LA AUTORIDAD MONETARIA HABILITO A INVERSORES EXTRANJEROS A ADQUIRIR LOS ACTIVOS LEBAC Y NOBAC
La nueva normativa deja sin efecto una restricción vigente desde 2007. Las Lebacs y las Nobacs ofrecen tasas de interés que incentivan el ingreso de capitales de corto plazo, una fuente de volatilidad cambiaria.
Por Tomás Lukin
El Banco Central terminó de moldear la bicicleta financiera para el ingreso de capitales. Al desmantelamiento del sistema de administración del mercado cambiario, la fuerte suba de tasas y el lanzamiento de nuevos instrumentos de la autoridad monetaria en dólares se sumó la decisión de habilitar a inversores extranjeros para que puedan adquirir los activos denominados Lebac y Nobac. La nueva normativa deja sin efecto una restricción vigente desde 2007 para que los no residentes adquieran directamente esos activos. Por decisión del organismo que preside Federico Sturzenegger esos papeles ofrecen tasas de interés que incentivan el ingreso de capitales de corto plazo, una fuente de volatilidad cambiaria. Como parte de la estrategia desplegada para fortalecer sus reservas, el BCRA comunicó que el directorio habilitó ayer la conversión de tres letras intransferibles recibidas del Tesoro en 2006 y 2010 como contrapartida para el pago de deuda externa en nuevos títulos públicos con capacidad de colocarse en el mercado financiero.
La operatoria por la cual el BCRA recibirá tres emisiones de bonos Bonar con vencimientos en 2022, 2025 y 2027 estaba prevista en 9530 millones de dólares pero finalmente llegará a 16.100 millones de dólares. Una porción significativa de esos títulos públicos será entregada como garantía para el préstamo de corto plazo por una cifra superior a los 5000 millones de dólares que pretende tomar el nuevo gobierno. Se trata de la línea de financiamiento negociada por la Secretaría de Finanzas con entidades como JP Morgan, HSBC, Citibank, Deutsche Bank y Goldman Sachs. Esa línea de crédito habilitaría al Banco Central a exhibir una fortaleza adicional en sus reservas internacionales, hasta tanto la devaluación y otras medidas como la eliminación de las retenciones redunden en un mayor ingreso genuino de divisas para garantizar la estabilidad cambiaria.
La letra intransferible de 2006 fue entregada a la autoridad monetaria hace diez años para instrumentar el pago anticipado de los pasivos con el FMI. Los otros dos instrumentos por 6569 millones de dólares que se cancelarán anticipadamente constituyeron el Fondo del Bicentenario de 2010, el cual fue rechazado por el entonces presidente del BCRA, Martín Redrado, y terminó con su desplazamiento.
Desde el BCRA destacaron que la operatoria “mejora la calidad de su balance ya que sustituye activos de liquidez limitada por otros de mayor calidad”. Según planteó el organismo a través de un comunicado, el reemplazo de las letras intransferibles por bonos con mayor tasa de interés y precio de mercado, brindan “herramientas para desarrollar la política monetaria con más flexibilidad”. El riesgo es que esos nuevos bonos terminen en poder del sector privado dando el puntapié inicial para un nuevo proceso de endeudamiento. Mientras sean utilizados como garantía de un crédito del que todavía restan conocerse sus condiciones financieras, la deuda en moneda extranjera con acreedores privados no aumentaría. La reducción a niveles cercanos al 12 por ciento del PIB de esos pasivos representa uno de las fortalezas del proceso de desendeudamiento impulsado por el kirchnerismo.
Si por alguna razón el nuevo gobierno no cumpliese con las condiciones pactadas en el crédito, los bancos podrían quedarse con esos bonos revirtiendo ese proceso que amplió el margen de maniobra para la política económica. No es la única alternativa para privatizar esos pasivos. El BCRA podría optar por venderlos directamente en el mercado a cambiario o utilizarlos como parte de pago para un hipotético acuerdo con los fondos buitre.
Entre las resoluciones tomadas ayer por el directorio del BCRA figura la habilitación del mercado de Lebac en pesos y dólares para los inversores extranjeros. La decisión representa el último eslabón en la rueda especulativa montada a lo largo de las últimas dos semanas con el objetivo de facilitar el ingreso de capitales de corto plazo, otra vía de financiamiento a la que apunta el equipo económico.
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