15 jun 2020

SUMANDO PROBLEMAS

ESPAÑA
El desastre de los temporeros que "faltaban" en el campo: aumento de la movilidad, gente sin techo y rebrotes

Analía Plaza / Raúl Sánchez

14/06/2020 


Temporeros durmiendo en el centro de Lleida el pasado 17 mayo. ACN

Entre finales de marzo y principios de abril, varias asociaciones del campo —Asaja y Afrucat entre ellas— lanzaron un llamamiento a la desesperada: el confinamiento dejaría las cosechas sin mano de obra. El Gobierno se sumó a su toque de atención, cifrando en 150.000 los trabajadores necesarios y aprobando medidas urgentes para favorecer la contratación. 
El llamamiento para trabajar en el campo ha desembocado en un problema social: centenares de personas que acudieron en busca de sustento duermen hoy en la calle
Dos meses después, la alerta ha desembocado en un problema social, especialmente en las provincias de Huesca y Lleida: centenares de personas de toda España que acudieron en busca de sustento duermen hoy en la calle. En Alcarrás y Serós (Lleida) y Fraga (Huesca) se han detectado positivos por coronavirus y ha habido que habilitar albergues para aislar a quienes no pueden guardar la cuarentena en casa. Esto es lo que sucede cuando el hambre provoca un efecto llamada en mitad de una pandemia.

"Se habló de cantidades que no se correspondían con la realidad de años anteriores. Me imagino que se pretendía crear un clima de pánico: si no venían los trabajadores que siguen en Rumanía, Marruecos o Colombia había un problema", resume Ventura Campo, responsable del sector agrario de CCOO en Terres de Lleida. "Ese clima se trasladó a la administración y a los medios. Y al final lo que ha provocado es que, en la campaña en la que menos movilidad debería haber, es en la que más personas están durmiendo en la calle".
En el centro de Lleida ciudad duermen aún al raso unas 200 personas. En Fraga, a 30 kilómetros, hay varios asentamientos alrededor de la ciudad. Hace diez días, Aragón registró un brote de once temporeros en la localidad. "Se puso en marcha un pabellón para aislar a los positivos que no necesitan hospitalización. También para personas de la temporada agrícola que no pueden realizar el confinamiento en sus casas", indican fuentes municipales. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento trabaja en otro pabellón para alojar a los temporeros que viven en la calle. Pero va lento y aún no está. El consistorio no tiene competencias en servicios sociales: las tiene la comarca, que no tiene competencias en albergues. La alcaldesa lamentó la burocracia y dijo que su voluntad era que no hubiera gente en la calle, sobre todo en esta situación.

Ana Laliena trabaja en Cruz Blanca, una de las fundaciones que, junto a Cáritas y Cruz Roja, atiende a los sintecho estos días. Reconoce que todos los años entre mayo y octubre hay afluencia de trabajadores, pero que este año ha sido mayor. "Hay una buena cosecha. Pero ese llamamiento del Ministerio de Agricultura, amplificado por los medios, ha hecho que vengan más temporeros. Hemos contactado con 80 personas en los alrededores de Fraga: repartimos mascarillas, neceseres, tomamos la temperatura... Salimos a los asentamientos porque hay mucho riesgo de contagio. Es una labor de prevención".

La movilidad exterior aumentó en las provincias agrícolas

¿Cómo es posible que se desplazara tanta gente si la movilidad entre comunidades sigue limitada y ni siquiera había empezado la campaña, cuyo punto álgido se alcanza a finales de junio?

"Esa pregunta la hizo CCOO. Ibas por la carretera regional que llega a Serós, que es muy pequeña, y veías a trabajadores con las maletas o bolsitas de alguna ONG. ¿Cómo llegaba toda esta gente, si teóricamente no puede venir sin contrato de trabajo? ¿Y si ahora, en fase 2, no puedes cambiar de provincia? Es la gran pregunta", añade Campo.

eldiario.es analizó hace varias semanas datos de movilidad del Ministerio de Transportes correspondientes a la semana del 13 al 17 de abril, justo después de la Semana Santa. Ese lunes terminaron los permisos retribuidos y las actividades no esenciales volvieron al trabajo. El mapa de entonces ya dibujaba una alta recuperación de la movilidad en los municipios de la frontera entre Lleida y Huesca, en los alrededores de Murcia y entre Navarra y La Rioja, zona en la que hay varias empresas de alimentación. Los viajes entre Lleida y Huesca estaban un 18% por debajo de lo normal, cuando la media de España era una caída del 50%.

Este es el mapa actual. En Serós (Lleida), la movilidad exterior está ya entre un 9% y un 12% por encima de la semana de referencia (del 14 al 21 de febrero). En Alcarrás (Lleida), igual. En Huércanos (La Rioja), donde se detectaron tres positivos que se aislaron en Lardero, la movilidad total está un 10% por encima de lo normal.