19 sept 2012

Articulo recomendado, NO QUIERO

No quiero


"Protestas" en Buenos Aires contra el modelo

Por Eduardo Aliverti

Unos por poco. Otros, por demasiado. Y una ¿menudencia?, con tanto de hipocresía como de ingenuidad. Esas podrían ser algunas de las definiciones que caben a lo sucedido el jueves a la noche.

El “poco” atañe a quienes, desde el Gobierno y sus alrededores, minimizaron por completo la magnitud de la protesta. Al margen de discusiones bizantinas sobre el número aproximado de manifestantes, fue mucha gente. Mucha. No provino con exclusividad de los barrios acaudalados. No fue sólo en Buenos Aires. Vamos: con ese mismo volumen de muchedumbre, si es del palo decimos que fue imponente. Y también es veraz que el origen estuvo en las redes sociales, porque no podría haber sido de otra forma a partir de que la oposición dirigencial no existe. Este último dato, en gran medida, es lo que llevó a desmerecer la convocatoria porque su proyección sería nula, al carecer de quienes la articulen. Pero eso no significa que deje de prestársele atención. Si es verdad que “siempre volveremos”, como dijo la Presidenta, también lo es que siempre amenaza la existencia de un núcleo de derecha, activo en más o en menos según las épocas, y conformado por factores de poder que se nutren del privilegio propio, junto con la tilinguería que les hace el coro. Eso está y que sea un paquidermo medio dormido, o espontaneísta, no quiere decir que deje de ser un elefante. Tienen recursos, ya lo demostraron en 2008 y, precisamente por no habérselos atendido, se sufrió una derrota que pudo haberse evitado. De esa pérdida se salió fugando para adelante, cuando nadie lo apostaba. Y es eso lo que vuelve a imponerse: a más reacción, más acción. Lo de la re-re es una estrategia equivocada que les proporciona gimnasia aglutinante. Es lo único de que pueden valerse y por eso lo amplifican.

Del “demasiado” no parece que haga falta agregar mucho. Colegas de la oposición llegaron a permitirse la extravagancia insultante de comparar el jueves a la noche con 2001. Más de veinte muertos por la represión, cincuenta por ciento de pobres e indigentes, un país incendiado, fueron entusiastamente asimilados a un montón de miles que salieron a pedir “libertad”. La libertad que estaban ejerciendo sin ningún problema. Se les confirió a los ruidosos la categoría del total de la sociedad, o de un grueso relevante. Quizá baste y sobre con lo que se le escuchó a un salame televisado, en rol de conductor, al momento de la desconcentración. Alertó que debía chequearse cómo andaba el Roca, porque los protestadores tenían que volver al sur del conurbano y esa línea de tren había sufrido inconvenientes durante el día. El tipo se pegó un viaje hasta el 17 de octubre del ’45. Se creyó que andaba viendo las patas en la fuente de Plaza de Mayo, con las masas indignadas cruzando el Riachuelo. Emblematizó la visión de los agentes de prensa que compraron o vendieron estar ante una gesta épica, inolvidable, determinante.

El tercer aspecto se cuela entre esos extremos de los que ningunean lo ocurrido y quienes le otorgan un valor histórico. Se da hace cierto tiempo, estimulado por el discurso de los medios opositores. El cacerolazo lo potenció. Los reaccionarios orgánicos se valen de él porque es una fachada que les permite predicar sus intereses sin retruque probable, al ser un argumento cuyo mentís es de altísima incorrección política. Pero también habrá los preocupados legítimos. Por ejemplo, gente agotada o inquieta frente al hecho de espaciar relaciones, o directamente perder amistades, porque cada vez que salta lo político –y no hay forma de que no salte, por un lado o por otro y más temprano o más tarde– los choques son irreconciliables. Este tercer elemento es eso de la división de los argentinos. De los riesgos de profundizar las diferencias, de fijarnos en lo que separa antes que en lo unificador, de no promover el consenso. Eso de que la confrontación es buscada adrede y no como producto del intercambio de ideas. Eso de que pueblo dividido es sinónimo de sociedad que no avanzará nunca. Eso de que en una democracia no hay enemigos sino adversarios. Pues bien: uno ya está harto de estas boludeces monumentales y cree que es hora de salirles al cruce, porque de lo contrario se asienta un embuste que impide debates serios. ¿Desde cuándo resulta que la política no es conflicto invariable y progresivo, si es que realmente hay pugna ideológica y no una escenografía institucional de cartón? ¿O es tan difícil darse cuenta de que estos sectores afiebrados por la necesidad de diálogo –para concederles candor– son el árbol genealógico de la oligarquía, de las masacres de toda nuestra historia, de las dos toneladas de bombas sobre civiles indefensos en junio del ’55, del genocidio del ’76, del sultán riojano que añoran, de la deuda externa que socializaron, de la propiedad agropecuaria nacida en cada oreja de indio entregada a las huestes de Roca? ¿De qué diálogo y de qué dictadura hablan? ¿Así que el pueblo fue y es su enemigo, pero para el pueblo deben ser sus adversarios democráticos?

Este diario publicó anteayer una columna del sacerdote quilmeño Eduardo de la Serna, coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres Argentinos. El texto es de una sencillez y precisión arrolladoras, en esencia sobre los cánticos, consignas y cuestionamientos vertidos el jueves. En su mayoría, aunque lícitos de expresar, eran totalmente individuales. “Quiero salir a la calle sin que me roben”, era el planteo acerca de la “inseguridad” en reemplazo de la seguridad como bienestar social. “Quiero poder viajar”, como si los millones de pobres hubieran podido ir al extranjero sin que nadie levantara la voz a favor de ese derecho. “La multitudinaria ‘marcha del yo’, preocupada por ‘mis’ derechos, se manifestó coherentemente en que cada ‘yo’ tenía su propia consigna; no había un ‘nosotros’, un ‘Pueblo’, salvo en el extraño momento en que se cantó aquello de ‘si éste no es el pueblo...’ (que dicho sea de paso, al igual que respecto de haber coreado que el pueblo unido jamás será vencido: dejen de robar emblemas de izquierda para aplicarlos a que no pueden conseguir dólares) (...) Pocas cosas me parecen tan clásicas de la ‘clase media’ argentina (no es toda) como su ‘amor al yo’, el mismo de Sri Sri, el mismo del ‘yo, argentino’, del ‘no te metás’, del ‘por algo será’, del ‘en algo andaría’. Multitudinarios ‘yoes’ que pareciera que nunca pueden mirar un ‘nosotros’. Hace ya 200 años que estamos habituados a convivir (?) unos y otros, puerto y pueblos, civilización y barbarie, blancos y negros... De Proyectos se trata. Pero mientras unos insinúan siempre el deseo del voto calificado, otros proponen ampliación de derechos aunque los calificados (o clarinificados) no tomen nota. Total, se han copiado siempre.” Puede agregarse que cuando hay muchas consignas termina no habiendo ninguna, como no sea una expresión de malhumor. De odio de clase. Finalmente, de impotencia.

Esta columna termina en primera persona, como es de estilo y pertinente aclarar cuando un periodista –más aún en rol opinativo– se dispone a violar una regla básica de la profesión. Me importa una infinita cantidad de carajos tener el más mínimo grado de consenso con esta gente. Casi desde que el mundo es mundo, el mundo se divide en clases. Y en las más postergadas, por obra de las dominantes de la pirámide y sobre todo en las medias, que son el jamón del sandwich, hay franjas asemejadas que hasta salen a la calle para defender intereses que no les son propios sino de quienes las sojuzgan. Se puede creer que vale convencer a los privilegiados y a sus loritos por vía del “diálogo”, siempre desparejo gracias a los medios de comunicación que pertenecen a la clase de punta. O practicar el “centralismo democrático” de dar la batalla a través de los hechos, tal y como toda la vida hicieron ellos. No quiero saber absolutamente nada de pacificar relaciones con esta gente. No quiero ni diálogo ni consenso con quienes vociferan “yegua, puta y montonera”. No quiero sentarme a soportar, ni por un solo segundo, a los que quieren para Cristina el final de De la Rúa. Me repugna que salgan a manifestar muchos de los que hace poco más de diez años canturreaban que entre piquetes y cacerola la lucha era una sola, porque les habían pasado la cuenta de la fiesta de la rata. No quiero saber nada con esa gente que a la primera de cambio apoyaría el golpe militar del que ya no disponen. Quiero tener con ellos una profunda división. Y concentrarme en de cuál manera se garantizaría mejor que se hundan en el fondo de su historia antropológico-nacional, consistente en que el negro de al lado no porte ni siquiera el derecho de mejorar un poquito.

Quiero a esa gente cada vez más lejos. Y cuanto más los veo, más seguro estoy.



15 sept 2012

HOMENAJE MERECIDO





"Lo importante en la vida es poder dar al otro lo mejor de uno, nuestro tiempo.........."


Román Lezama S.J.

(quien compartiera la prisión junto a Octavio en Uruguay)


Despacho Diputado Rafael A. Gentili

Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires

Perú 160 - 3º piso - Of. 313

Tel./fax 4338-3331/2









13 sept 2012

APOYO A ROGER RODRIGUEZ

La “defensiva” militar



La “ofensiva psicopolítica” de 2011 fracasó. Los militares retirados planifican ahora una “acción defensiva” para lograr algún arresto domiciliario y evitar nuevos procesamientos. Sus abogados preparan su alegato contra la ley que impidió las prescripciones, pero la norma no es utilizada por los jueces en sus fallos. Nuevas sentencias se aguardan, mientras desde el gobierno se analiza si no corresponde someter a los condenados a tribunales de honor.



ROGER RODRÍGUEZ



rogerrodriguez@adinet.com.uy



Treinta y nueve años después de aquel 9 de febrero en que el presidente Juan María Bordaberry admitió la creación del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), los militares que protagonizaron el golpe de Estado de 1973 y gobernaron durante más de una década de dictadura en Uruguay se disponen a lanzar una operación “defensiva” con el propósito de evitar nuevos encarcelamientos y, de ser posible, lograr la liberación o el arresto domiciliario de algunos de sus camaradas presos por violar los derechos humanos.



Hace un año, estos militares –en su mayoría coroneles retirados– lanzaron una “ofensiva psicopolítica” por la que pretendieron colocar sus argumentos en la prensa para incidir ante la opinión pública, presionar al gobierno, el Parlamento y la Justicia, y lograr la liberación de los oficiales procesados con prisión, cuando era evidente que una nueva tanda de encarcelamientos surgiría de las causas que se estaban indagando en el ámbito judicial, en particular en el expediente que había llevado a la condena del dictador Bordaberry.



La “ofensiva” de 2011 se debilitó cuando trascendió que el grupo tenía conexiones con organizaciones nazis locales e internacionales y en la medida en que las nuevas generaciones de oficiales no se plegaron al reclamo de ‘los viejos’, cuya incidencia quedó reducida a la última generación de egresados de la Escuela de las Américas (SOA) en 1975, quienes en su mayoría ya comenzaron a pasar a retiro o alcanzaron el generalato, un grado que les otorga poder pero les exige responsabilidad en sus decisiones.



Aquel plan de acción del autodenominado Foro de Libertad y Concordia (que se organizó desde tandas de egresados en “secciones” que incluían un área de “inteligencia” y otra de “operaciones”), no logró impedir –como pretendía– que la Justicia enviara a prisión al coronel (r) Tranquilino Machado por el homicidio del estudiante Ramón Peré en 1973. Machado obtuvo la solidaridad de mandos en actividad, pero terminó tras las rejas junto a un general en actividad, Miguel Ángel Dalmao, ya preso por el homicidio de Nibia Sabalsagaray en 1974.





COORDINACIÓN DEFENSIVA



El grupo de oficiales retirados que dirige la planificación de esta acción defensiva (o autodefensiva, ya que la mayoría de ellos son ‘indagables’ por su participación en la represión de la dictadura) ha propiciado el trabajo conjunto y la coordinación de los estudios de abogados que defienden a los militares presos. No siempre lo han logrado, porque existen rencillas entre algunos de los ex militares procesados y condenados en la cárcel de Domingo Arena, con quienes tampoco quieren aliarse los presos en la Guardia de Granaderos.



Con la asesoría de grupos de abogados argentinos (que se dedican a defender a los militares presos en ese país), se planifica interponer recursos de todo tipo contra todo nuevo fallo judicial. Esperan alguna alusión a la ley aprobada a fines de octubre en el Parlamento por la que se decidió que no rige la prescripción en los delitos cometidos por la dictadura, según establecen las normas y convenios internacionales suscritos por Uruguay y de acuerdo al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Gelman.



Mientras los abogados de los militares presos analizan fórmulas para generar nuevas ‘chicanas’ jurídicas y profundizan con el asesoramiento del ex vicepresidente Gonzalo Aguirre Ramírez su alegato de inconstitucionalidad contra la ley que eliminó las prescripciones, el ex capitán de navío Juan Carlos Larcebeau, auspiciado por el abogado Pablo Galán (quien en Alemania estudió el tema Justicia de Transición), se propone plantear su caso ante la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos.



La estrategia de los abogados no descarta internacionalizar otros casos propiciando la victimización de los violadores de los derechos humanos y recurrir a medios de prensa internacionales cuyos titulares “golpeen” al gobierno del presidente José Mujica, cuando el oficialista partido Frente Amplio se aboca a disputar hasta el mes de mayo una tensa interna en la que definirá líneas políticas, autoridades, alianzas y correlación de fuerzas, que determinarán las futuras candidaturas de la coalición de izquierda.





PRESCRIPCIÓN SIN LA LEY



Los abogados de los militares creyeron lograr su propósito en tres causas que indaga la jueza penal de 7º turno, Mariana Mota. Pero en los tres casos la magistrada no hizo en sus pronunciamientos alusión alguna a la nueva ley aprobada por el Parlamento y alegó otros motivos para establecer que no habían prescripto los fusilamientos de Soca en 1974, el homicidio de Aldo Perrini el mismo año y la desaparición de Horacio Gelós Bonilla en 1976. Mota basó su decisión en convenios internacionales y en la sentencia por el caso Gelman.



