MOSCU (Pepe Escobar, analista geopolítico independiente)
16.09.2024
Al parecer hay sólo dos opciones por delante para la guerra por delegación de Estados Unidos contra Rusia en Ucrania: una rendición incondicional de Kiev o una escalada hacia una guerra de la OTAN contra Rusia.
La primera reunión de expertos en seguridad y asesores de seguridad nacional en el marco del formato ampliado BRICS+, celebrada en el Palacio Konstantinovsky de San Petersburgo, reveló bastantes novedades.
Al parecer hay sólo dos opciones por delante para la guerra por delegación de Estados Unidos contra Rusia en Ucrania: una rendición incondicional de Kiev o una escalada hacia una guerra de la OTAN contra Rusia.
La primera reunión de expertos en seguridad y asesores de seguridad nacional en el marco del formato ampliado BRICS+, celebrada en el Palacio Konstantinovsky de San Petersburgo, reveló bastantes novedades.
Empecemos por China. El ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, propuso cuatro iniciativas de seguridad centradas en los BRICS. En esencia, los BRICS+ -y considerando una mayor expansión- deberían apuntar a: coexistencia pacífica; independencia; autonomía; y verdadero multilateralismo, lo que implica un rechazo al excepcionalismo.
En la mesa de los BRICS, el tema principal fue cómo los países miembros deberían apoyarse entre sí a pesar de tantos desafíos, en su mayoría desencadenados por ya saben quién.Respecto a la India, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Sergei Shoigu, al reunirse con el asesor de seguridad nacional indio, Ajit Doval, destacó la fortaleza de la alianza, que "resistió con confianza la prueba del tiempo".
En un hecho paralelo y en un contexto más amplio , en el Centro de Política de Seguridad de Ginebra, el siempre amable Ministro de Asuntos Exteriores S. Jaishankar expresó :
"Había un club llamado G7, pero no permitieron que nadie más entrara, así que dijimos que íbamos a formar nuestro propio club (...) En realidad es un grupo muy interesante porque, si lo analizamos, normalmente cualquier club o grupo tiene una contigüidad geográfica o alguna experiencia histórica común o una conexión económica muy fuerte... pero en el caso de los BRICS, lo que se destaca son los grandes países que están ascendiendo en el sistema internacional".
El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, insistió que Rusia y Brasil "tienen enfoques similares en cuestiones internacionales clave", enfatizando cómo Moscú valora el actual "entendimiento bilateral y la interacción, a la luz de las presidencias simultáneas de los BRICS y el G20 este año".
En 2024, Rusia preside los BRICS mientras que Brasil preside el G20.
La asociación estratégica entre Rusia e Irán
El presidente Putin, además de dirigirse a los asistentes, mantuvo reuniones bilaterales con todos los principales actores. Putin destacó que 34 países "ya han expresado su deseo de unirse a las actividades de nuestra asociación de una forma u otra".
En su reunión con Wang Yi, Putin destacó que la asociación estratégica entre Rusia y China favorece un orden mundial justo, un principio que apoya el Sur Global. Wang Yi confirmó que el presidente Xi Jinping ya aceptó la invitación oficial rusa para la cumbre BRICS que se celebrará el mes próximo en Kazán.
Putin también se reunió con el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Ahmadian. Putin confirmó que espera que el presidente iraní Masoud Pezeshkian vuelva a visitar Rusia, a la cumbre de los BRICS y a firmar su nuevo acuerdo de asociación estratégica.
La geoeconomía es clave. El desarrollo del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) fue reafirmado como una prioridad máxima entre Rusia e Irán.
Para Shoigu: "Estamos dispuestos a ampliar la cooperación entre nuestros consejos de seguridad". El acuerdo será firmado por ambos presidentes en breve. Además, añadió que la entrada de Irán en el BRICS impulsa la cooperación entre los miembros para formar una "arquitectura común e indivisible de seguridad estratégica y un orden mundial policéntrico justo".
Compárese ahora con la nueva "estrategia" colectiva de Occidente, adoptada por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania: otra ola de sanciones contra Irán relacionada con el caso de los misiles iraníes transferidos a Rusia.
Ahmed Bakhshaish Ardestani, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, confirmó a principios de esta semana que Irán está enviando misiles y drones a Rusia como parte de sus acuerdos de defensa.
Pero el quid de la cuestión es que, de todas formas, estos misiles son rusos; sólo que se producen en Irán.
Mientras se discutía sobre seguridad en San Petersburgo, China organizaba el Foro BRICS sobre Asociación para la Nueva Revolución Industrial 2024 en Xiamen, en la provincia de Fujian.
Estamos hablando de la cooperación interconectada de los BRICS: mientras que Irán, sancionado hasta el olvido, ha estado obteniendo acceso a nuevas tecnologías industriales, la colaboración entre Irán y China en todo, desde inteligencia artificial hasta tecnologías verdes, seguirá aumentando en el futuro.
