ARGENTINA. Una descripción de la feroz persecución a la Tupac Amaru.
Mientras MIlagro Sala siga presa, me seguiré levantando vada día de la cama con la vívida sensación de de que mi dignidad ha sido violada.
El segundo desmembramiento de Tupac Amaru
Juan José Salinas
POR MARTA VASSALLO*
“…De tu inmensa herida, de tu dolor que nadie habría podido cerrar, se levanta para nosotros la rabia que ardía en tus venas. Hemos de alzarnos ya, padre, hermano nuestro, mi Dios serpiente. Ya no le tenemos miedo al rayo de pólvora de los señores, a las balas y a la metralla, ya no les tememos tanto. ¡Somos todavía! Voceando tu nombre (…) hemos de lanzarnos, hasta que nuestra tierra sea de veras nuestra tierra, y nuestros pueblos nuestros pueblos…” José María Arguedas, A nuestro padre creador Tupac Amaru (himno-canción)
Mediante el completo dominio del Poder Judicial y de los medios de comunicación, el gobierno de la provincia de Jujuy ha desatado una verdadera cacería contra la organización social Tupac Amaru, cuyo último paso fue el dictado de prisión preventiva contra su líder Milagro Sala “por asociación ilícita, extorsión y fraude al Estado”. La medida se funda en falsos testimonios logrados por cooptación o extorsión de cooperativistas y copartidarios de la dirigente. No solo son perseguidos sus familiares, abogados defensores y allegados, sino que el hostigamiento empieza a extenderse a quienes hayan formado parte de la gestión de gobierno anterior.
“Pensábamos: qué lindo sería que cuando salís a la puerta de tu casa veas una fábrica, una escuela, un parque. Eso es lo que hicimos”. Las palabras sencillas y sobrias de Milagro Sala describen la inédita utopía social que la organización Tupac Amaru levantó entre los cerros de Jujuy.
La tarde de sol es plácida en el parque de la Unidad Penitenciaria nº 3, del barrio Alto Comedero, donde la dirigente social y diputada del Parlasur está detenida desde el pasado 20 de enero. “¡Sala!” grita a cada momento la guardiana desde la galería, y Milagro se levanta para volver al rato con nuevas visitas. Formamos un círculo cada vez más grande de sillas sobre el pasto, alrededor de ella, que presenta a cada recién llegado, familiar, o tupaquera/o o compañera/o, que llegan desde distintos puntos del país, pero sobre todo de localidades del interior de la provincia de Jujuy. Milagro invita a que cada cual refiera lo que está pasando en su localidad: un muchacho que viene del Carmen cuenta cómo fueron golpeados y amenazados con “desaparecer” por la policía cuando hacían un piquete, y cómo fue borrada la denuncia que habían presentado. En Calilegua y en San Pedro, describen un clima de persecución, el solo hecho de llevar una remera de la Tupac da lugar a interrogatorios donde se les quiere hacer decir que llevan esas remeras por obligación; operativos policiales acompañan el vaciamiento de las fábricas, centros de salud, escuelas y parques construidos y mantenidos en actividad por la Tupac en dieciséis localidades de la provincia y en la capital provincial. Es insistente la referencia a extorsiones por parte de las autoridades a los tupaqueros, cuya condición es especialmente vulnerable porque están quedando desocupados y porque no son admitidos en otros trabajos: “Si no se inscriben en nuestras cooperativas no los podemos ayudar”, “Si tenés causas te limpio pero tenés que denunciar a Milagro Sala”. El 22 de abril, día anterior a nuestra visita, los medios de Jujuy se hacían eco de la denuncia de la diputada Mabel Balconte, del bloque político de Milagro, que involucra a dirigentes de La Cámpora en la recepción de dinero supuestamente enviado por Milagro a la quinta de Olivos; el ejemplo de extorsión más resonante, por el alcance nacional que se le dio y por la pretensión de involucrar a la ex presidenta Cristina Fernández.
