ARGENTINA. LAS CUENTAS DEL MINISTRO CON BASURA PROPIA DEBAJO DE LA ALFOMBRA
Ajuste oculto de 3,6 puntos
La presentación de Prat-Gay expone una reducción de 2,3 puntos en el déficit, pero la magia contable hizo desaparecer un ajuste adicional: el beneficio para exportadores y el agro más concentrado que otros pagarán.
El ministro dijo que con la Anses y el BCRA se disimuló el déficit. “Esta basura no es nuestra”, dijo.
Imagen: Carolina Camps
Por Raúl Dellatorre
Alfonso Prat-Gay dedicó buena parte de su exposición de ayer a tratar de demostrar que había descubierto en las cuentas fiscales un déficit escondido mucho más grande que el confesado por el gobierno saliente. Se refirió a ello como “la basura que nos dejaron, que no es nuestra pero vamos a resolverlo”. Aseguró que se encontraron infinidad de “ingresos mal incluidos” así como “gastos no computados”. Y entre los primeros mencionó los recursos aportados por el Banco Central y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de Anses para financiar al Tesoro Nacional, que consideró prudente separar aunque admitió que “es un criterio que podemos discutir”, criterio que no comparte ni el FMI ni aplican los países centrales de la economía mundial.
Hacia el final de su presentación se entendió el sentido de tanto esfuerzo: creyó demostrar que el déficit primario del año 2015 no había sido de 2,3 por ciento del Producto Bruto Interno, como informó el gobierno saliente, sino del 5,8 por ciento, y que si se logra el objetivo de alcanzar un déficit primario de 4,8 por ciento este año, se “reduciría en un punto”. Evitó así exponer que, en realidad, las medidas que ha resuelto aplicar el gobierno de Mauricio Macri significan un ajuste por aumento de tarifas de gas y electricidad por 1,5 puntos del producto bruto; otro ajuste por cesantías de personal y recortes de otros gastos por el equivalente de 0,8 puntos del PIB; y finalmente un redireccionamiento de recursos por medidas impositivas a favor de exportadores y grandes productores agrícolas, por 1,3 puntos del PIB, que se les restarán a otros sectores o transferencias del Estado. En total, lo que queda disimulado es un ajuste de 3,6 puntos del PIB que el gobierno nacional dispondrá en 2016. Es decir, por una cifra que podría rondar los 190 mil millones de pesos, considerando los valores estimados del producto para 2015.
Prat-Gay resaltó que “la deuda flotante” del Tesoro, es decir la suma de compromisos en moneda local de carácter no financiero (proveedores, adelantos del Banco Central, préstamos de Anses), “pasó de 60 mil millones de pesos a fines de 2014, a 110 mil millones a fines de 2015”, lo cual a su criterio (que admitió que es discutible) debería computarse como déficit adicional en las cuentas públicas. También computó como déficit computable en 2015 el compromiso que asumió la AFIP con los ahorristas en dólares y viajeros al exterior, a los que les cobraba un “pago a cuenta” del impuesto a las Ganancias, que suma 26 mil millones de pesos que el fisco deberá devolver (o descontar de impuestos) en este 2016. Por este camino, arribó a la conclusión de que el déficit primario (antes del pago de la deuda) fue equivalente a 5,8 puntos del PIB, y no de 2,3 puntos.
El ministro pasó revista luego a “las promesas de campaña cumplidas”, y las imputó a las cuentas fiscales de 2015 al considerarlas “correcciones” sobre una economía distorsionada: devaluación, ajustes en las retenciones a los granos y otras que formaron parte de la batería inicial del nuevo gobierno. En conjunto, estas “medidas impositivas y de normalización” habrían representado un déficit adicional de 1,3 por ciento del PIB, con lo cual el déficit primario total del año 2015 ascendería al 7 por ciento del PIB si se acepta el criterio de Prat-Gay de imputarlo a 2015 y no a 2016, cuando se harán efectivas.
Con respecto a 2016, el ministro mencionó las promesas “aún no cumplidas” que incidirán en el presupuesto del ejercicio:
- Ampliación de las asignaciones por hijo a monotributistas (impacto fiscal estimado, 7600 millones de pesos);
- Devolución del IVA por artículos de la canasta básica a familias vulnerables (costo, 10.300 millones de pesos);
- Modificaciones en el Impuesto a las Ganancias (mínimo no imponible y escalas), con un costo de 37 mil millones de pesos.
Por otro lado, estimó que el ahorro en el gasto por la eliminación de subsidios a las tarifas de gas y electricidad para el 30 o 40 por ciento de los que hoy lo reciben será el equivalente a 1,5 puntos del PIB. Ese impacto positivo será acompañado, prometió Prat-Gay, por otra reducción de 0,8 puntos proveniente de “Reordenamiento del gasto”. En este rubro se explayó sobre la existencia de “licitaciones irregulares”, “ñoquis” y reparticiones “llenas de militantes”, que es lo que el gobierno de Macri empezó a ajustar con despidos masivos sin analizar la composición del personal ni la responsabilidad laboral de cada uno.
La compleja exposición del ministro diluyó el impacto fiscal del beneficio a exportadores y productores agropecuarios por la quita de retenciones, al imputarlo arbitrariamente a 2015 como si ya hubieran estado vigente entonces. El gasto adicional aparece así expuesto como si fuera un gasto que se repite de un año a otro. Pero al no ser así, la transferencia de recursos a favor de estos sectores concentrados significará que se la detraerán a otros sectores. Aunque este último ajuste, de 1,3 punto del PIB, haya quedado oculto en la exposición de la víspera.