21 jun 2024

EL NEGOCIO NO SE TOCA

Ni México ni China: EEUU, el mayor lavador del dinero de la droga

Álvaro Verzi Rangel
On Jun 20, 2024




El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) informó que se coordinó de manera estrecha con México y China para detener a fugitivos implicados en una red de blanqueo de capitales que involucraba a un grupo de transferencia de dinero con sede en California y a la banca clandestina china en la recaudación y procesamiento de grandes cantidades de ingresos procedentes de la droga traficada por el cártel de Sinaloa.

Según el DOJ, el mexicano Cártel de Sinaloa lavó 50 millones de dólares a través de una red vinculada a China. Señaló que una investigación de varios años denominada «Operación Corredor de la Fortuna» ha dado lugar a la imputación de 24 acusados, identificados como socios del Cártel de Sinaloa en Los Ángeles, según informó el Departamento de Justicia.

En fentanilo fue convertido en otro campo de batalla entre EEUU y México, así como en clave interna, con los republicanos usando el fentanilo como arma arrojadiza por las políticas de la frontera de la Administración de Joe Biden o por la gestión del aumento de la criminalidad de las grandes ciudades, donde acostumbran a votar demócrata.

Según cifras oficiales, 101 mil 77 personas murieron en EEUU por sobredosis durante 2023: 59 mil 19 de ellas por ingerir fentanilo. Cómo EEUU se enganchó al fentanilo es una clásica historia económica, de oferta y creación de demanda que empezó a mediados de los noventa, cuando farmacéuticas como Purdue revolucionaron a base de agresividad las reglas del marketing médico para inundar consultas y botiquines de todo el país con unas revolucionarias pastillas llamadas Oxycontin.

No solo venían a acabar de una vez por todas con el dolor, sino que no enganchaban, dijeron. Cuando aquella sensacional oferta decayó, un ejército de adictos se lanzó a las calles en busca de heroína, más barata y también más peligrosa. La epidemia de los opiáceos ya suponía una crisis sin precedentes cuando entró al mercado una poderosísima droga de la que pocos fuera de un quirófano habían oído hablar hasta entonces: el fentanilo, que arrasó con todos los hábitos anteriores.

El padre del fentanilo, más efectivo y menos oneroso que la morfina, es un químico belga llamado Paul Janssen. Su invento se empezó a usar en cirugías cardiacas y revolucionó la medicina. En 1985, Janssen abrió el primer laboratorio occidental en China para fabricar fentanilo.

Al DOJ le tomó años de investigación, así como grandes esfuerzos de cooperación internacional, detectar y –dizque- cortar los nodos de esta trama. De ser cierto, se trataría de uno de los más graves derroches del dinero público por parte de Washington, ya que habría destinado miles de horas de trabajo a rastrear recursos equivalentes a lo que el narcotráfico mueve en unos pocos minutos dentro del sistema bancario estadounidense, señala un editorial del diario mexicano La Jornada.

Lo que realmente revela EEUU con el reporte no es ni el poderío del crimen organizado mexicano ni la supuesta implicación de personajes chinos en el contrabando del fentanilo y sus precursores, sino la hipocresía que rige la política antidrogas de Washington. De acuerdo con Tax Justice Network, Estados Unidos es el mayor paraíso fiscal del planeta.


Delaware, capital mundial de las empresas fantasma

Ya en diciembre de 2021, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, admitió el mejor lugar para ocultar y blanquear las ganancias indebidas es en realidad Estados Unidos, y “eso se debe a la forma en que permitimos que la gente establezca empresas ficticias sin revelar quién es el verdadero propietario”. Por ejemplo, el estado de Delaware tiene registradas en su territorio un millón 300 mil empresas, una cantidad superior a la de sus habitantes (un millón 18 mil).

Asimismo, los 50 millones de dólares de la gran trama perseguida por el DOJ son risibles al lado de los montos que se mueven en bancos estadounidenses y de otros países occidentales, a la vista de todos y sin que nadie moleste a los criminales.

