BEIJING, 25 dic (Xinhua) --
CRISIS DE ADMINISTRACIONES IZQUIERDISTAS
El 10 de diciembre, Mauricio Macri asumió el cargo de nuevo presidente de Argentina, poniendo fin a 12 años de kirchnerismo. El líder derechista se precipitó a cumplir sus promesas electorales con una serie de reformas que suponen una ruptura absoluta con las políticas de su antecesora, Cristina Fernández.
Entre las medidas destacan la eliminación de las retenciones (impuestos) a las exportaciones agropecuarias, que representaban la cuarta fuente impositiva de ingresos fiscales, así como el levantamiento del "cepo" (restricciones a la libre compraventa de dólares).
Cuatro días antes, la gobernante alianza de izquierda Gran Polo Patriótico (GPP) había sufrido una gran derrota en las elecciones legislativas venezolanas. Era la primera vez que la oposición lograba la mayoría cualificada (dos tercios) de la Asamblea Nacional desde 1999, cuando el chavismo llegó al poder.
Con esta mayoría, la oposición podrá promover un referéndum revocatorio para el año 2016 en contra del presidente, Nicolás Maduro, tras cumplir la mitad de su mandato.
En Brasil, aunque la presidenta izquierdista, Dilma Rousseff, consiguió la reelección a finales de 2014, la confianza de los ciudadanos se esfumó con rapidez.
Según la última encuesta elaborada por el instituto Ibope, la aprobación del Gobierno Rousseff alcanzó solamente un 9 por ciento este mes, mostrando la crisis de confianza que vive el Ejecutivo justo cuando se enfrenta a la recesión económica y al gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Es más, Rousseff afronta un juicio político que busca su destitución, una operación promovida por la oposición, que acusa al Gobierno de haber empleado maniobras fiscales "irregulares" para maquillar las cuentas oficiales de 2014 y 2015.
Ecuador también vive momentos convulsos. El movimiento oficialista Alianza PAIS (AP) lanzó hace un año un paquete de enmiendas constitucionales a fin de incorporar en la Carta Magna la reelección indefinida para todos los cargos de elección popular, incluido el de presidente, en estos momentos Rafael Correa.
Sin embargo, Correa, en el poder desde 2007, desistió recientemente de participar en los comicios presidenciales de 2017, en respuesta a las protestas opositoras, que le acusaban de procurar perpetuarse en el poder.
PROBLEMAS ECONOMICOS DESPIERTAN DESCONTENTO
Pese a la heterogeneidad de la estructura política y el modelo económico de cada país latinoamericano donde gobiernan las fuerzas de izquierda, la depresión económica y la desconfianza de los mercados han sido las principales causas que explican la nueva tendencia política de la región, opinan los expertos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Producto Interno Bruto (PIB) de la región se contraerá un 0,4 por ciento, lo que representa la tasa de expansión económica más baja desde 2009.
Concretamente, Venezuela y Brasil son los países más afectados por el escaso dinamismo de la economía mundial, que ha conducido a la disminución de la demanda externa y a la continuidad de los precios bajos de las materias primas.
De acuerdo con las proyecciones de la CEPAL, la economía venezolana y la brasileña registrarán una recesión del 7,1 y 3,5 por ciento, respectivamente, afectadas también por la devaluación de las monedas locales y una inflación que ha rebasado su meta de control.
En Argentina, aunque la economía se expandirá, según el pronóstico de la CEPAL, un 2 por ciento en este año, las mediciones privadas fijaron la inflación en los primeros nueve meses en un 25,9 por ciento, más del doble que la reportada por el Gobierno.
Además, el punto muerto en el que se encuentra Argentina en la negociación con los fondos buitre sobre el pago de deudas ha bloqueado su acceso a los principales mercados de capitales, mientras las reservas internacionales han mermado considerablemente, acompañadas por la devaluación de su moneda.
Para el director del Instituto de Estudios de China y Asia-Pacífico de Brasil, Severino Cabral, los países que dependen de las exportaciones de materias primas y recursos naturales resultan más frágiles ante la lenta recuperación de la economía mundial.
"Básicamente estamos ante el cierre de un ciclo económico de la primera época de la globalización de los mercados, al cual sigue una rápida e intensa transformación del entorno internacional", indicó Cabral.
A su juicio, esta transformación incluye factores de desestabilización de las economías y de los gobiernos, lo que está exigiendo nuevos paradigmas y modelos de desarrollo.
"La respuesta poco pragmática de esos gobiernos de izquierda a la hora de enfrentarse a los desafíos impuestos por el nuevo orden de cosas generadas por la contracción del comercio mundial también motiva la crisis de representatividad", destacó el especialista.
