"No aceptamos órdenes israelíes"
ROMA (ANSA / Lorenzo Attianese)-
11.10.2024
Foto: La misión ONU (Unifil) en Líbano, con numerosos soldados italianos, atacada por Israel - TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. ANSA
“Sin motivo militar ni justificación: es un crimen de guerra, no un error". La ira es tan grande que el gobierno italiano, a través de las palabras del ministro de Defensa, Guido Crosetto, flanqueado por el comandante del comando operativo de las fuerzas armadas, Francesco Figliuolo, en la sala de prensa del Palazzo Chigi, utiliza tonos nunca antes usados hacia Israel.
Pero estas son palabras proporcionadas a un ataque, el de las FDI (fuerzas de defensa del estado judío) contra las bases italianas de la ONU en el Líbano, que no tiene precedentes. El jefe de Defensa espera desde hace horas explicaciones de Tel Aviv para esclarecer lo sucedido: desde el miércoles por la tarde, los soldados regulares atacaron y destruyeron las cámaras y otros sistemas de videovigilancia en los dos últimos puestos avanzados de las fuerzas de paz italianas en Naqura.
Después de informar a la premier Giorgia Meloni, Crosetto llamó a su amigo y homólogo, Yoav Gallant, para protestar: "es inaceptable", afirmó antes de reiterar la gravedad de los hechos, incluso a los responsables de la ONU.
La advertencia no fue suficiente y, a pesar de los intentos de tranquilizarlo, otros disparos alcanzaron el interior de la base mientras las fuerzas de paz italianas estaban en los búnkeres.
Después de haber informado también de los hechos al Consejo de Ministros de Italia, le llegó el turno al embajador israelí, Jonathan Peled, que fue convocado de urgencia: "informe a Nethanyahu que las Naciones Unidas e Italia no pueden recibir órdenes del gobierno israelí".
En ese momento también el Palacio Chigi formalizó la decepción, con palabras claras: "lo que sucede cerca de la base del contingente de Unifil no es admisible", afirmó el equipo de Meloni que, en contacto constante con el Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, y el propio Crosetto, expresó "fuerte cercanía con nuestros militares".
Incluso el número uno de la Farnesina -de regreso de Latinoamérica- reiteró que lo sucedido "es inaceptable", distinguiendo no obstante de "diferentes episodios" que también ocurrieron "hace varios días" y luego especificando sus quejas a su colega israelí, Israel Katz "desde el primer día". A la espera de recibir claridad, es una vez más el Ministro de Defensa quien aclara que, junto con su jefe Figliuolo, deja de lado públicamente cualquier actitud diplomática: "No hay ninguna justificación para decir que las fuerzas armadas israelíes habían advertido a la Unifil sobre el hecho de que algunas de las bases tuvieron que ser abandonadas".
Luego llegó la acusación más dura: "Los actos hostiles llevados a cabo y reiterados por las fuerzas israelíes podrían constituir crímenes de guerra, son violaciones muy graves de las normas del derecho internacional, no justificadas por ninguna razón militar".
Por lo tanto, "no fue un error ni un accidente" y por ello "necesitamos tener explicaciones reales lo antes posible", dijo el ministro de Defensa.
La oposición también pide arrojar luz y la secretaria del Partido Demócrata, Elly Schlein, exigió al Ejecutivo que informe urgentemente para "determinar responsabilidades", mientras el líder del Movimiento Cinco Estrellas, Giusseppe Conte, apuntó: "detengamos la locura de esta escalada".
En el fondo sigue habiendo un signo de interrogación que lleva a preguntarse qué queda de la misión de la Unifil, una vez que se ha cruzado otra línea de tolerancia. "Hemos preparado planes de contingencia para cualquier acontecimiento, acelerando los tiempos de intervención si es necesario", explicó Crosetto.
Y acotó que retirar el contingente de Líbano "no es una elección nacional, es una elección de la ONU y los cuarenta países contribuyentes reflexionarán sobre eso".
El ministro dijo luego que su intención "es hacer prevalecer espacios de paz, no difundir la idea de que podría haber una guerra continua". Sin embargo, la respuesta de Israel parece ir en dirección contraria a la solicitada por Italia.
Tel Aviv no solo pide a la ONU, a través de su embajador ante Naciones Unidas, que se desplace 5 kilómetros al norte "para evitar el peligro", sino que afirma ante las FDI haber "ordenado" a las fuerzas multinacionales que permanezcan "en espacios protegidos". Un concepto reiterado por el embajador israelí en Roma: "hemos recomendado varias veces a los militares italianos retirar parte de sus fuerzas, pero lamentablemente la petición fue rechazada".
Muro contra muro, por tanto, con la diplomacia estancada: Italia no disculpa a Israel y Tel Aviv no pretende justificarse. La Unifil permanece en el centro con sus cascos azules, que no tiene intención de retroceder ni un centímetro.
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