En 2020, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) encontró que Deutsche Bank, Bank of New York Mellon, Standard Chartered, JPMorgan y HSBC movieron más de dos millones de millones de dólares en operaciones clasificadas como actividades potenciales de lavado de activos. Esta cifra surgió únicamente del 0.2 de los documentos sobre procedimientos bancarios turbios analizados por el ICIJ. EEUU, lejos de corregir esta situación, ha empeorado, pues hace seis años ocupaba el segundo lugar, por detrás de Suiza, pero desde entonces la legislación estadounidense se ha vuelto más y más permisiva con la opacidad de los grandes capitales.


El Departamento de Justicia de Estados Unidos puso la mira en la red financiera que utiliza el mexicano Cártel de Sinaloa para lavar los millones de dólares que obtiene por la venta y tráfico de drogas –en especial el fentanilo-, encontrando en su investigación la figura de las casas de cambio chinas ubicadas en EEUU como eje central del entramado criminal.

De acuerdo con una acusación federal publicada por la Oficina de Asuntos Públicos en contra de 24 personas ligadas al Cártel de Sinaloa y a la “banca clandestina China”, la organización criminal mexicana pagó una “tasa reducida” para el lavado de sus ganancias por el trasiego de drogas, lo que a su vez le permitió “repatriar sus ganancias” seguir enviando dosis mortales a Estados Unidos

Tax Justice Network, un grupo fundado en 2003 por investigadores de elusión fiscal, competencia y paraísos fiscales, elaboró un ranking en el que evaluó cuáles son las economías “más cómplices” a la hora de ocultar la riqueza de las personas. 

Según el estudio, si bien los llamados servicios de secreto financiero han disminuido en el mundo, hay cinco países que han ralentizado el progreso: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón

Estos cinco países reducen esos avances mundiales a más de la mitad al incitar el secreto financiero en lugar de combatirlo. El G7 debe aclarar cuál es su posición en la lucha contra el secreto financiero comprometiéndose a un registro mundial de activos”, consideró Alex Cobham, director ejecutivo de Tax Justice Network.

En un estudio de 2021, Tax Justice dseñaló que EEUU es responsable de que el resto del mundo pierda 20.000 millones de dólares de impuestos al año al permitir a los no residentes ocultar sus finanzas y evadir impuestos.


La organización hizo un llamado a los países del G7, a quienes culpa de menoscabar la transparencia mundial, y pidió una convención fiscal de Naciones Unidas para que la regulación deje de estar en “manos de unos pocos países ricos que, en repetidas ocasiones, han demostrado ser las mayores guaridas fiscales del mundo”.

“EE.UU. también debe apoyar un intercambio de información automático más recíproco entre países, llevar la luz del sol a las industrias de bienes raíces, inversión privada y facilitadores financieros de EEUU e impulsar la financiación de agencias clave”, dijo Ian Gary, director ejecutivo de la Coalición de Responsabilidad Financiera y Transparencia Corporativa.

El informe especifica que ocupar un puesto más alto en el índice refleja que la “jurisdicción desempeña un papel más importante a nivel mundial para permitir el secreto bancario, la titularidad anónima de empresas fantasma, la titularidad anónima de bienes inmuebles u otras formas de secreto financiero que, a su vez, facilitan el blanqueo de dinero, la evasión fiscal y la elusión de sanciones”.


Las cuentas de Tax Justice calculan que las personas más ricas del mundo tienen unos 10 mil millones de dólares en el extranjero ocultos a través de acuerdos secretos, lo que equivale a 2,5 veces más que el valor de todos los billetes y monedas en dólares estadounidenses y euros en circulación en todo el mundo.

El anuncio del DOJ, con bombos y platillos, tiene poco que ver con el combate al narcotráfico y al lavado de dinero y todo con el permanente golpeteo contra China y México con que Washington ejerce presiones ilegales sobre otros países y desvía la atención de su inocultable complicidad con los grupos delictivos contra los que dice luchar.

*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)