El recurso contra la causa por el fusilamiento de los uruguayos Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, Ángeles Corbo y Graciela Stefanell había sido presentado por el ex coronel Jorge Pajarito Silveira en noviembre pasado. La decisión de Mota explica que Silveira no puede alegar la prescripción en la medida en que está condenado por otros crímenes que determinan la interrupción de los plazos según el Código Penal. Mota derivó a tribunales de apelaciones los casos recusados por los defensores.



Otro tanto promete ocurrir con un esperado pronunciamiento del juez penal de primer turno, Juan Carlos Fernández Lecchini, quien se referiría al tema prescripciones antes de fin de mes, cuando seguramente alegue la continuación de las actuaciones en la causa por el maestro y periodista Julio Castro, desaparecido en 1978, cuyos restos fueron finalmente encontrados el año pasado en un campo de entrenamiento militar frente al Batallón de Paracaidistas Nº 14 de Toledo.



En tanto continúan instruyéndose los casos de los 19 muertos por tortura (varios procesamientos podrían surgir de las actuaciones realizadas) y las denuncias de torturas en distintas unidades militares, en el propio gobierno se analiza si algunos de los militares ya condenados son pasibles de enfrentar tribunales de honor que podrían modificar en forma significativa su condición castrense y los beneficios que siguen recibiendo por haber sido represores durante la dictadura.





5 sept 2012

MOON Y UNoticias han muerto, queda "EL CHARLETA"


Walter Pernas (Brecha)




La máscara de Jorge "Charleta" Guldenzoph tras la secta Moon

Presidente de la Conferencia del Liderazgo Nacional (Uruguay)
Presidente Fundador del Movimiento Compromiso Ciudadano (Uruguay)
Vicepresidente, Editorialista y Columnista de opinión del diario Ultimas Noticias. Ha escrito más de 1.000 artículos y dos libros, cinco ensayos y tres manuales de educación.
Trabajo 10 años en la agencia de noticias UPI como editor de noticias de política y finanzas
internacionales en español y como corresponsal para Uruguay y Paraguay.
Conferencista nacional e internacional sobre temas de religión, espiritualidad, valores,
educación y política internacional. Ha brindado disertaciones en más de 1.500 seminarios en
unas 40 ciudades del Uruguay y en Argentina, Chile, Paraguay, Perú, Brasil y EE.UU.
Ha representado a varias Fundaciones Internacionales en el Uruguay y es desde hace años
consultor sobre Asuntos Latinoamericanos para grupos y personalidades extranjeras.

Luna menguante

Algunas de las explicaciones para que el diario de la secta coreana haya dejado de existir hay que encontrarlas en el declive del hotel Radisson Victoria Plaza, que se encuentra en plena reestructura, y mensualmente inyectaba 50 mil dólares en la publicación. Las negociaciones se encaminan hacia al final con la desocupación de la redacción, previo acuerdo entre las partes.

El ex torturador, y hoy hombre de letras, Jorge Guldenzoph aparece vinculado a la desaparición de dirigentes del PST y eventualmente al tercer vuelo de la muerte.

El testimonio de un ex integrante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), sobreviviente de las torturas en Inteligencia y Enlace, vincula al ex agente de ese organismo policial y actual editorialista del diario ULTIMAS NOTICIAS Jorge “Charleta” Guldenzoph con la desaparición del dirigente Ary Severo Barreto, presuntamente trasladado desde Argentina a Uruguay junto a su familia en un tercer vuelo de la muerte.

Las declaraciones del ex integrante del PST, de iniciales W F, ante el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) en el año 1985 y en 2001, describen una sesión de torturas en el edificio de Maldonado y Paraguay (Inteligencia) en mayo de 1978, donde fue bestialmente maltratado por Guldenzoph y otros integrantes de los cuadros represivos de la época dictatorial. W F había vuelto a Uruguay el 23 de abril de 1978 para realizar un contacto con otro dirigente. Su viaje respondía a una solicitud de la dirección del PST, la que integraba Ary Severo, alias “Tatú”.

A W F lo detienen en Canelones. “A los cinco días lo traen a Montevideo y lo llevan a Jefatura donde los recibe Víctor Castiglioni. Ahí lo torturan de nuevo y lo derivan a la Dirección de Información (a cargo del) comisario Pablo Fontana Zunino. Ahí comienzan de nuevo los maltratos, los interrogatorios se hacen duros, tratan de sacar información en torno al contacto que él venía a ver acá. Lo negó diciendo que volvía porque extrañaba a su familia y comienza a empeorar el trato en torno a su vínculo con Ary Severo Barreto”, señalan las actas del Serpaj a las que accedió BRECHA.

Recuerda W F que sobre Ary Severo “comienza a interrogarme Fontana Zunino. Después sobre los Severo me interroga un subcomisario de alias el ‘Turco’, un hombre de aproximadamente 40 años, de estatura media, canoso, ojos verde claro”. Esta última descripción coincide con los datos físicos y la edad de Ricardo Arab, apodado el “Turco”, pero éste era oficial del Ejército. Las actas del Serpaj señalan que W F “tiene la certeza” de que alguien de Inteligencia y Enlace “participa de la detención de Ary Severo Barreto y de todos sus familiares”, porque van a la casa donde había vivido este último en Buenos Aires y detienen a Mario Mosteiro, un pintor uruguayo.

Las actas registradas por el Serpaj durante una conversación mantenida con W F en 2001, y entregadas a la Comisión para la Paz, señalan: “La persona que participa en la detención de Ary Severo Barreto y de Mario Mosteiro (...) es Jorge, funcionario del SOF, el ‘Charleta’. Es el que lo torturaba y el que sabe lo que pasó con Barreto”.

Severo Barreto fue detenido el 24 de abril de 1978 junto a su esposa Beatriz Anglet, su hermano Carlos, su hermana Marta y su cuñado Jorge Martínez Horminoguez. Todos fueron vistos con vida en el Pozo de Quilmes por varios testigos que sobrevivieron a la tortura y brindaron sus testimonios ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.

Los últimos datos que se obtuvieron de esas personas señalan que fueron trasladadas con destino incierto después del 18 de mayo de 1978. Ary Severo y sus familiares fueron detenidos durante la arremetida contra los Grupos de Acción Unificadora (GAU) y organizaciones afines como el PST a partir de diciembre de 1977, cuando se hicieron ostensibles las acciones coordinadas entre la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) argentina y Fusileros Navales (Fusna) de Uruguay. En esa coordinación le cupo un papel importante al entonces jefe del S 2 del Fusna, capitán de navío Jorge Tróccoli.

No obstante, la coordinación represiva uruguayo-argentina tenía otras ramificaciones en las que destacaba el Servicio de Información de Defensa (SID), del que participaba personal del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y de la Policía. El testimonio de W F abre la posibilidad de que alguna autoridad pueda indagar al ex torturador Guldenzoph acerca de qué sabe sobre la desaparición de los Severo y sus familiares en una trama que involucra a personajes de varias áreas vinculadas a las operaciones represivas de los años oscuros.

El Charleta fue miembro del Partido Comunista y luego se convirtió en colaborador y torturador de la dictadura cívico-militar, como lo denunciaron, entre otros, el ex senador fallecido Germán Araújo y el ex director de Cultura de la Intendencia de Montevideo Gonzalo Carámbula (víctima directa en 1976 de las torturas de Guldenzoph). A la salida de la dictadura pasó a trabajar activamente para la secta Moon. Fue secretario general de la Federación para Salvar la Nueva Nación y del Movimiento Pro Verdaderas Familias, dos organismos de corte religioso dentro de la secta. También presidió CAUSA, un movimiento político de corte antimarxista, considerado el ala política de la organización del reverendo Moon.

Hoy es editorialista, columnista y vicepresidente del directorio del diario ULTIMAS NOTICIAS, propiedad de Moon. Oficialmente fue un colaborador activo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia hasta 1982, aunque años más tarde el gobierno de Julio María Sanguinetti reconoció que estuvo activo hasta fines de 1996. No obstante, fuentes policiales consultadas por BRECHA indicaron que es probable que permanezca vinculado a la “comunidad de inteligencia”.

Testimonio de Wilson Noel Falero Díaz (fs. 784 a 788):

"Yo estuve detenido en el Noveno de Caballería en 1972 tenía 16 años, me detuvo, mi interrogó, Gavazzo, que una oportunidad me puso una 45 en la sien, yo estaba encapuchado y sonó un tiro en mi oreja." "Fue en la Colonia Berro que conocía a Ary Severo Barreto y a Jorge Martínez -ambos desparecidos- tenían 16 años y eran de los menores que estaban por política, eran del MLN. Después que me dan la libertad continuó la relación amistosa con Ary Severo Barreto, incluso le dí clases a su hermano Carlos Severo, desaparecido en Argentina a los 16 años. Vuelvo a re-encontrarme con Ary Severo Barreto en Buenos Aires en el año 1976."

En 1978 habiendo regresado a Uruguay, fui detenido, "el comisario Fontana Zunino me preguntaba por Ary Severo Barreto y que hacíamos en Buenos Aires- Mucho después supe que a Ary lo habían detenido 5 días antes en Buenos Aires.-

En los interrogatorios y las torturas participaba un SubComisario del Departamento IV alias El Turco y un muchacho joven muy elegante y correcto." "Me describían perfectamente la casa de Ary Severo Barreto" en Buenos Aires.-

"Años después descubrí que el joven elegante que me torturó era Jorge Guldenzoph, alias el Charleta".-

"En determinado momento me llevan al baño y el SubComisario El Turco, estaba orinando con Jorge Guldenzoph y oí que decían -el Negro Tatú si que aguantaba y no largaba nada- a lo que El Charleta le dice -callate que está el detenido detrás de nosotros.- A Ary todos le decíamos El Negro Tatú hasta su familia." "En los días siguientes en otro interrogatorio, estas dos personas me decían que El Tatú era mucho más fuerte que yo." "...Alguna que otra noche me sacaban para otra pieza para interrogarme un oficial de Inteligencia y Enlace, no se el nombre..., vestía camisa, pantalón y campera del Ejército, sin charreteras ni galones, le decían El Pibe o El Gurí, el que también me interrogó sobre Buenos Aires y conocía al detalle la casa de Ary en Buenos Aires y mi casa en La Boca, este desaparecía por 5 o 6 días y cuando volvía fumaba cigarrillos argentinos." "En dos oportunidades me sacó encapuchado en una camioneta a un descampado y en ambos casos me hizo simulacro de fusilamiento, quería que le dijera cosas vinculadas al PST y me preguntaba por el PVP que yo no tenía idea de lo que era. También me preguntaban por Jorge Martínez, pero sobre quien insistían era sobre Ary Severo Barreto y su mujer Beatriz Anglet también desaparecida."

Testimonio de Jorge Guldenzoph (fs. 3874 a 3879): Negó haber conocido a Ary Severo Barreto, alias "El Tatú".- "De las fotos de gente que esta desaparecida, no conozco a ninguno, con ninguno de ellos tuve contacto en su condición de detenido.- "No conocí nunca a Ary Severo, ni se de eso de la casa." "Yo fui a La Tablada enviado por Castiglioni, 1 o 2 veces para leer un conjunto de actas de ellos, los que operaban en La Tablada, no querían dar copias..." "Recuerdo que traté con el Coronel Rama y con el Capitán Jorge Silveira, que era quien a veces iba a la Dirección en representación del OCOA." "Yo iba muy puntualmente a La Tablada, solo cuando Castiglioni me mandaba, el tenía gran desconfianza de todos los militares, porque él estaba trabajando para la vuelta de Pacheco y en los militares se había producido el incidente de la publicaciones que se remitieron con el título de El Talero, donde se enviaron cartas a muchas personas y Castiglioni me dijo que Alvarez, que había asumido como Comandante en Jefe, estaba preparando su camino para la Presidencia de la República."



El informe de la Comisión para la Paz refiere que Jorge Martinez Horminoguez, Marta Beatriz Severo Barreto y Carlos Baldomiro Severo Barreto fueron posiblemente trasladados después del día 18 mayo de 1978, con destino final desconocido.-

El “Charleta” fue un militante del Partido Comunista (PCU). Detenido por el Departamento Nº 5 (Inteligencia y Enlace) delató y entregó a muchísimos de sus compañeros. Salía a la calle con personal del Departamento de Investigaciones, señalando militantes, casas y contactos. Participó en los interrogatorios, en la aplicación de torturas y violación de sus propias compañeras.

Nunca fue procesado en reconocimiento a su eficaz trabajo por lo contrario- pasó a trabajar bajo las órdenes directas del Director hasta que ingresa formalmente a la DII en los años 1980/81. Hoy en día ocupa un puesto clave en esa división, aunque figura como un empleado de Investigaciones.

Guldenzoph: ex-síndico del Banco de Crédito, cagatintas en “Ultimas Noticias”, violador y torturador... es considerado uno de los mejores cuadros de la DII y presta servicios especiales a los gringos. Es autor junto con el tristemente célebre Castiglioni- del libro: “U.J.C.: escuela de comunismo”, editado por la propia DII-Ministerio del Interior y usado como manual de aprendizaje para los cursos de especialización en “Inteligencia”.

El “Charleta” presta sus servicios desde su Sección Información que es como el cerebro de la DII, funciona bajo las órdenes directas del Director General y es el centro de los grandes “teóricos” super-evaluadores de la Inteligencia. Al frente de estos equipos está Carlos Ramírez (alias “el facho”): Agente del Departamento 2 en la época de Bonaudi, trabajó en “asuntos gremiales” bajo las órdenes del “caballo” Tellechea. Su mano derecha es el “Charleta” (alias “Pancho” en ese círculo)... Pero el “Charleta” además- es miembro de importancia en la Secta Moon, siendo vocero de la misma para América del Sur. Tiene oficina montada en el Victoria Plaza y brinda conferencias internacionales y de alto nivel en la DII.