Hijos, nietos, amigos, rodean y abrazan a Milagro, mientras ella habla a borbotones; de pronto recuerda: “En Calilegua, donde fue ‘la noche del apagón’, hicimos una de las primeras piletas de natación, canchas de basquet y centros de salud…” ; de pronto se defiende: “Estar presa por trabajar y pagar sueldos es injusto…”, “Nunca van a encontrar los millones que Gerardo Morales dice que les robamos, porque lo usamos en pagar sueldos a 3.800 compañeros, y con lo que quedaba comprábamos material…” “Ni Néstor Kirchner, ni Cristina Kirchner, ni De Vido, nos pidieron nunca dinero…Nunca hemos coimeado y nunca nos hemos dejado coimear…” “Nunca usé para mí el sueldo de diputada, lo ponía en la organización, vivía con el sueldo de 12 mil pesos de la Tupac…”; de pronto se desahoga: “Me matan lo que hacen con la organización, nos llevó doce años levantarla”, “No estoy débil políticamente, me mata la angustia porque no me puedo defender…”
Raúl Noro, su marido, acota que en Jujuy hay 20 mil nuevos pobres y 5 mil nuevos indigentes, que mientras el gobernador Morales ofrece aumentos salariales del 22% en las paritarias, incrementó el número de funcionarios que cobran arriba de $100.000. “Mientras distrae a la gente con la telenovela de Milagro Sala, corrobora Milagro, hay 800 despidos en Pirquitas, 500 en el ingenio La Esperanza…”
Las realizaciones de la Tupac Amaru
Un pequeño grupo de integrantes del Comité para la libertad de Milagro Sala habíamos llegado a Jujuy con el objetivo de verla a ella en la cárcel, y saber cómo se vivía su caso en su provincia. Con la guía de Juan Manuel Esquivel, profesor de filosofía, director del área de Educación de la Tupac, y diputado provincial por el Partido por la Soberanía popular, habíamos recorrido la sede central de Tupac Amaru, en pleno centro de la ciudad de San Salvador, lo mismo que el colegio secundario Germán Abdala y el Instituto Terciario, y por último el barrio (“el cantri”) Tupac Amaru.
Recorrerlos da una idea cabal de los logros del movimiento y de la pérdida material y simbólica que significa su actual desmantelamiento: bajo el liderazgo de Milagro Sala, la organización social Tupac Amaru hizo de una franja de población devastada por todos los males de la marginalidad un colectivo orgánico, laborioso y entusiasta, conciente de sus derechos, que construía las casas donde habitaba, los centros de salud donde se atendía gratuitamente, las escuelas e institutos donde se educaba y capacitaba, las fábricas donde trabajaba y producía, los parques y las instalaciones deportivas donde se recreaba; que sigue dando vida a la Radio Pachamama y un canal de televisión propio. La continuidad con el pasado precolombino, ostensible en la fuerte impronta comunitaria del emprendimiento, y aun en la estética de sus obras, se combinó con iniciativas de actualidad, como la atención a cuestiones de género, visible en el protagonismo de las mujeres, y a la diversidad sexual: la marcha del orgullo gay estaba a la par de las fiestas masivas del Inti Raimi y de la Pachamama recuperadas por la organización. Las consignas escritas en las fachadas y paredes de escuelas y fábricas dan cuenta de una visión del mundo plasmada en una mística política y en una estética propia: “Cuando la voluntad existe hay mil recursos, cuando la voluntad no existe hay mil excusas”; “Educar no es dar una carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”. “Ya es hora de escuchar al pueblo”. “Campesino, tu patrón no comerá más de tu pobreza”
Este movimiento se caracterizó por la rapidez y la economía con que construía las viviendas con fondos del Programa socio-comunitario de inclusión social (ex Emergencia habitacional), creado en 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner. Esa economía les permitió realizar obras complementarias que hacen a la urbanización y a la satisfacción de las necesidades de una vida integral. El 10% de la población de Jujuy llegó a integrar la Tupac Amaru; fue la tercera empleadora provincial, después del Estado y del ingenio Ledesma. El gobierno, dice Esquivel, apunta a inhabilitar la personería jurídica de Tupac Amaru, para lo que ha iniciado un proceso judicial. “Peleamos judicialmente con pocas chances de ganar, si nos quitan la personería todo esto va a desaparecer”.
