LA MORAL DE QUIENES IMPONEN PLANES DE AJUSTE
Las recetas que el FMI se reserva para sí
La Justicia española mantuvo arrestado ocho horas en Madrid al ex vicepresidente de ese país y ex titular del Fondo Monetario para allanar su domicilio y lugares de trabajo. Se lo investiga por lavado de dinero y fraude fiscal.
El ex titular del FMI, ex vicepresidente del gobierno español y ex ministro de Economía de ese país, Rodrigo Rato, fue detenido ayer en Madrid, acusado de fraude y lavado de dinero. Permaneció arrestado durante ocho horas, en las cuales fueron allanadas su casa y su oficina a pedido de la fiscalía de la capital ibérica. Rato, Dominique Strauss-Kahn y Christine Lagarde forman un trío con coincidencias: caras visibles del Fondo y figuras del neoliberalismo con problemas judiciales. Son los representantes en los hechos de los grupos de expertos, banqueros y del establishment que critican a los países periféricos por supuesta “falta de credibilidad” y de “reglas de juego claras”, pero que puertas adentro soportan graves acusaciones judiciales. En este caso, Rato es investigado por haber ingresado a una amnistía fiscal con una declaración que presentaba indicios de lavado de dinero. De cualquier modo, tiene para rato en la Justicia, porque también enfrenta denuncias a partir de su actuación como directivo de la firma Bankia y de la Caja Madrid, casos por los cuales está imputado por presuntos delitos de estafa, falsedad contable y administración fraudulenta (ver nota aparte).
Rato ingresó al gobierno español en 1996, cuando fue nombrado vicepresidente segundo del gobierno y ministro de Economía y Hacienda, cargo que mantuvo hasta 2004 bajo el mandato de José María Aznar por el conservador Partido Popular. Su nombre incluso fue barajado como sucesor de Aznar, aunque finalmente quedó al frente del partido Mariano Rajoy. Luego Rato pasó a las filas del FMI, como titular del organismo entre 2004 y 2007, período en el cual se conformó la burbuja financiera que estalló en Estados Unidos y que llevó al mundo a la mayor crisis económica desde la década del ‘30. El Fondo no sólo no previó la crisis, sino que alimentó con sus recomendaciones la extrema desregulación financiera que fue una de las causas de la inédita profundidad que registró la debacle. Deficiencias organizativas, batallas internas, falta de comunicación, sesgos analíticos, presiones políticas, autocensura y falta de supervisión y control por parte de la dirección del FMI fueron las críticas a la gestión de Rato realizadas por el propio FMI en 2011.
La historia económica argentina guarda un lugar para Rodrigo Rato. Al frente del FMI, el español mantuvo fuertes cruces con el ex presidente Néstor Kirchner. La relación con el organismo quedó muy deteriorada después de la crisis de 2001/02, de la cual el Fondo fue corresponsable en la visión de Kirchner y del equipo económico encabezado en ese momento por Roberto Lavagna. Los años de Rato fueron los de la renegociación de la deuda argentina, que terminó con una quita enorme que permitió al gobierno nacional tener espacio fiscal para crecer y margen político para dejar de lado las recetas ortodoxas del Fondo, luego de que Kirchner decidiera en 2006 cancelar en efectivo la deuda con el organismo.
En 2005, Rato reclamó públicamente al gobierno argentino que adoptara “reglas de inversión, tanto nacional como extranjera, claras y respetuosas del funcionamiento de la iniciativa privada”. Kirchner le respondió: “A ver, doctor Rato, si empieza a tener un gesto de solidaridad con este pueblo que salió por sí solo de una de las peores situaciones que pudo tener”. En 2007, a punto de irse del FMI, Rato dijo que “la normalización de la economía argentina requiere que la política monetaria se concentre más en la estabilidad de los precios que en el tipo de cambio” y sugirió que se debían aumentar las tasas de interés, reducir el gasto y flexibilizar el tipo de cambio. Lavagna, ya ex ministro, le dedicó que “lo mejor que pueden hacer (los del Fondo) es cerrar la boca”.
Esos cruces no se daban por una enemistad particular de Rato hacia la Argentina, sino por las cada vez mayores diferencias entre el programa económico del kirchnerismo y el de un arquitecto del neoliberalismo. De hecho, luego del FMI el español cruzó de vereda y pasó al sistema bancario, como directivo de Bankia y de la Caja Madrid. Por ambas gestiones enfrenta investigaciones en la Justicia.
Los sucesores de Rato en el FMI fueron Dominique Strauss-Kahn y Christine Lagarde, quienes no lo dejaron solo en eso de tener que dar explicaciones a la Justicia. El caso de Strauss-Kahn es bastante conocido. En 2011 fue denunciado por cometer presunto abuso sexual contra una empleada de un hotel de Nueva York, situación por la cual fue absuelto. También se lo acusa de organizar orgías con prostitutas en París, Washington y Nueva York estando todavía al frente del FMI.
En tanto, la actual directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, fue imputada a mitad del año pasado por la Justicia francesa por presunta participación en un caso de corrupción cuando era ministra de Finanzas del gobierno de Nicolas Sarkozy. En ese momento, el Ejecutivo galo favoreció a un empresario amigo de Sarkozy con una indemnización de 403 millones de euros.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-270736-2015-04-17.html