que llegarían luego a sus manos, pedía acelerar o retrasar operaciones y presionaba para que no sirvieran determinadas delaciones. Además, los diálogos revelarían que “se comportó como el jefe del Ministerio Público Federal, posición incompatible con la neutralidad exigida de un magistrado”, señala la revista.

Tras el estallido del escándalo de las filtraciones, Moro se ha defendido diciendo que nunca actuó de manera impropia. Dijo que tenía conversaciones tanto con los miembros de la defensa como de la acusación, algo que es parte de la rutina de un juez.

Esta semana, el ministro debió comparecer por segunda vez ante la Cámara de Diputados para un nuevo debate sobre su papel como juez en el juicio que llevó a prisión a Lula da Silva. Como en su primera comparecencia, dos semanas atrás ante una comisión del Senado, Moro rechazó las acusaciones y reiteró que los mensajes, obtenidos por un hacker, deberían ser entregados a la Justicia para que verifique si son reales o si han sido editados. Sin embargo, volvió a considerar que, hasta el momento, “solo se trata de mensajes obtenidos en forma ilegal”, que no ponen en duda su actuación como juez de la operación anticorrupción Lava Jato ni “presentan nada ilegal”.

El 19 de junio, en el Senado, el ministro dijo que no tiene “ningún apego al cargo” y prometió: “Si se comprueba que hubo alguna irregularidad, me voy”.

Según el ex juez, el único objetivo de la divulgación de esos mensajes es “invalidar condenas e impedir la continuidad de las investigaciones”, que aún siguen en torno a decenas de políticos y empresarios implicados en los escándalos vinculados a la trama en la estatal Petrobras.

El contenido y posible impacto de esos mensajes en el juicio que llevó a prisión al ex presidente será analizado el próximo mes por la Corte Suprema, a la que la defensa de Lula ha pedido anular todo el proceso y liberar al líder del Partido de los Trabajadores, en la cárcel desde abril de 2018.

Según Veja, lo que más compromete a Moro es que de los mensajes se desprende “una intimidad excesiva” entre el entonces juez y los fiscales, en especial Deltan Dallagnol. La relación entre ellos era tan próxima, según la revista, que “hasta celebraban en las conversaciones el éxito de algunas etapas del Lava Jato, como si fueran compañeros de trabajo”.

El 14 de diciembre de 2016, por ejemplo, Dallagnol le escribió a Moro que avanzaba la denuncia contra Lula y la de su ex ministro Sergio Cabral. “Moro responde con un emoticon de felicidad”, señala la revista.

Veja aclara que los periodistas intentaron hablar con Moro y con Dallagnol para el artículo, pero que ambos pusieron como condición que se les enviara antes el contenido de las conversaciones interceptadas. Pero querían recibirlas por vía electrónica y no en forma presencial, como ofrecía la publicación.

Finalmente, la oficina del ministro envió un comunicado en el que reiteró que Moro “no reconoce la autenticidad de supuestos mensajes obtenidos por medios criminales, que pueden haber sido adulterados total o parcialmente y que configuran una violación de la privacidad de agentes de la ley con el objetivo de anular condenas criminales e impedir nuevas investigaciones”.

Clarín