Guldenzoph tiene hoy una edad que media en los 50 años. Los servicios de información italianos han manifestado su interés en contar con su colaboración: opinan que es un profundo conocedor acerca de cómo combatir al comunismo y las organizaciones de conspiradores.

Durante la dictadura Castiglioni asumió con energía las tareas de represión e inflitración de organizaciones clandestinas. Entre sus logros más resonantes, se recuerda el reclutamiento del ex integrante del Partido Comunista Jorge Guldenzoph, hoy un activo miembro de la secta del reverendo Moon.

http://www.lr21.com.uy/politica/31104-nino-gavazzo-participo-en-la-misa-por-el-inspector-victor-castiglioni

29 ago 2012

INTERCAMBIO DE INFORMACION TRIBUTARIA

Intercambio de información tributaria con Argentina


Alberto Couriel

El 23 de agosto el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, y el ministro interino de Relaciones Exteriores, Roberto Conde, realizaron una muy sólida presentación en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado sobre la cooperación tributaria en el campo internacional y el acuerdo recientemente firmado con Argentina.



A partir de la crisis financiera de EEUU en 2008 se cambian algunas reglas del funcionamiento financiero internacional. Se intentan regulaciones financieras y se combate a los paraísos fiscales. Estos son centros financieros internacionales utilizados por los grandes países desarrollados para evadir impuestos. Uruguay quedó involucrado en esta problemática por su historia, pero dejó de ser paraíso fiscal a partir de la reforma tributaria del 2007, que cobra impuesto a la renta a los intereses de las colocaciones financieras.



Fue ubicado por organismos del G20 y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en la lista gris, considerado como “jurisdicciones que se comprometieron a asumir los estándares internacionales en materia tributaria pero que aún no los han implementado sustantivamente”. Para salir de ella nos exigieron la firma de diez tratados de intercambio de información. Uruguay cumplió rápidamente con dicha exigencia y quedó en la lista blanca. Además se eliminaron las Safi y se flexibilizó el secreto bancario. Luego el país se integra al Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información, que busca adecuar normas y su aplicación sobre información tributaria entre los países que lo componen.



En la actualidad Uruguay aún no ha pasado la fase uno de Revisión entre Pares por objeciones derivadas de la falta de tratados con países relevantes y el problema de la existencia de acciones al portador o identificación de titulares de participaciones patrimoniales. Ese último tema ya fue zanjado con nuevas normas, por lo que seguramente Uruguay podrá pasar a la fase dos. Tratados con países relevantes, son aquellos que se firman con países que solicitaron acuerdos con Uruguay que no se han concretado. Los países que lo solicitaron fueron Argentina y Brasil, que entre ellos desde hace muchos años, tienen un tratado de intercambio de información tributaria.



Uruguay y Argentina firmaron en abril el Tratado de intercambio de información tributaria y métodos para evitar la doble imposición, que el Parlamento argentino acaba de aprobar. Aprobarlo por el Parlamento de Uruguay es una exigencia del mundo internacional, de la OCDE, del G20 y del Foro de Transparencia. Entendemos que en esta materia es mejor la transparencia que la opacidad, por lo que nos parece comprensible la actitud del mundo desarrollado, pese a su hipocresía. Porque dichos países crearon los paraísos fiscales y siguen defendiendo a las grandes instituciones financieras que tuvieron y tienen una muy elevada responsabilidad en la crisis actual de Europa y EEUU. Si el Parlamento uruguayo no aprobara el tratado con Argentina, nos exponemos a ser declarados país no cooperante y recibir diversos tipos de sanciones.



Entre ellas destacan que la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial no atienda nuestras solicitudes de préstamos, tener obstáculos comerciales con otros países, tratamientos discriminatorios y dificultades financieras. Además de tener el pleno convencimiento de la transparencia, el Parlamento de Uruguay debe aprobar este Tratado con Argentina para ser declarado cooperante y mantener la excelente imagen internacional que ha permitido una alta inversión extranjera directa en los últimos años y, más recientemente, el logro del grado inversor.



Sobre el Tratado en sí mismo, Uruguay obtuvo que se explicitara evitar la doble tributación, que la información que se brindará no puede tener carácter retroactivo a la aprobación por ambos parlamentos, que la información solicitada debe ser “previsiblemente relevante” debiendo referirse a casos concretos debidamente fundados, que la información debe ser confidencial, que no puede haber “expediciones de pesca” o solicitar información con fines especulativos, ni que autoridades argentinas puedan penetrar a territorio uruguayo en búsqueda de información y viceversa.



La información bancaria requerida deberá ser autorizada por juez competente. Surgen del Tratado una serie de requisitos que permiten no acceder a la información solicitada. En esencia consideramos muy positivo para Uruguay la aprobación de este Tratado, porque no tiene nada de negativo para el país, porque es imprescindible para seguir siendo considerado como país cooperante, para garantizar la continuidad de nuestra excelente imagen internacional, y especialmente porque no estamos de acuerdo con la opacidad de las plazas financieras que en última instancia tuvieron costos muy altos, como las crisis financieras de 1982 y posteriores en dicha década y la del 2002.



Hay sectores de la oposición que no están a favor de la aprobación de este Tratado con Argentina. Algunos objetan la oportunidad, el momento de dificultades en las relaciones con Argentina. Desearían congelarlo por un período de tiempo para obtener algún otro beneficio para Uruguay. En la realidad, el Tratado es fruto de las exigencias del Foro de Transparencia y, de no aprobarlo en un plazo razonable, quedaríamos como país no cooperante con las potenciales sanciones que ya analizamos. Para algunos sectores de la oposición no aprobarlo significa mantener una línea dura de oposición al gobierno frentista.



Otros sectores tienen fundamentos ideológicos contra el Tratado, porque defienden la plaza financiera, la opacidad, la protección de capitales negros provenientes de los países vecinos que hicieron inversiones en Uruguay evadiendo el pago de impuestos en sus países de origen. Son los que tampoco estuvieron de acuerdo con la flexibilización del secreto bancario ni con la eliminación de las sociedades anónimas financieras (SAFI).



Nosotros entendemos como central mantener la excelente imagen internacional de Uruguay, pero, sobre todo, en un proceso de integración regional no puede haber opacidad financiera, no podemos ni debemos defender la evasión fiscal en sus países de origen, ni contribuir a la fuga de capitales en los países vecinos. Defendemos las inversiones extranjeras de los países vecinos y socios en la integración que sean legales, normales, dentro de las reglas y normas establecidas.



Por último surgen posiciones casi de fundamentalismo religioso contra Argentina, como si en el país se hubiese instalado un sentimiento anti-argentino, que a veces lo encontramos en algún influyente diario local. En la actualidad con el gobierno de Argentina hay trabas, hay dificultades, hay incumplimientos, que solo los podemos resolver sobre la base del diálogo, las negociaciones y los acuerdos. A veces esto requiere mucha paciencia, porque surgen muchas complejidades. Pero para nosotros Argentina es un socio relevante, con diferencias y con muchos elementos comunes que surgen de nuestra historia, nuestra cultura y nuestros valores.



Las relaciones con Argentina nos favorecen en el turismo, en las inversiones productivas e inmobiliarias, por las relaciones comerciales y financieras, por nuestras exportaciones manufactureras a la Argentina con contenido tecnológico y por las enormes potencialidades de complementariedad productiva y de realizar acciones conjuntas, como en el campo de la investigación científica y tecnológica, que nos facilite una mejor inserción económica internacional colocando rubros con mayor valor agregado y mayor contenido tecnológico.



22 ago 2012

EEUU y Uruguay amplían los acuerdos en Defensa

EEUU y Uruguay amplían los acuerdos en Defensa


Los ministerios de Defensa de Uruguay y Estados Unidos concluyeron ayer en Montevideo el segundo Diálogo Estratégico entre ambos gobiernos, donde las partes acordaron actualizar los acuerdos de cooperación de Defensa, que datan del año 1953.



Según reconoció ayer el subsecretario de Defensa de nuestro país, Jorge Menéndez, el acuerdo actual está desfasado porque fue creado en época de la Guerra Fría.



Por su parte, el titular de la cartera Fernández Huidobro reiteró la voluntad del gobierno uruguayo de establecer un mecanismo permanente de diálogo en el área de la Defensa a partir de la identificación de objetivos comunes. Por su parte, el subsecretario de Defensa estadounidense para América Latina, Frank Mora, expresó su agradecimiento con Uruguay por el compromiso con la seguridad regional, y destacó que nuestro país será sede de la X Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CDMA) que se celebrará en Punta del Este en el mes de octubre.



En esa ocasión se abordarán tres ejes temáticos: Desastres Naturales, Misiones de Paz, Seguridad y Defensa.



Nuestro país manifestó los esfuerzos hechos para la transformación de la Defensa y la cooperación regional. Finalmente, tanto Uruguay como Estados Unidos señalaron la importancia de la participación en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas, siendo Estados Unidos el mayor contribuyente financiero, mientras que Uruguay el mayor contribuyente de tropas per cápita.



El tercer Diálogo Estratégico entre ambos países se celebrará en Washington en 2013 o 2014.



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MI COMENTARIO


Brig.Gral.(R) Walter Martínez





Qué “diálogo estratégico de cooperación de Defensa” puede concebirse con el imperio?


Parece que en el Ministerio de Defensa se olvidaron del tristemente célebre instructor en torturas Dan Mitrioni, de la Doctrina de Seguridad Nacional, que instrumentada por medio del Plan Cóndor asoló sin piedad a los pueblos del sur de Nuestra América. Se olvidaron que la “defensa estratégica” imperialista estuvo presente en todos los golpes de estado del subcontinente y que las escuelas del Pentágono formaron a la mayor parte de los más tenebrosos dictadores que impusieron y a los principales jefes de los ejércitos de ocupación de sus propios pueblos.



Se olvidan también que en “defensa” de sus intereses imperiales, el imperio estuvo implicado en los intentos del golpes de estado de este nuevo siglo en Venezuela, Bolivia y Ecuador y en el que se concretó en Honduras por militares entrenados en la base estadounidense de Soto Cano instalada en ese país y últimamente el ejecutado en Paraguay.



En su artículo en La Jornada de México (25-06-12) “Lugo, EU y la telaraña imperial”, Carlos Fazio escribía:





“Monitoreado y alentado desde hace tres años por la embajada de Estados Unidos en Asunción, el golpe de Estado contra Fernando Lugo en Paraguay, tras un tragicómico simulacro de juicio político sumarísimo, revela que la oligarquía y el imperialismo jamás cesan de conspirar y actuar. La réplica paraguaya del modelo hondureño de sustitución de presidentes legítimos responde a los intereses geopolíticos de la Casa Blanca y el capital trasnacional. Las manos del Comando Sur del Pentágono y del Departamento de Estado, en particular las más visibles de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid, por sus siglas en inglés), aparecen por todos lados y exhiben una estructura subversiva regional, que más allá del debate ideológico y de ideas, transita por un esquema de enfrentamiento propio de la guerra sucia, las operaciones sicológicas encubiertas y el terrorismo mediático, destinado a debilitar a las naciones de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), en particular Cuba, Venezuela y Bolivia, y del Mercado Común del Sur (Mercosur), cuyos principales objetivos a desestabilizar, después de embucharse al eslabón más débil, Paraguay, son Brasil y Argentina”.







Mientras se realizaba el juicio político “express” contra el presidente democráticamente elegido, los diputados paraguayos se reunían con militares de Estados Unidos, para negociar la inmediata reactivación de una gran pista de aterrizaje en Mariscal Estigarribia, sobre el Chaco paraguayo, lista para recibir aviones de transporte Galaxy y bombarderos B-52, la cual al parecer estaba inactiva durante el gobierno de Lugo. La pista se ubica sobre el acuífero Guaraní -tercera reserva de agua potable del mundo-, a corta distancia de los campos gasíferos de Bolivia, contra cuyo gobierno también apunta. Junto a las bases ya establecidas en Chile, Perú, Panamá, Colombia y Antillas Holandesas conforma un dispositivo de cerco militar de la Amazonía, con su gran riqueza en biodiversidad, y de Brasil en su conjunto, a la vez que facilita el rápido traslado de un gran cuerpo expedicionario para actuar en América del Sur.







Con respecto al “distinguido” visitante a nuestro país, en agosto de 2010 el Partido Comunista Paraguayo difundía un comunicado que denunciaba la presencia de este personaje en ese país:







“Ahora viene al Paraguay este pandillero Frank Mora para respaldar la confabulación de los golpistas que maniobraron la destitución del General de Ejército Luis Bareiro Spaini con el objeto de ahogar el proceso de cambios democráticos, patrióticos y populares, triunfante en las elecciones del 20 de abril de 2008, y por el cual lucha nuestro pueblo para que se concrete.



Contra esta criminal y grosera intervención extranjera se ha levantado la política patriótica del general Luis Bareiro Spaini y por eso fue destituido con groseros e infantiles pretextos. Llamamos a pronunciarnos por la soberanía y contra la dependencia a todos los que habitan el territorio patrio y al mismo tiempo a las organizaciones y personalidades latinoamericanas que ya han sumado su voz de solidaridad a favor del proceso de cambio”..













Poco antes de su primera visita a nuestro país en 2011, el “ilustre” invitado Frank Mora, Sub Secretario del Departamento de Defensa para Asuntos Hemisféricos, se opuso y criticó vehementemente a la posición soberana del gobierno argentino cuando éste decomisó el cargamento clandestino con armas y equipos de espionaje trasportado por el avión C-17 en el aeropuerto de Ezeiza.



