EDUARDO BURGOS
Dirigente metalúrgico, presidía el Plan de Vivienda del Pit-Cnt que quedó en medio de cuatro denuncias penales aún en trámite por la presunta estafa de dos empresarios de iniciales M.D. y R.CH. vinculados al proyecto.
Dirigente metalúrgico, presidía el Plan de Vivienda del Pit-Cnt que quedó en medio de cuatro denuncias penales aún en trámite por la presunta estafa de dos empresarios de iniciales M.D. y R.CH. vinculados al proyecto.
GONZALO TERRA
22 may 2016
"Ellos engañaron, la última parte con los cheques fue jodida". Foto: F. Flores
Burgos les dio a ambos varios contratos para negociar casas por casi 800 millones de dólares. También intercedió ante ellos para recuperar cheques de una empresaria que denunció. Tres años después de que las denuncias tomaran estado público, Burgos rompió el silencio y habló con El País para explicar lo ocurrido. Habla de la presunta estafa, del dinero para la campaña de Juan Castillo, de la participación de Marcelo Abdala y el futuro del plan de vivienda.
—¿Cómo nació el Plan de Vivienda Sindical?
—Nació en el sindicato metalúrgico. Yo era trabajador de Umissa cuando se exportaban casas a Venezuela. Se nos ocurrió que esos sistemas de casas serían una solución acá. Formamos cooperativas, el Secretariado del Pit-Cnt avaló extender el plan que era del sindicato y creamos un Instituto de Asistencia Técnica para las cooperativas. En 2008 se creó una comisión de vivienda en el Pit-Cnt con dirigentes de la metalurgia, el comercio, el transporte y el Puerto. En 2010 ya teníamos 15.000 familias inscriptas.
—En 2011 el Pit-Cnt firma un convenio con el Hipotecario.
—Necesitábamos de un banco que financiara la compra. El gobierno tenía 6.000 subsidios de crédito hipotecario para dar.
—Algunos contratos que usted firmó dicen que había apoyo explícito del gobierno al plan sindical de viviendas.
—Había voluntad del Banco Hipotecario. Nos decían: "si ustedes consiguen la inversión, los terrenos y el desarrollador, nosotros le damos el crédito a los trabajadores que envíe el Pit-Cnt". Veían con muy buenos ojos el plan y nos ayudaron a canalizarlo.
—¿Cómo se vinculó el Pit-Cnt con las empresas privadas?
—Queríamos sistemas constructivos alternativos. Además de Umissa aparecieron Crupe, Emmedue, Knox, etc. Empresas que ofrecen kits de viviendas muy buenos y económicos. Hablamos con constructoras grandes pero no les servían los precios. Las casas debían ser accesibles para los trabajadores.
—¿Cómo se contactaron con el Pit-Cnt los dos particulares denunciados en cuatro causas penales por presuntas estafas por cientos de miles de dólares invocando el plan de vivienda?
—Llegó primero M.D. y ofreció terrenos en El Pinar, Peñarol y algún otro en el interior. Tenía una constructora pero no tenía vínculos con las empresas que ofrecen los sistemas constructivos.
—¿Ya conocía a M.D. por su pasado como militante en el Partido Comunista?
—No. No lo conocía.
—¿Cómo llegó R.CH. al Pit-Cnt?
—Vino semanas después que M.D. Mi hermano era cónsul en España, se conocieron allí y mi hermano le comentó que estábamos con este plan. R.CH. representaba empresas que tenían sistemas constructivos como los que necesitábamos. R.CH. vino y nos dejó folletos de las casas.
—¿Cómo se vincularon luego entre ellos?
—Yo los puse en contacto. Semanas después vinieron ambos al Pit-Cnt integrando Vivamax Sociedad Anónima. Trajeron a doce empresarios españoles. Comimos un asado y nos hicieron una presentación técnica. Luego hicimos un acto en 18 de Julio y Marcelo Abdala dijo que teníamos financiamiento para 10.000 viviendas. Al día siguiente hubo una conferencia de prensa en el Pit-Cnt. Fue gente del gobierno. Todo iba muy bien.
—El 16 de enero de 2012 usted firmó en el Pit-Cnt un contrato con Vivamax para que hicieran 3.400 viviendas. El costo de cada kit era por 26.000 dólares. ¿Usted presentó un poder para firmar en nombre del Pit-Cnt?
—Sí claro, yo tenía un aval de Juan Castillo y Abdala para firmar con los privados. Ese aval decía que yo era responsable del Plan de Vivienda Sindical. Ellos me reconocieron como presidente y a Hugo Monza, que también firmaba, como secretario del plan.