CICLO POLITICO EN LA ENCRUCIJADA
En la historia de la región existen varios ciclos políticos que evolucionan y se repiten en los distintos países. Así, se pueden enumerar el ciclo de los populismos entre las décadas de los 30 y los 50, el de las dictaduras militares entre los 60 y los 80 y el de las democracias neoliberales entre los 80 y los 90 del siglo pasado.
Más tarde, el fin del ciclo económico denominado "consenso de Washington" ocasionó el inicio de una nueva etapa política protagonizada por el izquierdismo, con la conquista de la mayor parte de los gobiernos de la región de forma democrática.
Tras más de 10 años con un ambiente económico mundial favorable, parece que el ciclo del izquierdismo está llegando a su fin, marcado por las sucesivas derrotas electorales del oficialismo izquierdista en Argentina y Venezuela.
Para Carlos Eduardo Vidigal, profesor de historia de América de la Universidad de Brasilia, aún es prematuro hacer un juicio sobre la regresión colectiva de la izquierda.
"Por el momento, todo indica un retroceso de la izquierda, que no supo, al estar en el poder, generar los equilibrios internos necesarios para la continuidad del proceso", señaló el catedrático.
Por otro lado, "hay también una cierta inducción a la crisis por parte de élites tradicionales que quieren retomar el poder", advirtió.
Sin embargo, las élites "tradicionales" que lograron la victoria en las elecciones aún enfrentan muchos desafíos, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del actual ciclo político, dijo el director de la consultora Asia & Argentina, Gustavo Girado.
Girado rehusó llamar fracaso al proceso de Argentina, recordando que el Gobierno anterior llevó la tasa de pobreza de casi el 40 por ciento a una cifra de un solo dígito, y la tasa de indigencia del 24 por ciento, cuando asumió Néstor Kirchner el poder, a menos del 5 por ciento.
"El nuevo Gobierno debe mejorar la calidad de las conquistas del pueblo argentino, pero claro, todo indica que se trata de un Gobierno conservador y que no tiene como objetivo mejorar las condiciones generales de vida de la sociedad, sino de mejorar la situación de las empresas", apuntó.
Por el contrario, Vidigal mostró optimismo por el ascenso de los conservadores en la región, pero recalcó la importancia de seguir los planes sociales de cariz izquierdista.
"Los avances sociales ocurridos en los últimos años no podrán ser abandonados. La derecha, los liberales, ahora deberán lidiar con esa cuestión", concluyó.
xinhuanet. com
CRISIS DE ADMINISTRACIONES IZQUIERDISTAS
El 10 de diciembre, Mauricio Macri asumió el cargo de nuevo presidente de Argentina, poniendo fin a 12 años de kirchnerismo. El líder derechista se precipitó a cumplir sus promesas electorales con una serie de reformas que suponen una ruptura absoluta con las políticas de su antecesora, Cristina Fernández.
Entre las medidas destacan la eliminación de las retenciones (impuestos) a las exportaciones agropecuarias, que representaban la cuarta fuente impositiva de ingresos fiscales, así como el levantamiento del "cepo" (restricciones a la libre compraventa de dólares).
Cuatro días antes, la gobernante alianza de izquierda Gran Polo Patriótico (GPP) había sufrido una gran derrota en las elecciones legislativas venezolanas. Era la primera vez que la oposición lograba la mayoría cualificada (dos tercios) de la Asamblea Nacional desde 1999, cuando el chavismo llegó al poder.
Con esta mayoría, la oposición podrá promover un referéndum revocatorio para el año 2016 en contra del presidente, Nicolás Maduro, tras cumplir la mitad de su mandato.
En Brasil, aunque la presidenta izquierdista, Dilma Rousseff, consiguió la reelección a finales de 2014, la confianza de los ciudadanos se esfumó con rapidez.
Según la última encuesta elaborada por el instituto Ibope, la aprobación del Gobierno Rousseff alcanzó solamente un 9 por ciento este mes, mostrando la crisis de confianza que vive el Ejecutivo justo cuando se enfrenta a la recesión económica y al gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Es más, Rousseff afronta un juicio político que busca su destitución, una operación promovida por la oposición, que acusa al Gobierno de haber empleado maniobras fiscales "irregulares" para maquillar las cuentas oficiales de 2014 y 2015.
Ecuador también vive momentos convulsos. El movimiento oficialista Alianza PAIS (AP) lanzó hace un año un paquete de enmiendas constitucionales a fin de incorporar en la Carta Magna la reelección indefinida para todos los cargos de elección popular, incluido el de presidente, en estos momentos Rafael Correa.
Sin embargo, Correa, en el poder desde 2007, desistió recientemente de participar en los comicios presidenciales de 2017, en respuesta a las protestas opositoras, que le acusaban de procurar perpetuarse en el poder.
