12 ene 2016

“Una propina de 100 millones de dólares”

 DE PARTE DEL ARREPENTIDO NESTOR CERVERO, ACUSADO EN EL CASO “PETROLAO”

Una denuncia contra Cardoso

El ex director del área internacional de Petrobras, Néstor Cerveró, asegura que el gobierno de Cardoso recibió “una propina de 100 millones de dólares” de la compra de Perez Companc por parte de la petrolera brasileña.
Cardoso dijo no tener “ni idea” de eventuales delitos vinculados a las negociaciones con Perez Companc.
Imagen: AFP
 Por Dario Pignotti

Desde Brasilia
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso, adversario encarnizado de la presidenta Dilma Rousseff, recibió “una propina de 100 millones de dólares” por la compra de la petrolera privada argentina Perez Companc, por parte de Petrobras, de acuerdo con la versión del arrepentido Néstor Cerveró.
El ex director del área internacional de Petrobras Néstor Cerveró está purgando una condena por su participación en el escándalo en la mayor empresa brasileña, el “Petrolao”. Sus afirmaciones, que también salpican a miembros del oficialismo, golpean de lleno al opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) que gobernó entre 1995 y 2003.

A fines de diciembre un implicado en el “Petrolao” había declarado que pagó una “comisión” a Aécio Neves, actual titular del PSDB y ex candidato presidencial por esa agrupación en 2014. Hay otras imputaciones contra Neves cuyo procesamiento fue demandado por miembros del Partido de los Trabajadores (PT).
Pero la denuncia del arrepentido Cerveró, que busca una disminución de su condena, es una de las más graves contra el PSDB, por tratarse de alguien que actuó en el alto nivel de la compañía estatal y asegura haber tenido contacto con el ejecutivo argentino Néstor Vicente, de Pérez Companc, a quien menciona como alguien vinculado al ex presidente Carlos Menem. Fernando Henrique Cardoso y Menem son recordados como impulsores de las políticas de privatización implementadas en los 90.
La entidad que nuclea a los ingenieros de Petrobras denunció en su momento la compra de la empresa argentina, por considerar que se pagó un precio muy alto, más de 1000 millones de dólares, y caracterizó la operación como parte de la política para debilitar a la estatal antes de entregarla “por tajadas” al capital privado. Incluso se acusó al ex gobernante de querer cambiar la marca Petrobras por “Petrobrax”, con el fin de hacerla más atractiva en el mercado internacional.
No es la primera vez que surgen versiones sobre ilegalidades en la petrolera durante los años de Cardoso, quien ayer aseguró no tener “ni idea” de eventuales delitos vinculados a las negociaciones con Pérez Companc y desestimó las declaraciones “vagas” de Néstor Cerveró. Y elogió al ex titular de Petrobras, el fallecido Francisco Gros, un economista neoliberal que antes de ocupar cargos en el gobierno había sido empleado del banco de inversiones norteamericano Morgan Stanley. Gros, al igual que el ex ministro de Minas y Energía Rodofo Tourinho, eran abiertos partidarios de las privatizaciones.
A pesar de que ayer rechazó los dichos del ex gerente de Petrobras Cerveró, el año pasado Cardoso había admitido, en su libro de memorias, que desde 1996 estaba informado de que en la petrolera se había instalado una organización delictiva de la que eran parte algunos funcionarios.
Precisamente uno de esos jerarcas corruptos, Cerveró, contó a la justicia que también hubo pagos ilegales para los argentinos. “Cada director de Pérez Companc recibió 1 millón de dólares por la venta de la empresa y Oscar Vicente (recibió) 6 millones. Nosotros unimos Pérez Companc a Petrobras Argentina y formamos PESA en Argentina.”
Filtraciones selectivas
En general las narrativas periodística y judicial sobre la corrupción brasileña se han caracterizado por ser imprecisas y parciales. Lo cual fue criticado la semana pasada por la presidenta Dilma Rousseff cuando habló de la “espectacularización” de la causa por el “Petrolao” y la filtración selectiva de informaciones que realiza la policía violando el secreto de sumario.
El proceso judicial se sustancia en un juzgado federal del estado de Paraná, que se conduce prácticamente como un partido opositor a Dilma.
Sólo se cuelan a la prensa revelaciones que enlodan directa o imaginariamente a ministros y al PT, mientras se escamotean las informaciones en las que están implicados los partidos conservadores, principalmente el PSDB y su presidente honorario Fernando Henrique Cardoso. Ese ocultamiento de datos impide realizar un análisis comparativo de los escándalos de las cuatro gestiones petistas (de 2003 a la actualidad) ante los ocurridos en las dos cardosistas (1995-2003) de las que se sabe casi nada.
Por cierto estas afirmaciones de Cerveró se colaron al diario confiable matutino Valor Económico pues aparecieron en una oficina de Brasilia, donde no llega la influencia del juzgado de Paraná.
Comparación
De todos modos, las contadas filtraciones de confesiones contra el PSDB, como ésta del ex gerente de Petrobras Cerveró, permiten alguna aproximación. Si se comprobara que fueron pagadas coimas por 100 millones de dólares a miembros del cardosismo esa cifra prácticamente cuadruplica todo el dinero ilegal del “Mensalao” (Mensualidades), que se destapó en 2005. Según cálculos de la justicia en el “Mensalao”, causa que ya fue juzgada por el Supremo Tribunal Federal, se pagaron sobornos y financiaron campañas con dinero no declarado por unos 57 millones de reales, poco menos de 15 millones de dólares, en un cálculo inicial que no considera las oscilaciones del cambio.
Es más: conforme con un primer balance realizado por el Supremo Tribunal Federal el año pasado, las coimas del Petrolao sumaron 156 millones de reales, equivalentes a unos 39 millones de dólares, al cambio actual.
Pero las mordidas del Petrolao no abasteció solamente al PT, pues ya quedó probado que en los últimos años hubo millones de dólares para otras fuerzas, incluso el PSDB.
Es decir que el dinero negro de las maniobras realizadas durante estos años de gobiernos petistas a costillas de Petrobras no llega al 50% de lo que habría cobrado el PSDB en una sola operación, por la compra de Pérez Companc en julio de 2002.
¿Por qué descartar que estos 100 millones de dólares son apenas la punta del iceberg del partido de Cardoso?. Libros serios, como La Privatería Tucana, aportan datos sobre cuentas off shore de ministros del PSDB supuestamente abastecidas por dinero aportado por corporaciones que se quedaron con parte del estado.
En ese sentido, vale recordar que durante los 8 años de Cardoso fueron privatizadas, entre otras, las empresas estatales de telecomunicaciones, de minería y se reformó la legislación petrolera que acabó con el monopolio de Petrobras y abrió el mercado a las transnacionales.
Sin olvidar la reconocida, por el propio Cardoso, compra de votos en el Congreso para reformar la Constitución y habilitar su reelección en 1998.