Las estrechas relaciones del Ministerio de Defensa de Uruguay con el Pentágono comenzaron con la instalación de una policlínica, en 2007, en el marco del contrainsurgente Project Hope; en 2010 la instalación de un Centro Comunitario. En febrero de 2011 ya se trataba de ejercicios militares conjuntos del Escuadrón Aéreo N 5 Helicópteros de la Fuerza Aérea Uruguaya con el Escuadrón 902 de Rescate de la Fuerza Aérea de EU a orillas del Río Negro en el Departamento de Durazno. En mayo del presente año, fuerzas especiales de Mar, Aire y Tierra (Seal por su acrónimo en inglés) de la IV Flota de la Marina de Estados Unidos (Comando Sur) llegaron a nuestro país con el propósito de entrenar a efectivos del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna) de la Armada Nacional en Contra Interferencia Ilícita de Buques (CIIB). En otra de las contradicciones del gobierno, éste otorga una autorización para el ingreso de los militares yanquis con su armamento que fue enviada como proyecto de ley por el Poder Ejecutivo y aprobada por el Parlamento a principios de mayo, con los votos de todos los legisladores del Frente Amplio (FA).







Decía una declaración del Comité de Base del FA en México “ Gral. Víctor Licandro: “La participación uruguaya en operaciones militares conjuntas (como las Unitas), la confraternización de oficiales uruguayos con sus contrapartes estadounidenses en instancias “panamericanas” de adoctrinamiento, así como estos nuevos convenios arriba mencionados, no pueden ser justificados por razón de formación bélica alguna, máxime para un país que se presume soberano y que sólo puede apostar a la paz para su propia existencia. ¿Acaso Uruguay pretende convertirse en una base de operación para los “intereses vitales” de Estados Unidos en la región del Mercosur o de la Unasur, en complicidad con sus planes imperiales de control territorial para el saqueo de recursos naturales y sus planes de hostigamiento y conspiración contra los empeños de los pueblos de la región por conquistar su soberanía e independencia?”







Sin duda estas estrechas relaciones con el Pentágono, representado por Frank Mora, han contravenido los principios básicos antiimperialistas de los estatutos del Frente Amplio y del programa de gobierno aprobado en el V Congreso Extraordinario del FA “Compañero Zelmar Michelini”, realizado en diciembre de 2008, que mandata no participar “en actividades convocadas por el Comando Sur u otras agencias y organismos de EEUU.”



En términos de la aludida “estrategia de cooperación de Defensa” nos preguntamos:



¿Contra quien nos van a ayudar a defender a nuestro país las fuerzas armadas estadounidenses?



Sería bueno que el Ministerio de Defensa Nacional diera una pública respuesta.



ATENTAMENTE



Brig.Gral.(R) Walter Martínez



20 ago 2012

DGI encuentra “inconsistencias flagrantes” en aportes del agro

DGI encuentra “inconsistencias flagrantes” en aportes del agro


El director general de Impositiva, Pablo Ferreri, anunció en las últimas horas que se han comenzado a encontrar “inconsistencias flagrantes” en las primeras inspecciones al sector agropecuario. Ferreri había sido acusado por el presidente de la Federación Rural, Miguel Sanguinetti, de practicar “terrorismo de Estado” contra el sector.   Hay casos donde con el nivel de actividad que tiene hoy el sector agropecuario, presentan pérdidas fiscales en los últimos años (…) la DGI debe plantearse como es posible que ocurran esas pérdidas en los dos o tres últimos años” señaló Ferreri, recordando que el agro vive el momento de mayores ganancias “de toda su historia”.

Los primeros reportes irregulares se han detectado en empresas agropecuarias que declararon sus ventas, sus gastos e informaron de un nivel de gasto para su liquidación de impuestos. “Por otro lado hay información de los proveedores que les venden cosas; entonces de repente ves que tienen compras muy superiores a las que deberían tener para el nivel de actividad que declararon” dijo el director de Impositiva al diario La República.

Otros factores reveladores

La Impositiva ha estado cruzando también otros bancos de datos que revelan distintas irregularidades que, cuando menos, entienden que ameritan una inspección.

Los clientes de algunas empresas agropecuarias, presentan en sus declaraciones ventas que no han sido declaradas por la contraparte.

Las extensiones de los inmuebles rurales y sus índices de productividad, han sido comparados con los datos que informaron a Impositiva: suele suceder que la tierra aparezca para el fisco mucho más improductiva, de lo que en realidad es y produce.

Los niveles de actividad son comparados con las facturas de energía eléctrica, donde “hay casos que consumen una cifra muy superior a la que debían consumir, considerando que la empresa tiene un nivel de actividad bajo, por ejemplo”, añadió el responsable de la Impositiva.



7 ago 2012

CENTRARSE EN EL CRECIMIENTO Y EL EMPLEO


Centrarse en el crecimiento y el empleo



PAUL KRUGMAN
DESDE NUEVA YORK



Durante años, personas supuestamente serias han lanzado advertencias alarmantes sobre las repercusiones de los elevados déficits presupuestarios (déficits que son en su mayoría consecuencia de nuestra prolongada crisis económica). En mayo de 2009, el profesor de Harvard Niall Ferguson declaraba que "la oleada de emisión de deuda" haría que los tipos de interés de Estados Unidos se disparasen. En marzo de 2011, Erskine Bowles, copresidente de la desventurada comisión para el déficit del presidente Obama, advertía que, a menos que se tomasen medidas urgentes contra el déficit, "los mercados nos devastarían", probablemente en menos de dos años. Etcétera.



Bueno, supongo que a Bowles le quedan unos meses. Pero ha sucedido algo curioso en el camino hacia la pronosticada crisis fiscal: en lugar de dispararse, los costos de los préstamos en Estados Unidos han descendido hasta alcanzar el valor más bajo que han tenido en la historia del país. Y no solo en Estados Unidos. En este momento, en todos los países desarrollados quienes toman préstamos en su propia moneda son capaces de hacerlo a un precio muy barato.



La incapacidad de los déficits para generar el pronosticado aumento de las tasas de interés nos dice algo importante sobre la naturaleza de nuestros problemas económicos (y la sabiduría, o falta de ella, de los autoproclamados guardianes de nuestra virtud fiscal). Sin embargo, antes de llegar a eso, hablemos de esos bajísimos costos de los préstamos (tan bajos que, en algunos casos, los inversores están en realidad pagando a los gobiernos para que les guarden el dinero).



En la mayoría de los casos, esto está sucediendo con "valores protegidos contra la inflación" (bonos cuyos pagos futuros están vinculados a los precios de consumo, de modo que los inversores no deben temer que su inversión vaya a verse erosionada por la inflación). Incluso con esta protección, antes los inversores exigían un pago adicional considerable. Antes de la crisis, los bonos estadounidenses a 10 años protegidos contra la inflación tenían generalmente un rendimiento del 2%. Por el contrario, últimamente la tasa de estos bonos ha sido del -0,6%. Para comprar estos bonos, los inversores están dispuestos a pagar más de la cantidad, ajustada según la inflación, que el gobierno abonará finalmente en concepto de interés y principal.



De modo que los inversores están, en cierto sentido, ofreciendo a los gobiernos dinero gratis durante los próximos 10 años; de hecho, están dispuestos a pagar a los gobiernos una módica cuota por mantener su dinero a salvo.



Ahora, quienes tienen intereses creados en la historia de la crisis fiscal han realizado varios intentos por encontrar un argumento convincente para explicar que esa crisis no haya llegado a materializarse. Uno de los preferidos es la afirmación de que la Reserva Federal está manteniendo las tasas de interés artificialmente bajas comprando bonos del gobierno. Pero esa teoría se puso a prueba el verano pasado cuando la Reserva Federal suspendió temporalmente la compra de bonos. Muchas personas -entre ellas Bill Gross, del gigante de los fondos de renta fija Pimco- predijeron un repunte de las tasas de interés. No pasó nada.



Ah, y no hagan ningún caso de las advertencias de que en cualquier momento nos convertiremos en Grecia, ¡Grecia, les digo! Los países como Grecia, y por la misma razón, España, están sufriendo las consecuencias de su desacertada decisión de renunciar a sus monedas por el euro, que los ha hecho vulnerables de un modo en que Estados Unidos simplemente no lo es.



¿Y qué es lo que está pasando? La principal respuesta es que esto es lo que ocurre cuando uno sufre un "ataque de desapalancamiento", en el que todo el mundo intenta pagar sus deudas al mismo tiempo. La contratación de préstamos por las familias se ha hundido; las empresas acumulan montones de dinero en efectivo porque no hay ninguna razón para ampliar la capacidad cuando no hay ventas a la vista; y la consecuencia es que los inversores están listos para salir sin tener ningún sitio al que ir, o más bien ningún sitio en el que depositar su dinero. Así que están comprando deuda pública, incluso a intereses muy bajos, por falta de alternativas. Además, al hacer que sea tan barato disponer de dinero, a efectos prácticos están pidiendo a los gobiernos que emitan más deuda.



Y los gobiernos deberían estar concediéndoles ese deseo, no obsesionándose con los déficits a corto plazo.



Advertencia obligatoria: sí, tenemos un problema presupuestario a largo plazo y deberíamos estar tomando medidas para hacerle frente, principalmente controlando los costos de la asistencia sanitaria. Pero es sencillamente una locura despedir profesores y cancelar proyectos de infraestructura en un momento en el que los inversores están ofreciendo financiación a interés cero o negativo.



No hay ni que elaborar un argumento keynesiano sobre el empleo para ser consciente de eso. Basta con darse cuenta de que, cuando el dinero es barato, es buen momento de invertir. Y tanto la educación como las infraestructuras son inversiones en el futuro de Estados Unidos; terminaremos pagando un precio elevado y completamente gratuito por ensañarnos con ellas del modo en que lo estamos haciendo.



Dicho eso, ustedes también deberían ser keynesianos. La experiencia de los últimos años -sobre todo, el espectacular fracaso de las políticas de austeridad en Europa- ha sido una perfecta demostración de la idea básica de Keynes: recortar drásticamente el gasto en una economía deprimida la deprime todavía más.



Así que ya es hora de hacer caso omiso a los supuestos hombres sabios que se han apropiado del debate político y han convertido el déficit en el tema de conversación. Se han equivocado en todo; y en estos momentos, hasta los mercados financieros nos dicen que deberíamos centrarnos en el crecimiento y el empleo. THE NEW YORK TIMES



26 jul 2012

La violencia sexual en la dictadura




Violencia sexual en el Terrorismo de Estado uruguayo

“La publicación de las fotos del coronel retirado Jorge Silveira desencadenaron testimonios sobre una faceta poco conocida de sus antecedentes: Jorge Silveira que, además de torturar, desaparecer, robar niños y asesinar, solía violar y agredir sexualmente a prisioneros adolescentes..."
.....
Ese es el hombre que la ley de caducidad le otorgó una impunidad para todos sus crímenes, es el hombre que fue ascendido a coronel por Julio Maria Sanguinetti en su primera presidencia, es el hombre que fue designado por Sanguinetti, en su segunda presidencia, en el Estado Mayor del Comandante del Ejército, es el hombre que el general Fernán Amado quería tenerlo como colaborador personal, es el hombre que comparte asados con el senador Pablo Millor, con el diputado Daniel García Pintos y con el dirigente pachequista Alberto Iglesias, es el hombre a quien el presidente Jorge Batlle dejará impune en el asesinato de María Claudia, si decide incluir el caso en la ley de Caducidad......



Testimonios

El militar que escribiera una carta a Amnistía Internacional en 1976 relata: “las mujeres son un tema aparte: los oficiales, suboficiales y la tropa comentan con regocijo la llegada de detenidas jóvenes. Algunos de éstos han llegado a venir los días francos para participar en los interrogatorios [...]; he presenciado personalmente las peores aberraciones cometidas con mujeres ante otros presos por varios interrogadores”



“En esos siete días pasé por diferentes torturas físicas y psíquicas. Utilizaron la picana conmigo y estos choques de corriente eléctrica en determinados lugares como la nuca, en más de una ocasión me desmayaron. También me desnudaron y me violaron”



“Nos encontrábamos desnudas con los brazos en alto y las piernas abiertas [...] La guardia que nos custodiaba mostraba ese día un estado especial. Se habían sacado sus camisas olorosas, transpirados, con sus penes erectos, pasaban por las filas manoseándonos permanentemente [...] con sus sucias manos tocaban nuestros senos, cuello, genitales [...] Alguien gritaba, yo no podía hacerlo”



“Algunos testimonios relatan situaciones de violación en diferentes épocas de la dictadura, referidas a los años: 1972, 1975, 1976, 1980 y 1983”



“El 3 de marzo de 1978 fue conducida a una dependencia del Cuerpo de Fusileros

Navales donde permaneció detenida durante siete días. Allí pasó por diferentes torturas físicas y psíquicas: ‘También me desnudaron y violaron. Fui amenazada en más de una ocasión con que traerían a una sobrina mía de 15 años y la violarían en mi presencia. El pánico de que hicieran efectiva su amenaza y los gritos de los otros torturados fueron para mi la mayor tortura”



“En la madrugada del 11 de junio de 1983, en la sede de la Dirección Nacional de

Información e Inteligencia (DNII), en la calle Maldonado y Paraguay me llevan al escritorio del día anterior, y el comisario me dice que hable. Allí mismo me encapuchan, me sacan los cordones de los zapatos y me empujan de un lado a otro, para marearme.

Termino en un lugar, creo que al fondo del segundo piso, allí comienzan a interrogarme.

Me desnudan y me cuelgan de las muñecas, los brazos hacia atrás. Estando así me manosea y me lastiman los pezones. Me hacen el submarino con agua. Luego con capucha de nylon o algo así, y estando colgada y agarrada por dos o tres tipos, me violan por el año y la vagina. Primero con un palo, y luego uno de ellos, produciéndome lastimaduras y pequeños hemorragias en el intestino, que me duran como diez días. Estando colgada me aplican picana en todo el cuerpo”



“El 16 de mayo de 1984, el esposo de una mujer detenida en 1980 presentó la denuncia de las torturas a las que fue sometida durante el tiempo de su detención e el Batallón 13 y en el Hospital Militar ante el Dr. Fernando Urioste Braga, miembro del Colegio de Abogados del Uruguay. La detenida permaneció internada en varias ocasiones, la primera durante seis mese, debido a torturas de las que fue objeto. [...] En la segunda internación permaneció durante tres meses, y durante esa estadía denuncia haber sido violada por tres soldados en el Hospital. Vuelve al Penal y a los 4 meses, de madrugada, la retiran de urgencia y la internan nuevamente en el Hospital donde le practican un aborto.