—¿Por qué el Secretariado del Pit-Cnt dijo, cuando se dieron a conocer las denuncias, que usted no tenía poder para firmar en representación de la Central?
—Los compañeros entendieron que esto se tendría que haber votado en el Secretariado y no haber sido autorizado por Abdala y Castillo. En aquel momento Castillo era coordinador y Abdala secretario de organización. Los compañeros entendieron que todo esto debió haber pasado por ahí, constado en actas, etc. Hubo informalidades que hoy, a tres años...
—¿Usted se manejaba solo?
—No, nadie puede negar que yo era miembro del Pit-Cnt. A mí me reconoce la gente como miembro del Pit-Cnt y dirigente de mi sindicato.
—Con ese contrato que usted firmó y el convenio entre el Pit-Cnt y el Banco Hipotecario, Vivamax salió a buscar financiación.
—Antes se presentaron los sistemas constructivos ante la Facultad de Arquitectura para conseguir los Documentos de Aptitud Técnica (DAT) que los habilitarían. Nosotros enviamos a la ministra de Vivienda, Graciela Muslera, una carta para que le pusiera el ojo a esos permisos porque de ellos dependía el plan. Luego siempre faltaba algún papel y no se terminaban de certificar los sistemas constructivos. Había cierta corriente que quería matar esos sistemas constructivos.
—¿Por qué el 25 de abril de 2012, cuatro meses después de firmar aquel primer contrato con Vivamax, suscribe otro por 4.000 viviendas con R.CH., aunque esta vez aparece como director de la sociedad anónima Balmey?
—Porque era por otro sistema constructivo. Ahí es donde entra Walltech (N.de R. Empresa ecuatoriana que también denuncia estafa) con su sistema y un empresario de Tacuarembó que iba a financiar todo. Pero siempre los negocios los traían R.CH. y M.D.
—En ese momento R.CH. y M.D. ya tenían una lujosa sede en el Prado a la que llamaron Nexo. ¿Ese contrato se firmó ahí?
—No recuerdo, creo que sí.
—¿Cuándo se enteró que Balmey fue demandada porque pidió a un privado 1,8 millones de dólares para construir viviendas y no cumplió?
—Me enteré después que se armó ese lío. Hablé con el financista, vimos terrenos en Tacuarembó para hacer otros negocios, pero luego desistió.
—Diez meses después, el 15 de febrero de 2013, vuelve a firmar otro contrato con Vivamax por 3.000 viviendas. ¿Por qué?
—También era por otro sistema constructivo, esta vez Emmedue. Había un proyecto ya encaminado con líneas de crédito bancarias por US$ 15 millones.
—¿Por qué seguía firmando contratos con R.CH. y M.D. si habían incumplido el primer acuerdo de enero de 2012 que los obligaba a entregar 1.720 viviendas antes del 31 de diciembre de ese año?
—La verdad es que ni yo me acordaba de ese incumplimiento. Esos convenios seguían latentes y nosotros continuábamos viendo terrenos. El DAT no salía y eso trababa todos los negocios.
—¿A esa altura ya sabía que estaban pidiendo por adelantado decenas de miles de dólares a los inversores?
—No, yo recién me enteré cuando llegó a mí una empresaria de Rocha a reclamar un cheque.
—El 23 de abril de 2013 Vivamax firmó con Dintesol un acuerdo para financiar viviendas, y la gente de Dintesol exigió que alguien del Pit-Cnt estuviera presente.
—Sí, me llamaron y fui a la sede de Nexo. Les expliqué el plan y el rol del Pit-Cnt. Les dije que nosotros poníamos la cartera de clientes para las casas.
—En ese mismo acto Dintesol entregó a Vivamax 13 cheques por US$ 300.000. ¿No los vio?
—No, eso fue antes o después, mientras yo estuve, que fueron veinte minutos, eso no pasó.
—En total entregó poderes a R.CH. y M.D. para negociar diez mil viviendas, un negocio que ronda los US$ 800 millones.
—Ellos tenían que conseguir lo más difícil, que era la inversión. Nunca fui consciente de los millones de dólares. No lo vi desde ese punto de vista, nosotros queríamos solucionar el tema de la vivienda para mucha gente.
—¿A usted lo estafaron?