La bloquera del barrio de Alto Comedero ya fue apropiada por el gobierno que está vendiendo sus maquinarias; las fábricas Textil y Metalúrgica resisten, pero con un personal reducido y grandes dificultades para comercializar sus productos, dada la campaña de demonización de que son objeto; en la Textil trabajan unas 50 personas donde hubo hasta 170; en la escuela primaria Bartolina Sisa los docentes siguen trabajando aunque ya no cobran sueldo; los centros de salud están cerrados; el Centro Médico Integral de Rehabilitación (CEMIR), uno de los mayores orgullos de la Tupac Amaru, dirigido a niños y jóvenes con discapacidades, está abandonado, dejando sin atención a sus pacientes.
Trabajadores, profesionales, docentes, se quiebran cuando describen cómo asisten a la destrucción, por acción o abandono, de las instituciones que con tanto esfuerzo habían echado a andar. Y sobre todo ante el hecho de que ex miembros de la Tupac también se han plegado a las cooperativas del gobierno, ante la promesa no cumplida de sueldos de 8 mil pesos, y dada la desocupación. “Los más fáciles de quebrar son los que vinieron después, los que no saben lo que fue levantar esto desde cero”, dicen en la Textil, que rechazó un intento de apropiarse de la fábrica por enviados del gobierno.
Apoyo político menguante
A pesar de lo impactante de sus logros, el apoyo político a Milagro Sala se debilita: en las elecciones parciales de 2013, cuando se presentó por primera vez el Frente Unidos y Organizados (FUyO), integrado entre otros por el Partido por la Soberanía popular y la Red de organizaciones sociales a la que pertenece la Tupac Amaru, llegó a tener más de 48 mil votos; en las elecciones de 2015 no llegaron a 28 mil. Las interpretaciones de este hecho dependen del lugar que cada cual ocupe en el fragmentado peronismo de la provincia. El vicegobernador Carlos Haquim pertenece al Peronismo Renovador, que cogobierna con Cambiemos. El ex gobernador Eduardo Fellner y el núcleo de sus seguidores atribuyen la responsabilidad de la derrota a Milagro Sala; los tupaqueros al hecho de haberse presentado junto con Fellner, a quien endilgan haber pactado con Gerardo Morales contra Milagro. La derrota agudizó las tensiones entre el Partido Justicialista y el Frente para la Victoria: en el justicialismo condenan el hecho de que desde el gobierno nacional tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández, cuyas fotos y retratos abundan en las instalaciones de la Tupac, hayan favorecido a la organización; quienes defienden a Sala consideran que mereció los recursos recibidos por su persistencia y por las dimensiones de su obra.
“La ley es como el cuchillo / No ofende a quien la maneja”
Martín Fierro
La feroz campaña del gobernador Morales contra Milagro y su organización avanza en el aislamiento de la dirigente social apoyándose en el significativo sector de la sociedad jujeña que odia visceralmente a quienes, marginados durante siglos, se muestran capaces de transformar esa condición; en ese odio pesa el factor étnico, pero su base es fundamentalmente social, puesto que quieren seguir contando con esa multitud de peones y sirvientas que trabajó tradicionalmente en condiciones de servidumbre sin acceso a ningún derecho laboral.
