AMANDA MARS
Nueva York ABR 2016
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde. EFE/Archivo
La compañías de seguros acumulan en el mundo una bolsa de inversión de 24 billones de dólares en activos (21 billones de euros al cambio actual) y valores a largo plazo y, desde la gran crisis financiera, están más expuestas a los vaivenes de los precios. Eso significa que, en el caso de producirse una nuevo shock, como el desplome del valor de activos, estas firmas difícilmente podrán cumplir su tradicional papel de canalizar ahorros a los ahorradores en los momento en los que otros grupos financieros no son capaces de lograrlo.
Más que “demasiado grandes para caer”, el riesgo que entrañan estas firmas es que son “demasiadas para caer”
El análisis lo expone el Fondo Monetario Internacional (FMI)en uno de los capítulos de su informe global de estabilidad financiera de primavera, que presentará la semana que viene la reuniones de Washington, y en el que pide a los reguladores y supervisores una mayor atención sistemática al comportamiento del sector asegurador como una parte más del sector financiero, a través de un enfoque macro prudencial, es decir, de un seguimiento similar al que se haría de cualquier banco.
Los riesgos son mayores, además, en un entorno de bajos tipos de interés como el que domina en los grandes bancos centrales. "Cuanto más bajos los tipos, más vulnerables se vuelven las aseguradoras a los cambios de estos tipos", advierte el Fondo, sobre todo en Estados Unidos y en Europa. Así que los reguladores deben ir "más allá" a la hora de garantizar la solvencia de la firmas y asumir que son cada vez más vulnerables a los mismo riesgos que otros actores de la industria financiera.
El organismo de dirige Christine Lagarde ha analizar la evolución del escenario tras la última gran crisis financiera para detectar las flaquezas en el caso de que se produjera una nueva sacudida. Hace dos semanas, en otro estudio, ya advirtió de la necesidad de una mayor coordinación en las medidas de seguridad de los países. "Los shocks de liquidez durante los periodos de tensiones financieras podrían plantear riesgos sistémicos y, cuanto más fragmentada esté la red de seguridad financiera global, más difícil puede hacer el apoyo a países en momentos de crisis", apuntó.
MÁS CONTAGIO CON LAS ECONOMÍAS EMERGENTES
A. MARS
El FMI también aborda los efectos de contagio financiero originados en las economías emergentes y advierte de que, en los últimos años, la importancia de los factores financieros ha aumentado en comparación con los vínculos comerciales. "Más que el tamaño de su economía, es el grado de integración financiera de un país lo que determina su importancia como receptor y transmisor de contagio", señala el Fondo.
China, en cambio aún presenta unos riesgos de contacto financieros menos significativos que el resto de emergentes, aunque es posible que estos vayan creciendo en los próximos años.
En el caso del papel de las aseguradoras, los riesgos varían en función del tamaño de la compañía. El Fondo ha detectado que las más pequeña, débiles y menos capitalizadas en algunos países ha realizar más inversiones de riesgo en los últimos años con el fin de recuperar sus fortunas. Más que "demasiado grandes para caer", el riesgo que entrañan estas firmas es que son "demasiadas para caer". El FMI plantea alguna medidas en materia de política macroprudencial, "como los colchones de capital, que los aseguradores pueden construir durante las bonanzas económicas para poder utilizarlos en la crisis", en palabras de Gaston Gelos, jefe de la Estabilidad Financiera Global en la división de análisis del Fondo.
La compañías de seguros acumulan en el mundo una bolsa de inversión de 24 billones de dólares en activos (21 billones de euros al cambio actual) y valores a largo plazo y, desde la gran crisis financiera, están más expuestas a los vaivenes de los precios. Eso significa que, en el caso de producirse una nuevo shock, como el desplome del valor de activos, estas firmas difícilmente podrán cumplir su tradicional papel de canalizar ahorros a los ahorradores en los momento en los que otros grupos financieros no son capaces de lograrlo.
Más que “demasiado grandes para caer”, el riesgo que entrañan estas firmas es que son “demasiadas para caer”
El análisis lo expone el Fondo Monetario Internacional (FMI)en uno de los capítulos de su informe global de estabilidad financiera de primavera, que presentará la semana que viene la reuniones de Washington, y en el que pide a los reguladores y supervisores una mayor atención sistemática al comportamiento del sector asegurador como una parte más del sector financiero, a través de un enfoque macro prudencial, es decir, de un seguimiento similar al que se haría de cualquier banco.
Los riesgos son mayores, además, en un entorno de bajos tipos de interés como el que domina en los grandes bancos centrales. "Cuanto más bajos los tipos, más vulnerables se vuelven las aseguradoras a los cambios de estos tipos", advierte el Fondo, sobre todo en Estados Unidos y en Europa. Así que los reguladores deben ir "más allá" a la hora de garantizar la solvencia de la firmas y asumir que son cada vez más vulnerables a los mismo riesgos que otros actores de la industria financiera.
El organismo de dirige Christine Lagarde ha analizar la evolución del escenario tras la última gran crisis financiera para detectar las flaquezas en el caso de que se produjera una nueva sacudida. Hace dos semanas, en otro estudio, ya advirtió de la necesidad de una mayor coordinación en las medidas de seguridad de los países. "Los shocks de liquidez durante los periodos de tensiones financieras podrían plantear riesgos sistémicos y, cuanto más fragmentada esté la red de seguridad financiera global, más difícil puede hacer el apoyo a países en momentos de crisis", apuntó.
MÁS CONTAGIO CON LAS ECONOMÍAS EMERGENTES
A. MARS
El FMI también aborda los efectos de contagio financiero originados en las economías emergentes y advierte de que, en los últimos años, la importancia de los factores financieros ha aumentado en comparación con los vínculos comerciales. "Más que el tamaño de su economía, es el grado de integración financiera de un país lo que determina su importancia como receptor y transmisor de contagio", señala el Fondo.
China, en cambio aún presenta unos riesgos de contacto financieros menos significativos que el resto de emergentes, aunque es posible que estos vayan creciendo en los próximos años.
En el caso del papel de las aseguradoras, los riesgos varían en función del tamaño de la compañía. El Fondo ha detectado que las más pequeña, débiles y menos capitalizadas en algunos países ha realizar más inversiones de riesgo en los últimos años con el fin de recuperar sus fortunas. Más que "demasiado grandes para caer", el riesgo que entrañan estas firmas es que son "demasiadas para caer". El FMI plantea alguna medidas en materia de política macroprudencial, "como los colchones de capital, que los aseguradores pueden construir durante las bonanzas económicas para poder utilizarlos en la crisis", en palabras de Gaston Gelos, jefe de la Estabilidad Financiera Global en la división de análisis del Fondo.