—A mí no me sacaron un peso. Siento que jugaron..., que engañaron. La última parte de ellos fue jodida si se comprueba que andaban en esa lógica de los cheques. Pero en un momento laburamos. Había sintonía para buscar terrenos y solucionar los problemas. Me calenté, pero cuando que hubo que rescindir el acuerdo no hubo problema.
—¿Usted recibió dinero?
—No, nunca me dieron ni pedí dinero. El que diga eso miente.
—Fuentes que estuvieron en el negocio dicen que se le entregó un cheque por US$ 45.000.
—Jamás. Que lo demuestren. Sé que lo están diciendo. Mienten.
—R.CH. hizo una declaración voluntaria y dijo que M.D. era "representante encubierto" del Pit-Cnt. Empresarios aseguran que siempre decía hablar en nombre del Pit-Cnt cuando pedía dinero.
—No era miembro del Pit-Cnt ni tampoco un gestor, era un empresario. No tenía derecho a hablar en nombre del Pit-Cnt.
—R.CH. dijo: "El acuerdo era 40% de las ganancias para el Pit-Cnt, 40% para él y 20% para M.D."
—Es otra mentira. La prueba es que se desdijo ante la jueza cuando le tomó declaración. Dijo que yo no recibía ningún beneficio en ese negocio. Esa es la verdad y él también la dijo
—Pero también dijo que usted era parte de la sociedad.
—Mentira, que lo pruebe.
—M.D. pidió a un empresario vinculado al plan US$ 30 mil para pagar la publicidad en televisión de la campaña de Juan Castillo para la presidencia del Frente Amplio. Otro empresario, también vinculado al plan, le cedió minutos de radio para la campaña. ¿Lo sabía?
—No, no sabemos quién apoya las campañas.
—¿Lo niega o no lo sabe?
—No lo sé. Juan es mi compañero en el Partido Comunista, pero yo no estaba en el comando de campaña.
—R.CH. también habló de los apoyos a la campaña de Castillo.
—R.CH. me quiso embretar con eso, me dijo que puso plata para la campaña de Juan, me lo recriminó cuando estábamos rompiendo el contrato.
—Esa vinculación entre el plan y la campaña deja muchas dudas.
—Eso contamina... ellos pudieron haber puesto plata o no, pero si pusieron ¿eso les permitía pedir dinero a nombre del plan de vivienda como hicieron? No.
—¿La plata para la campaña de Castillo era la misma que pedían por adelantado a los empresarios por las viviendas?
—No, eso nunca lo supe. Él me recriminó que habían apoyado la campaña de Juan y nosotros lo habíamos dejado tirado. Le dije "son cosas distintas, si pusiste plata eso no te libra de que nos hayas metido en un lío".
—Participó con Abdala de una reunión con un empresario del plan en Tacuarembó.
—Sí, fuimos a buscar terrenos.
—¿Abdala tenía un papel activo?
—No, fue esa vez y también participó de la comida con los empresarios españoles.
—¿El argentino Carlos Molinari, que se interesó en Pluna y fue investigado por lavado en su país, le pagó un viaje a China?
—Sí, lo autorizó el Secretariado. Él quería invertir en el plan, iba a poner una fábrica de contenedores en Pando. Luego eso cayó.
—¿En la sede de Nexo, propiedad de Vivamax, iba a funcionar una financiera de su hermano?
—Los trabajadores en el Clearing no podían acceder a la vivienda. Mi hermano vino de España con gente que sabía de cooperativismo. Formó una cooperativa financiera para dar préstamos para salir del Clearing. Iba a funcionar en Nexo pero después eso no caminó.
—¿Se hizo algo de ese plan de viviendas que usted gestionó?
—De la línea de trabajo con el BHU se cayó todo. La otra línea con el Ministerio de Vivienda está en marcha.
"Ellos engañaron, la última parte con los cheques fue jodida". Foto: F. Flores
Burgos les dio a ambos varios contratos para negociar casas por casi 800 millones de dólares. También intercedió ante ellos para recuperar cheques de una empresaria que denunció. Tres años después de que las denuncias tomaran estado público, Burgos rompió el silencio y habló con El País para explicar lo ocurrido. Habla de la presunta estafa, del dinero para la campaña de Juan Castillo, de la participación de Marcelo Abdala y el futuro del plan de vivienda.
—¿Cómo nació el Plan de Vivienda Sindical?
—Nació en el sindicato metalúrgico. Yo era trabajador de Umissa cuando se exportaban casas a Venezuela. Se nos ocurrió que esos sistemas de casas serían una solución acá. Formamos cooperativas, el Secretariado del Pit-Cnt avaló extender el plan que era del sindicato y creamos un Instituto de Asistencia Técnica para las cooperativas. En 2008 se creó una comisión de vivienda en el Pit-Cnt con dirigentes de la metalurgia, el comercio, el transporte y el Puerto. En 2010 ya teníamos 15.000 familias inscriptas.