PROBLEMAS ECONOMICOS DESPIERTAN DESCONTENTO
Pese a la heterogeneidad de la estructura política y el modelo económico de cada país latinoamericano donde gobiernan las fuerzas de izquierda, la depresión económica y la desconfianza de los mercados han sido las principales causas que explican la nueva tendencia política de la región, opinan los expertos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Producto Interno Bruto (PIB) de la región se contraerá un 0,4 por ciento, lo que representa la tasa de expansión económica más baja desde 2009.
Concretamente, Venezuela y Brasil son los países más afectados por el escaso dinamismo de la economía mundial, que ha conducido a la disminución de la demanda externa y a la continuidad de los precios bajos de las materias primas.
De acuerdo con las proyecciones de la CEPAL, la economía venezolana y la brasileña registrarán una recesión del 7,1 y 3,5 por ciento, respectivamente, afectadas también por la devaluación de las monedas locales y una inflación que ha rebasado su meta de control.
En Argentina, aunque la economía se expandirá, según el pronóstico de la CEPAL, un 2 por ciento en este año, las mediciones privadas fijaron la inflación en los primeros nueve meses en un 25,9 por ciento, más del doble que la reportada por el Gobierno.
Además, el punto muerto en el que se encuentra Argentina en la negociación con los fondos buitre sobre el pago de deudas ha bloqueado su acceso a los principales mercados de capitales, mientras las reservas internacionales han mermado considerablemente, acompañadas por la devaluación de su moneda.
Para el director del Instituto de Estudios de China y Asia-Pacífico de Brasil, Severino Cabral, los países que dependen de las exportaciones de materias primas y recursos naturales resultan más frágiles ante la lenta recuperación de la economía mundial.
"Básicamente estamos ante el cierre de un ciclo económico de la primera época de la globalización de los mercados, al cual sigue una rápida e intensa transformación del entorno internacional", indicó Cabral.
A su juicio, esta transformación incluye factores de desestabilización de las economías y de los gobiernos, lo que está exigiendo nuevos paradigmas y modelos de desarrollo.
"La respuesta poco pragmática de esos gobiernos de izquierda a la hora de enfrentarse a los desafíos impuestos por el nuevo orden de cosas generadas por la contracción del comercio mundial también motiva la crisis de representatividad", destacó el especialista.
CICLO POLITICO EN LA ENCRUCIJADA
En la historia de la región existen varios ciclos políticos que evolucionan y se repiten en los distintos países. Así, se pueden enumerar el ciclo de los populismos entre las décadas de los 30 y los 50, el de las dictaduras militares entre los 60 y los 80 y el de las democracias neoliberales entre los 80 y los 90 del siglo pasado.
Más tarde, el fin del ciclo económico denominado "consenso de Washington" ocasionó el inicio de una nueva etapa política protagonizada por el izquierdismo, con la conquista de la mayor parte de los gobiernos de la región de forma democrática.
Tras más de 10 años con un ambiente económico mundial favorable, parece que el ciclo del izquierdismo está llegando a su fin, marcado por las sucesivas derrotas electorales del oficialismo izquierdista en Argentina y Venezuela.
Para Carlos Eduardo Vidigal, profesor de historia de América de la Universidad de Brasilia, aún es prematuro hacer un juicio sobre la regresión colectiva de la izquierda.
"Por el momento, todo indica un retroceso de la izquierda, que no supo, al estar en el poder, generar los equilibrios internos necesarios para la continuidad del proceso", señaló el catedrático.
Por otro lado, "hay también una cierta inducción a la crisis por parte de élites tradicionales que quieren retomar el poder", advirtió.
Sin embargo, las élites "tradicionales" que lograron la victoria en las elecciones aún enfrentan muchos desafíos, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del actual ciclo político, dijo el director de la consultora Asia & Argentina, Gustavo Girado.
Girado rehusó llamar fracaso al proceso de Argentina, recordando que el Gobierno anterior llevó la tasa de pobreza de casi el 40 por ciento a una cifra de un solo dígito, y la tasa de indigencia del 24 por ciento, cuando asumió Néstor Kirchner el poder, a menos del 5 por ciento.
"El nuevo Gobierno debe mejorar la calidad de las conquistas del pueblo argentino, pero claro, todo indica que se trata de un Gobierno conservador y que no tiene como objetivo mejorar las condiciones generales de vida de la sociedad, sino de mejorar la situación de las empresas", apuntó.
Por el contrario, Vidigal mostró optimismo por el ascenso de los conservadores en la región, pero recalcó la importancia de seguir los planes sociales de cariz izquierdista.
"Los avances sociales ocurridos en los últimos años no podrán ser abandonados. La derecha, los liberales, ahora deberán lidiar con esa cuestión", concluyó.
xinhuanet. com