También la amenazan de muerte a ella y a su hijo, en forma reiterada, si denuncia la situación”.



“Pasé por lo que pasaban casi todos los presos: picana, submarino, golpes, plantón; y también como a otras mujeres, me desnudaron, me humillaron y desgarraron las partes mas íntimas de mi cuerpo. Lo hicieron con un palo de escoba, mientras se burlaban a los gritos.”



“Una exiliada relata su participación en campañas de denuncia y solidaridad con los presos en Uruguay. En esas recorridas de difusión, ella daba su testimonio como ex presa política. Pero siempre lo hacía en tercera persona y no mencionaba su propia tortura, y la violación a la que fue sometida. Nunca más recordó — ‘me quedó una laguna’ – sobre la violación a la que la sometieron. Años más tarde se asombró de que sus compañeras de cárcel conocieran su experiencia, ya que ella misma se las había contado, pero ‘borrado’’casi de inmediato.”











“Graciela tenía 19 años cuando la detuvieron, fue en junio de 1976, era estudiante de medicina y hacía unos meses que había contactado al Partido por la Victoria del Pueblo. La llevaron al 13 de Infantería y allí conoció a Jorge ‘Pajarito’ Silveira, la torturó durante quince días. En medio de los golpes, las sesiones de picana y submarino le preguntaba obsesivamente: ‘¿Vos sos virgen?’. La hizo conducir a un cuarto y mientras estaba vendada y con las manos atadas con un alambre la violó. La volvió a llamar, le hizo sacar la venda y le dijo: ‘Mirame, yo estoy convencido de lo que estoy haciendo’. [...] Después en el 4° de Caballería la hizo sacar del sótano donde estaba secuestrada y la mostró a un grupo de oficiales para lucirse con su hazaña: ‘Esta es la chiquilina que les conté’, dijo, riendo entre las burlas del resto. Preocupado porque no menstruaba le hizo hacer una revisación ginecológica, que en realidad fue otra sesión de tortura, por si la violación había provocado un embarazo. [...] Un día me llamaron y me llevaron a otro lugar en el cuartel, yo no sabía dónde iba. Era un escritorio, había varios militares, parecían oficiales y estaba Silveira. Me hicieron parar delante de todos esos militares y Silveira se reía y les decía: ‘esta es la chiquilina que les contaba’ y todos se rieron. Entonces me devolvieron al sótano y a los dos días me fueron a buscar otra vez. Me llevaron a otro cuarto dentro del cuartel y me recibió uno que dijo que era ginecólogo, que me iba a revisar. Yo no entendía por qué, ¿qué iban a hacer un Papa Nicolau en la tortura? Yo tenía 19 años y nunca me habían hecho una revisación ginecológica, fue la primera vez. Pero no fue una revisación, fue una salvajada, me lastimó mucho, estuve sangrando varios días. Yo tuve otras revisaciones y por más que te pongan especulo, no te hacen lo que me hizo ese hombre, me destrozó. Yo creo que querían saber si no estaba embarazada después de la violación. Porque yo no menstruaba, pero no menstrué durante meses, a muchas compañeras les pasaba lo mismo y se llama amenorrea de guerra.”



“La publicación de las fotos del coronel retirado Jorge Silveira desencadenaron testimonios sobre una faceta poco conocida de sus antecedentes: Jorge Silveira que, además, de torturar, desaparecer, robar niños y asesinar, solía violar y agredir sexualmente a prisioneros adolescentes. [...] Están tirados en el piso, o recostados contra las paredes húmedas, como objetos inertes. Son unos veinte adolescentes, siete mujeres, quizás trece varones, todos menores de edad. Están desnudos. La única prenda es una venda en los ojos, que puede ser una tela oscura, o una bufanda. [...] Es invierno, fin de junio de 1981. A seis meses del plebiscito que estalló en la cara de la dictadura, los aparatos militares y policiales andan a la caza de los impulsores de las estructuras sindicales y estudiantiles que afloran incontenibles. La víspera del octavo aniversario del golpe de Estado, agentes de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, en previsión de manifestaciones relámpago, hacen una redada de estudiantes del IAVA y de otros liceos. Esta misma madrugada, 27 de junio, los 20 adolescentes son trasladados en una camioneta policial a las dependencias de la calle Maldonado y comienzan a ser torturados. [...] ‘

Esto no es nada’, les dicen cuando bajan las escaleras, de vuelta al sótano, a la precaria tranquilidad en tinieblas. ‘Cuando vengan los duros, los yerbas, ustedes van a rogarnos que volvamos nosotros’. Los duros son apenas voces que los liceales del IAVA aprenden a reconocer y que inevitablemente producen un particular terror: entran en el sótano pateando, gritando, insultando. ‘Yo soy el jefe, soy el que mando. Yo hago lo que quiero. Los cojo, los mato.

El día que oyó por primera vez ese timbre de voz, Jorge G. apenas pudo ver, más allá del borde de su venda, unos pantalones verde grisáceo, unos zapatos comunes, y una mano que sostenía una gorra militar. [...] Pronto aprenderán a registrar una sutil diferencia en el tono de los sollozos de las compañeras que ‘Chimichurri’ elige para interrogar: ‘Mirá ésta, está más crecida’, apuntará la voz de otro ‘duro’, y muy rápidamente asociarán la presencia de esta patota con las violaciones a que son sometidos, sin excepción, varones y mujeres. [...]

Con 16 años, Jorge se mantiene firme después de jornadas ininterrumpidas de tortura, una firmeza elaborada en su corta militancia a base de una preparación mental. [...]

Hay varios hombres, que ríen y gritan, excitados, cuando lo arrojan sobre una mesa, y lo atan boca a abajo, para inmovilizarlo. El dolor de la penetración se suma al dolor de las otras torturas, dolores que se fueron acumulando a lo largo de los días; y habrá también el dolor especial de un palo y de un tubo metálico que le produce heridas internas en el ano.

Hay aplausos, y hay quien comenta: "Dos al hilo", a la espera de su turno, pero es la voz inconfundible de "Chimichurri" la que le pregunta junto al oído: "¿Te gusta?", mientras le tira de la cabeza hacia atrás. Para que no hubiera dudas, para que todos comprendieran lo que les esperaba, "Chimichurri" dirá, cuando devuelve a Jorge al sótano: "Acá se van a volver todos putos". Mucho después, Jorge comentará: "A mi Chimichurri nunca me interrogó, nunca me preguntó nada, sólo me violaba", y agregará, al evocar el infierno, una reflexión demoledora: "Claro, cuando te violan no tienen la intención de interrogarte, no te violan para arrancarte secretos, te violan para denigrarte, para quebrarte, y fundamentalmente porque son unos degenerados. Para penetrarte tienen que excitarse", dirá, como si recién entonces accediera a la comprensión de esa conclusión terrible.

[...] A medida que pasan los días, la agresión sexual será el acontecimiento exclusivo. Ya no saben qué hacer con esos muchachos, pero igual los sacan del edificio y los trasladan en una camioneta hasta un lugar al que se accede por un camino de tierra. Hay árboles, porque los sujetan contra los troncos y hacen un simulacro de fusilamiento. Después los devuelven al sótano. El episodio sólo confirma la irracionalidad, como si todo lo que ocurre fuera un contexto chapucero, imaginado a las apuradas, sin convicción, a los solos efectos de facilitar las violaciones contra menores de edad, la mayoría de los cuales aún eran vírgenes al momento de su detención. "Muchachos, éstos son locos, son capaces de cualquier cosa, hagan lo que les piden, porque los van a matar", les susurra un policía, que les trae la comida. [...] "Una orgía", repite "Chimichurri" e inclinándose sobre Jorge dirá: "Te ganaste la lotería". Jorge sube las escaleras a tientas, vendado, junto con otros dos compañeros, un varón y una mujer. En una pieza pequeña, abarrotada de gente, "Chimichurri" ordena:

"Quiero que la cojan, queremos verlos". Jorge y su compañero se niegan. La joven solloza bajito. "Chimichurri" amenaza, golpea, pero no obtiene la colaboración. Ordena trasladarlos a otra pieza. Los varones son colgados del techo, mediante cadenas. Les quitan las vendas.

"Chimichurri" se acerca y les dice: "Ustedes no tienen huevos, ahora van a ver cómo se hace". Jorge ve a un hombre bajo, de bigotes, muy delgado, "estilizado", vestido con un uniforme militar de fajina. Más allá, estaqueada sobre una mesa, de espaldas, inmovilizada por varios hombres que la sujetan, está Marina S. Está completamente desnuda, le han quitado la venda, pero el foco de luz intensa que se usa para los interrogatorios deja en una total penumbra al grupo de hombres que la violan, turnándose, riéndose de sus desesperados forcejeos, de su llanto. Oyen cómo Marina les grita: "Aguanten", creyendo que los estaban interrogando y que los obligaban a mirar la violación para obtener información. Regresan al sótano llorando los tres y los otros comprenden la particular angustia, porque los sollozos se generalizan. Jorge trata de consolar a Marina, una niña que acaba de cumplir 15 años y que en medio de aquella locura, sólo atina a decir: "Hubiera preferido que fueran ustedes los primeros”.



“Un día subieron a Ana Quadros a la parte más alta de Automotores Orletti, donde iba a ser su peor sesión de torturas. Manuel Cordero, un represor uruguayo, primero le preguntó si lo conocía. ‘¿Cómo que no sabés de mí?’, le dijo. ‘Si yo conozco a tantos otros’. Con un organigrama colgado en la pared le preguntó por los cuadros del Partido de la Victoria del Pueblo, una organización creada por un grupo de uruguayos en el exilio para derrotar a la dictadura de su país. Ana respondió siempre negativamente. Otros cuatro o cinco represores la colgaron entonces en la sala de al lado, con las muñecas para atrás, le enroscaron un cable en el cuerpo y pusieron agua y sal en el piso. Cuando el peso de la cuerda cedía, sus pies tocaban la sal y le daban golpes de electricidad. Cordero volvió más tarde. La cargó en andas desnuda hasta el cuarto de al lado, le puso un trapo en la cabeza y la violó. Ella declaró en la audiencia de ayer por los crímenes en el centro clandestino:

‘Sentí un dolor y una vergüenza tan grande – explicó – que demoré veinte años en poder testimoniarlo; al rato me agarró de nuevo y me llevó donde estaban los otros detenidos’.

[...] Ana se quebró sólo en un momento. Recordó la imagen de Sara en la tortura: se notaba que había sido madre, dijo, porque los pechos segregaban leche todavía.”



“Eran cárceles en donde se ponían en práctica métodos sofisticados: debilitar el ser político. No teníamos ninguna información de lo que pasaba en el mundo, vestíamos uniformes, nos llamaban por un número, era una militarización. Una despersonalización.

Las visitas eran escuchadas. Había situaciones de riesgo, estados de alarma, teníamos que hacer cuerpo a tierra.”

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Los testimonios transcriptos fueron seleccionados a partir de la revisión de documentos existentes, libros y prensa fundamentalmente. No se incluyeron entrevistas por tratarse de un tema extremadamente delicado, que requiere de un trabajo interdisciplinario con las víctimas para que el hecho de recoger sus testimonios no resulte en la revictimización de las mismas.

En todos ellos podemos ver cómo el género de las víctimas operó a la hora de aplicar la tortura ya sea para obtener información o destruir moral y psíquicamente a las víctimas.



También a partir de ellos podemos decir que la violencia sexual atravesó todo el período de facto, desde el inicio hasta el final. Fue practicada por los militares y civiles que participaron de sesiones de tortura tomando en cuenta que todos los testimonios recabados indican que fueron al menos desnudadas para las mismas, a esto hay que sumar en casi todos los casos, el manoseo del cuerpo, la aplicación de picana eléctrica en los genitales y senos.



CONCLUSIONES



A la luz de lo recabado en este informe, podemos asegurar que el Terrorismo de Estado uruguayo ejercido en la última dictadura militar utilizó la violencia sexual contra mujeres y hombres presos políticos como tortura.

La interrogante de si estos crímenes constituyen delitos de lesa humanidad, por haberse llevado a cabo de manera sistemática y planificada por las Fuerzas Conjuntas, no podemos responderla debido a la escasa información existente y la casi nula investigación específica sobre la violencia ejercida contra las mujeres en este contexto histórico. Pero a través de los relatos recogidos creemos que hay bases suficientes como para sospechar que sí lo constituyen. El análisis comparado de las realidades dictatoriales vividas en Latinoamérica pero más específicamente en el Cono Sur avalaría esta hipótesis, al conocerse en Argentina los dos primeros casos con sentencia por este crimen y en Chile haberse iniciado la primer querella Judicial específica de este delito.

Quedan muchas cosas por saber, investigar, muchas preguntas abiertas: ¿qué tipo de violencia sexual fue aplicada mayoritariamente por los militares?, ¿las víctimas de violencia sexual lo fueron durante todo el período de tiempo que permanecieron presas?, ¿existió diferencia entre la realidad de los cuarteles y la realidad de los penales de mujeres?, ¿hubieron años donde esta práctica se realizó de manera más general?, ¿la violencia sexual fue utilizada como “rito de iniciación” por los militares que comenzaban a torturar?, ¿la violencia sexual fue ejercida ante grupos de familiares, compañeros, presas?, ¿fue utilizada mayoritariamente como mecanismo de obtención de información, o fue utilizada como medio de destrucción, o como ambas?, ¿existió diferencia racial o de generaciones entre las víctimas de violencia sexual?, ¿existió esclavitud sexual?.