—En 2011 el Pit-Cnt firma un convenio con el Hipotecario.
—Necesitábamos de un banco que financiara la compra. El gobierno tenía 6.000 subsidios de crédito hipotecario para dar.
—Algunos contratos que usted firmó dicen que había apoyo explícito del gobierno al plan sindical de viviendas.
—Había voluntad del Banco Hipotecario. Nos decían: "si ustedes consiguen la inversión, los terrenos y el desarrollador, nosotros le damos el crédito a los trabajadores que envíe el Pit-Cnt". Veían con muy buenos ojos el plan y nos ayudaron a canalizarlo.
—¿Cómo se vinculó el Pit-Cnt con las empresas privadas?
—Queríamos sistemas constructivos alternativos. Además de Umissa aparecieron Crupe, Emmedue, Knox, etc. Empresas que ofrecen kits de viviendas muy buenos y económicos. Hablamos con constructoras grandes pero no les servían los precios. Las casas debían ser accesibles para los trabajadores.
—¿Cómo se contactaron con el Pit-Cnt los dos particulares denunciados en cuatro causas penales por presuntas estafas por cientos de miles de dólares invocando el plan de vivienda?
—Llegó primero M.D. y ofreció terrenos en El Pinar, Peñarol y algún otro en el interior. Tenía una constructora pero no tenía vínculos con las empresas que ofrecen los sistemas constructivos.
—¿Ya conocía a M.D. por su pasado como militante en el Partido Comunista?
—No. No lo conocía.
—¿Cómo llegó R.CH. al Pit-Cnt?
—Vino semanas después que M.D. Mi hermano era cónsul en España, se conocieron allí y mi hermano le comentó que estábamos con este plan. R.CH. representaba empresas que tenían sistemas constructivos como los que necesitábamos. R.CH. vino y nos dejó folletos de las casas.
—¿Cómo se vincularon luego entre ellos?
—Yo los puse en contacto. Semanas después vinieron ambos al Pit-Cnt integrando Vivamax Sociedad Anónima. Trajeron a doce empresarios españoles. Comimos un asado y nos hicieron una presentación técnica. Luego hicimos un acto en 18 de Julio y Marcelo Abdala dijo que teníamos financiamiento para 10.000 viviendas. Al día siguiente hubo una conferencia de prensa en el Pit-Cnt. Fue gente del gobierno. Todo iba muy bien.
—El 16 de enero de 2012 usted firmó en el Pit-Cnt un contrato con Vivamax para que hicieran 3.400 viviendas. El costo de cada kit era por 26.000 dólares. ¿Usted presentó un poder para firmar en nombre del Pit-Cnt?
—Sí claro, yo tenía un aval de Juan Castillo y Abdala para firmar con los privados. Ese aval decía que yo era responsable del Plan de Vivienda Sindical. Ellos me reconocieron como presidente y a Hugo Monza, que también firmaba, como secretario del plan.
—¿Por qué el Secretariado del Pit-Cnt dijo, cuando se dieron a conocer las denuncias, que usted no tenía poder para firmar en representación de la Central?
—Los compañeros entendieron que esto se tendría que haber votado en el Secretariado y no haber sido autorizado por Abdala y Castillo. En aquel momento Castillo era coordinador y Abdala secretario de organización. Los compañeros entendieron que todo esto debió haber pasado por ahí, constado en actas, etc. Hubo informalidades que hoy, a tres años...
—¿Usted se manejaba solo?
—No, nadie puede negar que yo era miembro del Pit-Cnt. A mí me reconoce la gente como miembro del Pit-Cnt y dirigente de mi sindicato.
—Con ese contrato que usted firmó y el convenio entre el Pit-Cnt y el Banco Hipotecario, Vivamax salió a buscar financiación.
—Antes se presentaron los sistemas constructivos ante la Facultad de Arquitectura para conseguir los Documentos de Aptitud Técnica (DAT) que los habilitarían. Nosotros enviamos a la ministra de Vivienda, Graciela Muslera, una carta para que le pusiera el ojo a esos permisos porque de ellos dependía el plan. Luego siempre faltaba algún papel y no se terminaban de certificar los sistemas constructivos. Había cierta corriente que quería matar esos sistemas constructivos.