Una nueva arquitectura de seguridad euroasiática
El quid de la cuestión es el ascenso cada vez mayor de China como principal potencia comercial mundial y decenas de naciones del Sur Global se han convencido que la interacción con China es un vector privilegiado para mejorar sus propios niveles de vida y desarrollo socioeconómico.
Este cambio monumental en las relaciones internacionales está reduciendo a Occidente un conjunto de pollos sin cabeza.
El aumento del poder de China se refleja en cada una de las principales medidas geoeconómicas: desde la RCEP (Asociación Económica Integral Regional), un mega acuerdo de libre comercio (ALC) entre Asia, hasta las innumerables ramificaciones de los proyectos de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI), pasando por la cooperación BRICS+. El futuro de todas las naciones del Sur Global participantes implica un acercamiento cada vez mayor a China.
En agudo contraste, el Hegemón (y esto es bipartidario, desde la enrarecida plutocracia hasta los fanáticos del excepcionalismo) simplemente no puede contemplar un mundo que no controlan. Y con una Union Europea propensa a una desagregación que básicamente "razona" en la misma línea de Washington.
En la mesa de los BRICS, el tema principal fue cómo los países miembros deberían apoyarse entre sí a pesar de tantos desafíos, en su mayoría desencadenados por ya saben quién.Respecto a la India, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Sergei Shoigu, al reunirse con el asesor de seguridad nacional indio, Ajit Doval, destacó la fortaleza de la alianza, que "resistió con confianza la prueba del tiempo".
En un hecho paralelo y en un contexto más amplio , en el Centro de Política de Seguridad de Ginebra, el siempre amable Ministro de Asuntos Exteriores S. Jaishankar expresó :
"Había un club llamado G7, pero no permitieron que nadie más entrara, así que dijimos que íbamos a formar nuestro propio club (...) En realidad es un grupo muy interesante porque, si lo analizamos, normalmente cualquier club o grupo tiene una contigüidad geográfica o alguna experiencia histórica común o una conexión económica muy fuerte... pero en el caso de los BRICS, lo que se destaca son los grandes países que están ascendiendo en el sistema internacional".
El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, insistió que Rusia y Brasil "tienen enfoques similares en cuestiones internacionales clave", enfatizando cómo Moscú valora el actual "entendimiento bilateral y la interacción, a la luz de las presidencias simultáneas de los BRICS y el G20 este año".
En 2024, Rusia preside los BRICS mientras que Brasil preside el G20.
La asociación estratégica entre Rusia e Irán
El presidente Putin, además de dirigirse a los asistentes, mantuvo reuniones bilaterales con todos los principales actores. Putin destacó que 34 países "ya han expresado su deseo de unirse a las actividades de nuestra asociación de una forma u otra".
En su reunión con Wang Yi, Putin destacó que la asociación estratégica entre Rusia y China favorece un orden mundial justo, un principio que apoya el Sur Global. Wang Yi confirmó que el presidente Xi Jinping ya aceptó la invitación oficial rusa para la cumbre BRICS que se celebrará el mes próximo en Kazán.
Putin también se reunió con el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Ahmadian. Putin confirmó que espera que el presidente iraní Masoud Pezeshkian vuelva a visitar Rusia, a la cumbre de los BRICS y a firmar su nuevo acuerdo de asociación estratégica.
La geoeconomía es clave. El desarrollo del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) fue reafirmado como una prioridad máxima entre Rusia e Irán.
Para Shoigu: "Estamos dispuestos a ampliar la cooperación entre nuestros consejos de seguridad". El acuerdo será firmado por ambos presidentes en breve. Además, añadió que la entrada de Irán en el BRICS impulsa la cooperación entre los miembros para formar una "arquitectura común e indivisible de seguridad estratégica y un orden mundial policéntrico justo".
Compárese ahora con la nueva "estrategia" colectiva de Occidente, adoptada por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania: otra ola de sanciones contra Irán relacionada con el caso de los misiles iraníes transferidos a Rusia.
Ahmed Bakhshaish Ardestani, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, confirmó a principios de esta semana que Irán está enviando misiles y drones a Rusia como parte de sus acuerdos de defensa.
Pero el quid de la cuestión es que, de todas formas, estos misiles son rusos; sólo que se producen en Irán.
Mientras se discutía sobre seguridad en San Petersburgo, China organizaba el Foro BRICS sobre Asociación para la Nueva Revolución Industrial 2024 en Xiamen, en la provincia de Fujian.
Estamos hablando de la cooperación interconectada de los BRICS: mientras que Irán, sancionado hasta el olvido, ha estado obteniendo acceso a nuevas tecnologías industriales, la colaboración entre Irán y China en todo, desde inteligencia artificial hasta tecnologías verdes, seguirá aumentando en el futuro.
