Diario Registrado 18 de abril de 2015
Elbaum escribió una extensa columna en la que detalló cómo cambió la posición de la DAIA desde que el canciller Hector Timerman puso a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA al tanto de las negociaciones con Irán -antes de que se suscribiera el acuerdo- hasta la actualidad.
"En diciembre de 2012, el canciller Héctor Timerman visitó la DAIA y mantuvo en el séptimo piso de Pasteur 633 una reunión con el consejo directivo de esa entidad para explicar las características de las tratativas llevadas a cabo por entonces con la República Islámica de Irán", fue el comienzo del texto en el que recordó cómo lo resumió el titular de la DAIA, Julio Schlosser: "Lo valedero es la opinión de los familiares (de las víctimas), y ellos expresaron claramente que esta entrevista ha sido altamente positiva... Si para los familiares ha sido positivo, la opinión de los dirigentes está de más”.
La misma tarde de ese encuentro, el miércoles 27 de diciembre de 2012, a las 19, el secretario general de esa entidad, Jorge Knoblobitz, manifestó a sus allegados -según reconstruyó Elbaum- que había recibido una llamada telefónica del periodista Pepe Eliaschev quien le advertía –indignado– que la recepción cordial al canciller Timerman iba a ser taxativamente condenada y repudiada por “la comunidad” y las embajadas norteamericanas e israelí.
También relató que fue el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, quien se encargó de transparentar que existía una "clara presión 'telefónica' orientada a cuestionar cualquier tratativa con Teherán".
"Entre los encolerizados lobbistas telefónicos sobresalían los números celulares de Santiago Kovadloff, Daniel Sabsay y Marcos Aguinis, quienes tiempo después se convirtieron en fervientes convocantes a la marcha de los paraguas del 18 de febrero (en homenaje a Nisman)", relató.
"En enero de 2013, la presidenta de la Nación informó el acuerdo alcanzado con Irán mediante el Memorándum de Entendimiento y afirmó que éste sería tratado en sesiones extraordinarias del Congreso de la Nación. El lunes 11 de marzo de 2013, luego de que el memorándum fuese aprobado por el Congreso, se realizó una reunión en el barrio de Arlington, en Washington, en la cual los miembros del Grupo de Tareas Estadounidense sobre Argentina (ATFA) decidieron incorporar el Memorándum de Entendimiento como un ariete más para condicionar a nuestro país a negociar de forma más vulnerable frente a los fondos especulativos", informó.
En ese contexto, aseguró que "además de tomar la decisión de realizar una campaña negativa sobre los acuerdos alcanzados con Teherán, mediante solicitadas aparecidas en diferentes diarios, se resolvió contactar a dirigentes y políticos locales para solicitarles que se expidan rápidamente en forma crítica sobre el tratado en ciernes, ofreciendo todo tipo de 'colaboración' para defenestrar al gobierno argentino".
El 2 de junio de 2013 -siguió-, la ATFA, financiada mayoritariamente por Paul Singer, presidente del fondo NML Elliott, publicó una solicitada que titula “Aliados vergonzosos” y que muestra una fotografía de la presidenta Cristina Fernández junto al entonces presidente persa Mahmud Ahmadinejad.
También recordó que el 9 de julio de 2013 el responsable de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes, el republicano Jeff Duncan (que en septiembre de 2012 recibió el aporte de 10 mil dólares del Comité de Acción Política de la organización Cada Republicano es Crucial, financiado por Paul Singer), envió una carta a la presidenta Cristina Fernández mostrándose decepcionado por la decisión de la procuradora Gils Carbó de no autorizar a que Nisman “comparezca” ante el Capitolio.
Tras relatar una serie de misivas redactadas por distintos actores de poder de los Estado Unidos en contra de la Argentina, Elbaum sostuvo que "el fiscal Nisman inicia una serie de encuentros con los dirigentes de la DAIA y de la AMIA donde se acuerdan los pasos a seguir para evitar la aplicación del memorándum".
Según Elbaum, en dichas reuniones, realizadas en un bar ubicado en la calle Juana Manso 1601 de Puerto Madero, el fiscal Alberto Nisman "repitió enfervorizadamente que estaba dispuesto a aportar 'de sus propios recursos' para colaborar con la DAIA a destrozar el memorándum" y aseguró que de ser necesario Paul Singer los ayudaría.