—¿Por qué el 25 de abril de 2012, cuatro meses después de firmar aquel primer contrato con Vivamax, suscribe otro por 4.000 viviendas con R.CH., aunque esta vez aparece como director de la sociedad anónima Balmey?
—Porque era por otro sistema constructivo. Ahí es donde entra Walltech (N.de R. Empresa ecuatoriana que también denuncia estafa) con su sistema y un empresario de Tacuarembó que iba a financiar todo. Pero siempre los negocios los traían R.CH. y M.D.
—En ese momento R.CH. y M.D. ya tenían una lujosa sede en el Prado a la que llamaron Nexo. ¿Ese contrato se firmó ahí?
—No recuerdo, creo que sí.
—¿Cuándo se enteró que Balmey fue demandada porque pidió a un privado 1,8 millones de dólares para construir viviendas y no cumplió?
—Me enteré después que se armó ese lío. Hablé con el financista, vimos terrenos en Tacuarembó para hacer otros negocios, pero luego desistió.
—Diez meses después, el 15 de febrero de 2013, vuelve a firmar otro contrato con Vivamax por 3.000 viviendas. ¿Por qué?
—También era por otro sistema constructivo, esta vez Emmedue. Había un proyecto ya encaminado con líneas de crédito bancarias por US$ 15 millones.
—¿Por qué seguía firmando contratos con R.CH. y M.D. si habían incumplido el primer acuerdo de enero de 2012 que los obligaba a entregar 1.720 viviendas antes del 31 de diciembre de ese año?
—La verdad es que ni yo me acordaba de ese incumplimiento. Esos convenios seguían latentes y nosotros continuábamos viendo terrenos. El DAT no salía y eso trababa todos los negocios.
—¿A esa altura ya sabía que estaban pidiendo por adelantado decenas de miles de dólares a los inversores?
—No, yo recién me enteré cuando llegó a mí una empresaria de Rocha a reclamar un cheque.
—El 23 de abril de 2013 Vivamax firmó con Dintesol un acuerdo para financiar viviendas, y la gente de Dintesol exigió que alguien del Pit-Cnt estuviera presente.
—Sí, me llamaron y fui a la sede de Nexo. Les expliqué el plan y el rol del Pit-Cnt. Les dije que nosotros poníamos la cartera de clientes para las casas.
—En ese mismo acto Dintesol entregó a Vivamax 13 cheques por US$ 300.000. ¿No los vio?
—No, eso fue antes o después, mientras yo estuve, que fueron veinte minutos, eso no pasó.
—En total entregó poderes a R.CH. y M.D. para negociar diez mil viviendas, un negocio que ronda los US$ 800 millones.
—Ellos tenían que conseguir lo más difícil, que era la inversión. Nunca fui consciente de los millones de dólares. No lo vi desde ese punto de vista, nosotros queríamos solucionar el tema de la vivienda para mucha gente.
—¿A usted lo estafaron?
—A mí no me sacaron un peso. Siento que jugaron..., que engañaron. La última parte de ellos fue jodida si se comprueba que andaban en esa lógica de los cheques. Pero en un momento laburamos. Había sintonía para buscar terrenos y solucionar los problemas. Me calenté, pero cuando que hubo que rescindir el acuerdo no hubo problema.
—¿Usted recibió dinero?
—No, nunca me dieron ni pedí dinero. El que diga eso miente.
—Fuentes que estuvieron en el negocio dicen que se le entregó un cheque por US$ 45.000.
—Jamás. Que lo demuestren. Sé que lo están diciendo. Mienten.
—R.CH. hizo una declaración voluntaria y dijo que M.D. era "representante encubierto" del Pit-Cnt. Empresarios aseguran que siempre decía hablar en nombre del Pit-Cnt cuando pedía dinero.
—No era miembro del Pit-Cnt ni tampoco un gestor, era un empresario. No tenía derecho a hablar en nombre del Pit-Cnt.
—R.CH. dijo: "El acuerdo era 40% de las ganancias para el Pit-Cnt, 40% para él y 20% para M.D."
—Es otra mentira. La prueba es que se desdijo ante la jueza cuando le tomó declaración. Dijo que yo no recibía ningún beneficio en ese negocio. Esa es la verdad y él también la dijo
—Pero también dijo que usted era parte de la sociedad.
—Mentira, que lo pruebe.
—M.D. pidió a un empresario vinculado al plan US$ 30 mil para pagar la publicidad en televisión de la campaña de Juan Castillo para la presidencia del Frente Amplio. Otro empresario, también vinculado al plan, le cedió minutos de radio para la campaña. ¿Lo sabía?