Una nueva arquitectura de seguridad euroasiática
El quid de la cuestión es el ascenso cada vez mayor de China como principal potencia comercial mundial y decenas de naciones del Sur Global se han convencido que la interacción con China es un vector privilegiado para mejorar sus propios niveles de vida y desarrollo socioeconómico.
Este cambio monumental en las relaciones internacionales está reduciendo a Occidente un conjunto de pollos sin cabeza.
El aumento del poder de China se refleja en cada una de las principales medidas geoeconómicas: desde la RCEP (Asociación Económica Integral Regional), un mega acuerdo de libre comercio (ALC) entre Asia, hasta las innumerables ramificaciones de los proyectos de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI), pasando por la cooperación BRICS+. El futuro de todas las naciones del Sur Global participantes implica un acercamiento cada vez mayor a China.
En agudo contraste, el Hegemón (y esto es bipartidario, desde la enrarecida plutocracia hasta los fanáticos del excepcionalismo) simplemente no puede contemplar un mundo que no controlan. Y con una Union Europea propensa a una desagregación que básicamente "razona" en la misma línea de Washington.
Para todo el Occidente colectivo, el deseo demente de mantener la hegemonía y al mismo tiempo impedir el ascenso de China es insostenible.
A esto se suma la loca obsesión de la actual administración estadounidense de infligir una "derrota estratégica" a Rusia desde que rechazó la propuesta de Moscú de fines de 2021 de una nueva arquitectura de seguridad europea, en realidad una "indivisibilidad de la seguridad" que afectaría a toda Eurasia.
El nuevo sistema de seguridad paneuroasiático propuesto por Putin fue analizado en detalle en la última cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Putin declaró que "se tomó la decisión de convertir la estructura antiterrorista regional de la OCS en un centro universal encargado de responder a toda la gama de amenazas a la seguridad internacional ".
Todo empezó con el concepto de "Gran Asociación Euroasiática", que Putin presentó a fines de 2015 y que fue perfeccionado durante su discurso anual ante la Asamblea Federal en febrero pasado. Y luego, en una reunión con diplomáticos rusos clave en junio, Putin destacó que era el momento adecuado para iniciar un debate integral sobre garantías bilaterales y multilaterales integradas en una nueva visión de la seguridad colectiva euroasiática.
La idea, desde el principio, fue siempre incluyente. Putin subrayó la necesidad de crear una arquitectura de seguridad abierta a "todos los países euroasiáticos que quieran participar", incluidos "los países europeos y de la OTAN".
A esto hay que añadir el impulso para llevar a cabo conversaciones con todo tipo de organizaciones multilaterales de toda Eurasia, como la Unión Estatal de Rusia y Bielorrusia, la OTSC, la UEEA, la CEI y la OCS.
Es de vital importancia que esta nueva arquitectura de seguridad "elimine gradualmente la presencia militar de potencias externas en la región euroasiática". Traducción: OTAN.
Y en el frente geoeconómico, además de desarrollar una serie de corredores de transporte internacional a través de Eurasia como el INSTC, el nuevo acuerdo debería "establecer alternativas a los mecanismos económicos controlados por Occidente", desde expandir el uso de monedas nacionales en los pagos hasta establecer sistemas de pago independientes: dos prioridades principales de los BRICS, que ocuparán un lugar destacado en la cumbre de Kazán el mes próximo.
¿Quieren una guerra en tres frentes?
Tal como están las cosas, un Washington sordo, mudo y ciego continúa obsesionado con su objetivo declarado: infligir una derrota estratégica a Rusia.
El embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antónov, fue directo al grano: "Es imposible negociar con terroristas", y añadió : "No es posible ningún plan o las llamadas "iniciativas de paz" para un alto el fuego en Europa del Este sin tener en cuenta los intereses nacionales de Rusia. Tampoco sirven las conferencias, por muy bonitas que sean sus denominaciones. Como en los años de la Gran Guerra Patria, hay que erradicar el fascismo. Los objetivos y tareas de la operación militar especial se cumplirán. Nadie debe tener dudas de que así será".
Y eso nos lleva a la actual coyuntura incandescente. Hay sólo dos opciones por delante para la guerra por delegación de Estados Unidos contra Rusia en Ucrania: una rendición incondicional de Kiev o una escalada hacia una guerra de la OTAN contra Rusia.
Ryabkov no se hace ilusiones, aunque lo expresa de forma muy diplomática:
"Las señales y acciones que estamos presenciando hoy apuntan a una escalada. Esta observación no nos obligará a cambiar nuestro rumbo, pero creará riesgos y peligros adicionales para Estados Unidos y sus aliados, clientes y satélites, sin importar dónde se encuentren".