Pero fuera de este, hay sectores que reconociendo lo destacable de lo logrado por la Tupac Amaru y aun considerando a Milagro una presa política, oponen reparos metodológicos a su acción: argumentan que los cortes de ruta diarios eran irritantes; que los tupaqueros imponían respuestas inmediatas a sus reivindicaciones mediante su presencia masiva y con actitudes amenazantes en los despachos oficiales; que monopolizaban recursos en perjuicio de otras organizaciones sociales análogas. Hay quienes matizan diciendo que el accionar de Milagro Sala tenía explicación en los primeros años, como única manera de organizar a marginales y de lograr los recursos del Estado, pero que persistió en ellos indebidamente a partir de 2006 o 2007, cuando ya el país había cambiado.
“Vagos”, “chorros” y “narcos” es la calificación que promueven las autoridades contra la población que salió de la marginalidad a través de la organización Tupac Amaru, transformándolos mediante una campaña mediática abrumadora en sospechosos de delitos. Pero el gobierno provincial es el primero en transgredir la “institucionalidad” que invoca, desde el momento que el ejecutivo domina por completo al poder judicial: desde el pasado 16 de diciembre el Superior Tribunal de Justicia se amplió de cinco a nueve miembros; de los cuatro nuevos miembros, tres fueron diputados del radicalismo, el partido de Morales, y dos de esos tres acababan de votar a favor de la ampliación del Tribunal, renunciaron al día siguiente y al otro fueron designados jueces de la Corte. En suma, el gobernador cuenta con un Tribunal Superior incondicional. Nada tiene tampoco de “institucional” la estrategia del gobernador de detener a una líder social sin pruebas y sin procesamiento, por “instigación al delito” y “tumulto”; acumular causas cada vez más graves contra ella (llegan a acusarla de ser partícipe en un intento de homicidio, del que inicialmente la acusaban de encubridora), y hostigar judicialmente a todo el que no se pliegue a sus exigencias, como lo muestra la persecución judicial contra los abogados defensores de la Tupac Amaru y de su líder, y el chantaje sobre los cooperativistas. La persecución no se limita tampoco a los tupaqueros, sino que se extiende a todo el que haya formado parte de la gestión de gobierno anterior, convertido en sospechoso.
La prisión preventiva dictada el pasado 28 de abril a Milagro Sala es por “asociación ilícita, fraude al Estado y extorsión”, la acusación por la cual el 30 de enero pasado el juez Gastón Mercau, media hora después de disponer su libertad a las dos semanas de su detención, ordenó detenerla de nuevo. La acusación se funda en la cooptación de cuatro cooperativistas pertenecientes a la Red de organizaciones sociales de la que forma parte la Tupac, quienes se reunieron con el gobernador Morales el 14 de enero, el 15 presentaron las denuncias contra Milagro, y el 18 el fiscal del Estado Mariano Miranda y el hermano del gobernador, Walter Morales, al frente del Instituto de la Vivienda, presentaron una denuncia por 14 obras de mejora contra 14 cooperativas, nueve de las cuales tienen domicilio legal en la Tupac.
El fiscal Miranda es afiliado a la Unión Cívica Radical y apoderado del gobernante frente Cambiemos a nivel nacional. Lo cual no suscita a nivel provincial ni federal ningún reparo sobre su objetividad en sus acusaciones contra Milagro.
La construcción de una forma de poder popular inédita en la provincia y en el país, que amenazaba con extenderse, plantea un desafío inaudito a los poderes fácticos y a los valores hegemónicos. Lo que ahora amenaza con extenderse es la impunidad de esos poderes, la persecución política disfrazada de lucha contra la corrupción, el aniquilamiento de las formas de poder popular surgidas de los movimientos sociales. A pesar de su engañoso discurso sobre el “pluralismo” y la “diversidad”, el establishment liberal no acepta la alteridad encarnada en una población secularmente reducida a la miseria, que demuestra no haber perdido su potencialidad de resistencia y de transformación.
¿Qué curiosa amalgama de legado ancestral y de rabiosa actualidad mueve a la organización Tupac Amaru? Los personajes representados en su logo dicen bastante sobre esa amalgama: Tupac Amaru, Eva Perón, Ernesto “Che” Guevara. Diferencias culturales y políticas los separan. Pero tienen un común denominador que debió atraer irresistiblemente a Milagro: ninguno de los tres pidió permiso para sublevarse.