—No, no sabemos quién apoya las campañas.
—¿Lo niega o no lo sabe?
—No lo sé. Juan es mi compañero en el Partido Comunista, pero yo no estaba en el comando de campaña.
—R.CH. también habló de los apoyos a la campaña de Castillo.
—R.CH. me quiso embretar con eso, me dijo que puso plata para la campaña de Juan, me lo recriminó cuando estábamos rompiendo el contrato.
—Esa vinculación entre el plan y la campaña deja muchas dudas.
—Eso contamina... ellos pudieron haber puesto plata o no, pero si pusieron ¿eso les permitía pedir dinero a nombre del plan de vivienda como hicieron? No.
—¿La plata para la campaña de Castillo era la misma que pedían por adelantado a los empresarios por las viviendas?
—No, eso nunca lo supe. Él me recriminó que habían apoyado la campaña de Juan y nosotros lo habíamos dejado tirado. Le dije "son cosas distintas, si pusiste plata eso no te libra de que nos hayas metido en un lío".
—Participó con Abdala de una reunión con un empresario del plan en Tacuarembó.
—Sí, fuimos a buscar terrenos.
—¿Abdala tenía un papel activo?
—No, fue esa vez y también participó de la comida con los empresarios españoles.
—¿El argentino Carlos Molinari, que se interesó en Pluna y fue investigado por lavado en su país, le pagó un viaje a China?
—Sí, lo autorizó el Secretariado. Él quería invertir en el plan, iba a poner una fábrica de contenedores en Pando. Luego eso cayó.
—¿En la sede de Nexo, propiedad de Vivamax, iba a funcionar una financiera de su hermano?
—Los trabajadores en el Clearing no podían acceder a la vivienda. Mi hermano vino de España con gente que sabía de cooperativismo. Formó una cooperativa financiera para dar préstamos para salir del Clearing. Iba a funcionar en Nexo pero después eso no caminó.
—¿Se hizo algo de ese plan de viviendas que usted gestionó?
—De la línea de trabajo con el BHU se cayó todo. La otra línea con el Ministerio de Vivienda está en marcha.
"La mujer de Rocha nos utilizó, me hizo bolsa".
Susana Nicodella fue la primera en denunciar ante la Justicia al plan de vivienda sindical. Entregó cheques por US$ 300.000 y no los recuperó. Recurrió a Burgos para que intercediera ante quienes se lo habían pedido.
Susana Nicodella fue la primera en denunciar ante la Justicia al plan de vivienda sindical. Entregó cheques por US$ 300.000 y no los recuperó. Recurrió a Burgos para que intercediera ante quienes se lo habían pedido.
"Ella vino al Pit-Cnt con el marido. Me dijo lo de los cheques, le dije que R.CH. y M.D. no podían pedir dinero. Llamé a M.D. y le dije que en este lío no podía caer el Pit-Cnt, que devolviera los cheques. Le pedí a la gente de Rocha que fuera a hablar con ellos y volviera, pero que esto se tenía que arreglar. Después fui a Rocha y seguimos en contacto, incluso se postularon para un trabajo de movimiento de tierra pero cotizaron muy alto y nos quisieron presionar para que se lo diéramos. Hubo una mala intención de Nicodella, involucró al Pit-Cnt, me involucró a mí cuando siempre estuve a su disposición. Nos utilizó. A mí me hicieron bolsa, me culpó y sabe que no tuve nada que ver".
"El plan de viviendas sigue y es un orgullo".
Burgos destaca que "siempre" el Plan de Vivienda Sindical apuntó a darle una solución a los trabajadores. Hoy, la línea de trabajo con el Banco Hipotecario se cayó, pero sigue en marcha la iniciada con el Ministerio de Vivienda. "El Plan hoy tiene básicamente el monopolio del reglamento 2011 y la mitad de los préstamos del reglamento 2008. Cada seis meses se sortean 500 viviendas, en el último ganamos más de 250 viviendas. A pesar de todos los golpes que hemos tenido hoy hay 4.000 familias que ya tienen sus préstamos otorgados. Hay muchos retrasos porque el plan no se armó para la realidad constructiva. La casa se arma en dos semanas, pero las habilitaciones demoran mucho más. Esa burocracia nos ha perjudicado, y también aumentan los costos fijos de las cooperativas. Pero seguimos adelante, ya hay gente viviendo en las primeras viviendas y es un orgullo para nosotros".
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