Para intentar responder a todas estas preguntas, es necesario realizar una investigación mucho más amplia que garantice la no revictimización de las víctimas. Y que a partir de ella se puedan implementar políticas de reparación que tomen en cuenta este tipo específico de tortura impuesta.

Creemos importante avanzar en la investigación de las diferentes formas en que fueron violados los derechos humanos de toda la población, así como considerar las características específicas de género, edad y raza de quienes lo sufrieron.



Las políticas de reparación que el Estado ha emprendido, pero que aún está lejos de cumplir con los estándares internacionales establecidos para los delitos de este tipo - ver condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Gelman vs. Uruguay - deberían tomar en cuenta las especificidades sufridas por los diferentes ciudadanos, para reparar a las víctimas de una manera integral.



De la serie, Mujeres, JAVIER ALONSO (2007)

Licenciatura en Ciencia Política

Taller de Política y Género

Docente: Niki Jhonson

Violencia sexual en el Terrorismo de Estado uruguayo (Recopilado por Marys Yic)









“Porque no quieren morir sin decirlo”







"Yo soy el jefe, soy el que mando. Yo hago lo que quiero. Los cojo, los mato"









La publicación de las fotos del coronel retirado Jorge Silveira desencadenaron testimonios sobre una faceta poco conocida de sus antecedentes: el Jorge Silveira que, además, de torturar, desaparecer, robar niños y asesinar, solía violar y agredir sexualmente a prisioneros adolescentes. La crudeza del relato puede ofender la sensibilidad, pero es ineludible para tomar conciencia.











Por Samuel Blixen



Están tirados en el piso, o recostados contra las paredes húmedas, como objetos inertes. Son unos veinte adolescentes, siete mujeres, quizás trece varones, todos menores de edad. Están desnudos. La única prenda es una venda en los ojos, que puede ser una tela oscura, o una bufanda. El lugar es espacioso, probablemente un sótano. Hay escaleras hacia lo que sería la planta baja, y otras escaleras que llevan a un piso superior, a las habitaciones donde están las cadenas, los caballetes, el tacho, la cama con resortes metálicos, la picana. En el sótano se pueden oír los llantos y los gemidos de dolor de los cuerpos cercanos, y también los gritos desgarradores -ecos de sus propios gritos- que vienen de los pisos superiores, de otras victimas que están siendo torturadas, que no verán, que no conocerán, y es posible imaginar que permanecerán tirados en algún otro lugar del edificio, con sus cuerpos lacerados, temblando de frío y de miedo, en espera de lo único previsible, la próxima sesión de tortura.



Es invierno, fin de junio de 1981. A seis meses del plebiscito que estalló en la cara de la dictadura, los aparatos militares y policiales andan a la caza de los impulsores de las estructuras sindicales y estudiantiles que afloran incontenibles. La víspera del octavo aniversario del golpe de Estado, agentes de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, en previsión de manifestaciones relámpago, hacen una redada de estudiantes del IAVA y de otros liceos. Esta misma madrugada, 27 de junio, los 20 adolescentes son trasladados en una camioneta policial a las dependencias de la calle Maldonado y comienzan a ser torturados. Todo el repertorio _golpes, colgadas, plantones, picana, submarino_ tiene un objetivo concreto: ubicar una impresora, una máquina de imprenta que abastece volantes llamando a organizarse, a resistir. Un oficial de policía a quien dicen "La momia", otro llamado Prezza, _"que estuvo en el tiroteo a una manifestación por el plebiscito del voto verde y que salió fotografiado en los diarios"_ y otros oficiales de policía que se identifican con alias, "Tito", "Perico", reclaman por las armas, mientras torturan, pero lo hacen sin convicción porque saben que esos muchachos de entre 15 y 18 años no están armados, ni siquiera están organizados. Pronto se agotará la lista de las preguntas, y los interrogatorios perderán fuerza, sentido, pero la tortura continuará.



"Esto no es nada", les dicen cuando bajan las escaleras, de vuelta al sótano, a la precaria tranquilidad en tinieblas. "Cuando vengan los duros, los yerbas, ustedes van a rogarnos que volvamos nosotros". Los duros son apenas voces que los liceales del IAVA aprenden a reconocer y que inevitablemente producen un particular terror: entran en el sótano pateando, gritando, insultando. "Yo soy el jefe, soy el que mando. Yo hago lo que quiero. Los cojo, los mato". El día que oyó por primera vez ese timbre de voz, Jorge G. apenas pudo ver, más allá del borde de su venda, unos pantalones verde grisáceos, unos zapatos comunes, y una mano que sostenía una gorra militar. Es una patota que aparece cotidianamente, cada tres, cuatro días, y todos nombrarán al jefe por el mismo apodo: "Chimichurri".





Cada vez que se oye esa voz de mando, segura, insolente, un estremecimiento involuntario ganará a los prisioneros allí tendidos. Pronto aprenderán a registrar una sutil diferencia en el tono de los sollozos de las compañeras que "Chimichurri" elige para interrogar: "Mirá ésta, está mas crecida", apuntará la voz de otro "duro", y muy rápidamente asociarán la presencia de esta patota con las violaciones a que son sometidos, sin excepción, varones y mujeres.



Con 16 años, Jorge se mantiene firme después de jornadas ininterrumpidas de tortura, una firmeza elaborada en su corta militancia a base de una preparación mental. Pero ni aun las más duras prevenciones podían anticipar lo que le esperaba el día en que "Chimichurri" lo conduce a una pieza de lo que supone es la planta baja del edificio. Hay varios hombres, que ríen y gritan, excitados, cuando lo arrojan sobre una mesa, y lo atan boca a abajo, para inmovilizarlo. El dolor de la penetración se suma al dolor de las otras torturas, dolores que se fueron acumulando a lo largo de los días; y habrá también el dolor especial de un palo y de un tubo metálico que le produce heridas internas en el ano. Hay aplausos, y hay quien comenta: "Dos al hilo", a la espera de su turno, pero es la voz inconfundible de "Chimichurri" la que le pregunta junto al oído: "¿Te gusta?", mientras le tira de la cabeza hacia atrás.



Para que no hubiera dudas, para que todos comprendieran lo que les esperaba, "Chimichurri" dirá, cuando devuelve a Jorge al sótano: "Acá se van a volver todos putos". Mucho después, Jorge comentará: "A mi Chimichurri nunca me interrogó, nunca me preguntó nada, sólo me violaba", y agregará, al evocar el infierno, una reflexión demoledora: "Claro, cuando te violan no tienen la intención de interrogarte, no te violan para arrancarte secretos, te violan para denigrarte, para quebrarte, y fundamentalmente porque son unos degenerados. Para penetrarte tienen que excitarse", dirá, como si recién entonces accediera a la comprensión de esa conclusión terrible.



"Chimichurri" y sus secuaces llegan al edificio de la calle Maldonado para interrogar a otros prisioneros, que sufren sus técnicas en otros lugares, allá arriba. Cuando baja al sótano es simplemente para divertirse. Así lo proclama: "Quiero que todos se masturben, queremos verlos", ordena, mientras patea y pisotea cuerpos desnudos. "Chimichurri" podrá violar prisioneros maniatados e inermes, pero no podrá obtener colaboración: "Aquí nadie se toca", gritará alguien desde el suelo y otra voz repetirá la consigna, desde la otra punta. Los "duros", los "yerbas" deberán contentarse descargando su furia contra los promotores del desacato. El ataque sexual no es suficiente para estos oficiales de la lucha contra la sedición, estos "duros" que seguramente estaban encuadrados en el OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas). Pretenden que sus víctimas participen de sus desviaciones: "Si me la chupás, no te torturamos", propone "Chimichurri" a las víctimas que elige cada vez que viene al sótano. Y descargará su frustración en la violencia de sus reiteradas violaciones.



A medida que pasan los días, la agresión sexual será el acontecimiento exclusivo. Ya no saben qué hacer con esos muchachos, pero igual los sacan del edificio y los trasladan en una camioneta hasta un lugar al que se accede por un camino de tierra. Hay árboles, porque los sujetan contra los troncos y hacen un simulacro de fusilamiento. Después los devuelven al sótano. El episodio sólo confirma la irracionalidad, como si todo lo que ocurre fuera un contexto chapucero, imaginado a las apuradas, sin convicción, a los solos efectos de facilitar las violaciones contra menores de edad, la mayoría de los cuales aún eran vírgenes al momento de su detención. "Muchachos, éstos son locos, son capaces de cualquier cosa, hagan lo que les piden, porque los van a matar", les susurra un policía, que les trae la comida, que les acerca a veces una manzana, que acompaña a un enfermero. Jorge piensa en el truco del bueno y el malo, pero hay algo

incuestionable: la voz de ese policía trasunta miedo; el torturador tiene miedo del violador, miedo a la aberración, a la situación sin límites.



Cada día que pasa _y serán 41 días_ confirma que no hay límites: "Esta noche vamos a hacer una orgía", propone la voz de "Chimichurri", a unos prisioneros que viven en la oscuridad y que han perdido la noción de la secuencia día-noche. "Una orgía", repite "Chimichurri" e inclinándose sobre Jorge dirá: "Te ganaste la lotería". Jorge sube las escaleras a tientas, vendado, junto con otros dos compañeros, un varón y una mujer. En una pieza pequeña, abarrotada de gente, "Chimichurri" ordena: "Quiero que la cojan, queremos verlos". Jorge y su compañero se niegan. La joven solloza bajito. "Chimichurri" amenaza, golpea, pero no obtiene la colaboración. Ordena trasladarlos a otra pieza. Los varones son colgados del techo, mediante cadenas. Les quitan las vendas. "Chimichurri" se acerca y les dice: "Ustedes no tienen huevos, ahora van a ver cómo se hace". Jorge ve a un hombre bajo, de bigotes, muy delgado, "estilizado", vestido con un uniforme militar de fajina. Más allá, estaqueada sobre una mesa, de espaldas, inmovilizada por varios hombres que la sujetan, está Marina S. Está completamente desnuda, le han quitado la venda, pero el foco de luz intensa que se usa para los interrogatorios deja en una total penumbra al grupo de hombres que la violan, turnándose, riéndose de sus desesperados forcejeos, de su llanto.



Los dos prisioneros gritan, insultan, escupen, se retuercen en el aire, y hasta logran golpear con el cuerpo a uno de los violadores que pasa delante de ellos. Finalmente logran atraer su atención, y comienzan a golpearlos.



Oyen cómo Marina les grita: "Aguanten", creyendo que los estaban interrogando y que los obligaban a mirar la violación para obtener información.



Regresan al sótano llorando los tres y los otros comprenden la particular angustia, porque los sollozos se generalizan. Jorge trata de consolar a Marina, una niña que acaba de cumplir 15 años y que en medio de aquella locura, sólo atina a decir: "Hubiera preferido que fueran ustedes los primeros".



Así como los llevaron, un día los soltaron. En medio de una represión que ese invierno, cuando asumía Gregorio Alvárez la presidencia y cuando comenzaban las conversaciones políticas de los militares con los blancos de la "comisión de los 10" y los colorados de la "comisión de los 6", la detención de los estudiantes lacéales quedó sumergida, postergada en las consecuencias de otras redadas, que terminarían con la captura de los dirigentes clandestinos de la CNT y de la FEUU. Los muchachos siguieron viéndose, pero se resistieron a conversar los detalles de aquella experiencia; algunos continuaron con su militancia, otros no; algunos formularon después la denuncia sobre las violaciones y las torturas, otros no llegaron a superar una vergüenza que no les correspondía. Algunos superaron el trauma, otros no. Marisa peleó con sus fantasmas durante años y al final desistió de la pelea: se mató de un tiro.



Jorge llegó a identificar a "Chimichurri", conversó con otros prisioneros que en distintos lugares, en la Tablada, en el 13 de Infantería, en Automotores Orletti, lo habían visto y habían sufrido sus técnicas. La coincidencia de la reconstrucción de los rasgos físicos tuvo la confirmación con una pequeña foto, borrosa, que atesoraban algunos militantes de los derechos humanos. Pero fue hace poco más de una semana, cuando La República publicó la secuencia de fotografías tomadas una tarde en la entrada del Circulo Militar, que puedo confirmar sin lugar a dudas: "Chimichurri", ahora gordo, panzón, con el rostro abotargado, es Jorge Silveira, coronel retirado. También conocido como "Pajarito", "Siete Sierras", "Oscar siete", el mismo que torturaba a los detenidos en Artillería en 1975, y ya pergeñaba una extorsión para liberar prisioneros mediante el pago de dinero; el mismo que operó en Buenos Aires y que ha sido acusado de la desaparición y asesinato de decenas de uruguayos exiliados; el mismo que secuestró a María Claudia García de Gelman, y robó a la nieta del poeta Juan Gelman: el mismo que continuó la tortura sicológica contra las presas políticas, como responsable de la cárcel de Punta Rieles, es el "Chimichurri" que violaba adolescentes en los sótanos de la calle Maldonado con el único objetivo de satisfacer sus desviaciones.



Ese es el hombre que la ley de caducidad le otorgó una impunidad para todos sus crímenes, es el hombre que fue ascendido a coronel por Julio Maria Sanguinetti en su primera presidencia, es el hombre que fue designado por Sanguinetti, en su segunda presidencia, en el Estado Mayor del Comandante del Ejército, es el hombre que el general Fernán Amado quería tenerlo como colaborador personal, es el hombre que comparte asados con el senador Pablo Millor, con el diputado Daniel García Pintos y con el dirigente pachequista Alberto Iglesias, es el hombre a quien el presidente Jorge Batlle dejará impune en el asesinato de María Claudia, si decide incluir el caso en la ley de Caducidad.

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24 jul 2012

ESPELUZNANTE CONFESION DE VIDELA


La jodita de la iglesia argentina








REVELACIONES DE VIDELA SOBRE LA COMPLICIDAD DE LA IGLESIA CATOLICA



Buenos Oficios

Videla habló con una revista de Córdoba sobre la complicidad de la Iglesia Católica con la dictadura militar. El rol de Laghi y Primatesta y el testimonio de un ex sacerdote. No sólo asesoraron a la Junta sobre cómo manejar la cuestión de los detenidos-desaparecidos. También le ofrecieron sus “buenos oficios” para informar a algunas familias del asesinato de sus hijos garantizando que no lo hicieran público. Se comprende por qué hasta hoy la Iglesia no ha excomulgado a Videla.

Domingo, 22 de julio de 2012






Por Horacio Verbitsky

El ex dictador Jorge Videla dijo que el ex nuncio apostólico Pío Laghi, el ex presidente de la Iglesia Católica de la Argentina Raúl Primatesta, y otros obispos de la Conferencia Episcopal asesoraron a su gobierno sobre la forma de manejar la situación de las personas detenidas-desaparecidas. Según Videla la Iglesia “ofreció sus buenos oficios” para que el gobierno de facto informara de la muerte de sus hijos a familias que no lo hicieran público, de modo que cesaran la búsqueda. Esto confirma el conocimiento de primera mano que esa institución tenía sobre los crímenes de la dictadura militar, como consta en los documentos secretos cuya autenticidad el Episcopado reconoció ante la justicia hace dos meses. Pero además muestra un involucramiento episcopal activo para que esa información no trascendiera tampoco por comentarios de los familiares de las víctimas, de cuyo silencio la Iglesia era garante.

Diálogos en la cárcel

El reportaje con la revista cordobesa El Sur, que edita en Río Cuarto Hernán Vaca Narvaja, se realizó antes de los concedidos al periodista español Ricardo Angoso y al argentino Ceferino Reato, pero sólo se divulgó esta semana. Fue realizado en tres partes por el periodista Adolfo Ruiz, en la cárcel de alta seguridad de Bouwer, donde el ex jefe de la Junta Militar estuvo detenido entre el 26 de junio y el 23 de diciembre de 2010, mientras se extendieron las audiencias del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la cárcel de Córdoba conocida como UP1. Videla fue condenado en ese proceso a prisión perpetua por los asesinatos de 31 prisioneros dentro de la cárcel o mediante fraguados intentos de rescate en ocasión de traslados. Videla recibió a Ruiz el 6 y el 13 de agosto y el 18 de octubre de 2010 en el locutorio de la cárcel de Bouwer, cuyos dos mil internos superan el número de pobladores de esa pequeña ciudad, que hasta hace dos años fue el depósito de los residuos domiciliarios de Córdoba. Antes de comenzar puso como condición que sus palabras recién se difundieran cuando dejara la provincia, como consta en la carta manuscrita que se reproduce aquí.

Como en aquellas otras entrevistas y en sus alegatos judiciales, Videla justificó el plan que aplicó la Junta Militar por los “decretos de aniquilación” firmados por el ex presidente interino Italo Luder, que constituyeron “una licencia para matar concedida por un gobierno democrático”. Cuando el periodista le inquirió si esa licencia incluía las torturas, el robo de bebés y el saqueo de los bienes de las víctimas, dijo que esas “bajezas humanas” se debieron al gran “poder y libertad de acción otorgados al Ejército”, situación en la cual “es inevitable que muchos utilicen esas libertades en beneficio propio”. Agregó que con los juicios él y sus camaradas pagan el costo de “no haber blanqueado” los métodos dispuestos entonces. Videla sostiene que “hacia el final de mi mandato, entre el ’80 y el ’81, se llegó a evaluar la posibilidad de publicar la lista, blanquear los desaparecidos”. Explica que “no era tan fácil, porque además íbamos a estar expuestos a la contra pregunta. Si a una madre le decíamos que su hijo estaba en la lista, nadie le impediría que preguntara ¿dónde está enterrado, para llevarle una flor? ¿quiénes lo mataron? ¿por qué? ¿cómo lo mataron? No había respuestas para cada una de esas preguntas, y creímos que era embochinchar más esa realidad, y que sólo lograríamos afectar la credibilidad. Entonces en ese momento no se quiso correr ese riesgo”. El razonamiento es idéntico al que Videla suministró a la Comisión Ejecutiva del Episcopado, cuando los obispos le transmitieron que el método de la desaparición de personas produciría a la larga “malos efectos”, dada “la amargura que deja en muchas familias”. Pero la fecha es muy anterior a la que menciona el dictador. Ese diálogo tuvo lugar el 10 de abril de 1978 durante un almuerzo de Videla con la Comisión Ejecutiva del Episcopado, que presidía el arzobispo de Córdoba Primatesta y que también integraban los arzobispos de Santa Fe y de la Capital Federal, Vicente Zazpe y Juan Aramburu, como vicepresidentes.

Primatesta hizo referencia a las desapariciones producidas durante la Pascua de 1978, “en un procedimiento muy similar al utilizado cuando secuestraron a las dos religiosas francesas”. Videla respondió que “sería lo más obvio decir que éstos ya están muertos, se trataría de pasar una línea divisoria y éstos han desaparecido y no están. Pero aunque eso parezca lo más claro sin embargo da pie a una serie de preguntas sobre dónde están sepultados: ¿en una fosa común? En ese caso, ¿quién los puso en esa fosa? Una serie de preguntas que la autoridad del gobierno no puede responder sinceramente por las consecuencias sobre personas”, es decir para proteger a los secuestradores y asesinos. El detalle de este diálogo consta en una minuta que los tres arzobispos redactaron en la sede del Episcopado en cuanto concluyó el almuerzo para enviarla al Vaticano. La autenticidad de ese texto fue reconocida por la Conferencia Episcopal, que hoy preside el arzobispo de Santa Fe, José Arancedo, ante una consulta de la jueza federal de San Martín, Martina Forns, luego de su publicación aquí. Pero en el reportaje con El Sur, Videla describe un grado de complicidad de la Iglesia Católica con los crímenes de su gobierno superior a lo que se conocía y con un carácter institucional que comprende tanto al Episcopado local como a la sede central en Roma. No se trata sólo de callar lo que sabían para no “hacer daño al gobierno”, como dijo Primatesta aquel día de 1978, sino incluso de asesorar a la Junta Militar y garantizar que tampoco los familiares de las víctimas contaran lo que había ocurrido con sus hijos. Lo que sigue es la transcripción textual del tramo de la entrevista sobre el tema:

–No deja de llamar la atención la forma en que se refiere a la situación de los desaparecidos. Hace sentir que para usted es un tema pendiente.

–La desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta, muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Laghi. Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto.

–No parece suficiente.

–Es que la repregunta es un derecho que todas las familias tienen. Eso lo comprendió bien la Iglesia y también asumió los riesgos.

Hasta la expresión impersonal escogida por Videla (“se lo planteó”, “se les dijo”) trasluce la identidad entre Iglesia y Dictadura.











El rol de Laghi

La minuta para el Vaticano también muestra el conocimiento de la Iglesia sobre el secuestro de las religiosas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. Sin embargo, cuando la superiora de las monjas en la Argentina, Evelyn Lamartine, y la religiosa Montserrat Bertrán recurrieron a Laghi, el nuncio las miró “como si fuéramos bichos asquerosos, y nos dijo: ‘Nosotros no sabemos nada, por algo habrá sido’. Montse se arrodilló y le rogó que hiciera algo. El se la sacó de encima, instintivamente, describe Evelyn, que entonces pensó: ‘Dios no se olvida de lo que dijiste’”. Su testimonio fue recogido por María Arce, Andrea Basconi y Florencia Bianco, cuya investigación fue publicada por Clarín en 2007. Un obispo y una madre superiora llegaron desde Francia para interesarse por Alice y Léonie, pero Primatesta ordenó desmentirlo y explicar que sólo venían a pasar Navidad. En 1995, bajo la conmoción de las revelaciones del ex capitán Adolfo Scilingo sobre el asesinato de prisioneros arrojados al mar, la esposa del secuestrado periodista Julián Delgado, María Ignacia Cercós, contó que el Comandante en Jefe de la Armada Armando Lambruschini consultó con Laghi acerca del destino de 40 detenidos-desaparecidos en la ESMA, que su antecesor, Emilio Massera, le había entregado al retirarse. Lambruschini no quería matarlos pero temía que si los dejaba en libertad contaran lo padecido en la ESMA, tal como ocurrió, y le preguntó a Laghi qué hacer. Según Cercós, el concimiento de Laghi sobre lo que sucedía en aquel campo de concentración llegaba hasta la nómina de los prisioneros que aún quedaban con vida. Ante el pedido de María Ignacia, Laghi consultó esa lista y “me dijo que Julián no estaba entre ellos. Quiere decir que tenía pleno acceso a la información”. En aquel momento, el propio Massera defendió a Laghi de tales “noticias calumniosas” y dijo que se preocupó en forma permanente por la suerte de “los llamados desaparecidos”. El problema es que Laghi había elegido la estrategia opuesta: negar que hubiera conocido la índole y la extensión de las violaciones a los derechos humanos. Dijo que “no tenía ni micrófonos ni espías que fuesen a los cuarteles a ver lo que los militares hacían”. Sus amigos Oscar Justo Laguna (quien al morir este año estaba procesado por la justicia federal de San Nicolás, por haber mentido en su testimonio sobre el asesinato de su colega Carlos Horacio Ponce de León), Alcides Jorge Pedro Casaretto, Carlos Galán, Domingo Castagna y Emilio Bianchi di Carcano sostuvieron que declaraciones como la de María Ignacia Cercós podrían “reinstalar entre nosotros no ya la violencia de las armas sino la de la venganza”. La esposa de Julián Delgado dijo entonces que durante años estuvo agradecida a Laghi por sus gestiones. “Pero ahora sé que no puedo perdonarle su silencio cómplice. Me siento un monstruo por haber escuchado esas cosas sin reaccionar.” El propio jefe máximo de aquella Junta Militar, sin el menor asomo de crítica, confirma tres décadas después el asesoramiento de Laghi sobre el secreto más horrendo y peor guardado de la dictadura.











La Eucaristía

Recuerdos coincidentes tienen muchos sacerdotes que en aquellos años frecuentaron a Laghi. Uno de ellos, Hugo Collosa, de Rafaela, le narró al periodista Carlos del Frade que Laghi visitó esa ciudad santafesina luego de la muerte de su obispo, Antonio Alfredo Brasca, incendiado por un cáncer en 1976. La enfermedad se adelantó a las Fuerzas Armadas, que lo tenían en su lista corta de aversiones. En el Obispado se reunían las agrupaciones laicas que militaban en los barrios más humildes y las del peronismo revolucionario, que tenían algunos miembros en común, entre ellos un sacerdote. Brasca se había manifestado en apoyo del movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo junto con los obispos Enrique Angelelli, Ponce de León y Alberto Devoto. “Laghi vino a maltratarnos”, dice Collosa, quien ya no es sacerdote. “No tenía ninguna intención de discutir el perfil del nuevo obispo ni mucho menos que se siguiera la línea de Brasca. Lo llevamos a almorzar en un comedor para chicos de la ciudad y allí, a varios sacerdotes, nos contó de los vuelos de la muerte, de los secuestros, las desapariciones y las torturas. Es decir que ellos ya sabían lo que estaba pasando con lujo de detalles desde mucho antes que 1978. Y hablaba con fundamento de lo que hacía cada una de las tres armas. Nosotros ya habíamos sufrido el secuestro del padre Raúl Troncoso que militaba en barrio Fátima, y estábamos muy preocupados. Después lo mandaron a Cassaretto que hizo una pastoral totalmente distinta a la de Brasca y bien cercana a los sectores dominantes de la ciudad”. La primera entrevista de Videla con el periodista cordobés se interrumpió cuando lo trasladaron al Hospital Militar para tratarse de una incipiente bronquitis. Formaba parte de la comitiva que buscó a Videla “un hombre canoso que venía, cáliz y alba en mano, a darle la Eucaristía”. Es decir que pese a las sucesivas condenas por los más graves delitos, la Iglesia Católica no consideró necesario excomulgarlo, pena eclesiástica que impide la recepción de los sacramentos y se aplica a los pecados graves. El no considerar como tales los delitos de Videla certifica la prolongación en el tiempo de la complicidad eclesiástica con ellos.











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El periodista Adolfo Ruiz y la carta manuscrita de Videla en la que acepta la entrevista.









La entrevista exclusiva a Jorge Rafael Videla durante su paso por Córdoba

La confesión

Revista El Sur publica en forma exclusiva la entrevista que concedió el dictador Jorge Rafael Videla en el invierno de 2010, cuando estaba alojado en la prisión de Bouwer para asistir a las audiencias del histórico juicio por las 31 víctimas de la UP1, por el que fue condenado a cadena perpetua. Videla se reunió en tres oportunidades con un periodista cordobés a temario abierto. Por qué se conocen recién ahora los detalles de aquélla entrevista.





Escribe: Adolfo Ruiz



"Absoluta reserva hasta que me aleje de Córdoba. Concretar el encuentro un día viernes entre las once y las doce bajo la forma de visita de locutorio. Anticiparme la fecha elegida a través de mi abogada defensora". Al firmante de la carta le faltaría agregar una condición más, y lo haría luego de conceder su segunda entrevista en un frío locutorio de la cárcel de Bouwer: todo lo que había afirmado, dicho o considerado, sólo podría ser publicado después de su muerte.

Este hombre que imponía condiciones y sabía que hería de muerte cualquier titular pretencioso, estaba sentado del otro lado de un enclenque escritorio. Parecía increíble que se tratara del mismo que durante años fuera el señor de la vida y la muerte; aquél que estuvo en la cúspide de un brutal aparato de poder. Aquél que llegó ahí para decidir. Y que decidió la tragedia.