*Periodista, integrante del Comité por la libertad de Milagro Sala
POR MARTA VASSALLO*
“…De tu inmensa herida, de tu dolor que nadie habría podido cerrar, se levanta para nosotros la rabia que ardía en tus venas. Hemos de alzarnos ya, padre, hermano nuestro, mi Dios serpiente. Ya no le tenemos miedo al rayo de pólvora de los señores, a las balas y a la metralla, ya no les tememos tanto. ¡Somos todavía! Voceando tu nombre (…) hemos de lanzarnos, hasta que nuestra tierra sea de veras nuestra tierra, y nuestros pueblos nuestros pueblos…” José María Arguedas, A nuestro padre creador Tupac Amaru (himno-canción)
Mediante el completo dominio del Poder Judicial y de los medios de comunicación, el gobierno de la provincia de Jujuy ha desatado una verdadera cacería contra la organización social Tupac Amaru, cuyo último paso fue el dictado de prisión preventiva contra su líder Milagro Sala “por asociación ilícita, extorsión y fraude al Estado”. La medida se funda en falsos testimonios logrados por cooptación o extorsión de cooperativistas y copartidarios de la dirigente. No solo son perseguidos sus familiares, abogados defensores y allegados, sino que el hostigamiento empieza a extenderse a quienes hayan formado parte de la gestión de gobierno anterior.
“Pensábamos: qué lindo sería que cuando salís a la puerta de tu casa veas una fábrica, una escuela, un parque. Eso es lo que hicimos”. Las palabras sencillas y sobrias de Milagro Sala describen la inédita utopía social que la organización Tupac Amaru levantó entre los cerros de Jujuy.
La tarde de sol es plácida en el parque de la Unidad Penitenciaria nº 3, del barrio Alto Comedero, donde la dirigente social y diputada del Parlasur está detenida desde el pasado 20 de enero. “¡Sala!” grita a cada momento la guardiana desde la galería, y Milagro se levanta para volver al rato con nuevas visitas. Formamos un círculo cada vez más grande de sillas sobre el pasto, alrededor de ella, que presenta a cada recién llegado, familiar, o tupaquera/o o compañera/o, que llegan desde distintos puntos del país, pero sobre todo de localidades del interior de la provincia de Jujuy. Milagro invita a que cada cual refiera lo que está pasando en su localidad: un muchacho que viene del Carmen cuenta cómo fueron golpeados y amenazados con “desaparecer” por la policía cuando hacían un piquete, y cómo fue borrada la denuncia que habían presentado. En Calilegua y en San Pedro, describen un clima de persecución, el solo hecho de llevar una remera de la Tupac da lugar a interrogatorios donde se les quiere hacer decir que llevan esas remeras por obligación; operativos policiales acompañan el vaciamiento de las fábricas, centros de salud, escuelas y parques construidos y mantenidos en actividad por la Tupac en dieciséis localidades de la provincia y en la capital provincial. Es insistente la referencia a extorsiones por parte de las autoridades a los tupaqueros, cuya condición es especialmente vulnerable porque están quedando desocupados y porque no son admitidos en otros trabajos: “Si no se inscriben en nuestras cooperativas no los podemos ayudar”, “Si tenés causas te limpio pero tenés que denunciar a Milagro Sala”. El 22 de abril, día anterior a nuestra visita, los medios de Jujuy se hacían eco de la denuncia de la diputada Mabel Balconte, del bloque político de Milagro, que involucra a dirigentes de La Cámpora en la recepción de dinero supuestamente enviado por Milagro a la quinta de Olivos; el ejemplo de extorsión más resonante, por el alcance nacional que se le dio y por la pretensión de involucrar a la ex presidenta Cristina Fernández.
Hijos, nietos, amigos, rodean y abrazan a Milagro, mientras ella habla a borbotones; de pronto recuerda: “En Calilegua, donde fue ‘la noche del apagón’, hicimos una de las primeras piletas de natación, canchas de basquet y centros de salud…” ; de pronto se defiende: “Estar presa por trabajar y pagar sueldos es injusto…”, “Nunca van a encontrar los millones que Gerardo Morales dice que les robamos, porque lo usamos en pagar sueldos a 3.800 compañeros, y con lo que quedaba comprábamos material…” “Ni Néstor Kirchner, ni Cristina Kirchner, ni De Vido, nos pidieron nunca dinero…Nunca hemos coimeado y nunca nos hemos dejado coimear…” “Nunca usé para mí el sueldo de diputada, lo ponía en la organización, vivía con el sueldo de 12 mil pesos de la Tupac…”; de pronto se desahoga: “Me matan lo que hacen con la organización, nos llevó doce años levantarla”, “No estoy débil políticamente, me mata la angustia porque no me puedo defender…”
Raúl Noro, su marido, acota que en Jujuy hay 20 mil nuevos pobres y 5 mil nuevos indigentes, que mientras el gobernador Morales ofrece aumentos salariales del 22% en las paritarias, incrementó el número de funcionarios que cobran arriba de $100.000. “Mientras distrae a la gente con la telenovela de Milagro Sala, corrobora Milagro, hay 800 despidos en Pirquitas, 500 en el ingenio La Esperanza…”
Las realizaciones de la Tupac Amaru
Un pequeño grupo de integrantes del Comité para la libertad de Milagro Sala habíamos llegado a Jujuy con el objetivo de verla a ella en la cárcel, y saber cómo se vivía su caso en su provincia. Con la guía de Juan Manuel Esquivel, profesor de filosofía, director del área de Educación de la Tupac, y diputado provincial por el Partido por la Soberanía popular, habíamos recorrido la sede central de Tupac Amaru, en pleno centro de la ciudad de San Salvador, lo mismo que el colegio secundario Germán Abdala y el Instituto Terciario, y por último el barrio (“el cantri”) Tupac Amaru.
Recorrerlos da una idea cabal de los logros del movimiento y de la pérdida material y simbólica que significa su actual desmantelamiento: bajo el liderazgo de Milagro Sala, la organización social Tupac Amaru hizo de una franja de población devastada por todos los males de la marginalidad un colectivo orgánico, laborioso y entusiasta, conciente de sus derechos, que construía las casas donde habitaba, los centros de salud donde se atendía gratuitamente, las escuelas e institutos donde se educaba y capacitaba, las fábricas donde trabajaba y producía, los parques y las instalaciones deportivas donde se recreaba; que sigue dando vida a la Radio Pachamama y un canal de televisión propio. La continuidad con el pasado precolombino, ostensible en la fuerte impronta comunitaria del emprendimiento, y aun en la estética de sus obras, se combinó con iniciativas de actualidad, como la atención a cuestiones de género, visible en el protagonismo de las mujeres, y a la diversidad sexual: la marcha del orgullo gay estaba a la par de las fiestas masivas del Inti Raimi y de la Pachamama recuperadas por la organización. Las consignas escritas en las fachadas y paredes de escuelas y fábricas dan cuenta de una visión del mundo plasmada en una mística política y en una estética propia: “Cuando la voluntad existe hay mil recursos, cuando la voluntad no existe hay mil excusas”; “Educar no es dar una carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”. “Ya es hora de escuchar al pueblo”. “Campesino, tu patrón no comerá más de tu pobreza”
Este movimiento se caracterizó por la rapidez y la economía con que construía las viviendas con fondos del Programa socio-comunitario de inclusión social (ex Emergencia habitacional), creado en 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner. Esa economía les permitió realizar obras complementarias que hacen a la urbanización y a la satisfacción de las necesidades de una vida integral. El 10% de la población de Jujuy llegó a integrar la Tupac Amaru; fue la tercera empleadora provincial, después del Estado y del ingenio Ledesma. El gobierno, dice Esquivel, apunta a inhabilitar la personería jurídica de Tupac Amaru, para lo que ha iniciado un proceso judicial. “Peleamos judicialmente con pocas chances de ganar, si nos quitan la personería todo esto va a desaparecer”.
