Por Emir Sader25 de julio de 2017
Pagina/12
Cuando no se tiene razón, hay que apelar a los chivos expiatorios. La derecha lo ha hecho a lo largo del tiempo, desde el nazismo, pasando por la Guerra Fría, hasta llegar a hoy. Sin una agenda positiva para proponer y teniendo que esconder sus objetivos reales, la derecha se limita a crear y a incentivar a chivos expiatorios que habría que combatir.
Hoy se trata de enarbolar el fantasma de la inflación y de la corrupción. La confluencia de ambos resulta en la demonización del Estado, al que se responsabiliza tanto por la inflación como por la corrupción.
Cuando no se tiene razón, hay que apelar a los chivos expiatorios. La derecha lo ha hecho a lo largo del tiempo, desde el nazismo, pasando por la Guerra Fría, hasta llegar a hoy. Sin una agenda positiva para proponer y teniendo que esconder sus objetivos reales, la derecha se limita a crear y a incentivar a chivos expiatorios que habría que combatir.
Hoy se trata de enarbolar el fantasma de la inflación y de la corrupción. La confluencia de ambos resulta en la demonización del Estado, al que se responsabiliza tanto por la inflación como por la corrupción.