Frente a semejante ser, de poco servía aquella colección de entrevistas carcelarias que nos habían puesto frente a frente con criminales de todas las variedades: violadores, narcotraficantes, secuestradores, asaltantes de bancos, estafadores, sicarios, rateros, falsificadores. En ese escaparate faltaba una calaña, la máxima, la que supera a todas, la que nunca prescribe, la que jamás se olvida. Era el momento de completar la lista, precisamente con él: Jorge Rafael Videla, el mayor genocida de nuestra historia.





Por qué se publica

Las tres entrevistas con Videla fueron realizadas en el módulo MD1 de Bouwer. Fueron charlas abiertas, sin chicanas, y si se quiere "cordiales" o al menos respetuosas. Pero al culminar la última de ellas, el represor hizo el pedido expreso de que nada de lo hablado fuera publicado. "Sé que mis expresiones van a causar dolor en mucha gente", se justificó. Su intención era que tales afirmaciones vieran la luz sólo después de su muerte.

Durante 24 meses el compromiso fue mantenido. No se publicó nada. Estaba dada la palabra.

Quien lo quebrantó fue el propio Videla, concediendo primero una entrevista "publicable" al periodista español Ricardo Angoso, que vio la luz en la revista Cambio 16 en febrero de este año.

Debe haberse sentido conforme con sus dichos o bien desdeñado el "dolor" causado por sus palabras, porque después pareció mucho más entusiasmado y concedió largas charlas al periodista Ceferino Reato, quien condensó esos registros y anotaciones en su libro "Disposición Final". Texto polémico pero que aporta al conocimiento de la verdad histórica en boca de su protagonista mayor.

El impulso de "verborragia súbita" que invadió al ex general nos dispensa del compromiso de silencio, quebrantado por su propio ideólogo. Y es por eso que esta entrevista sale a la luz. No creemos estar violando un acuerdo, tácitamente derogado por quien lo propuso.





El diálogo

Fueron los viernes 6 y 13 de agosto, y luego el 18 de octubre, los momentos en que Videla se sentó en una cárcel cordobesa a compartir con un periodista parte de sus memorias sobre la represión.

"Es como dijo Ortega y Gasset. Mis circunstancias me llevaron a esto", arrancó excusándose, ante la consulta sobre si alguna vez se sintió preparado para ejecutar semejante plan. "Jamás me imaginé conduciendo una guerra de este tipo. Nosotros como militares estamos preparados para matar y para morir en la guerra, pero no en una guerra así", sentenció.

En el acto el ex represor citó aquella reunión secreta con Luder y su gabinete, los cuatro planes de acción represiva, de menor a mayor, y los mentados "decretos de aniquilación", los cuales no eran otra cosa que "una licencia para matar, concedida por un gobierno democrático" que de las cuatro alternativas "eligió la más categórica".





- La coincidencia entre los planes de acción que se llevaron a cabo en diversos países del Tercer Mundo hace pensar que tan originales no eran y que la metodología vino de una fuente única, como fue el Plan Cóndor...

- ¡Plan Cóndor! Yo nunca vi una carpeta que dijera "Plan Cóndor". Sí había unidad en la forma de enfrentar el problema, porque era la reacción ante una situación generada por la Unión Soviética que estaba en enfrentamiento con Estados Unidos. Los intereses soviéticos de avanzar en su conquista del mundo los llevaron a fomentar las guerrillas revolucionarias. Las alentaron en África, básicamente tomando la lucha contra el colonialismo como argumentación, y en América Latina lo hicieron argumentando la lucha contra la desigualdad social.

- Entonces el plan no era propio...

- Nosotros fuimos el último país en entrar en combate con las Fuerzas Armadas contra el terrorismo, y tuvimos la suerte de que fue un gobierno constitucional el que tomó la decisión, cosa que no pasó en otros países del continente.

- Esa "licencia para matar" que dice que les concedió Luder, ¿también incluía las torturas, robos de bebés, saqueos, entre otras cosas?

- Cuando se da tanto poder y libertad de acción a una fuerza como el Ejército, es inevitable que muchos utilicen estas libertades en beneficio propio. Tipos que podrían aprovechar para cobrarse cuentas pendientes. Da lugar para múltiples bajezas humanas. Además la lucha se organizó imitando la organización celular del enemigo, con lo cual no era fácil controlar todas las acciones, ya que se armó una estructura difícil de penetrar.

- ¿Qué pasó después de que se firmara la decisión de aniquilar a la subversión con los mentados "decretos de aniquilamiento" del 5 de octubre de 1975?

- Directamente al día siguiente de la firma del decreto se convocó a los gobernadores de provincias para que empezáramos a operar. Se pusieron a disposición del Ejército todas las fuerzas de seguridad provinciales, como la Policía y los servicios penitenciarios, además de la Gendarmería.





Guerras ocultas





La trampa lingüística que el Ejército y luego el Estado utilizaron para perseguir y exterminar a millares de argentinos es la que hoy deja a sus ejecutores sin argumentos para ensayar su defensa. Dicen que fue "guerra" cuando antes se encargaban de negarlo sistemáticamente, cada vez que el ERP, por ejemplo, pedía ser reconocido como parte beligerante para reclamar para sus detenidos el tratamiento de prisioneros de guerra.





-En esto se da un insólito giro lingüístico. ¿Cuál es su opinión?

- La guerra no podía ser blanqueada en ese momento, sobre todo por la modalidad en que la libraba el enemigo. Creo que siempre debe haber una relación entre el proyectil y la coraza. Se vino una agresión terrible y con una modalidad no convencional, y había que ponerle una coraza acorde o a la medida de esa agresión, que mal que nos pesara, no venía por derecha. No cumplía con esos derechos de la guerra. Fuimos nosotros los que tuvimos que bajar a ese tipo de guerra, una guerra interna e irregular.

- ¿Cuáles son los costos de no haber ?blanqueado? esa guerra?

- Son evidentes en el sentido de que ahora somos juzgados solamente nosotros. Y esto se ve claramente durante los juicios, cuando los testigos ingresan a prestar declaraciones. Siempre cuentan a partir del momento en que fueron detenidos, o cuando cruzaron el umbral de la prisión. Por eso la historia se ve desde esa perspectiva, porque si no conocemos la existencia de la guerra, no notamos la agresión preexistente que, mediante el terror, buscaba generar un cambio del sistema. Fue la sociedad argentina la que reaccionó contra ese terror, y dijo: "No tenemos justicia pero tenemos a los militares". Ahí es cuando empieza la guerra.

- Una guerra bastante "irregular"...

- Una guerra irregular alentada desde el exterior que buscaba exacerbar las reacciones sociales, tomando las desigualdades sociales existentes como una motivación. Esa desigualdad es una situación que existía en verdad, antes y después de esta guerra. Y se la tomó como argumento. En esa lucha era difícil distinguir quién peleaba por solucionar esa desigualdad social y quién estaba en realidad motivado por otras cosas.

- Usted dice que la "guerra" comenzó con los decretos de aniquilamiento. Sin embargo, desde mucho antes la Triple A y el Comando Libertadores de América ya estaban actuando con procedimientos semejantes. ¿No es contradictorio?

- Sobre la Triple A no puedo hablar como protagonista, sino por lo que pude conocer en esos tiempos. Cuando lo matan a (el secretario general de la CGT, José Ignacio) Rucci, Perón estaba a punto de asumir su mandato. Al enterarse, dice una frase que luego se la atribuyen también a Maradona: "Me cortaron las piernas". No tengo constancia, pero me cuentan que eso lo dijo en una reunión en la que convocó a los sectores derechistas y sindicales de su movimiento. Se tomó el asesinato de Rucci como una advertencia y Perón dijo que no estaba dispuesto a permitirla. "Algo hay que hacer". Pero no hablaba de una guerra sino de empezar a combatir con los mismos métodos que utilizaban los que habían matado a Rucci. Entonces crean una fuerza clandestina al mando de López Rega, que era un loco. Y la función era eliminar a los elementos revolucionarios. Entonces diría que esa reunión es la partida de nacimiento de la Triple A. Y funciona hasta junio del ´75, en que López Rega se tiene que ir, por presión de las Fuerzas Armadas. Le hacía mucho mal a la pobre Isabel, que después de la muerte de Perón se había refugiado mucho en él. Se lo nombra embajador itinerante, pero terminó el itinerario en Brasil. La AAA tiene ese corto lapso de vida. Cuando nosotros salimos a guerrear, ya no era el "comando". Pero nos tuvimos que poner a la medida del enemigo que combatíamos.

- Es natural que usted tenga una explicación para lo que sucedió en los ?70. Sin embargo, también es un hecho que usted tiene una muy mala imagen en la sociedad. Es una especie de figura demoníaca. ¿Es consciente de esta situación?

- Claro que sí. Siento que es una cruz con la que tengo que cargar por el resto de mi vida. Ya la tengo totalmente asumida y no puedo decir nada. No es una realidad que yo pueda resolver. Además en los últimos tiempos esto ha sido muy atizado por el actual gobierno. Creo que con otro se podría de algún modo atemperar.

- ¿Cómo hace para sobrellevar eso que usted llama su "cruz"?

- Como cualquier persona. Con mi familia y con mis amigos íntimos, que no son pocos y los tengo todavía.









De la entelequia a las fosas





Además de la tortura, los secuestros, la muerte y el exterminio, uno de los grandes reclamos que enfrentan los represores del "Proceso" es aquella deuda eterna y pendiente: los desaparecidos. De eso también habló Videla en Córdoba.





- Usted separa entre lo que fue la llamada "guerra contra la subversión" y el golpe de Estado. Sin embargo, los niveles de violencia a partir de marzo del '76 fueron muy superiores...

- Eso es un error de apreciación muy común. No fue mayor desde marzo del ´76 en comparación con lo que sucedió en los meses anteriores. De hecho el que era secretario de Derechos Humanos del gobierno de Alfonsín, Rabozzi, declaró en el Juicio a las Juntas que el pico mayor de desapariciones se da en los dos últimos meses del '75 y los dos primeros del ?76.

- Ya que lo mencionó usted, sin necesidad de que le preguntáramos. Dice "desaparecidos". Ya no son más una "entelequia"?

- (silencio). También a mí me duelen los desaparecidos, esa entelequia de la que yo hablé en la conferencia de prensa tan recordada. Siento que es realmente una demanda que está pendiente y que en su momento no se pudo saldar. No sé si se podrá saldar en la historia. No tiene solución.

- La desaparición de personas es un delito en el cual los efectos persisten. Un delito continuado hasta el día de hoy en tanto no se ponga fin. ¿Nunca pensó en poner fin a esa persistencia y a ese dolor que aún hoy viven miles de argentinos?

- Mientras estuve en actividad como presidente, era un tema recurrente éste de los desaparecidos. A veces se piensa que a uno le resbala, pero en realidad era una preocupación constante. Hacia el final de mi mandato, entre el '80 y el '81, se llegó a evaluar la posibilidad de publicar la lista. Blanquear los desaparecidos de esta guerra contra la subversión. Pero aparecieron las dudas, porque en esas listas iban a faltar los ajusticiamientos internos de las propias organizaciones terroristas, los que se asustaron y se fueron a otro país con otro nombre para que ellos mismos no los persiguieran, los que tuvieron un accidente y nunca se supo de ellos, los mismos terroristas que murieron en una acción y nunca pudieron ser identificados -como los 20 de Monte Chingolo, que fueron enterrados después de estar un mes en la morgue sin que nadie los reclamara-. Entonces, ¿había que cargar también con esas desapariciones, con esa gente que estaba faltando?

- Si me lo pregunta a mí le diría que si?

- No era tan fácil, porque además íbamos a estar expuestos a la contra pregunta. Si a una madre le decíamos que su hijo estaba en la lista, nadie le impediría que preguntara ?¿dónde está enterrado, para llevarle una flor??, "¿quiénes lo mataron?", "¿por qué?", "¿cómo lo mataron?". No había respuestas para cada una de esas preguntas, y creímos que era embochinchar más esa realidad, y que sólo lograríamos afectar la credibilidad. Entonces en ese momento no se quiso correr ese riesgo.

- No fue conveniente "políticamente", pero se conculcó un legítimo derecho de los familiares. ¿No cree que se esté a tiempo de decir adónde están por lo menos las fosas comunes o adónde fueron a parar muchas de esas personas?

- Se lo creyó inconveniente. No se evaluó en ese momento. No creo que ahora se pueda.

- ¿Y las listas? ¿Existen todavía? ¿Se pueden blanquear tres décadas después?

? Hay muchas cosas que se han destruido, porque hubo una orden de destruirlas. Pero puede haber todavía algunas listas para reconstruir un poco de lo sucedido. Debe haber algo. Aunque creo que publicar hoy las listas no traería alivio.

- ¿Y las fosas de La Perla? Usted conoce La Perla, ¿verdad? La Justicia Federal ha dedicado enorme esfuerzo y presupuesto para dar con las fosas comunes, sin ningún mínimo resultado?

- Hay cosas que a lo mejor se puedan rescatar de La Perla...

- No deja de llamar la atención la forma en que se refiere a la situación de los desaparecidos. Francamente hace sentir que para usted es un tema pendiente.

- La desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Langhi. Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto.

- No parece suficiente...

- Es que la repregunta es un derecho que todas las familias tienen. Eso lo comprendió bien la Iglesia, y también asumió los riesgos. Créame, sigue siendo algo doloroso para mí. Y lo seguirá siendo. Creo que solamente el tiempo podrá hacer comprender esa situación, que no la quiero justificar. Esto era una guerra, y era una de las derivaciones probables.

- ¿No cree que le serviría avanzar con esa deuda de los desaparecidos?

- A mi me queda como una deuda pendiente. Pero no encuentro cómo saldarla. El destino final que tuvieron los desaparecidos yo no lo sé. No sé tampoco de los vuelos de la muerte. Creo que ya es un tema que no se podrá resolver, más que con el olvido.

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