La bloquera del barrio de Alto Comedero ya fue apropiada por el gobierno que está vendiendo sus maquinarias; las fábricas Textil y Metalúrgica resisten, pero con un personal reducido y grandes dificultades para comercializar sus productos, dada la campaña de demonización de que son objeto; en la Textil trabajan unas 50 personas donde hubo hasta 170; en la escuela primaria Bartolina Sisa los docentes siguen trabajando aunque ya no cobran sueldo; los centros de salud están cerrados; el Centro Médico Integral de Rehabilitación (CEMIR), uno de los mayores orgullos de la Tupac Amaru, dirigido a niños y jóvenes con discapacidades, está abandonado, dejando sin atención a sus pacientes.
Trabajadores, profesionales, docentes, se quiebran cuando describen cómo asisten a la destrucción, por acción o abandono, de las instituciones que con tanto esfuerzo habían echado a andar. Y sobre todo ante el hecho de que ex miembros de la Tupac también se han plegado a las cooperativas del gobierno, ante la promesa no cumplida de sueldos de 8 mil pesos, y dada la desocupación. “Los más fáciles de quebrar son los que vinieron después, los que no saben lo que fue levantar esto desde cero”, dicen en la Textil, que rechazó un intento de apropiarse de la fábrica por enviados del gobierno.
Apoyo político menguante
A pesar de lo impactante de sus logros, el apoyo político a Milagro Sala se debilita: en las elecciones parciales de 2013, cuando se presentó por primera vez el Frente Unidos y Organizados (FUyO), integrado entre otros por el Partido por la Soberanía popular y la Red de organizaciones sociales a la que pertenece la Tupac Amaru, llegó a tener más de 48 mil votos; en las elecciones de 2015 no llegaron a 28 mil. Las interpretaciones de este hecho dependen del lugar que cada cual ocupe en el fragmentado peronismo de la provincia. El vicegobernador Carlos Haquim pertenece al Peronismo Renovador, que cogobierna con Cambiemos. El ex gobernador Eduardo Fellner y el núcleo de sus seguidores atribuyen la responsabilidad de la derrota a Milagro Sala; los tupaqueros al hecho de haberse presentado junto con Fellner, a quien endilgan haber pactado con Gerardo Morales contra Milagro. La derrota agudizó las tensiones entre el Partido Justicialista y el Frente para la Victoria: en el justicialismo condenan el hecho de que desde el gobierno nacional tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández, cuyas fotos y retratos abundan en las instalaciones de la Tupac, hayan favorecido a la organización; quienes defienden a Sala consideran que mereció los recursos recibidos por su persistencia y por las dimensiones de su obra.
“La ley es como el cuchillo / No ofende a quien la maneja”
Martín Fierro
La feroz campaña del gobernador Morales contra Milagro y su organización avanza en el aislamiento de la dirigente social apoyándose en el significativo sector de la sociedad jujeña que odia visceralmente a quienes, marginados durante siglos, se muestran capaces de transformar esa condición; en ese odio pesa el factor étnico, pero su base es fundamentalmente social, puesto que quieren seguir contando con esa multitud de peones y sirvientas que trabajó tradicionalmente en condiciones de servidumbre sin acceso a ningún derecho laboral.
Pero fuera de este, hay sectores que reconociendo lo destacable de lo logrado por la Tupac Amaru y aun considerando a Milagro una presa política, oponen reparos metodológicos a su acción: argumentan que los cortes de ruta diarios eran irritantes; que los tupaqueros imponían respuestas inmediatas a sus reivindicaciones mediante su presencia masiva y con actitudes amenazantes en los despachos oficiales; que monopolizaban recursos en perjuicio de otras organizaciones sociales análogas. Hay quienes matizan diciendo que el accionar de Milagro Sala tenía explicación en los primeros años, como única manera de organizar a marginales y de lograr los recursos del Estado, pero que persistió en ellos indebidamente a partir de 2006 o 2007, cuando ya el país había cambiado.