Después de bombardear el milenario concepto de diplomacia, el Hegemón también ha bombardeado el concepto de seguridad. La demencia aguda de los think tank estadounidenses ha llegado al punto de soñar con una guerra en tres frentes . Y esto por parte de una "nación indispensable" cuya poderosa Armada ha sido completamente humillada por los hutíes en el Mar Rojo.
Es realmente un espectáculo para la historia ver la plutocracia de una nación salvaje de un poco más de 200 años -que básicamente obtuvo la mayor parte de su territorio saqueando a otros pueblos- y ahora cree que puede desafiar simultáneamente a los persas, los rusos y una civilización asiática con 5.000 años de historia registrada. Bueno, los salvajes siempre serán salvajes
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
A esto se suma la loca obsesión de la actual administración estadounidense de infligir una "derrota estratégica" a Rusia desde que rechazó la propuesta de Moscú de fines de 2021 de una nueva arquitectura de seguridad europea, en realidad una "indivisibilidad de la seguridad" que afectaría a toda Eurasia.
El nuevo sistema de seguridad paneuroasiático propuesto por Putin fue analizado en detalle en la última cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Putin declaró que "se tomó la decisión de convertir la estructura antiterrorista regional de la OCS en un centro universal encargado de responder a toda la gama de amenazas a la seguridad internacional ".
Todo empezó con el concepto de "Gran Asociación Euroasiática", que Putin presentó a fines de 2015 y que fue perfeccionado durante su discurso anual ante la Asamblea Federal en febrero pasado. Y luego, en una reunión con diplomáticos rusos clave en junio, Putin destacó que era el momento adecuado para iniciar un debate integral sobre garantías bilaterales y multilaterales integradas en una nueva visión de la seguridad colectiva euroasiática.
La idea, desde el principio, fue siempre incluyente. Putin subrayó la necesidad de crear una arquitectura de seguridad abierta a "todos los países euroasiáticos que quieran participar", incluidos "los países europeos y de la OTAN".
A esto hay que añadir el impulso para llevar a cabo conversaciones con todo tipo de organizaciones multilaterales de toda Eurasia, como la Unión Estatal de Rusia y Bielorrusia, la OTSC, la UEEA, la CEI y la OCS.
Es de vital importancia que esta nueva arquitectura de seguridad "elimine gradualmente la presencia militar de potencias externas en la región euroasiática". Traducción: OTAN.
Y en el frente geoeconómico, además de desarrollar una serie de corredores de transporte internacional a través de Eurasia como el INSTC, el nuevo acuerdo debería "establecer alternativas a los mecanismos económicos controlados por Occidente", desde expandir el uso de monedas nacionales en los pagos hasta establecer sistemas de pago independientes: dos prioridades principales de los BRICS, que ocuparán un lugar destacado en la cumbre de Kazán el mes próximo.
¿Quieren una guerra en tres frentes?
Tal como están las cosas, un Washington sordo, mudo y ciego continúa obsesionado con su objetivo declarado: infligir una derrota estratégica a Rusia.
El embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antónov, fue directo al grano: "Es imposible negociar con terroristas", y añadió : "No es posible ningún plan o las llamadas "iniciativas de paz" para un alto el fuego en Europa del Este sin tener en cuenta los intereses nacionales de Rusia. Tampoco sirven las conferencias, por muy bonitas que sean sus denominaciones. Como en los años de la Gran Guerra Patria, hay que erradicar el fascismo. Los objetivos y tareas de la operación militar especial se cumplirán. Nadie debe tener dudas de que así será".
Y eso nos lleva a la actual coyuntura incandescente. Hay sólo dos opciones por delante para la guerra por delegación de Estados Unidos contra Rusia en Ucrania: una rendición incondicional de Kiev o una escalada hacia una guerra de la OTAN contra Rusia.
Ryabkov no se hace ilusiones, aunque lo expresa de forma muy diplomática:
"Las señales y acciones que estamos presenciando hoy apuntan a una escalada. Esta observación no nos obligará a cambiar nuestro rumbo, pero creará riesgos y peligros adicionales para Estados Unidos y sus aliados, clientes y satélites, sin importar dónde se encuentren".
Después de bombardear el milenario concepto de diplomacia, el Hegemón también ha bombardeado el concepto de seguridad. La demencia aguda de los think tank estadounidenses ha llegado al punto de soñar con una guerra en tres frentes . Y esto por parte de una "nación indispensable" cuya poderosa Armada ha sido completamente humillada por los hutíes en el Mar Rojo.
Es realmente un espectáculo para la historia ver la plutocracia de una nación salvaje de un poco más de 200 años -que básicamente obtuvo la mayor parte de su territorio saqueando a otros pueblos- y ahora cree que puede desafiar simultáneamente a los persas, los rusos y una civilización asiática con 5.000 años de historia registrada. Bueno, los salvajes siempre serán salvajes
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias