15 oct 2024

DE LA DERECHA AL CENTRO

Días claves en las elecciones nacionales de Uruguay: los indecisos deciden

Nicolás Centurión
On Oct 14, 2024


Días claves a menos de quince días para las elecciones nacionales del 27 de octubre. En la recta final los indecisos van a definir la elección. Uruguay elige a su presidente, vicepresidente, senadores y diputados. Las encuestas dan amplia ventaja a la fórmula del centroizquierdista Frente Amplio, Yamadú Orsi- Carolina Cosse, por encima de la fórmula oficialista de derechas, Álvaro Delgado-Valeria Ripoll.

Simultáneamente con las elecciones nacionales se vota sobre dos plebiscitos. Uno es sobre los allanamientos nocturnos y el otro es sobre la reforma de la seguridad social. El primero es propuesto por el oficialismo y el segundo por la central única de trabajadores PIT-CNT.

El Frente Amplio aspira a ganar las elecciones en primera vuelta, salteando así el balotaje del 24 de noviembre. De esta manera tendría mayoría parlamentaria y evitaría ir contra todos los otros partidos de derechas, que no están formalmente conformados como coalición, pero ya son un bloque eleccionario que aspira a ir juntos en próximas elecciones.

Uruguay entonces se encamina a un bibloquismo. De un lado la Coalición Multicolor, que va desde la extrema derecha hasta la derecha liberal y el Frente Amplio; desde 1971 cada vez más al centro si es que existe tal.

Esta campaña, dicho por propios y ajenos y desde varias tiendas políticas, ha sido una de las más planas de las últimas décadas. Pocas propuestas, poco debate, mucho show y situaciones con candidatos que han sido inverosímiles.


Orsi, Delgado y Ojeda: qué votarían los uruguayos en un hipotético balotaje


Días claves a menos de quince días para las elecciones nacionales del 27 de octubre. En la recta final los indecisos van a definir la elección. Uruguay elige a su presidente, vicepresidente, senadores y diputados. Las encuestas dan amplia ventaja a la fórmula del centroizquierdista Frente Amplio, Yamadú Orsi- Carolina Cosse, por encima de la fórmula oficialista de derechas, Álvaro Delgado-Valeria Ripoll.

Simultáneamente con las elecciones nacionales se vota sobre dos plebiscitos. Uno es sobre los allanamientos nocturnos y el otro es sobre la reforma de la seguridad social. El primero es propuesto por el oficialismo y el segundo por la central única de trabajadores PIT-CNT.

El Frente Amplio aspira a ganar las elecciones en primera vuelta, salteando así el balotaje del 24 de noviembre. De esta manera tendría mayoría parlamentaria y evitaría ir contra todos los otros partidos de derechas, que no están formalmente conformados como coalición, pero ya son un bloque eleccionario que aspira a ir juntos en próximas elecciones.

Uruguay entonces se encamina a un bibloquismo. De un lado la Coalición Multicolor, que va desde la extrema derecha hasta la derecha liberal y el Frente Amplio; desde 1971 cada vez más al centro si es que existe tal.

Esta campaña, dicho por propios y ajenos y desde varias tiendas políticas, ha sido una de las más planas de las últimas décadas. Pocas propuestas, poco debate, mucho show y situaciones con candidatos que han sido inverosímiles.

La encuesta de Equipos Consultores señala que “si las elecciones fueran hoy”, 43% dijo que votaría por el Frente Amplio, 21% por el Partido Nacional, 15% por el Partido Colorado, 3% por Cabildo Abierto, 1% por el Partido Independiente, Identidad Soberana y Unidad Popular, 5% dijo que votaría en blanco o anulado y 10% está indeciso.

La diferencia entre la primera y segunda fórmula es más del 20%, pero el sistema uruguayo solo permite ganar en primera vuelta con el 50% + 1 de los votos emitidos. En la segunda vuelta el panorama cambia y solo van a votación las dos fórmulas más votadas. En este escenario Yamandú Orsi y Carolina Cosse derrotarían por 10 puntos a la fórmula de la Coalición Multicolor.

No hay debates pactados y se espera que recién pueda existir alguno luego de la primera vuelta de cara al balotaje. Así que se tendrá que esperar a noviembre para ver un intercambio de ideas. De igual manera, es sabido que los debates no suman muchos votos, no cambian ideas, sino más bien todo lo contrario, reafirman las ideas de los votantes. Salvo que pase algo muy catastrófico.