“Vagos”, “chorros” y “narcos” es la calificación que promueven las autoridades contra la población que salió de la marginalidad a través de la organización Tupac Amaru, transformándolos mediante una campaña mediática abrumadora en sospechosos de delitos. Pero el gobierno provincial es el primero en transgredir la “institucionalidad” que invoca, desde el momento que el ejecutivo domina por completo al poder judicial: desde el pasado 16 de diciembre el Superior Tribunal de Justicia se amplió de cinco a nueve miembros; de los cuatro nuevos miembros, tres fueron diputados del radicalismo, el partido de Morales, y dos de esos tres acababan de votar a favor de la ampliación del Tribunal, renunciaron al día siguiente y al otro fueron designados jueces de la Corte. En suma, el gobernador cuenta con un Tribunal Superior incondicional. Nada tiene tampoco de “institucional” la estrategia del gobernador de detener a una líder social sin pruebas y sin procesamiento, por “instigación al delito” y “tumulto”; acumular causas cada vez más graves contra ella (llegan a acusarla de ser partícipe en un intento de homicidio, del que inicialmente la acusaban de encubridora), y hostigar judicialmente a todo el que no se pliegue a sus exigencias, como lo muestra la persecución judicial contra los abogados defensores de la Tupac Amaru y de su líder, y el chantaje sobre los cooperativistas. La persecución no se limita tampoco a los tupaqueros, sino que se extiende a todo el que haya formado parte de la gestión de gobierno anterior, convertido en sospechoso.
La prisión preventiva dictada el pasado 28 de abril a Milagro Sala es por “asociación ilícita, fraude al Estado y extorsión”, la acusación por la cual el 30 de enero pasado el juez Gastón Mercau, media hora después de disponer su libertad a las dos semanas de su detención, ordenó detenerla de nuevo. La acusación se funda en la cooptación de cuatro cooperativistas pertenecientes a la Red de organizaciones sociales de la que forma parte la Tupac, quienes se reunieron con el gobernador Morales el 14 de enero, el 15 presentaron las denuncias contra Milagro, y el 18 el fiscal del Estado Mariano Miranda y el hermano del gobernador, Walter Morales, al frente del Instituto de la Vivienda, presentaron una denuncia por 14 obras de mejora contra 14 cooperativas, nueve de las cuales tienen domicilio legal en la Tupac.
El fiscal Miranda es afiliado a la Unión Cívica Radical y apoderado del gobernante frente Cambiemos a nivel nacional. Lo cual no suscita a nivel provincial ni federal ningún reparo sobre su objetividad en sus acusaciones contra Milagro.
La construcción de una forma de poder popular inédita en la provincia y en el país, que amenazaba con extenderse, plantea un desafío inaudito a los poderes fácticos y a los valores hegemónicos. Lo que ahora amenaza con extenderse es la impunidad de esos poderes, la persecución política disfrazada de lucha contra la corrupción, el aniquilamiento de las formas de poder popular surgidas de los movimientos sociales. A pesar de su engañoso discurso sobre el “pluralismo” y la “diversidad”, el establishment liberal no acepta la alteridad encarnada en una población secularmente reducida a la miseria, que demuestra no haber perdido su potencialidad de resistencia y de transformación.
¿Qué curiosa amalgama de legado ancestral y de rabiosa actualidad mueve a la organización Tupac Amaru? Los personajes representados en su logo dicen bastante sobre esa amalgama: Tupac Amaru, Eva Perón, Ernesto “Che” Guevara. Diferencias culturales y políticas los separan. Pero tienen un común denominador que debió atraer irresistiblemente a Milagro: ninguno de los tres pidió permiso para sublevarse.
*Periodista, integrante del Comité por la libertad de Milagro Sala