Los indecisos, nuevamente, o lo que llaman “las mayorías silenciosas” van a decantar el fiel de la balanza.
El gobierno de Luis Lacalle Pou deja sendos problemas al Uruguay que se viene. Primero que fue un gobierno que se dedicó más a apagar incendios internos y escándalos nacionales e internacionales que a gobernar.






Relaciones diplomáticas tensas. Promesas incumplidas. Una reforma de la seguridad social impuesta a los trabajadores para que aporten por cinco años más.

Ministros renunciados. Un senador preso por pedofilia. Su jefe de seguridad preso (hoy liberado) por asociación para delinquir. Una fiscal que protegió al Presidente y enseguida empezó a militar dentro del partido de gobierno. La venta del puerto a 60 años a una empresa privada. Más homicidios que el quinquenio anterior. Una violencia creciente. Enfrentamiento entre bandas locales. Narcotráfico a gran escala pasando por nuestro territorio. Pobreza infantil muy alta. Por nombrar algunos temas que en este gobierno se han agravado, que otros los ha mantenido y no ha atacado las causas estructurales y otros que son de fuerza política.

Del otro lado, el Frente Amplio ha presentado su programa de gobierno, pero no ha permeado en la población en general. No se encuentran cinco
habido ni una sola gota de derrame. Se ha bajado el gasoil cuando los agroexportadores lo pidieron. Concretó la Ley de Urgente Consideración. Benefició a los grandes capitales en este capitalismo de amigos a la uruguaya. propuestas claras que se identifiquen con esta fuerza política y que sean su “caballo de batalla”.

Una de las ideas que se intenta imponer desde el centroizquierdismo es “el gobierno fracasó”. Es un error conceptual. El gobierno ha tenido rotundo éxito en gobernar para los que el propio Lacalle ha calificado como “malla oro”. Les han aumentado las exoneraciones fiscales, las exportaciones aumentaron, el PBI creció, pero de eso no ha 
habido ni una sola gota de derrame. Se ha bajado el gasoil cuando los agroexportadores lo pidieron. Concretó la Ley de Urgente Consideración. Benefició a los grandes capitales en este capitalismo de amigos a la uruguaya.




Internacionalmente coqueteó con China, pero terminó más alineado que nunca a Estados Unidos. Intentó quebrar el Mercosur. Se enconó con Venezuela cada vez que tuvo la oportunidad y metió el tema incluso en la campaña electoral.

Concentró todo el gobierno en su figura. Hizo del sistema semipresidencialista del Uruguay una figura totalmente unipersonal y Lacallecéntrica. A la interna de su partido, logró absorber a la mayoría de los sectores. Minimizó a los demás espacios y no dejó rival ni sucesor. Álvaro Delgado es su delfín, pero no tiene el carisma de Lacalle ni su acumulado político. Delgado será el candidato, pero Lacalle es su jefe. Esto lo deja con el terreno allanado para una posible vuelta en 2029. Falta mucho, pero no se divisan contrincantes a la interna.

El Frente Amplio sin sus líderes históricos presentes y con un José “Pepe” Mujica muy golpeado por su salud, pretende volver al gobierno con más dudas que certezas. Esta fuerza política ha apostado más al desgaste del gobierno actual que a una propuesta superadora. Ha apuntado más a los escándalos provocados por el propio gobierno que a demostrar el deterioro social, institucional y económico que este ha generado.

El espíritu de su campaña intenta plegarse al sentimiento generalizado de que no estamos mejor que hace 5 años, pero así no se hace patria. O se puede ganar una elección, pero no una victoria cultural ni política en el sentido más cabal de la palabra.


Yamandú Orsi ha elegido como su futuro ministro de economía a Gabriel Oddone. Un hombre que en las últimas horas declaró que viajará en estos días a Estados Unidos a reunirse con ejecutivos del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y el del Banco Interamericano de Desarrollo.

¿Irá Oddone a plantear que las reglas de juego no se van a tocar? ¿Dirá que habrá calma, estabilidad y seguridad para los grandes capitales? Ya sabemos para qué son estas reuniones.

El 27 Uruguay decide.

* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)